Nuevos relatos publicados: 14

El encuentro

  • 3
  • 11.305
  • 8,50 (20 Val.)
  • 1

El día fue largo y tenso para ambos, de esos días en los que el estrés se apodera del cuerpo. Ella lo invito a su casa a tomar una copa, el acepto con gusto.

Al llegar se recibieron con un rico y muy húmedo beso. Siéntate, le dijo ella.

Él se sienta, ella se va por detrás de él y comienza a acariciarle sus hombros como una manera de aligerar el estrés, el enseguida se olvidó de todo.

Te serviré algo de tomar le dijo, se dirigió a la cocina, él se quedó mirándola y se fue tras ella, mientras ella estaba de espaldas abriendo el vino él se acercó e hizo lo mismo, acaricio sus hombros, pero enseguida una mano se fue adelante y comenzó a acariciarle los senos, fue suavemente besándole el cuello, ella se dio vuelta y enseguida otro beso en la boca. Ella con sus manos le acariciaba el pecho, también besó su cuello, barbilla, sus manos llegaron hasta su pene, ella siguió acariciando, fue suavemente abriendo su cinturón y desabrochando el pantalón, con un deseo inmediato de llevárselo a la boca, se arrodillo y comenzó a besar su pene, suavemente la lengua también comenzó a hacer lo suyo, la mano recorriendo de arriba hacia abajo, buscando acariciar cada centímetro.

El bajó sus manos y siguió tocando sus senos, ella succionando cada centímetro de ese pene, levantó la cabeza y lo observa, el con la mirada hacia el techo, pero con los ojos cerrados, continuó un rato más saboreándolo, decide levantarse y se besan con absoluto placer, él la agarra por la cintura y la levanta, sentándola en el mesón, comienza a recorrer su cuerpo, sus senos, sus pezones, ya firmes de placer, decide quitarle la ropa, le abre las piernas y lleva su rostro hacia la vagina sintiendo todo deliciosamente mojado, dándole placer con la lengua, también se ayudó con los dedos, ella al oído le dice “te quiero dentro de mi”…

Con ese pene muy duro, él la penetra apasionadamente, luego de unos minutos decide bajarla del mesón, vuelve a besarle su vagina, ella gemía de placer, también necesitaba llevarse de nuevo a la boca aquel pene firme y deseoso, luego de volverse a dar sexo oral la voltea teniéndola de espaldas e inclinada, comenzó de nuevo a penetrarla, sus manos tocaban sus pezones, sus nalgas, sintiéndola toda, ella decide querer estar sobre él, lo dirige hacia la silla y sentándose sobre el sin necesidad de manos de una vez seguía siendo penetrada, hacia arriba y abajo ya los dos estaban por explotar de placer, ambos gimen, llega el orgasmo, se besan apasionadamente, luego de unos minutos tranquilos, ella se levanta y finalmente va por el vino, la noche será larga y apasionada…

(8,50)