Nuevos relatos publicados: 12

¿Me tiro a mi cuñada divorciada? (Cap.2)

  • 12
  • 15.525
  • 9,41 (29 Val.)
  • 2

Después de la cena acabé de escribir el primer capítulo y lo publiqué, luego mi mujer y yo estuvimos un rato viendo la tele, la peli no estaba mal; pero mi mente estaba rememorando "una y otra vez" el día antes en la piscina, cuando "clandestinamente" rasuré el coño de mi cuñada.

La imagen fija que más se repetía en mi recuerdo era "la estampa" de su coño medio afeitado, con sus labios menores rosados y jugosos "asomando a la luz" y los pelos rizados de su coño, ¡desechados y tirados por el suelo!, y "pegándose a mis pies descalzos y mojados".

Intenté centrarme en la película, pero no pude.

No volví a coincidir con mi cuñada hasta cinco días después del día de la piscina, yo volvía a casa del trabajo una tarde, y las encontré a las dos cuchicheando y riendo en el sofá, ¡mi cuñada tenía las bragas por los tobillos!, ¡enseñando su coño pelado a su hermana!, ¡yo me espanté!, ¿se lo estaría contando a mi mujer? Ellas al verme entrar dieron un pequeño grito de sorpresa y mi cuñada se tapó el coño "rápidamente" con las enagüillas de la mesa, y mi mujer me dijo:

-Cariño no mires, que no está mi hermana visible.

-No miro amor (no estaba visible para mí, "que ironía", ¡yo, el peluquero!)

Me metí en mi cuarto de estudio y cerré la puerta, temeroso de lo que hubieran hablado las dos, al poco llamaron a mi puerta y abrí, era mi cuñada, al entrar me dijo:

-Dice mi hermana, bueno tu mujer que venga a saludarte, no te vayas a enfadar por estar yo antes con las bragas bajadas.

-¡Cuñada no se lo habrás contado!, ¡verdad! -dije temeroso, ¡muy bajito!

-Cuñado ¡sí!, y ¡no!

-¿Como que "si y no"?

-Cuñado te di mi palabra de que no le diría que tú me habías "pelado el chocho", por el bien de los dos, porque sabemos lo celosa que es; le he dicho que me lo he arreglado yo misma, eso no es decídelo ¿verdad?

-Bueno, así sí -dije más tranquilo.

Estuvimos cenando los tres, después se fue mi cuñada y mi mujer y yo nos acostamos, ya en la cama me dijo mi mujer:

-Cariño, ¿puedo contarte un secretito?

-Pues claro mi amor.

-Verás cariño mi hermana se ha dejado el chocho "como una muñeca Barbie", no se lo había visto pelado desde que estaba casada, por eso estaba con las bragas abajo.

-Sí, se lo vi antes, ¡aunque solo un momento!

-Pues se ha dejado una rayita de pelos "tan chica como una almendra", y afeitado total; "yo nunca me lo dejo así de bien", me cuesta mucho apurar bien ahí abajo.

-Tú lo tienes bien amor, "más largo por unos lados que por otros", pero bien, jaja.

-No te rías que me enfado.

-Vale amor, perdona, era para darte ánimo.

-Cariño, anda, ¡ayúdame!, tu que te afeitas todos los días la barba, ¡aféitame!

(Nunca había pelado un coño, ¡y en una semana!, ¡dos!, ¡y hermanas!)

-Si te hace ilusión, ¡te lo arreglare!, ¡pero nunca has querido que te lo haga yo!

-Es que es algo muy íntimo para mí, pero me puede la envidia "sana" por tenerlo como ella, y yo no puedo sola, me aguantaré la vergüenza que me da que me pases la hoja de afeitar por el chocho cariño, ¡pero no seas bruto!, ¡vale!, y hazlo ahora que mañana nos ha invitado otra vez a la piscina y se lo quiero enseñar a mi hermana, para que vea lo bien que "trabajas" cariño, ¡pero tú no digas que te he contado como tiene ella el chocho!, ¡vale!

-Vale amor - le dije y comencé la faena.

Puse una toalla a los pies de la cama y senté encima a mi mujer "espatarrada", con las piernas muy abiertas, y con el culo en el filo de la cama, su coño estaba "pelado" pero mal afeitado y con algunos pelos sin recortar aún; ¡un mal trabajo!, cogí mi brocha de afeitar y enjabone el coño, el pubis y el culo cerca del coño; y con la cuchilla apure "a fondo", dando muchas pasadas; el acero sonada "a lija" al guillotinar  todos sus pelos a ras de los folículos pilosos, ¡arrasé todo!, menos el desgarbado triángulo que tenía en el pubis, "del que después deje solo un círculo de pelos" no más grande que la uña de mi dedo gordo, lo dejé como un botón del placer, ¡precioso!, mi mujer gemía, afeité su ano también que era más peludo que el de mi cuñada, la cuchilla bordeaba el orificio del culo mientras con mi mano jabonosa tapaba la sensible piel para con la otra mano apurar a fondo; cuando terminé le mostré su coño liso como un pescado en un espejo de mano, y ella me dijo:

-¡Cariño, nunca lo tuve tan bonito!, gracias; estoy muy húmeda.

La sequé un poco el coño y tire al suelo la zafa y la maquinilla de afeitar y la folle con mucha gana, ella aún tenía manchas de jabón por las piernas y por las nalgas, ¡incluso su vagina hacia espuma de jabón!, en el "rompeolas" que era mi gran pene chocando intensamente contra su coño recién "pelado", tan excitado estaba que el pene me dolía "de duro", acelere como un cavernícola y ella se corrió en mis piernas, yo saque mi polla y "tumbada como estaba" se la enchufe en la boca, aun llena con su propio líquido vaginal y los restos del jabón que arrastro mi miembro, lo metí, "a fondo", y ¡duro como un cirio!; ella abrió la boca como si estuviera en el dentista y tragó mi polla entera, la cual tocó su campanilla, y estando a las puertas de su garganta, ¡solté un chorro muy grande!, ¡más que de costumbre! y muy seguido, noté cómo ascendía por el tronco de mi pene para ir a depositarse directamente en sus "entrañas" como un manguerazo. A ella le dio un poco de tos, pero trago saliva y se recompuso, y me dijo:

-¡Cariño qué bestia eres!, noto el calor de tu semen "en mi estómago" -dijo esto y después lamió mi pene y mis huevos a fondo, con un ansia inmensa. Después nos dormimos los dos.

Hoy no trabajamos, es fiesta local aquí y nos hemos levantado tarde "y muy cariñosos", desayunamos y nos fuimos en mi coche a la casa de mi cuñada.

Al llegar nos ha saludado muy simpática (con lo estúpida que era antes), dice que hoy comeremos dentro, que está muy nublado para comer afuera.

Se han quedado las dos hermanas hablando en el salón mientras yo he nadado un rato en la piscina, luego me he tumbado en una hamaca y he tomado un refresco.

Junto a la piscina las he oído reír y chillar de contentas, me he secado y he querido entrar en la casa, pero he encontrado la puerta cerrada, al tocar, me ha dicho mi mujer riendo desde dentro:

-Espera cariño que estamos desnudas probándonos bañadores, ¡ya salimos!

Al poco han salido las dos, ¡no con bañadores!, con bikinis, ¡y qué bikinis!, súper chicos y muy eróticos, dejando ver sus nalgas casi enteras, entonces he dicho:

-¿Y estos bikinis?, parecéis modelos de playa, que guapas.

-¡Gracias cariño!

-Gracias cuñado.

Hemos nadado un rato, y después de secarnos hemos entrado en la casa, sonaban truenos muy cercanos y ha comenzó a llover "intensamente"; la tormenta ya estaba encima.

La comida que nos preparó mi cuñada, ¡está buenísima!, gazpacho y paella con mejillones, ¡con lo que me gustan los mejillones a mí! Durante la comida ellas han tomado una botella de vino de Rioja (entre las dos) y yo refresco de limón, en la sobremesa mi mujer  y mi cuñada "han atacado el ron", con ganas. Mientras tanto en el exterior la violenta tormenta ha arreciado y se ha puesto el cielo muy oscuro; la lluvia suena ya como un chaparrón.

¡Mi mujer ha vuelto colocarse con la bebida!, pero esta vez "más", se ha tendido en el sofá balbuceando las palabras de forma Inconexa y sin ser capaz de levantarse para llegar a una cama, entonces le he a mi cuñada:

-Sabes que no está acostumbrada a los cubalibres.

-Lo sé cuñado, pero estábamos tan a gusto que cuando se ha lanzado no he sabido pararla, perdona.

-Trae una sábana cuñada para cubrirla un poco que se va a enfriar solo con el bikini, que con la tormenta ha refrescado.

Mi cuñada la ha tapado con mimo y se ha sentado a mi lado en el otro sofá, y con los ojos muy abiertos y las pupilas muy brillantes me ha dicho muy bajito:

-Antes de comer me enseñó mi hermana el coño arreglado y me dijo que lo hiciste tú, también me contó cómo " lo inaugurasteis", ¡eres un lobo!, el otro día yo también habría deseado que me "remataras el coño" como a ella, pero no pudo ser por, tú ya sabes, ¡que te digo! –dicho esto se ha echado en mi hombro y ha comenzado a llorar, mientras tanto mi mujer ronca en el otro sofá, tendida con la cabeza mirando en dirección opuesta a nosotros.

Mientras yo escuchaba la fuerte lluvia caer contra los cristales, me fui excitando con el olor de mi cuñada, apoyada en mi hombro, el olor de sus cabellos y de su piel es un olor limpio y femenino, y sobre todo un olor muy deseado; mientras ella duerme apoyada en mi  hombro; se le ha deslizado un brazo hacia mí, cayendo sobre mi bañador, justo encima de mi pene.

Me he quedado mirando su pequeña mano apoyada en mi pene sobre el bañador, con sus uñas largas y pintadas de rojo de perfecta manicura (sus manos son muy pequeñas y estilizadas).

 Miro abajo y veo "esa mano pequeña" de cine sobre mí, y mi pene comienza a crecer, ¡elevando el bañador como la carpa de un circo!, sigue creciendo hasta notar yo el glande clavado en las costuras del bañador (mi glande, aunque esté feo decirlo es como un huevo de gallina XL).

Mi cuñada ha despertado y ha girado la cabeza para ver qué era lo que estaba apretando la palma de su mano, al ver mi bañador "elevado" y su mano como tapadera de "mi olla exprés", ¡da un respingo!, ¡pero no retira la mano! y me mira a los ojos turbada y "siento" como aprieta mi polla "fuertemente".

La excitación se ha apoderado de mí, mi corazón va disparado, mi frente suda; ¡pero sobre todo siento un placer inmenso!

Mi cuñada ha soltado "la presa" y sin pausa alguna ha introducido una mano en mi bañador muy despacio, "arrasando mi piel con la caricia de su mano" al descender hacia el interior de mi bañador; ha agarrado mi pene y lo ha comenzado a mover, su delicada mano no lo abarca, me siento un gigante por la diferencia de tamaños: yo un pollón y ella una mano de porcelana.

Está arañando mi pene suavemente con sus uñas rojas, ahora la desliza hacia mis testículos, que por la excitación están colganderos, "muy distendidos"; los agarra los dos sopesándolos, y una uña audaz "roza mi ano" y mi pene siente que estalla por la erección, ¡no puedo más!

Mi cuñada saca la mano bruscamente y con las dos "tira de mi bañador hacia abajo", "violentamente" como si estirara las sábanas, ¡mi pene al liberarse del bañador da un salto en el aire!, como un delfín sale del agua.

Nuestras miradas se cruzan, mientras mi mujer sigue roncando; mi cuñada parpadea con su cabeza cerca de mi pene, ¡no puedo más!

Ella ha cogido mis huevos con una mano y ha clavado las uñas de la otra en mi pecho desnudo, y sin mediar palabra se ha introducido el glande de mi pene en la boca con esfuerzo y sin dejar de mirarme a los ojos, ¡dentro de su boca su lengua juguetea con el frenillo de mi polla!, ¡no puedo más!

Le cojo la cabeza con las dos manos y le meto el pene más profundo, paro para "sentir su mirada" y prosigo penetrando su boca y siento chocar mis huevos contra su barbilla, ¡aprieto más su cabeza y le meto mi polla entera!, hasta chocar su nariz con mi pubis, ¡arañándosela!, con mis pelos de tres días.

Siento como asciende mi esperma desde los huevos hacia arriba "violentamente" tensando la uretra al pasar, con varias contracciones depósito en su garganta un torrente de semen, muy grande, ella no tose siquiera solo mueve la cabeza y la garganta al tragar; se retira hacia atrás “lentamente” apretando mi pene con sus labios y limpiándolo de leche, al sacarlo del interior de su boca, al final muerde un poco el glande mientras me mira parpadeando sus bellos ojos.

Al terminar mete mi pene en el bañador, me siento confuso y muy feliz, ella va al baño, y al poco mi mujer despierta y me dice:

-Cariño llévame a casa que me duele mucho la cabeza, ¡qué hora es!

-las seis de la tarde.

Nos despedimos de mi cuñada que me mira desde la puerta con ojos de deseo y con la vista turbada, yo desde el coche le digo adiós con la mano y salimos para nuestra casa.

En el trayecto me siento muy dichoso y pletórico, pero a la vez más confuso que nunca, porque después de haber llegado a donde he llegado, ya no solo no sé si me tengo que follar a mi cuñada, sino que si no lo hago a lo mejor el engaño es el mismo al haber tragado ella mi esperma.

Nada más llegar a casa he escrito todo para no olvidar nada, y ahora os pregunto muy en serio:

¿Vosotros que pensáis?, ¿me la follo y remato?, ¿o paro aquí si aún es tiempo para ello?

-FIN-

 

© Tahotlo 14 de junio de 2016

(9,41)