Nuevos relatos publicados: 10

Grata Sorpresa 8

  • 8
  • 15.786
  • 8,50 (4 Val.)
  • 0

Por la mañana me despertó como siempre que estábamos juntos Laura, con un muy dulce despertar, puesto que siempre me despertaba con mi pene en su boca, y su desayuno era mi semen.

 Cuando abrí los ojos lo primero que vi fue a Silvia a mi lado, mirándome, al verse sorprendida, esta cambio su mirada hacia Laura, yo como siempre cuando despertaba me dejaba llevar para darle su premio a mi sumisa.

 Al terminar y después de limpiarme Laura venía a darme los buenos días con un beso, todo eso bajo la atenta mirada de nuestra anfitriona, Silvia estaba con los pezones duros, tiesos, estaba seguro que le había gustado estar de espectadora a nuestro lado y que en esos momentos estaría ya húmeda, con mi mirada busque a su marido, al cual vi sentado en el suelo apoyado con su espalda en la pared, observándonos.

 Laura y Silvia fueron a ducharse, yo por mi parte me quede en la cama, hablando con Luis, le pregunté si estaba bien, pues estaba muy callado, me contó que no se esperaba lo que había pasado la noche anterior, por una parte se sentía humillado y por la otra que le gusto lo que paso, por lo que le recomendé que se quedara con la parte buena, y olvidara la otra, y que intentara disfrutar del día que aún le esperaba, que había descubierto algo nuevo en su sexualidad, y que por ello no era gay, simplemente bisexual y que le gustaba disfrutar de los placeres del sexo y de ello no debía arrepentirse, puesto que podía seguir practicando ese tipo de sexo con su mujer en privado con tan solo adquirir un arnés, pero que hoy se dejara llevar, que disfrutara, y que no escondiera que le gustaba, que fuera más normal, más espontáneo.

 Cuando las chicas salieron, Luis se fue a duchar y aproveche para hablar con ellas, las quería por casa desnudas toda la mañana, le pedí a Silvia que llevara el arnés puesto todo el día, con sus plugs correspondientes metidos dentro de ella, también le pedí a Silvia que sedujera a su marido, y que se lo follara, a lo que me indico que esa era una de sus fantasías, y nunca se había atrevido a contársela a nadie, pero que tenía miedo a la reacción de su marido si lo intentaba, no pude aguantarme y me eché a reír, Silvia, si te rechaza es por pudor, no porque no lo desee o no le guste, pues ya me ha dicho que le gusto, por lo tanto, creo que tienes suficientes armas para poder follártelo, además Laura y yo saldremos después de desayunar a dar una vuelta al pueblo y así poder dejaros solos para que tengáis la libertad de hacer lo que queráis sin nuestra presencia, cuando volvamos quiero veros con cara de satisfacción y de haberlo pasado bien.

 Cuando Luis salió de la ducha las chicas y yo estábamos en la cocina acabando de preparar el desayuno, Luis apareció con un pantalón y camiseta, viéndose totalmente fuera de lugar, cuando nos echamos a reír de el al verlo vestido, por lo que no dudo de desnudarse y quedarse en bolas como todos, al acabar de tomar café Silvia se sentó en el regazo de su marido, cara a cara, mirándolo, con la polla de Silvia entre ellos, esta empezó a besarlo, y abrazarlo, Luis empezó a tocarle los pechos, a besárselos, su mano bajo hasta cogerle la polla a Silvia, esta se levantó poniéndole el pene a la altura de la boca de su marido, empezando está a metérsela en la boca, Silvia lo cogió por la cabeza para hacer que se la metiera más y así llevar ella el ritmo de la felación estando así durante unos minutos, cogió a su marido lo levantó y lo apoyo en la mesa de la cocina, tumbando su pecho contra esta, Laura le tendió con la mano lubricante que Silvia rápidamente le aplicó en el ano a su marido, empezando luego a meterle la punta del consolador en la entrada del culo, y luego empezando a follárselo a un muy buen ritmo, Laura vio que yo estaba empalmado e intentó ponerse a comerme la polla, cosa que le impedí, y la mande colocarse debajo de la mesa para que se la pudiera comer a Luis, cosa que hizo, y este no tardo ni 5 minutos en correrse en la boca de Laura, Silvia pareció no darse cuenta de ello, pues ni paro ni aflojó su marcha, seguía follando a su marido con empeño y dedicación, Laura trago el semen de Luis, e intentó recomponerle de nuevo su polla consiguiéndolo nuevamente, Silvia no tardó en correrse y empezó aflojar la follada, estaba extenuada, y Laura nuevamente consiguió que Luis se corriera en su boca, salió de debajo de la mesa, se incorporó y le paso la leche que tenía en su boca a la boca de Luis, diciéndole que ahora le tocaba a el bebérsela, me levante me acerque hasta Silvia, le quite el arnés, le saque los plugs, la apoye en la mesa como antes había estado su marido y empecé a encularla, le indique a Laura que se colocara nuevamente debajo de la mesa, solo con eso sabía que debía hacer, comerle el coño a Silvia, esta no tardó mucho en correrse en la boca de Laura, y yo me vacié en el culo de Silvia. 

La única que no se había corrido aún era Laura, por lo que le mande que me la comiera para volverla a poner a punto, le mande a Silvia ponerse nuevamente el arnés, y tumbarse en el suelo boca arriba, Laura se subió encima de ella, la empuje hacia adelante para hacerme sitio y así poder metérsela por el culo, y empezamos una doble penetración la cual Laura nos agradeció dedicándonos una sonora corrida.

 Laura y yo nos vestimos y nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo dejando solos a Luis y Silvia, está con su arnés puesto y desnuda junto a Luis que le estaba limpiando el consolador de la penetración a Laura, aprovechamos para comprar un par de pollos al ast pues dudaba que tuviéramos tiempo para preparar algo de comer. A nuestra vuelta la pareja estaba en el piscina, estando ella sentada y su marido mamándole nuevamente la polla a su mujer.

 Nos desnudamos y nos dimos un chapuzón en la piscina, siguiendo ellos con lo suyo, Laura aprovechó para tomar un rato el sol y me junte a ella para lo mismo hasta la hora de comer, creo que nos dormimos. Al rato Silvia nos avisó que la mesa estaba puesta, sentándonos todos a comer y charlar sobre lo acontecido el fin de semana, comenzamos una rueda de confesiones, Luis le explicó a Silvia los motivos que le habían llevado a contactar con nosotros, añadiendo al final que lo que se esperaba no era lo que realmente había ocurrido, pero que lo ocurrido le había agradado notablemente, y nos daba las gracias por ello, Silvia no se esperaba nada de lo ocurrido, su marido no le había comentado absolutamente nada de sus intenciones, y que en un solo fin de semana había realizado muchas de sus ocultas fantasías y perversiones, nos invitó a volver con ellos cuando lo deseáramos, pues lo había pasado genial a nuestro lado.

 Cuando acabamos de comer y estaban preparando los cafés, le indique a Laura que quería que preparara para antes de irnos, tanto Luis como Silvia preguntaron por Laura, y les dije que ahora volvería, pues estaba preparando un último juego de despedida, Silvia puso una pícara y agradable sonrisa, Luis sin embargo hizo una especie de mueca al oír lo del último juego.

Cuando Laura nos avisó, fuimos al cuarto de ellos, antes de entrar les tapamos los ojos tanto a Luis como a Silvia, había una silla puesta justo enfrente de la cama, con uno de los consoladores del arnés sujetada en esta con una cinta, Laura acompañó a Luis a sentarse en la silla, haciendo que este se metiera el consolador en su culo, luego le ató las manos a la espalda, y las piernas en la silla, yo lleve a Silvia a la cama, la puse a cuatro patas sobre ella en el borde de esta, a escasos centímetros de su marido, la fui agachando hasta que llegara a la polla de Luis, poniéndole entonces las manos a la espalda y atándoselas allí, Laura se puso el arnés, separo las piernas de Silvia y desde atrás se tumbó debajo de ella hasta meterle el consolar dentro, yo me puse de pie, con las piernas abiertas obligado por la postura de Laura, detrás de Silvia y se la metí por el culo, empezando así nuestra sesión final, doble penetración para Silvia y su boca llena, follada y mamada también para Luis, Laura también con su coño y culo lleno con los plugs del arnés y follando a Silvia, y yo enculando a Silvia y con los huevos masajeados por Laura, los cuatro casi al unísono empezamos a corrernos, la música que destilaba aquella habitación era del contenido de tanto placer, en aquella habitación se oía, se respiraba y se vivía el sexo, el placer, el sudor, y las feromonas que todos desprendíamos a la vez, la estampa era de puro vicio. 

(8,50)