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Mi primera paja con Rebeca

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Mis pajas han tenido muchas formas, muchas posiciones, muchas inspiraciones, lo he hecho toda la vida. me gusta mucho, es un gran placer, lo disfruto demasiado. Por muchos años fue solo para mis ojos, pero después de muchos años de conocer mi sexualidad, de tocar mi cuerpo, supe que ese placer debía ser compartido, que otros ojos pudieran deleitarse de cómo me masturbo, de la forma como voy tocando mi sexo pequeño, flácido, escondido y con un pequeño rose va cobrando vida, se va volviendo grande e impetuoso, como se va poniendo grueso, caliente y la cabeza se pone imponente. Muchos ya me han visto como me masturbo, pero la primera fue Rebeca.

Rebeca es amiga de mi mamá, en esa época yo tendría 24 años y ella unos 45, ella es delgada, piernas torneadas, eróticas, y ella lo sabía, por eso ha usado siempre minifalda, aún lo hace. Por esas piernas me derramé muchas veces en mi cuarto.

Sus senos grandes, no estaban parados porque tuvo 3 hijos, pero esos senos que aún excitan y atraen miradas, los pezones ricos, largos para no parar de mamar.

En esa época usaba el cabello corto, negro, muy apetecible para agarrar y ponerla a mamar. Lo que pasó muchas veces. Ojos negros, picaros, que me vieron masturbar esa noche.

Rebeca tiene una linda sonrisa, con unos labios delgados, de esos que cuando los ves te imaginas como se verán con la verga en la boca,

Esa noche no lo tenía planeado, solo quería tener sexo con ella, sabía que no tenía tiempo porque pasaba por mi apartamento de ida a su casa.

Cuando llegó no hubo preámbulo, solo sexo, nos tocábamos como amantes sin tiempo, la ropa despareció en un parpadear, quedamos completamente desnudos.

Yo siempre he sabido lo que me gusta y esa noche no fue diferente. Mi boca fue directamente a su sexo, un sexo carnoso, húmedo, cremoso porque ya venía preparada, ella ya sabía y su sexo estaba empapado. Mi lengua recogía todo ese jugo cremoso, exploraba cada parte mojada con la punta de mi lengua, su clítoris había crecido, se había puesto duro, lo hacía estremecer con mi lengua y su cuerpo reaccionaba seguido de un gemido, metía mi lengua lo más profundo y ella lo disfrutaba. pasaba mi cara por su sexo mojado, sentía su olor profundo, sentía como resbalaba mi cara por su sexo cremoso, brillante.

Con mi cara empapada por el jugo de su sexo me dirigía a su boca para hacer que ella saboreara su propio jugo desde mi lengua, labios y cara. Frotaba mi cara contra la suya para que quedara mojada y cuando estuviera encima de ella clavándola, yo pudiera oler su sexo en su cara.

A ella no le gustaba mucho, pero lo permitía porque a mí me excitaba.

Besando su boca y ella con las piernas abiertas le metía mi verga, entró muy fácil, con toda la lubricación de su sexo en ese momento cualquier cosa que le pudiese meter entraría.

La agarraba por las nalgas mientras la clavaba, mi mano la recorría por detrás, tocaba su vagina y tocaba mi verga sintiendo como le entraba, mi mano rápidamente estaba empapada, eso me arrechaba y la clavaba con más fuerza, sentía que mis pelotas me pegaban en la mano.

Estaba muy arrecho, ella sudaba y gemía, me apretaba contra ella, no quería que se lo sacara, lo quería hasta lo más profundo, yo podía percibir el olor de su sexo por su boca, por su cara.

De un momento a otro se la saqué, mi verga salió más grande de lo que entró, estaba brillante por su jugo, la llevé directo a su boca, hice q con su lengua me la limpiara. yo dirigía mi verga, se la pasaba por la cara, ella jadeaba, gemía y decía que amaba mi verga por su cara, cogía mi verga con mi mano y le pegaba en la cara, eso la arrechaba mucho más, estiraba sus labios y yo los castigaba con mi verga, le pegaba duro y mi jugo iba saliendo.

Se podía observar que, por cada golpe de mi verga en su cara, en sus mejillas, en sus labios iba brotando mucho líquido, el cual hacía que se lo tomara, conmigo fue la primera vez que tomó semen, pero esa será otra historia.

Me senté sobre ella, cerca de su cara, quería que me viera masturbar.

Empecé a subir y a bajar mi mano por mi verga súper dura, lo hacía despacio, sus ojos estaban clavados en mi verga, en los movimientos que mi mano le daba a mi verga. yo la miraba a ella, miraba como no dejaba de observar.

Esa era la primera vez que alguien veía como me masturbaba y era la primera vez para ella verlo en vivo y en directo.

Le acercaba mis pelotas a su boca, me las lamía y chupaba mientras me hacía la paja sobre ella. pasaba mis pelotas por toda su cara, ella decía que no lo dejara de hacer y yo no tenía intenciones de parar.

Estaba tan arrecho que no pude aguantar y desde el fondo de mis pelotas sentía como mi leche buscaba camino. Me acomodé para derramarme en su cara, ella no lo esperaba, saltaron chorros de semen que llenaron su pelo y su cara. para ella fue una gran sorpresa.

Me preguntaba que por qué lo había hecho con mi mano, que, si así sentía más rico, que por qué no lo había hecho con su sexo. Le surgieron demasiadas preguntas al no saber que esa era otra forma de tener sexo.

Fue una paja muy deliciosa. Al rato ella se vistió y se fue a encontrarse con su marido.

Continuará...

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