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Cena con sorpresa

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Estaba yo esa mañana en el trabajo con un calentón, inquieta, apretando constantemente los muslos.

Como no se me quitaba el calentón a lo largo de la mañana, decidí llamar a una amiga alemana, con quien me lo hago de vez en cuando y me dijo que muy bien, pero que tenía que participar su pareja, que ya tocaba. (Yo hago un trio con ellos dos o tres veces al año, así como con un par de amigas más). Quedamos citadas esa tarde en una plaza céntrica, Marienplatz.

Llegué a la cita con la pareja, compramos comida y nos fuimos a su casa.

Nada más soltar las bolsas en la cocina ella, Mona, sin tiempo siquiera para quitarme el plumas, me agarró por la cintura y me dio un beso metiéndome la lengua a fondo, mientras que con la otra mano me agarró la entrepierna por encima de toda la ropa. Le dije que mejor nos quitásemos antes la ropa. Dejamos los chaquetones y abrigos en una percha a la entrada y me cogió de la mano llevándome al dormitorio, diciéndole a su pareja, Det, que esperase.

Me tumbó en la cama y empezó a desnudarme, leggins, traje, camiseta (yo llevaba más capas que una cebolla), pero antes de quitarme toda la ropa, apartó a un lado mi tanga y empezó a lamer mi coño. No tardé ni un minuto en estar empapada, pero me sentía incómoda con tanto lio de trapos por allí, así que la separé y empecé a desnudarla a ella, hasta dejarla totalmente en pelotas, igual que hizo conmigo.

Su magnífico cuerpo me impresionó como siempre. nos tumbamos, ella encima mía y empezamos a frotarnos con las tetas una a otra, a la vez que nos dábamos unos besos de no respirar.

Se puso a hacer las tijeras, frotando nuestros coños que en algún momento se acoplaban uno a otro como ventosas. También frotaba la puntita de su clítoris con mi clítoris. Yo estaba ya a punto de correrme. No podía más, pero quería retrasarlo, así que le dije que cambiásemos de postura.

Me puso a cuatro patas sobre el filo de la cama, me dio un masaje fuerte en las nalgas, las separó y empezó a meter su lengua en mi culito, a la vez que me acariciaba el chochito con la mano. Una vez más tuve que quitarle la mano porque no aguantaba y me iba a correr. Entonces entró Det, también en pelotas con su gran polla totalmente tiesa. Quería follarme desde atrás, pero le dije que se tumbase en la cama. Yo no quería perder su corrida en mi boca.

Empecé a hacerle una mamada de gran categoría, mientras mona seguía con su lengua en mi culito que ya se había agrandado un montón. Estaba en la gloria, pero haciendo todo el tiempo un esfuerzo para no correrme. Me apliqué intensamente a la magnífica mamada que le estaba haciendo a Det, quien ya gemía como un cerdo, con temblores en su cuerpo. Él tampoco podía más, pero yo le decía que aguantase. Se la chupaba en todos los sentidos, me metía sus bolas en la boca y a veces su polla entera que me daba en la garganta. La sacaba despacito, apretando mis labios sobre ella y volviéndola a meter igualmente despacio pero muy apretada con los labios y lengua. Ya no pudo más. Su cuerpo empezó a convulsionar fuertemente, lo que hacía que me fuera difícil mantener su polla en mi boca. De pronto dio un fuerte gemido y empezó a soltar en mi boca auténticos cañonazos de semen. No paraba, creí que no me cabría tanto semen en la boca. Yo me puse como loca y tuve mi primer orgasmo. Casi me desmayo, con la boca llena de semen.

Después de darle la vuelta al colchón, empezamos otra vez la fiesta. Mona volvió a mi culito y yo a chupársela otra vez a Det, que la tenía como si no se hubiese corrido. Totalmente tiesa.

Cuando yo no podía más y Mona me había dilatado mi culo una barbaridad, le dijo a Det que me la metiese por el culo. Al principio ella le cogió la polla con la mano y me estuvo refregando la punta en mi culo, poco a poco hasta que empezó a entrar semejante instrumento. El empezó un suave mete y saca que me ponía a mil. Entonces Mona cogió un cojín y se lo puso debajo de su cabeza que, a su vez, estaba debajo de mi coño, estando yo a cuatro patas.

Ella empezó a comerme el coño con una habilidad tremenda. Me estaba volviendo loca y también me daban temblores de placer. Empezó a entrarme las ganas de orinar, aguanté todo lo que pude y   waaaaa.... me corrí como una perra en la cara de Mona, que abrió la boca para beberse todo lo que podía. Con las convulsiones que me daban con el orgasmo le daba apretones a la polla de Det que entraba y salía de mi culo, ya con gran facilidad. No pudo aguantar mis estertores y también se corrió llenándome de semen por dentro, en una cantidad que cualquiera diría que no se había corrido en un mes. No sé cuánto tiempo después estuvo saliendo semen de mi culo, que me chorreaba por las piernas.

Descansamos un poco, nos lavamos algo y nos pusimos a cenar. Mona y yo en braguitas y Det en gayumbos.

Nada más empezar a cenar sonó el teléfono y Mona lo cogió. Habló en alemán. Era una amiga Shela, que estaba cerca de su casa y aprovechaba para verse. Mona le dijo que subiera a cenar y ella dijo que sí.

Cuando nos lo dijo Mona a Det y a mí, dije, hay que vestirse, Mona contestó, no, ella tendrá que desvestirse y sumarse a la fiesta. Yo no la conocía. Era amiga de Mona, pero no mía.

Cuando sonó el timbre Mona fue a abrir la puerta en braguitas. Aunque desde el salón yo no la veía, oí como se asombró de verla en bragas y le pregunto si se iba a duchar. Mona le dijo, entra.

Cuando llegó al salón y nos vio a Det y a mí, se cortó, pero reaccionó muy bien inmediatamente y dijo "creo que me he perdido algo importante".

Mona le dijo ¿quieres cenar? y Shela contestó "quiero cenar y todo lo demás".

Estuvimos cenando, bebiendo y charlando. Yo le dije que yo era lesbi y ella contestó: mejor para mí.

Después de cenar, ya con unas copitas y las fuerzas repuestas, empezamos otra sesión, pero esta vez los cuatro. Shela dijo que de haberlo sabido hubiera traído ropa interior sexy. Tenía un culotte verde clarito y un sujetador a juego.

No lo creerás vero volvimos a hacer todo otra vez, como si no lo hubiéramos hecho antes. Yo le chupé el agujerito a Shela, que gemía sin parar, hasta que se le puso enorme. Det la folló por el culo mientras yo le comía el coño y Mona me lo comía a mí. Tuvo una gran corrida y soltó un poquito de jugo en mi cara.

Luego hicimos todas las combinaciones posibles, corriéndonos no sé cuántas veces.

Tenía ganas de hacer pis, esta vez de verdad ya que era un momento que no estaba a punto de correrme. Se lo dije a Mona y ella y Det se tumbaron juntos en el suelo, boca arriba y me oriné sobre los dos. La verdad que fue una gran meada que tuvimos que recoger con la fregona. Mientras Shela no paraba de meter su dedo en mi culo.

Finalmente, Shela también quiso hacer pis y esta vez dije que era para mí. Me tumbé en el suelo, Mona me abrió las piernas y el coño con sus manos y Shela empezó a orinarse en mi coño. Casi me corro al sentir su chorro calentito, siguió avanzando para arriba, orinando en mi cuerpo y acabando en mis tetas.

Nos duchamos nos vestimos y Det nos llevó a nuestras respectivas casas.

Dormí a pierna suelta, pero por la mañana estaba llena de agujetas.

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