Nuevos relatos publicados: 8

El seductor

  • 8
  • 7.865
  • 9,40 (15 Val.)
  • 0

Alberto. Tipo como cualquier otro, tez blanca, delgado, bien vestido en forma casual.

Alberto habia gozado de tener relaciones sin compromiso con mujeres casadas, divorciadas, viudas, maduras, hasta con prostitutas y algunas un poco mas jovenes que el.

Esa semana Alberto se sentia insatisfecho en el ambito sexual, el sabia que habia estado casi con cualquier tipo de mujeres; tenia que buscar alguna nueva conquista, pero, ¿A donde?

Ahi estaba. Con su falda corta azul cielo, calcetas blancas, zapatillas negras, sweter blanco, cargando un bolso de mano cafe.

Su cabello hasta los hombros, su piel blanca, su cara como el de una muñeca, unos pechos medianos y puntiagudos, caderas anchas, piernas firmes, era una bella imagen para Alberto quien contemplaba a aquel bello angel. De arriba abajo, sin perder detalle de la chica se acerco poco a poco.

El bus llego. La chica tardo en subirse, cosa que aprovecho nuestro amigo para adelantarsele.

Que buena suerte! Habia un lugar desocupado, precisamente a un lado de aquel hombre, que pensaba ¿Porque no, que me dietene en ver si puedo seducir a la joven colegiala?

La chica dio las gracias a Alberto al acomodarse para que la joven se sentase.

Todo comienza con un "Hola"

Alberto y la joven charlaron hasta que esta llego a su destino.

Aquel hombre contemplaba a la colegiala en su caminar; ese contoneo de caderas que hipnotizan, admirando esas curvas juveniles.

Al llegar a casa, el hombre fue directo a su computador, para buscar a Brenda por medio de la famosa red del facebook.

Otra señal de suerte; pues la joven estaba conectada.

Pasaron unas cuantas horas en el chat. Los dos platicaron de lo que les gusta, de sus preferencias musicales, de lo que les desagrada.

Alberto movio la curiosidad de la chica al decirle cosas como "estoy seguro que eres muy sencible, romantica, sincera, buena persona, confiable y ademas de eso hermosa"

La joven ponia caritas de asombro y de sonrisas timidas, agradeciendo al hombre todos los cumplidos.

Pasaron los dias y el nuevo amigo de la chica esperaba a la misma hora para saludarle y charlar hasta que la joven llegaba al lugar donde bajaba.

Brenda le confesaba a Alberto algunos problemas, emocionales, familiares y existenciales.

El sabiamente le aconsejaba, de forma casi paternal le consoloba en cosas que sus padres no podian saber.

Con el paso de los dias aquel tipo chateaba con la que seria su nueva conquista; mirando las fotos tan coquetas que la chica subia en la red. Masturbandose por algunas poses de la chica mostrando ropas un poco sugerentes y sexys.

Al mes Alberto invito a salir a la joven; ella aceptando con gusto. Pero habia un problema.

Los padres de la joven eran muy estrictos con los horarios de la chica.

El hombre sin preocuparse le sugirio que hicera sus cosas habituales y que antes del medio dia pasaria por ella, para pedir que la dejasen salir poniendo alguna excusa familiar.

El maestro le pidio a la joven asistir a la direccion con sus pertenencias en mano.

Brenda sabia perfectamente de lo que se trataba.

Al salir de la escuela preparatoria donde la chica asistia, le hizo saber a su acompañante que se sentia emocionada, por aquella aventura.

Alberto la llevaba tomada de la mano como si fuera su novia.

Alberto- Pasamos primero a mi casa y de ahi vamos donde gustes ¿De acuerdo?

Brenda- Claro, donde tu me lleves yo voy.

Dicho esto la chica abrazo a su amigo con mucha ansia, sus cuerpos estaban casi pegados, Alberto casi no pudo controlar la ereccion por sentir aquel cuerpo lindo y juvenil.

Al llegar le ofrecio una taza de cafe, conversaron de mas cosas y en eso el hombre puso su mano en la rodilla de la chica, como si le sobara el hueso.

Brenda algo ruborizada, no decia nada.

Cosa que aprovecho aquel seductor para acercarse mas y mas, hasta dar un timido beso en sus labios.

La chica correspondio de inmediato. Las manos de Alberto acariciaban las piernas de la inocente colegiala llegando hasta donde su pantaleta.

Brenda solo se dejaba llevar.

Alberto la recosto en el sofá para ponerse encima.

Con maestria, besaba su cuello, sus manos, los pomulos de cada oreja.

Hasta que fue bajando por su estomago, sin besarle los senos.

Al comienzo de estarle bajando la ropa ropa intima esta pregunta "¿Que haces? Ya vamonos"

Alberto- Espera. Esto te gustara.

La chica con un poco de resistencia dejo que le quitara su pantaleta rosa con figuras.

El disfruto del olor de aquel miembro femenino, antes de meter su cara para besar esa vulva con bellos pubicos apenas saliendo.

Con mucha experiencia recorria con su lengua cada sentimentro de esos labios vaginales, deteniendose a momentos en aquel clitoris que empezaba a hincharse por la exitacion primeriza de la chica.

Brenda- mmm, mmm, ¿Que haces beto?

Alberto- Sino te gusta me detengo ¿Quieres que me detenga?

Brenda- ahh, ahh, no... se.

El comienza a desnudarla, empezando a quitarle el sweter blanco que siempre llevaba puesto.

Su falda corta color cielo ni siquiera le estorbaba.

Pronto quedo sin ropa y entonces el aprovecho para disfrutar de esos pechos en crecimiento.

Esos pezones rosados estaban señalando arriba en señal de una rica exitacion.

Brenda solo gemia y daba besos al aire.

Aquel hombre sin acomodarse, poco a poco la fue penetrando; como si conosiera bien el camino asia aquella humeda cueva virgen.

Con maestria Alberto se despojo se sus ropas, tomando las manos de la joven, indicandole donde debia acariciar.

Ponia aquella manos femeninas en su pecho, en su espalda y en sus nalgas.

Brenda era manipulada a cada cosa que Alberto deseaba; pues sin poner objecion, fue acomodada en forma de perrito, con esos gluteos blancos y redondos totalmente mirando para arriba.

Alberto por su lado metia un dedo en su boca y lo llevaba a su obcuro ano.

De nueva cuenta la chica no objetaba nada.

Ahora Brenda fue puesta por encima de el hombro y su primera leccion era cabalgar a su amante.

Brenda gemia y gemia; pareciera que antes habia hecho este gran ejercicio.

La sangre que manchaba las ingles de ambos no era tomada en cuenta.

Alberto se entre sentaba para entre morder aquellos pezones rosados de aquella colegiala que robaba las miradas de muchos hombres en la calle. Por eso la escogio como trofeo aquel seductor sin escrupulos.

A medida de la cabalgata que le propinaba aquella joven a su experimentada pareja, sus suaves nalgas eran estrujadas por las manos llenas de lujuria de aquel hombre que por vez primera disfrutaba de carne fresca, carne casi dieciocho años menor que el.

Con la fuerza que algunas veces caracteriza a un hombre exitado y sin dejar de penetrar a la chica Albeto la llevo a su recamara, sentandola en el buro para que sus estocadas fueran mas fuertes y asi deborar su bello cuerpo juvenil con las manos.

Brenda seguia gimiendo y de vez en tanto convulcionandose por algun orgasmo primerizo que la tomaba por sorpresa.

Ahora el con sentimiento salvaje la avento a su cama, la puso de nueva cuenta en cuatro, tomo un potente lubricante vaginal para untarselo en aquel virgen culo.

Cuando pudo meter parte del glande; de un golpe le partio el ano.

Brenda- Para! Me haces dañooo ¿Que haces? Me duele muchooo hhaaayy!

El no le contesto, solo siguio bombeandola.

Apesar de que su amante se encontraba sufriendo y llorando, Alberto hecho una bestia se comportaba como una bestia salvaje.

Ahora le propinaba de nalgadas aquella colegiala.

Alberto- Brenda, mi amor, pronto gozaras lo que estoy haciendo, estoy enamorado de ti mi dulce princesa.

Despues de un largo momento, la chica volvia a gemir de exitacion, como si aquel salvaje amante le hubiera ordenado a su sistema nervioso sentir placer.

Alberto- Brenda, Brenda, te... Tttee... Amo... Aggghh.

Cayendole aquel hombre encima, la joven contemplo a su casi violador, lo tomo de la cara, dandole una fuerte cachetada, lo beso, en señal de lo que habia sentido momentos antes.

Quedaron tendidos en aquella cama, sus cuerpos llenos de sudor, sin parar de besarse.

Luego, su verga de aquel hombro recobro fuerzas y la volvio a hacer suya.

Brenda le araño la espalda; pues ahora su exitacion era acompañada de lujuria y hambre de mas carne.

Era obvio. Alberto sabia como tratar aun a la mas puta del barrio.

Sus lenguas se entre lazaban, sus manos se acariciaban mutuamente por todas partes como buscando algo.

En un grito unisono los amantes terminaron en un gran orgasmo; mas bien en su segundo y satisfactorio orgasmo.

Ya limpios y vestidos. Los dos salieron de casa del hombre; esta vez como si fueran novios.

La gente en la calle desaprobaba con la mirada aquella escena entre Alberto y Brenda. Entre un hombre en los treinta y una chica que aun no llegaba a los veintes.

Con todo y lo que sucedio, les dio tiempo de disfrutar una ligera comida y de un suculento postre.

Brenda no paraba de besar a su ahora novio y sin importarle lo que la gente murmuraba.

Para Alberto esta fue la mas importante de sus conquistas; logrando asi quedar satisfecho por un rato.

Pero las perversiones de Alberto el seductor no paran aqui y la chica aun no sabe que mas le esperaria a su lado.

 

Vladimir escritor.

(9,40)