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El placer de las ventas...

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Hace muchos muchos años, cuando recién estaba por cumplir la mayoría de edad hice mis “pininos laborales” en una empresa de inmobiliario, en la que amablemente me dieron trabajo de Asesora Financiera, digo, era mi segunda chambita en la vida y la neta es que para mí era el "hit" saber que empezaba a caminar, crecer y ¿por qué no? lograr la independencia con la que todos o la mayoría soñamos. 

Bueno, dentro las funciones del puesto estaba promocionar las casas, depas y terrenos que la firma tenía en corredor entre la mayor cantidad de gente habida y por haber, la onda era conseguir muchas ventas para poder cumplir con las metas que los jefes nos exigían. Y fue ahí, que dentro de la búsqueda salió un hombre maduro, atractivo y con una voz irresistiblemente seductora, le llamaba todo mundo: Arquitecto Miguel Ángel; sí, en efecto... ¡estaba interesado en ampliar su patrimonio y quería casas!, obvio ni tarda ni perezosa me aventuré a ser su ejecutiva de venta.

Semanas después llamó a la oficina, solicitó hablar conmigo. - "¿Cómo estás?, estoy muy interesado en ver ya las propiedades que tiene la firma. ¿Cuándo podrías venir a mi oficina?"- estarán de acuerdo que no era cordial ni ético dejarlo esperando el “sueño de los justos” ¿correcto? Al día siguiente aterricé en su lugar de trabajo. Eran muy lindas las instalaciones, el inmobiliario de primera y el estilo mega elegante; yo sabía que él trabaja en el ramo empresarial, pero nunca imaginé que fuera el dueño de todo eso.... cosa que me aseguro obtener la venta.

Él llegó diez minutos después de la hora pactada (tiempo suficiente para repasar el "specah" o más bien, el “choro” de venta), recuerdo perfecto que vestía traje azul marino, corbata Oxford, calzado impecable, pero lo que realmente me pudo enviar directo al "eden" fue su exquisito olor, la loción que traía puesta era de lo mejor. - "¿Cómo estás?" - me dio un beso y un abrazo, generando una confianza como la que se tiene con quién hace años no se ha visto. - "¡Pasa a mi oficina, estoy ansioso por ver las fotos!".

Me senté y aunque sabía que tenía que ser lo más profesional posible, me sentía completamente limitada por su mirada tan penetrante y seductora, debo de confesar que sí, tartamudee en dos ocasiones o incluso más, mientras le relataba la descripción de toda aquella casa que le gustaba, aunque al mismo tiempo, pensaba en que lo único que me importaba era que se llenara su pupila conmigo y con el escote que traía puesto. - "¿Sabes?, me gustan todas y no sé cuál sería mi mejor opción de compra y es que cómo saberlo si me estas distrayendo, veo y veo las fotos, pero sin duda disfruto más verte a ti. ¡qué guapa eres!"-, nunca supe que decir, sólo logró ponerme el triple de nerviosa y es que, ok, sí, he conocido muchos caballeros lindísimos, pero nunca uno con éste, tan varonil y con 25 años de ventaja en experiencia y en maña, además, la idea no era tirármelo, aunque si lo pensé varias veces en tanto lo tuve a 15 cts. de distancia, era hacer un negocio y punto.... eso era lo que se diferenciaba de todos los demás.

De pronto, se levantó, corrió las persianas y se mantuvo detrás de mí, juro que oliéndome y analizándome detenidamente, por un momento me sentí como la oveja indefensa que teme mover un dedo porque sabe que el lobo está acechándola.

 Me tomó de los hombros y me susurro al oído: -"Estas riquísima. ¿Podríamos discutir el trato en otro lugar más cómodo?"-, me levanté, di la vuelta y atiné a darle un beso, uno de esos besos ricos, jugosos e intensos; me mordí el labio y le dije: - "no tengo mucho tiempo, aún me faltan algunos clientes por ver. Pero si quieres podemos empezar a discutir el punto en este momento, sobre tu escritorio" -.

Puso llave a la puerta, me sentó en el escritorio y empezó a besarme, sentía como su lengua quería mimetizarse con la mía. Sus manos parecían estar locas, ansiosas de querer conocer que había abajo de ese escote que tanto le gustó, su lengua empezó a recorrer mi cuello, me mordió el hombro y tal vez por eso, hoy ese tipo de práctica se ha vuelto una de mis favoritas. Tocó mis senos por debajo de la blusa, era obvio que los botones de pánico que en ellos se encuentra estaban mega activados, los sintió y sólo atinó a descubrirlos, bajar el sostén y besarlos, succionarlos mientras que yo, abrazaba su espalda con mis piernas y me dejaba transportar directito al "Nirvana" y sin escalas... no hubo palabras, sólo sensaciones.

Mientras que seguía jugando con mis senos como un niño con juguete nuevo, le toqué el "punto interesante", era impresionante sentir su erección en mi mano, él, empezó a bajar y bajar, hasta que me bajo el pantalón, tocó con sus dedos mi vagina que dicho sea de paso, estaba mojadísima, esperando y gritando por él... me volteó, puso mis manos sobre el escritorio, recargando mis senos en su agenda y laptop, de pronto sentí como de manera arrebatada me bajó el bóxer y ¡pum! sólo escuché como abrió el condón y me dejo ir toda su virilidad hasta el tope y vaya que era enorme.

Me penetraba una y otra vez, con embestidas de un demonio en plenitud, su experiencia de casi cincuenta años estaba siendo ampliamente demostrada. Mientras más me cogía más tenía la sensación de gritar, él lo supo y atinó a poner su mano en mi boca para no llamar la atención de nadie sus empleados que aguardaban afuera. De pronto, sentí como la explosión de mi vagina lo estremeció al furor, lo empapé de mí, me volteó me sentó, abrió mis piernas y mientras me cogía me mordía mis hombros, era algo sumamente rico la combinación de placer, adrenalina y excitación empezaban a dominar una parte de mí que hasta ese momento desconocía. De pronto, saco su pene, se quitó el condón y me lo puso en la boca, yo atiné a chupárselo lo mejor que podía, cuando de pronto me tomó de los brazos me sentó nuevamente en el escritorio, abrió en compás mis piernas y eyaculó sobre mi vagina...

Esa fue una de las primeras experiencias más ricas que he tenido en mi vida, donde sin querer, sin pensar y sin buscar he obtenido cosas inigualablemente maravillosas.

-"¿Podemos concertar una cita posterior Srta.? es que debo de checar las opciones con mi esposa y me encantaría que Usted pudiera guiarme para hacer la mejor compra."-

-"¡Claro, nos vemos la siguiente semana! ¿Le parece Arquitecto?"-....

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