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Los paseos nocturnos son convenientes, sobre todo cuando lo manda el médico

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Salí, como todos los días, a caminar por orden de mi médico de cabecera, el paseo nocturno que me obliga todos los días del año, haga frio o calor. Cada día hago un recorrido distinto. Aunque siempre salgo de mi casa y regreso a la misma, a veces tan tarde que mi mujer ya está dormida.

El caso es que el pasado domingo, también salí, pero dando un gran rodeo, después de una cena muy pesada, en compañía de mis cuñados que habían venido del pueblo para pasar unos días...

Bueno, el caso es que cuando llevábamos unos dos kilómetros recorridos, mi cuñado (hermano de mi mujer), dijo encontrarse muy cansado y que iba a regresar a casa, pues le dolían los pies. Su mujer Sol, se ofreció a volver con él, pero el mismo le dijo que por favor, prefería que yo siguiera caminando acompañado por alguien. Y así fue. Mi cuñada siguió caminando conmigo.

La verdad es que mi cuñada, once años menor que yo tiene un cuerpo, que ya lo desearían otras de 30 años. Ella tiene actualmente 57 años y hay que ver como camina y el aguante que tiene.... El caso es que seguimos ruta. Yo le propuse, sin ninguna mala intención por mi parte, que terminada la cuesta (ya fuera del pueblo) podíamos tomar un café en un bar muy acogedor que había ya fuera de la carretera. Pues así lo hicimos. Terminamos la cuesta, a duras penas y nos dirigimos al bar...

Allí estaba como siempre Reyna, una ecuatoriana que a pesar de su corta estatura quitaba el hipo. Mi concuñada, se dio cuenta de que Reyna me miraba demasiado y me lo comentó. Y aquí comenzó el idilio. Sin darme cuenta estaba cayendo en la red de mi cuñada: "mira Pedrito que si se entera tu mujer que vienes a tomar café todos los días…" Le juré que nunca había pasado nada. Yo tomaba mi café, pagaba y marchaba para mi casa. Todos los días igual.... Ella siguió con el castigo. "Mira que si se lo digo a tu mujer…" Total que me hizo sentir mal.

En esto le propuse que si decía nada a mi mujer yo le daría lo que ella más quisiera. No se hizo de rogar. Me dijo que hace tiempo yo le atraía y que (textualmente) quería follar conmigo. Su marido hacía años que no podía follar completo y ella estaba, según me confesó muy desesperada. Total, que, volviendo al camino, va me empezó a agarrar del brazo y comerme a besos. No soy de piedra y me paré en seco. La agarré de su breve cintura y la besé como nunca había besado.

Mi pinga se puso dura como un garrote y ella cada vez se pegaba más. No tuve más remedio que bajarle el chándal y a la orilla de la carretera le comí la boca, las orejas, el cuello, el coño…. empapado como si se acabase de bañar... Le comí la pepita el clítoris los labios vaginales y le metí la lengua hasta que no pude más... vi como se corría por segunda vez y me pedía que le metiese la pinga sin más demora. Quería tenerme dentro como fuera.... Se corrió unas 6 veces.... mientras que yo, ya fuera de mí, me corrí como un toro salvaje una hora después. Fue delicioso. Me pareció que habían pasado cinco minutos...

El caso es que llegamos a casa y estaban todos dormidos. Ya en el pasillo, me volvió a besar con ardor y quedamos en volver a pasear juntos al día siguiente. Así lo hicimos los 3 días que estuvieron en mi casa de León. Y los 3 días, prescindiendo del café, follamos como dos colegiales….

Espero que vuelvan pronto. Bueno, quien me importa que vuelva es mi concuña, la mujer de mi cuñado. Él es un aburrido. No me extraña que su mujer tenga tantas ganas....

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