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A veces el sexo gratis no es ciertamente el mejor ¿o sí? (2)

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Capítulo 2: Anfitriona.

Desde ese día que ella nunca llegó, digamos que me tomé un par de semanas de vacaciones de tratar de follarme a alguien, tenía que despejar mi mente y la verdad, esos días si me sirvieron. Cuando pasó el tiempo de “relax”, y al ver a una compañera con otros ojos, esas vacaciones terminaron. Pero, tomando como antecedente fatídico lo sucedido a mis preciadas pelotas, lo pensé con mucha atención, la cosa estaba realmente mala, no era tan fácil follar con alguna compañera de la universidad después de todo. Quizá no era tan difícil, pero luego de aquella experiencia, mi “modus operandi” debía de cambiar radicalmente, para solo si una relación se viera próxima sea el objetivo secundario, lo principal a partir de ahora sería si o si, follarlas, cueste lo que les termine costando a ellas, así sea ¿Su vida?

Ella era de tez blanca, senos grandes y una cadera espectacular, una mujer de gimnasio, no dudo que quizá más de uno la tendría ya fijada en su radar, para aprovechar la mínima oportunidad y tratar de follársela, o como mínimo de lograr un cariñito por parte de ella. Yo, por mi parte me las ingenié para conseguir que ella necesitara algo de mí, sabía que ella estaba mal en matemáticas, curso en el que yo era un trome, pese a que ella era de dos ciclos superior al mío, el docente que le enseñaba era el mismo que a mí, logré que el docente me hiciera su asistente temporal, mientras el suyo había viajado para una especialización a otra ciudad.

Eso hacía que, para comunicarse con el docente, previamente lo hicieran conmigo, y ella, por lo que pude ver, necesitaba mantener un promedio mínimo para no perder su beca, y este curso era el que podía generar que la perdiese. El docente me dijo que oportunidades como exámenes orales no daba, por la naturaleza del curso, sin embargo, me dijo que, ya que yo era bueno, si algún alumno necesitaba ayuda alguna, yo le ayudará a repasar dichas clases.

Esa idea me cayó a pelo, pues significaba que existía la posibilidad casi del 100% de que ella se pusiese en contacto conmigo, para que la ayudara a repasar, y eso me daría a mi cierta ventaja para conseguir algo con ella. Si bien, no era la única que necesitaba ayuda, para mi suerte, tampoco es que fueran muchos, de las cinco aulas que enseñaba el docente los que la necesitasen, o por lo menos los que habían solicitado, tan solo tres solicitaron ayuda, de entre ellos la chica.

A los otros dos, los apoyaba durante la mañana o en la tarde, ella, sin embargo, me dijo que trabajaba casi todo el día, y solo le daban permiso para asistir a sus clases, lo que le daba casi poco tiempo para hacer sus tareas, y que tendría tiempo solo en la noche. Mi oportunidad de lograr follármela, estaba cada vez más cerca. Me dijo que, si podía ir a su cuarto que tenía cerca, luego de que ella salía de clases, que era como a las 10 de la noche.

Le dije que no tenía ningún problema, siempre y cuando donde viviese dejaran entrar a otras personas a tan altas horas de la noche, yo haciéndome el serio y respetuoso, para que ella se sintiera segura, pero muy en mis adentros pensaba: Ni bien me encuentre dentro de su cuarto, y ella se de vuelta, me bajo el pantalón y se la empotro hasta el fondo. -Tenía que mantener un porte para verme centrado, eso por lo que vi, a ella le gustó.

El día llegó, quedamos en encontrarnos en el parque que se encontraba a tres cuadras de la universidad, y desde allí ella me llevaría, le dije que no había problema. En efecto, cuando llegué, ella estaba allí, caminamos hasta su cuarto, entramos y la verdad, me sorprendí al ver su cuarto, ya que, a diferencia de los cuartos simples de estudiante, este se notaba que tenía algunas comodidades.

Le pregunté entonces, y solo por curiosidad agregué: Disculpa, si este es un cuarto de estudiante ¿A qué te dedicas? Ella sonrió y dijo un poco apenada y dijo: Bueno, yo soy da…, se quedó un rato en silencio y dijo: Anfitriona. Entonces le dije: Que bien, según sé ahí se gana bien. Ella asintió. Le dije entonces: Pero no nos distraigamos, hay que aprovechar cada minuto para repasar, después de todo mañana de seguro debes estar temprano trabajando. Ella dijo: Bueno, mañana tengo día libre, pero quiero hacer otras cosas, no te molestas por eso. Le contesté: Ya estamos acá, solo hay que repasar, siéntate.

Ella hizo eso y yo comencé a explicarle de la forma más simple que pude, ella se notaba al principio como que entendía lo que le decía, pero luego me dijo: Para. Yo la miré sorprendida, y dije: ¿Qué pasa? Ella me miró y me dijo: La verdad es que no soy capaz de comprenderte. -Si gustas te explico de nuevo, le dije. no tengo problema. Me dijo: Mejor sigamos otro día. Le dije, pero tendrás práctica pasado mañana, sino estudias o como mínimo comprendes vas a jalar de nuevo. Y según sé, tienes una beca que mantener.

Ella me miró apenada y dijo: Y ¿No hay otra forma de solucionarlo? Cuando dijo eso, la verdad en mi cabeza se me ocurrían mil formas de solucionarlo, todas ciertamente tenían que ver con mi pene introduciéndose en algún agujero de ella, y eyaculando a chorros mientras ella gemía de placer. Sin embargo, le contesté: Por la naturaleza del curso, el docente no toma otro tipo de exámenes, pero… E hice un silencio. Ella me miró dijo: ¿Hay alguna otra forma?

La verdad es que sí, y sería colocarte en el registro una nota aprobatoria, ya que el docente me permite hacer eso, hay posibilidad de que no lo revise, podrías aprobar sin estudiar, pero claramente eso podría traernos, si se sabe, sanción a los dos, y no me quiero arriesgar. Ella me dijo: Dame un momento. Se levantó de la silla y se fue a lo que parecía un cajón, sacó unos papeles y volvió. Colocó entonces sobre la mesa lo que no pensé que colocaría, eran cierta y no falsamente 2 mil en billetes de 100 en efectivo. Me dijo: Tómalos, son tuyos, solo por favor apruébame.

La verdad, pese a que era un montón de dinero, sabía que, a mi edad, si aparecía en casa con tanto dinero, y sin tener trabajo, parecería demasiado sospechoso además de que no lo podría ni gastar de a pocos, ya que mis propinas ni en un año alcanzarían tanto dinero. Eso se lo hice saber. Ella frunció levemente el ceño. Sin embargo (Era mi oportunidad, podría proponérselo, a lo máximo me sacaba de su cuarto, si le decía algo al docente este no le creería porque según sabia, ella había mentido una vez anterior con una propuesta sexual de un docente y era mentira, así que no tenía nada que perder) le contesté: Bueno, hay otra cosa que puedes hacer. Y ¿Qué es? Contestó. Bueno, tiene que ver, le dije, con el verdadero trabajo que tienes.

Entonces me levanté de la silla en donde estaba, caminé hacia el otro lado donde estaba ella aún sentada, y comencé a desabrocharme el pantalón. Ella me miraba algo sorprendida, pero lo hizo más cuando saqué mi pene al descubierto, el cual, pese a que no estaba del todo parado, medía ya cerca de 16 cm, y su grosor según la última vez que lo había medido, era de 4.5cm. Le dije entonces: ¡Tú decides! Ella, y por fin luego de todo lo que había tenido que pasar, tomó mi pene ya erecto con su mano, y lo introdujo a la perfección toda mi polla dentro de su boca. Lo sacó brevemente y dijo: Hazlo a la velocidad que quieras cariño.

Empecé despacio, para luego comenzar un mete y saca brutal que, sin pensarlo dos veces, y sujetando su cabeza levemente, mientras mi pene estaba dentro de su boca, sentí como me corría fuertemente, fueron cuatro grandes chorros de leche los que sentí salir por mi glande hacia el interior de ella. Al sacar mi pene, ella no dejaba de toser, por lo fuerte que se lo había hecho.

Obviamente, pese a que estaba a nada de haber terminado, no podía solo guardar mi pene e irme, tenía que disfrutar al máximo esa noche con aquella mujer. Ella quizá pensó que con una sola mamada bastaría, pero en menos de lo que pudo darse cuenta, estaba sobre su cama boca abajo, yo ya sin pantalones, y quitándole a ella sus pantalones mientras ella de estar boca abajo se colocó boca arriba. Dejándome ver su coño al descubierto, pues no tenía ropa interior.

Ella abierta de piernas sobre su cama, me miró mientras yo me quitaba mi camiseta, mi cuerpo semi marcado por el gimnasio, provocó en ella placer según pude notar por sus labios. Aunque claramente ella al ser un “Anfitriona” podría estar solo fingiendo.

Ella intentó cerrar sus piernas cuando con mi verga ya de 19 cm que, se dirigía directo a abrirse paso por su útero, no pudo sino solo sentir como de un solo golpe mi pene se introdujo dentro de ella, 19 cm le entraron a la perfección, aunque se sentía algo estrecha, fue fácil ingresar, mis pelotas incluso tocaban sus labios vaginales, mientras yo en la gloria sentía como mi polla con algo de leche aun saliendo, estaba introducida sin ningún tipo de protección dentro de aquella mujer. El breve shock de tener tremendo material dentro de sí, hizo que me diera tiempo a quitarle su camiseta a ella, quedando ambos completamente desnudos en la pose del misionero, ella sobre la cama abierta de piernas, y yo sobre ella a punto de iniciar su respectivo bombeo hasta desfallecer.

Esa noche no pudo terminar sino, bien. Recuerdo luego de ello, estar follando con ella por casi una hora, al final como era de esperarse, le rellené casi al completo su útero con mi semilla, me dijo que no me preocupara por este fabuloso “creampie” que le había hecho, ella pese a no estar acostumbrada, sabía que hacer, y realmente me lo merecía. Me dejó quedarme con ella hasta el otro día, pero si me dijo que debía irme antes de las cinco, porque si no alguien podría verme, y ella se metería en problemas.

Pese a que tenía que irme temprano, nadie me quitaba mi victoria, yo había logrado no solo lograr que una mujer me la mamara, sino que además de ello, logré eyacular dentro de la vagina de una mujer y posiblemente preñarla, si no fuera porque sabía que eso ella no lo permitiría. Si bien, no tuve en este caso que usar alguna artimaña para follarla, sin sentí como que fue algo forzado, pues de lo contrario, yo como su única salvación, ella no hubiera podido aprobar, cosa que en efecto hice.

Tras ese episodio con aquella mujer, volvería a realizarlo unas tres veces en lo que restó del ciclo, cada dos semanas casi tuve sexo asegurado, incluso con una de sus amigas que solo de verme el rabo se quedó algo embobada. Ella me hizo hacer un trio con una de sus amigas, realmente increíble. Sin embargo, pese a que había conseguido sexo “gratis”, algo dentro de mí, consideraba que si el sexo con una mujer, no era realmente forzado, este no valía tanto la pena.

(8,14)