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Abierta a la aventura

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Ya hace una semana que mi profesor me invitó a su casa de playa y aunque al principio lo dudé no fue hasta la última hora que acepté y terminé junto a Brandon, claro que antes tuve que mentirles a mis padres diciendo que iba con unas amigas de la universidad.

Así todo transcurrió con normalidad caminamos por la playa, nos bañamos en el mar y como siempre yo que soy algo gruesa me encontraba luciendo mi trasero el cual era llamativo, sintiendo las miradas de los bañistas mi profesor me paseaba con orgullo y yo simplemente me divertía.

Todo iba bien entre nosotros, parecíamos un matrimonio joven y perfecto hasta esa tarde que tomaba el sol, jamás imaginé que iba a escuchar eso mientras me ponía Brandon el bronceador.

–Bueno Pierina sabes porqué estás aquí necesito probar esa jugosa vagina… -dejándome anonadada yo sabía que esto iba a suceder, aunque claro yo esperaba que fuera por la noche.

–Si me das masajes tal vez lo considere… -abierta a tener una aventura con Brandon este simplemente tomó el bronceador y al untarlo en mis pantorrillas fue subiendo hasta mis muslos, incluso desató la parte inferior de mi bikini, posando sus manos en mis nalgas al encontrarme bocabajo disfrutaba de su masaje.

Resultando ser muy hábil con sus manos empezaba a excitarme y sin darme cuenta su lengua terminó saboreando mi vagina, no podía evitarlo ambos lo sabíamos y el hecho de saber que me había traído por mi vida sexual activa termine disfrutando.

–Espera, ¿a dónde vas?... ¡Arriba! -Dejándome al borde de un orgasmo al ver cómo su miembro de marcaba en su short como mujer no podía dejar de añorar ese miembro en mi interior.

A todo esto la mezcla de emociones era intensa y creo que ni siquiera sabía bien dónde estaba parada, pero cuando uno es joven haces muchas estupideces, a pesar de que siempre sentía los ojos de mi profesor clavados en mi cuerpo su mirada lasciva siempre me excito y ahora iba a cometer una locura.

Atando mi bikini seguí sus pasos y entre a la casa, yendo a buscarlo a la habitación ahí estaba él de pie.

–Ahora Pierina ven aquí y dame una mamada… -acariciando su miembro por encima de la tela, mientras sus ojos una vez más se clavaron en mí y aunque no me gustaba que me dieran órdenes negué aquella petición con la cabeza.

–Vamos ven aquí… -él insistió un par de veces más, mirándonos le sonreí a pesar de no querer dar mi brazo a torcer.

Realmente era demasiado y aunque me hacía falta al ver cómo lo negaba con la cabeza Brandon se cansó, caminando hasta mi me tomo por el brazo y atrayéndome hacia él me besó.

Al fin había hecho su movimiento y yo gustosa le correspondí, besándonos nos dirigimos hasta la cama y al estar a unos centímetros de esta simplemente le dije lo que quería escuchar.

–Bueno, parece que usted gana… -empezando a agacharme sabía lo que estaba a punto de hacer.

Nos miramos con complicidad y demostré saber lo que hacía, conduciendo en todo momento este acto nos estábamos aislando de todo lo que pasaba a nuestro alrededor, al desabrochar su short baje su cremallera y aprisione su miembro.

Realmente estaba desesperada por mamar su miembro y Tayler al disfrutar de mi caricia se sentó en el borde de la cama y yo me arrodillé en el piso.

Entre sus piernas lleve su miembro a mi boca jugando incluso se la lamí una y otra vez, disfrutando de este momento no me importaba nada más que escuchar sus cumplidos los cuales demostraban su aprecio.

–¡Así! si que sabes cómo complacer a un hombre, te ves como toda una puta...

Hacía tiempo que no me sentía así y más por el sabor y olor que su miembro destilaba, jugando me atragantaba y comencé a cansarme y por supuesto que Tayler se dio cuenta de esto.

Yo solo buscaba que su miembro llenara de semen mi boca, pero contrario a esto Tayler se apartó al percibir la situación y con cariño me levanto para tirarme en la cama.

–¡Lista! es hora voy a poner a gozar ese cuerpo

–Si por favor hazme tuya

–Entonces ponte a cuatro patas y ese fue el momento para que todo cambiará al tiempo que me pedía ponerme en posición.

Tomando mi posición estaba conociendo un lado de Tayler que no esperaba ver y me fui enamorando de lo salvaje que puede ser, había poder en sus palabras y llegó el momento en que era demasiado placer al sentir como desataba la parte inferior de mi bikini una vez más y empezaba a jugar.

–¿Te gusta? -Resultó ser una pregunta simple a todo lo que me provocaba.

–¡Me encanta!...

Fueron las únicas palabras que me escuchó decirle pues el darme placer era también uno de sus objetivos, guardando este momento en la memoria maestro y alumna estaban sobre una cama.

–Que sabor tan exquisito tiene tu vagina

Yo no podía pronunciar ninguna palabra más que disfrutar del placer al sentir sus manos en mi trasero Tayler apretaba con fuerzas mis nalgas dejando sus marcas en mí.

Escapando fluidos de mi sexo no me da vergüenza aceptar que me encantaba como su lengua jugaba conmigo, sabía que era mi oportunidad de ese orgasmo que me había negado y gustoso lo bebió.

–¡Ahhh!... -Sentí que eran litros de fluidos escapando de mi al ser muy complaciente.

Mis nervios me traicionaron y la parte superior de mi cuerpo reposó sobre la cama, mientras mis caderas aún permanecían levantadas y sabiendo lo que iba a suceder deje que me diera una nalgada.

Lo dejé jugar con mi trasero desnudo el cual podía sentir su lengua una vez más después del orgasmo que me había sacado, pasando su lengua por mi sexo y esfínter.

Llegando el momento me volví su prisionera pues al subir por mi espaldas sentí sus besos sobre en mi nuca e incluso mordió mi lóbulo.

–Bueno aquí va

–Solo se gentil, por favor, voltee para un tanto mi cabeza y Tayler simplemente me besó al juntar sus labios con los míos.

Su miembro acariciaba mi vagina y sin darme cuenta rozando mis labios vaginales, hasta mordió mis hombros y entró en mí, sacándome un gemido empezó a moverse.

–¡Aaahh! Empecé a gemir al tener su miembro duro en lo más profundo de mi interior.

Jugando conmigo Tayler me estaba llenando por completo y sin darme tregua sus arremetidas eran inagotables, me estaba haciendo suya sin importarle nada más.

–¿Espera qué haces?

–Jugar con todos tus orificios -sin saber lo que venía decidió cambiarme de posición, colocando mi cuerpo de costado mis piernas cerradas parecían la doceava letra del abecedario.

–¡Espera! ¡Espera! Por ahí no…

–Ya es muy tarde -la punta de su miembro se apoyó en mi esfínter, ejerciendo la presión suficiente se abrió paso en mí, negando en todo momento su avance con cada palpitar de mi esfínter su miembro avanzaba.

Nunca antes había hecho esto era la primera vez que un hombre hacía algo tan salvaje con mi cuerpo, las punzadas que provocaba y más cuando salió.

–¿Te gustó? -Preguntó el muy descarado con una sonrisa.

–No mucho así que por favor retíralo

–Lo siento, pero no y mira esto como tú pase para completar con una excelente en mi curso durante el siguiente semestre.

Ya no pronuncié ninguna palabra más y solo me quedo soportar sus embestidas, empezando a disfrutar de su miembro había momentos en que yo empujaba mi trasero hacia atrás.

Gimiendo y gritando durante gran parte de la tarde cada vez que se enterraba en lo más profundo de mi ser al moverse en mi interior.

Entrando y saliendo cambiaba de orifico cada vez que quería mi esfínter palpitaba y mi vagina chorreaba cual fuente de plaza.

–¡Más! ¡Más!

–… Está bien tus deseos son mi órdenes, disfrutando al máximo con sus embestidas habían veces en que me ahogaba.

Mi esfínter todo dilatado descansaba mientras mi vagina era la que disfrutaba, acariciándome yo misma al tener mis piernas sobre sus hombros acariciaba con ritmo mi clítoris.

Jamás en mi vida me había sentido así, destruida y a la vez tan completa sin duda este era el mejor sexo de mi vida.

Su miembro me sacaba interminables orgasmos al entrar en lo más profundo y no pude evitar gritar, aunque claro tampoco es que quisiera ocultarlos y sin darnos cuenta al igual que comenzamos todo llegó a su terminó.

Estando ambos transpirados sentía el aire rozar mi trasero y vagina, mientras que el miembro de Tayler aún estaba erecto.

–Y bien Pierina vas a venir a jugar con mi miembro o voy yo sobre ti.

–… -No podía negarme a su orden es por eso que muy lentamente me subí sobre Tayler y me arrastre sobre él.

Yo tomando la iniciativa empecé a lamer su miembro, pero eso no le gusto y así fue como Tayler me ayudó pues deseaba votar su semen.

Él me tomó de los cabellos y jugó rítmicamente en mi boca, sentía su miembro entrar y salir, mientras yo llevaba mis dedos dentro de mi esfínter y vagina, me encantaba la forma como me ahogaba y mientras tanto sentía un orgasmo mojar la cama de repente su semen inundó mi garganta.

Ahogándome esto provocó que lo escupidera, pero al tener su miembro en mi boca el semen escapó por las comisuras de mi boca y al ver que me ahogaba Tayler no tuvo mejor idea que sacar su miembro de mi boca y tiró sus últimos chorros sobre mi cara.

–¡Ahhh! Jamás en mi vida me había venido así, eres muy buena

–¡Gracias! -Fue lo único que pude decirle, mientras me reía y limpiaba su semen de mi rostro como podía y me acomodaba a su costado.

Yo había disfrutado lo suficiente y el resto del fin de semana la pasamos dentro de la casa mirando la playa, mientras lo hacíamos.

Así mi vida dio un vuelco y no sé cuánto dure esto, pero mientras tanto voy a disfrutar de este placer que mi profesor me pude dar en los dos siguientes años que me quedaron en la universidad.

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