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Abogada adicta al sexo anal (Parte 1)

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Era el año 2011, había tenido ya ciertas aventuras desde que me fui a vivir solo, en una reunión me presentaron a Laly, linda mujer de blanquita de cabellos negros y figura monumental de buenas piernas caderas y pechos grandes, tendría unos 27 años, y aunque congeniamos muy bien no pudimos echar rienda suelta nuestras pasiones, hasta que un día fue a mi departamento.

Ella salía a diario del centro de Lima hacia su casa por Lima sur, así que un día quedamos en que ella iría a mi departamento una tarde, ya había pedido permiso para salir con anticipación, compre vino y lo puse a helar, arregle bien la sala y claro está mi habitación.

Mientras esperaba tomándome un Red Bull para estar despierto, sonó mi celular, el cual vi su nombre, a lo cual contesté.

-¿Hola Laly, como estas, ya estás en camino? –Preparándome para su positiva respuesta

-¿Si, muñeco, en que estación de metropolitano bajo?

-En la estación “XXX”

-Ok, ya estoy cerca, ok salgo para darte el encuentro, besos.

Salí presuroso, y en mitad de camino al cruzar la pista la divise a lo lejos, que encanto de mujer llevaba un sastre -falda y saco -ceñido a su despampanante figura, con su bolso, una mochila y folder en una mano, con unos tacones que se hacían relucirse más monumental, además de llevar su cabello negro azabache al viento. Se le notaba estresada a lo cual presuroso, tome su mochila y folders ofreciéndole mi brazo para que se apoyase a lo cual accedió.

-Como estas preciosa, dándole un tierno beso en su mejilla, uy se nota que hay tenido un día difícil o me parece

-Que en serio? ¿Se me nota?, bueno si tuve un día pesadito, bueno todos mis días son pesados en el poder judicial, tengo que redactar citaciones, hacer que el juez firme resoluciones, bueno cosas de abogados. -mientras íbamos llegando a mi departamento.

-Si, ya me imagino, pero bueno ya vas a descansar al menos un ratito en mi casa, te atenderé como toda una mujer de la realeza –a los cual nos miramos y ambos reímos.

-Aquí vives?

-Si, Bienvenida a mi mansión-todo un caballero en ese momento.

Al ir entrando pude ver su figura desde su espalda, era todo un monumento y sus tacones hacían marcar sus pantorrillas, demasiada carne en esa bella mujer.

-Puedes quitarte los tacos si deseas, relájate un momento al menos

-En serio –replico

-Si claro, no te cohíbas… ya te traigo algo para tomar y picar

Ingrese a la cocina y al salir con el vino demás de pasas de piqueo, la vi casi echada sobre el sofá grande en medio de los cojines ya descalza con las piernas cruzadas carnosas y apetecibles.

-Gustas vino? –destapando la botella

-Solo un poco claro, no quiero relajarme mucho, puedo abrir un poco la ventana

-Claro –le mencione y servía el vino

Pude notar una vez más sus caderas, sus glúteos como se apoyaban en mi sofá junta a la ventana para abrirla, por un momento quise dejar todo y lanzarme sobre ella quitándole toda su ropa y hacerle un delicioso oral para relajarla.

-Que pasa te has quedado mudo… que me cuentas como estuvo tu día

-Bien, bueno… estaba viendo una obra y me escape temprano para poder verte

-Te tiraste la pera por mi?! Te pasas –mientras reía y le acercaba la copa de vino

-Es que valías la pena –mientras acaricia su mano al momento que ella sostenía la copa

-Si tú lo crees, ojalá no te arrepientas

-Para nada –Repliqué

-Pero tú también ponte cómodo, estás en tu casa no tienes por qué seguir con tu camisa y zapatos.

-Ok me cambio y vuelvo, no te vayas a ir

Fui rápidamente a mi habitación me quite la camisa solo y me puse unos jeans, demás de quedarme descalza como ella.

-Muñeco y vives solo? –preguntándome desde la sala

-Si, ya hace unos años… poco a poco implementando el departamento

-Y no te da miedo vivir solo

-No nada que ver, es cuestión de acostumbrarse -mientras salía a la sala

Mientras ella buscaba poner en mi equipo de radio música para relajarnos un poquito más

-Bueno, ya estoy más cómodo.

-Ay ni tanto, ya quisiera andar en ropa interior, como cuando llego a mi casa y entro a mi habitación desestrezándome

-Bueno, si quieres lo puedes hacer, yo no tengo problemas –mientras sonría

-Si, que más que atrevido eres

-No, solo quiero que te sientas cómoda, ya se échate en el sofá grande, dame tus pies te los voy a masajear.

-Saber dar masajes a los pies? –toda dudosa mientras tomaba de a sorbos el vino

-Si, algo… lo intentare.

Se echó sobre el sofá, acomodándose con los cojines, mientras puse sus pies sobre mis piernas masajeándola suavemente, así fuimos conversando, fijándome que eso era lo que necesitaba una mujer después de un día de trabajo con tacos que la mimen y engrían.

-Y como así, abogada, ósea tienes presencia... y seguro ahí en los juzgados todos estarán atrás de ti.

-No te voy a mentir, están atrás de mi invitándome a salir, hasta los mismos jueces no pierden la oportunidad de galantearme, pero no quiero mezclar trabajo con pasión

-Pasión? –le pregunte admirado

-Jajaja, O sea amor pues no me interesa

-Ósea eres muy apasionada –tomando mi copa diciéndole Salud, sin dejar de sostener con una de mis manos su pie.

-Ay no me hagas caso, este vino me está haciendo hablar tonteras –mientras sonreíamos

-Y tú? ¿por qué estas solo? Que pasa contigo nadie te puede atrapar –curioseando en su pregunta.

-Ja, no nada que ver solo que no se ha presentado ninguna mujer que me atraiga por completo.

-Como te gustan pues? –mismo interrogatorio

-Apasionadas –Replique

-Ya pues, no me desvíes el tema –mientras reíamos, pero ya en la confianza de estar acariciando no solo sus pies sino también sus pantorrillas.

-Bueno lo importante es que le importe y no me tome como una aventura, yo si soy de entregarme de verdad y querer de corazón, por eso me han fallado antes.

Ella empezó a mirarme con atención, con cara de pobre bebe.

-Bueno te has fijado en malas mujeres, pero creo que puedes tener mejor suerte

-Así?, porque lo dices… Tu eres ese tipo de mujer ¿o sea crees que tu podrías ser esa mujer que he estado esperando –me lance al ruedo en una era al todo o nada.

-Quien sabe, mientras desvió su mirada hacia la ventana y el cielo se tornaba ya lila por el atardecer.

-No te pongas nerviosa solo fue una simple pregunta-mientras ya acariciaba sus rodillas y sentía que me iba excitando.

-No voy a negar que me gustas, por eso estoy acá… y que pueda pasar más adelante no lo sé… solo quiero que sepas algo acércate, para decírtelo al oído –subiendo un poco casi como poniéndome encima suyo y ella diciéndome al oído.

-Tú… –con voz baja

-Que? no escucho –mientras la mire de reojo y ella me tomo del rostro

-Bésame –con voz tierna como queriéndose llevar por el momento

Nos acercamos al instante y empezamos a besarnos ya sobre ella enroscaba una de sus piernas como las mías me sostenía sobre el sillón y ella solo se entregaba dándome su cuello y yo procedí besarla toda, mientras ella me abrazo sobre el cuello, estuvimos así un rato hasta que me dijo –Siéntate.

Me senté sobre el sofá-tomo su copa y yo la mía, ¡Salud, Salud!

-Voy a cerrar un poco las cortinas

Se apoyó casi sobre mí y sentí como sus pechos presionaban uno de mis hombros, y al cerrarlas con casi poca luz parada frente a mi

-Quiero que me hagas el amor, trátame como una reina y yo te tratare como a un rey

-Trátame como a un rey, y te adorare no sabes cómo.

Empezó a desbotonarse la blusa, dejando ver sus voluptuosos pechos y al quitarse el sostén puede apreciar tan robustas tetas con sus pezones casi rosados, me encandilaron, acto seguido se dio vuelta y me pidió que le bajase el cierre de la falda, procediendo luego ella a bajárselos lentamente, que delicia de culo tenía… traía una tanguita negra podía apreciar casi a poca luz tremenda cola que empecé a acariciar sus glúteos, atreviéndome a besarla poco a poco subiendo por su espalda hasta llega a su cuello mientras me pegué a ella abrazándola y presionando sus tetas carnosas y pesadas.

Ella se dio vuelta me quito el polo y me ordeno que me sentará, yo solo obedecía a tan despampanante mujer, me desabrocho el pantalón bajándomelos con todo y bóxer, a lo cual mi verga salió disparada de lo erecta que me puso.

-Vas a ver lo apasionada que soy –mientras me miraba empezó a masturbar mi pene y sin dejar de verme a los ojos, puso su lengua sobre mi glande empezando a rotar su lengua y de una sola mordida metió mi verga en su boca empezando una gran mamada que me hizo arrecharme tanto que solo atine a sostener su cabeza a sostener sus cabellos mientras succionaba una y otra vez, me estaba llevando al cielo, sentía como sus tetas rosaban con mis piernas como sus manos me tocaban tratando de que me excitará lo cual consiguió.

-Wow, que rico… que haces, me estas volviendo loco.

-Te tocará después a ti engreírme así... uhmmm uhmm

-Ahhhh, que rico, sigue así muñeca me estas llevando al cielo… vamos súbete quiero culearte mi amor.

La puse de pie, le baje su tanguita ya casi a la oscuridad de la sala, solo iluminaba tenuemente las luces de los postes, bese algo rápido su concha levantando una de sus piernas sobre mi hombro para hacerle un rápido sexo oral, quería empamparla con sus fluidos, sentir el sabor de su vulva para poder follarla. La ordene montarse sobre mí, empezando ella a menearse una y otra vez dejándose embestir mi verga en su concha… se veía que lo disfrutaba y yo más mientras por ratos acercaba sus tetas a mi boca para morderlas y chuparlas.

Que noche estábamos teniendo, follando sin prohibir nada de nuestros bajos instintos, besándonos, acariciándonos, tomándonos el uno al otro. Se detuvo, pero rápidamente giró hacia mi dándome todo su culo a mi vista, metiéndosela en su concha y empezando a clavarse ella sola mi verga hacia atrás y hacia adelante una y otra vez… esa tremenda cola destrozando mi verga, ¡qué mujer!, ¡qué tal hembra!

Muñeca ya me vengo… ya me vas hacer venir… se paró rápidamente y arrodillándose frente a mi puso sus tetas entre mi verga y empezó a hacerme una rusa inimaginable, ya no podía más.

-chúpamelo ya me vengo

Empecé a disparar los chorros de leche que llegaron hasta su cara, a lo cual ella metió mi verga en su boca empezando a recibir toda mi descarga de semen… yo sentía que se me salía el alma.

-Uhmm, tienes mucha leche… uhmmm, sabe dulce, debes ser por el vino.

-Ahhh… que apasionada resultaste… era cierto –mientras nos reíamos coquetamente

-Pero no se vale eh, yo aún no he acabado, pero ya no tenemos tiempo ya me tengo que ir.

-No mi amor, no te voy a dejar que te vayas así –la recosté en el sillón patas arriba sosteniendo tremenda cola empecé a lamer tremenda concha mojada por nuestros fluidos, y no me importo porque tenía que satisfacer a tremenda mujer, lamia, lengüeteaba su concha, clítoris, levante más su cola y empecé a hacerle un beso negro no deje escapar nada de tremenda concha y culo, sentía que ya estaba volviéndose a excitar.

-Si tú eres apasionada yo también no me quedo atrás –apuntando mi verga y metiendo de a pocos mi glande sobre su ano.

Aunque pensé que iba a dar batalla, entro sin mucha complicación y estuve así dándole, dándole, al parecer era tubera, ella solo se dejaba follar recostada sobre el sofá y con sus manos debajo de su cola abriéndosela ayudándome para penetrarla con más comodidad,

Que tal combinación mamadora y tubera, que buena hembra había encontrado.

-Ahh, me vengo ohhh, no pares sigue.

Fue tanta su excitación que se vino follandomela analmente, bajando luego las piernas y poniéndose de cuclillas dándome otra mamada espectacular hasta hacerme venir nuevamente, esta vez mi leche las dejo caer en sus tetas, las acaricio y froto cual bloqueador solar.

Caí rendido en el sofá mientras nos abrazábamos, pero yo entre caricia y caricia besaba sus mejillas y hombro en tono romántico.

-Muñeco me tengo que ir, se me va hacer tarde…

-Te pido un taxi satelital descuida, vamos a bañarnos, te presto baya tengo secadora no te preocupes, solo llegarás un poquitín tarde a tu casa, pero prométeme que otro día te quedas conmigo ok.

-Ok, muñeco, vamos rápido.

Mientras nos bañábamos pude apreciar más su figura, sus tetas de pezones rosados y grandes glúteos, era un hembrón.

Así quedamos en vernos el fin de semana prometiendo quedarse a dormir, era mi mujer una hembra la cual folle por varias semanas, y aunque tuvimos un final habitualmente cuando solo hay sexo, no voy a negar que follamos muy rico, nunca me dijo no a follarmela analmente, Le encantaba; además de tener de ella fotos que se dejaba tomar desnuda entre artísticas y eróticas. De las mejores mujeres que pude conocer bella, inteligente y muy ardiente.

(9,00)