Nuevos relatos publicados: 0

Agradecimientos (1)

  • 4
  • 5.447
  • Sin valorar (0 Val.)
  • 0

Distinguida, esplendorosa, magistral, ama, sublime alteza, colosal, grandiosa, magistral, excelsa, divina dueña y extraordinaria alteza:

Hoy he vuelto a rendirme a sus pies nuevamente, Excelentísima Dueña, para agradecerle poder ser su esclavo, su lacayo, su humilde servidor, siempre a ras de suelo y postrado a sus pies.

Cada segundo de mi vida, voy sintiendo su infinito poder, que me arrastra a darle las gracias Alteza, pues sin Usted, jamás hubiera vivido tales sensaciones.

Ayer fue un día extremadamente duro para mi adorada Alteza, pues jamás Vivi tanto castigo... 12 horas arrodillado, sin poder hacer prácticamente nada. No se lo recrimino Alteza, sé que sus castigos son justos, coherentes, pero no estoy acostumbrado, Divina Dueña. Solo le ruego, le suplico y de rodillas le imploro, que me dé un poco más de tiempo, para irme adaptando a su poder.

Luego el castigo de tres horas, de cara a la pared... Hasta que Usted me llamó, para presentarme a su amiga.

Tras otra equivocación, Usted, mi Ama, mi Dueña, mi Alteza, volvió a castigarme; en esta ocasión ordenándome copiar 500 veces: "Debo poner mucha más atención a quién sirvo y respondo". Yo no soy nadie para juzgar su castigo, Usted me lo impuso y yo tengo que aceptarlo, pero continué arrodillado todo el tiempo que copié su castigo... Y ya perdí la cuenta de las horas que estuve arrodillado a sus pies, ante Usted Divina Alteza.

Mi vida he de reconocer que gracias a Usted ha dado un giro radical.

Ahora duermo mucho menos, pues lo hago en el suelo, totalmente desnudo, y es muy incómodo para mí, acostumbrado a otro tipo de confort, y gracias a que no hace mucho frio últimamente. Pero donde esté una cama...

Es normal Sublime Excelencia, Distinguida Ama, que sea yo, el esclavo, el sumiso, quién tenga que adaptarse a sus normas, a sus leyes, de Ama, Dueña y Adorable Soberana. Y le juro Magistral Excelencia, que no quiero perderme ni un solo segundo de esclavitud, bajo sus órdenes, bajo sus plantas, bajo su poder infinito, que hace que me arrastre y que me humille ante sus divinos pies.

Es usted, para mi como un sueño...

Dicen que para construir un bello sueño, lo primero que hay que hay que hacer, es estar bien despierto. Tener mano firme para sostener las bridas, y hacer un proyecto a medida, teniendo en cuenta que todo encoge.

Y dicen que es bueno, utilizar materiales de excelente calidad, y hacer anchos y profundos los cimientos...Digamos que a prueba de malentendidos, de adversidades, de vientos inesperados.

Nada cura las heridas como un bello sueño...

Pero todo lleva su tiempo y tiene su trabajo a realizar, y hay que estar pendiente de ese sueño, casi como si fuera un recien nacido, pendiente de sus gestos, de sus muecas, de si rie, de si llora...Y sobre todo uno tiene que estar preparado de su resultado final, pues pueden existir ciertas sorpresas no queridas...Y si eso ocurrira, hay que saber salir de entre los escombros...Y empezar de nuevo a querer construir un lindo y maravilloso sueño, como el que yo he tenido con Usted, desde el 27 de Abril, cuando me puse a sus pies, Adorable Ama, Distinfguida Alteza.

Bueno mi Dueña, espero no molestarle con estos agradecimientos, que me permiten acercarme un poco más a Usted. Confesarle lo que vivo, transmitirle lo que siento.

Hay muchas cosas que tengo que ir aprendiendo sobre la marcha...No tomar refrescoas, pues no los hicieron para esclavos, eso solo las Amas como Usted tienen el derecho a consumirlos, nunca un esclavo suyo...habiendo agua en los grifos...Y lo comprendo Mi Ama. Hay tantas cosas que no se hicieron pensando en los esclavos...

No le hago perder más tiempo Excelentisima Majestad. Sé que me arrastro a sus bellos y divinos pies, como un gusano, como una culebra...Para ponerme a sus órdenes. Cada segundo que vivo como esclavo suyo, lo consumo con cierto temor, Ama mia, pero con mucha intensidad...Y no quisiera que pasase el tiempo nunca, para seguir atado a sus deseos, para sentir su divino pie sobre mi nuca, ejerciendo ese poder que Usted tiene sobre mi.

Gracias Majestad, gracias Alteza, por dejarme saborear ésta esclavitud, nueva para mi, que me arrastra como los vientos, y me lleva a estar a su merced incondicionalmente.

Gracias por siempre, Mi Ama. Sublime Alteza.

Se despide su siervo, su esclavo, su humilde felpudo:

"gusano"

(Sin valorar)