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Cogidas y enredos
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Mi amigo José, siempre había estado enamorado de la linda trigueña Vanessa Jaqueline, una linda española que llegó a compartir las aulas al final de la preparatoria. Infortunadamente para José quien era un amigo mío, aunque no tan cercano, la chica valenciana prácticamente se abalanzó hacia mí a pesar de que todo el mundo sabía que la chica en turno por esos días era la flaca argentina de nombre Gabriela. Por esos días me conseguía a una chica diferente a cada semana e incluso llegaron a inventar que hasta ciertas maestras me cogía en la escuela lo que realmente nunca pasó a nivel de secundaria. Para no hacer el cuento tan largo, a los meses me había llevado a Vanessa Jacqueline a la cama, pues para decepción de José, la chica valenciana se encargó de hacerle saber a todas las de la clase las tremendas culeadas que le daba y obviamente esto llegó a los oídos de José.

Creo que a pesar de todo eso, José siguió obsesionado de algún día poder disfrutar del tremendo culo de Vanessa y realmente no lo culpo, pues en realidad la chica tenía hermosas facciones y un cuerpo muy envidiable que se miraba igual de sensual con vestidos o pantalones. Lo mío con Vanessa fue algo temporal y la verdad creo que solo cogimos alrededor de un par de meses mientras me pasaba la euforia y buscar otra cola nueva que pisar. Y en ese tiempo en la escuela no me tomaba mucho esfuerzo.

La verdad que ya adultos el mismo José me confesó como estaba de enamorado de la chica valenciana y que definitivamente le dolió cuando alguien le hizo saber que la chica se jactaba de las tremendas cogidas que decía le daba, a todas sus amigas. A mí también me gustaba mucho, pero quizá su manera de ser egocéntrica, muy engreída era lo que no tanto me gustaba, aunque conmigo siempre fue muy receptiva. De adultos volvimos a coincidir los tres trabajando para la misma compañía y donde José tenía un inmediato acceso a ella, pues era encargado de una área de recursos humanos. Echándonos unas cervezas volvimos a recordar esos tiempos y para José a volverlos a sufrir, pues quizá era un tanto masoquista, pues quería escuchar de mi como me la había cogido. Nunca le narré todos los hechos.

Un día me encontré con Vanessa por los pasillos de la compañía y le mentí al decirle que llegaba de visita y en ese momento volvimos a intercambiar los números de teléfono. Aunque ahora ya era casada, sentía que si le volva a pedir el culo a Vanessa, no dudaría en entregármelo. De hecho, a los días se lo insinuó y más tardo en decirme que sí que en estar en el hotel de nuevo follando. Creo que la adrenalina de lo prohibido le encantaba, pues eran verdaderos maratones de sexo donde disfrutaba a Vanessa en el sexo anal, pues la verdad que tenía un culo perfecto. Inclusive a sus 33 años, y con haber parido dos hijos, ese culo y cuerpo eran una delicia.

José me admite, que inclusive ahora ya de adulto se le ha insinuado y la tal Vanessa, aunque por el mismo José tiene un puesto de secretaria y un buen sueldo, nunca ha tenido las posibilidades ni de rozarle sus mejías con un beso. Y fue como se me ocurrió hacer lo que nunca se me ha ocurrido hacer con nadie en la vida. Le propuse a José algo que el muy tonto acordó y que fue lo que a la vez terminó con su matrimonio temporalmente. En un compartir de unas cervezas, le había dicho que me estaba cogiendo a Vanessa de nuevo, lo cual él se rehusó a creer. Le dije que, si quería comprobarlo, que planearía un día cogérmela en un hotel y que después del acto le daría algún somnífero a Vanessa para que él tuviera la oportunidad de verla desnuda ya cuando yo me haya retirado después de la cogida.

Nos tomó algún tiempo planearlo, pues Vanessa tendría que buscar el tiempo indicado, donde debería tener la excusa perfecta para no estar en casa y que también José coincidiera con el tiempo. De mi parte, pues yo no tengo esos inconvenientes de reportarme con alguien. Pues para conveniencia acordamos en el hotel cercano a la compañía donde trabajábamos y donde pasaríamos cogiendo con Vanessa toda la noche y que José llegaría a las 2:00 a.m. Bueno, ahí estuve cogiéndome ese exquisito culo toda la noche, donde Vanessa solo jadeaba de placer en los 5 o 7 orgasmos, la verdad que ya no me recuerdo de cuantos gozó, pero que ya llegando la una de la madrugada, le ofrecí un vino o un whisky, pues no me recuerdo en donde le di un somnífero para que no despertase y que José se diera gusto viéndola desnuda. La verdad que tenía un bonito cuerpo y rostro la chica valenciana.

Yo me he vestido y me he retirado para que José la goce viéndola y le digo que el somnífero regularmente tiene un efecto de unas 4 horas. Lo dejo y me he ido. El siguiente día Vanessa me ha llamado reclamándome el haberla dejado en el hotel y que se ha despertado como si una resaca tuviera. Bueno, eso fue todo lo que me dijo y nunca supe más de esa noche, aunque meses después volvíamos a coger por las tardes en el mismo hotel. Un día me contó José que se estaba divorciando de su mujer, pero nunca me dijo los motivos. Como José nunca había tenido suerte con las mujeres, siempre pensé que su mujer era alguna chica promedio, pero la verdad que esta chica le encontró algo de gracia a mi amigo José, pues realmente era de buen ver; bonita cara y un tremendo trasero que tenía la mujer, quien era incluso como 7 años menor que José.

Ya la había visto en la cámara de comercio, pero no sabía que era la esposa de José, y me di cuenta de ello por pura casualidad sin que ella lo supiera que yo era amigo de su exesposo. Finalmente, me la he llevado a la cama donde me ha entregado literalmente su culo, algo que siempre José me decía su mujer le negaba, pues yo siempre le contaba a cuantas mujeres me había cogido analmente. La verdad que Marisela es una diosa del sexo anal y a mí me lo entregó con gozo y gocé comiéndome ese culo. Y es en esas convivencias sexuales de como ella me cuenta que terminó con su marido por infiel y me menciona el nombre de Vanessa Jaqueline. Yo obviamente me hago el desentendido como si no supiera nada y no conozco a ambos, y es Marisela la que me cuenta que lo descubre en un video que el tonto de José ha filmado. Aquello aviva mi curiosidad y le pregunto: ¿Literalmente tu viste en el video que tu marido estaba con otra mujer? Y ella me responde: Si Tony, ahí se miraba él encima de ella, aunque ella parece que está más borracha que ni moverse puede.

Pude intuir lo que el pendejo de José había hecho. El muy tonto se aprovechó de las condiciones de Vanessa y para joderse él mismo, se filmó y el video se lo había encontrado su mujer por esos días. Obviamente no fui directo a preguntárselo a José, pero poco a poco le fui sacando la verdad, aunque el nunca admitió habérsela cogido ese día y yo no le podía decir que su exmujer me lo había contado todo, después de una buena follada con ella, especialmente que él todavía guardaba esa posibilidad de regresar con ella y andaba en esos trámites de la reconquista y, eventualmente regresan con el tiempo, pero para esto José no me habla nada de ello. Lo único que un día me contó en forma de broma Vanessa era que le parecía como una pesadilla y que había soñado que su jefe José intentaba cogérsela en una habitación de un hotel. Pensé que quizá su subconsciente sabía lo que había pasado y ella pensaba era todo un sueño. No le dije nunca nada y lo dejamos así.

Para una navidad invito a José a un coctel que di en el mismo hotel y sorprendentemente me presenta a Marisela como a su esposa y no hallo como disimular, pues esa misma semana le he sacado siete orgasmos a esta mujer y le he dejado ir cuatros descargas de mi semen en su boca, concha y culo. Ella quizá lo disimula mucho mejor que yo, pero el ambiente se vuelve más tenso cuando aparece Vanessa, con quien he acordado en subir a un cuarto de este hotel y darnos otra cogida. Ella llega y me toma del brazo como mostrando familiaridad y creo que Marisela cree que es mi esposa a quien yo le he negado, pero luego escucha que la presento como una amiga. Disimula y cuando tiene la oportunidad me dice: Tony, es con esa mujer con la que José se mira en el video… se que es ella. Y le dije: La verdad que no se quien es el peor: tú o tu marido.

Ya nunca volví a coger con Marisela y fue hasta que me retiré de esa compañía, que José me confesó que no solamente la había filmado desnuda, sino que se la había cogido por la panocha y por el culo. Me mostro el video que aún conservaba y yo nunca tuve el valor de decirle que mientras todo aquello sucedía, yo también me había estado cogiendo a su mujer. La verdad que, si yo hubiese sabido que era la mujer de José, nunca me la hubiera cogido, pero esas son las coincidencias que se dan en estos enredos de la vida. En el video se ve como el muy pendejo se filma y acerca los lentes para ver cómo su verga desaparece en el culo de Vanessa. Y en estos enredos y esto porque realmente lo busqué, un día terminé cogiéndome a la hija de Vanessa y sé que ella lo supo inmediatamente, pues ella misma me invitó a celebrar en esa ocasión los 21 años de su hija Ashley. Le comí el culo como un día lo había hecho con su mamá a sus 18 años, le saqué una veintena de orgasmos en ese fin de semana y pensé que me lo iba a reclamar, pero me sorprendió su comentario o cumplido: Sé que te has estado cogiendo a mi hija, pero si la has hecho sentir como un día me hiciste sentir a mí, me alegro por ella.

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