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Con el padre de un alumno

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Trabajo en la misma escuela primaria hace 5 años, actualmente tengo 30 años y soy maestra de tercer grado. Soy una apasionada por mi trabajo y me preocupo mucho por los asuntos de los niños, por eso mismo mis colegas y yo decidimos llamar a los padres de un alumno de 8 años que tiene problemas muy serios de conducta.

Cuando el padre de mi alumno Valentín ingreso levante la vista de mis papeles y lo mire hasta que él estuvo al frente mío, me di cuenta rápidamente que este hombre es más atractivo de lo que yo imaginaba.

-Soy Julián Lambes, el padre de Valentín.

-Un placer conocerlo señor Julián, yo soy la señorita Valentina, la maestra que está a cargo de su hijo, tome asiento por favor.

Él se sentó y apenas lo hizo me dijo que su esposa no pudo venir porque estaba trabajando en estos momentos.

-¿Cuál es el problema de Valentín?- me pregunto dirigiendo una mirada nada discreta hacia mis senos que estaban a punto de salirse de mi camisa blanca.

-El problema del alumno son problemas de conducta, tiene una energía bastante alta lo que lo hace bueno con los deportes y problemas de aprendizaje no tiene ninguno, pero me distrae a toda la clase cuando estamos en hora de lengua, termina de escribir antes que todos lo que le produce un alto grado de aburrimiento y no respeta las reglas de conducta de esta institución, es por todo esto que lo citamos a usted.

-Voy a hablar con él, pero quiero que usted sepa que no se puede tener a los niños como un ejército- fue la inesperada respuesta del hombre.

-Yo no pretendo tenerlos en un ejército, pero su hijo debe respetar las reglas de conducta de esta institución.

-Es un niño de ocho años, señorita, ningún niño de esa edad entiende de reglas.

-Los otros niños las respetan, lo que usted dice es una incoherencia- Aquí ya levanté un poco la voz.

-Le voy a enseñar mi nivel de incoherencia maestra- me respondió Julián riéndose a carcajadas.

El señor Julián se acerca a mí dando grandes zancadas y no pierde ni por un segundo su sonrisa en el rostro.

-¿Qué hace?- logro murmurar.

No estaba preparada para lo que este hombre hizo a continuación, puso su cara a centímetros de la mía, pensé que iba a besarme apasionadamente con mucha lengua, pero en vez de eso lo que hizo fue deslizar sus manos hacia la zona de mis senos y desprender todos los botones de mi camisa, lo hizo con tanta brutalidad que estuvo a punto de romper la tela de mi prenda, me lo quedé mirando boquiabierta y él solo me dijo:

-Soy muy incoherente.

A causa de mi sorpresa ni tuve tiempo a taparme los pechos que ahora estaban desnudos a la vista de este hombre, avanzo detrás de mi escritorio y fue ahí cuando me puse de pie, pero aun así no le he podido decir nada, no me ha dado tiempo porque me quito la falda de un tirón y empezó a darme nalgadas que cada vez sonaban más fuertes. Me cuesta admitirlo, pero Julián me estaba dando un inesperado placer con su actitud, dejo de darme nalgadas y se puso finalmente delante de mí y sin pensarlo fui directo hacia su boca, nos entregamos a la pasión de un húmedo beso.

Cuando nos separamos él se desabrocha el pantalón y deja su miembro al aire libre.

-¿Te gusta maestra?- me dice usando un tono de voz grave.

-Me encanta- le respondo en un susurro.

-Chupala- fue su respuesta final, me tomo fuerte de los pelos, me hizo ponerme de rodillas y sin soltarme en ningún momento me clavo su pene en mi boca con un solo movimiento y haciéndolo entrar todo entero.

Al principio me dio una arcada cuando esa verga toco el fondo de mi garganta y por unos segundos no pude respirar, sin embargo, no entre en pánico y pude movilizar mi lengua lentamente hasta que hizo contacto con su cabeza y siguió bajando cada vez más profundo y rápido una vez que ya me había habituado.

El como era un hombre dominante (lo supe apenas empezamos a hablar) estaba disfrutando de la situación de tenerme sometida con su pija en la boca.

Le deje la verga completamente mojada con mi saliva, él me la saco de la boca sin dejar de tenerme tomada de mis cabellos, yo solté un suspiro de excitación y Julián hizo una leve sonrisa.

Después agarro mi falda y me la quito con la misma brusquedad, me estaba encantando la rudeza que este hombre aplicaba en mi cuerpo.

Hizo que me acostara en el suelo completamente desnuda, me tomo de las muñecas llevando mis manos hacia atrás y puso su verga en el medio de mis senos desnudos, me moví un poco tratando de resistirme y le dije que lo podría denunciar por esto.

-No lo vas a hacer.

-¿Por qué estás tan seguro?

-Por qué estás disfrutando de todo esto al igual que yo, se le nota en la expresión de su rostro maestra- fue su respuesta final.

Quede inmovilizada en esa posición y él empezó a embestir el hueco de mis senos, en el medio de las embestidas el señor Julián se inclinaba y lanzaba un poco de su saliva en mis pezones.

Mis pechos se llenaron de su húmeda saliva y fue ahí cuando Julián decidió tomarme de mis dos muslos traseros para levantarme del suelo, yo enrede mis piernas en su cintura y luego él me lanzo arriba de mi escritorio donde solía corregir los trabajos de mis alumnos.

Se colocó ambas de mis piernas en sus fuertes hombros, me puso una mano en mi cuello y me embistió de una sola vez. Abrí los ojos sorprendida de la rudeza de su embestida, él empezó a moverse dentro de mí y lo hizo sin ninguna compasión, su penetración era totalmente salvaje y hacia cada vez más presión en mi cuello.

-Hermosa zorra, quiero que me digas ahora que soy muy incoherente- me dice con la voz ronca causada por los esfuerzos de sus embestidas mientras hace más presión en mi cuello.

-Eres muy incoherente- le digo obedeciéndolo.

-Así me gusta, hermosa- me responde, se inclina hacia mí y fundimos nuestras lenguas a la vez que sigo sintiendo su pene dentro.

Se separa de mi boca y me dice:-Aún no he terminado- me acaricia el cabello y me hace darme la vuelta de modo que quedo en cuatro con mi trasero bien parado sobre mi escritorio.

Doy un gemido bien alto cuando su miembro ingresa en mi culo, me agarra fuertemente de mis pechos y los masajea con rudeza mientras siento sus testículos chocando contra mi trasero que está siendo ferozmente penetrado, deja pasar unos minutos y finalmente hace una última fuerza para meterme hasta los testículos dentro, me abre mucho más con estas nuevas embestidas. Se retira un poco y luego me vuelve a penetrar para llenarme de su esencia, me deja bien llena de él, este hombre es inolvidable por lo bueno que es haciendo el amor.

Yo caigo agotada en el escritorio y Julián aprovecha a vestirse.

-Si Valentín causa más problemas no tardaré ni un segundo en venir- me dice antes de marcharse.

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