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Con Marcela en el almacén

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Hace ya varios años que conocí a Marcela, al igual que yo ella vivía como hombre y en su intimidad se vestía y comportaba como una mujer, ninguna de las dos estaba interesada en conocer hombres para tener sexo, solo buscábamos alguien similar para conversar y fantasear de vez en cuando.

Al principio y durante más de un año solo nos escribíamos correos, habíamos entrado en contacto gracias a un aviso en línea que ella había puesto buscando amigas y así comenzamos a compartir nuestras fantasías y detalles de nuestras vidas. Ambas estábamos casadas y nuestras esposas conocían nuestros gustos y para nuestra suerte ella vivía en la ciudad y yo en un pueblo cercano.

Nuestro primer encuentro fue muy tímido, pero en las siguientes ocasiones nos animamos a ir a un motel para estar vestidas y comportarnos como dos amigas íntimas. Si bien nuestros encuentros fueron solo dos o tres veces al año continuábamos escribiéndonos cada semana y compartiendo fotos de nuestra ropa interior. En esas ella me propuso que fuera un día a la ciudad para quedarme a dormir en su apartamento pues su esposa estaba en un viaje y ella estaría sola en casa. Yo organice mis asuntos y una vez que mi señora me dio me permiso empaque parte de mi ropita interior femenina, un par de pijamas y otra ropita y apenas fue el día acordado me fui de viaje.

Desde mi pueblo a la ciudad hay algo más de una hora y como acordamos encontrarnos en una de las estaciones del tren urbano o metro como lo llaman acá pude acortar el viaje unos veinte minutos bajándome en la primer estación que encontré y mucho antes del terminal de la buseta, lo cual siempre prefería pues no quería que un policía revisara mi maleta y me pidiera explicaciones por la ropa femenina que llevaba. Apenas nos encontramos en la estación, ambos todavía vestidos como hombres, nos dirigimos hacia un almacén de cadena cercano a la estación, pues ella tenía allí parqueado su carro y además queríamos comprar algunas cosas para nuestra jornada.

Entramos al almacén, el cual es parte de una cadena que se llama “Éxito” y que vende tanto mercado como electrodomésticos, ropa y otras cosas en sus locales, entre risas tomamos un carro y comenzamos a echar todo aquello que nos parecía femenino, recuerdo que pusimos desde medias de liguero, un par de faldas, varias pantis, sostenes, pijamas, cremas, vestidos, maquillaje, protectores higiénicos, esmaltes y una lonchera de Barbie, cuando menos pensé el carro estaba lleno y se veía como la compra de dos mujeres, cuando nos dirigimos a la caja yo asustada le dije cual era me presupuesto y ella me dijo que me quedara tranquila, que ella había calculado mientras llenábamos el carro y quería comprarlo todo.

Ya con el carro lleno de cosas y muy contentas fuimos a su apartamento, este estaba cerca al almacén y era un poco viejo, pero muy amplio, en el su esposa le había cedido un cuarto para sus cosas femeninas, era un cuarto cerca de la cocina que antes se usaba para el servicio, entramos juntas y ambas nos cambiamos por la ropita que teníamos lista, en mi caso había preparado un vestido de falta larga rosado, con pantis y sostenes de encaje, unas pantimedias y unos tacones cafés que eran los únicos que había podido conseguir en mi talla años antes, mientras Marcela en el baño se puso un vestido blanco de falda a la rodilla muy pegado, con ligueros blancos y una juego de pantis y sostenes lisos. Así vestidas y ya excitadas fuimos a desempacar las compras.

Como habíamos dejado las bolsas en la sala fuimos ya vestidas y femeninas a sacar todo lo que habíamos comprado para ponerlo en las sillas o usarlo según íbamos conversando, en eso ella abrió una bolsa y saco dos vestidos rosados iguales, tenían un tono muy infantil y cuando ella los puso en una silla junto a unas pantis de algodón, medias de liguero blancas y sostenes entrenadores con dibujitos infantiles femeninos yo me imagine que estaba fantaseando con algo muy específico y la pregunte, entonces me conto que una de sus fantasías era estar como una niña con otra niña usando un dildo doble las dos en cuatro y gimiendo, le encantaría mover su culito así hasta mojarse toda en las pantis. Yo me excite toda mientras me contaba y le dije que me encantaría hacer esa fantasía realidad, Marcela me escucho sonriendo y fue a su habitación de donde regreso con un dildo doble rojo no muy grueso todavía en su empaque.

Nos miramos y en unos cuantos minutos estábamos las dos vestidas como una niñas, entonces comenzamos a preparar nuestros culitos con el lubricante y las cremas que habíamos comprado, por turnos nos bajamos las pantis para poner el culito a disposición de la lengua, los dedos o el dildo, así gimiendo estuvimos listas para ponernos en cuatro con los culito pegados y mojados, con las pantis solo un poquito abajo en nuestras nalguitas, entonces ella tomo el dildo y lo puso entre nosotras, ambas comenzamos a movernos para meter la parte que nos correspondía en el culito, cuando lo logramos nos comenzamos a mover como don nenas, gemíamos pasito como dos gaticas y después de movernos mucho terminamos en el suelo con el dildo en nuestros culito y haciendo tijeras mientras nos movíamos y tocábamos la una a la otra.

Marcela se mojó primero, pude sentir como sus pantis se llenaban de su leche tibia y pegajosa, metí mis dedos por los lados de su panti y tome su leche en mis deditos mientras me movía y gemía como toda una putica, la lleve a mi boquita y solo probarla me llevo a otro mundo, me excite toda y comencé a mover mi culito hacia arriba y abajo hasta mojarme toda, entonces ella hizo lo mismo con mi lechita mientras gemía pasito, así todas mojaditas nos quedamos unos minutos que fueron muy deliciosos, con el juguete en nuestros culitos y todas pegadas mientras con nuestros dedos tomábamos la lechita de la otra para llevarla a nuestra boquita.

Luego nos paramos las dos sacando el dildo lentamente y miramos la hora, apenas iban a ser las 7 de la noche, teníamos hambre y solo hasta las 8 habíamos acordado comenzar con nuestra pijamada.

Continuará…

Si te gustó mi relato me encantaría que me escribas, si no también, mi correo es [email protected].

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