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Confesiones de Pilar, de esposa ejemplar a...

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Confieso que después de la pandemia nuestra vida sexual cambio radicalmente a pesar de estar casados hace solo 2 años, de ser una esposa joven, sumisa y abierta a explorar distintos ámbitos de nuestra sexualidad, la vuelta a la normalidad de este mundo, hizo que mi hombre y amante mi esposo Pablo volviera a su pasión de abogado, lo cual lo lleva a extensas horas laborales y a viajes sin previo aviso.

Mi nombre es Pilar, tengo 27 años, 2 de casada, 1, 67 cm, 54 kilos, 34b de busto, y una colita muy bien cuidada producto de la edad y del yoga, aunque aún sin entrenar!

Lo cual cambiaria este 2024, de una manera de la cual jamás me imagine!

Nuestro entorno está compuesto, por nuestros suegros, don Eduardo y mi suegra Carla, y mis cuñados, y sus respectivos sobrinos. Para empezar un buen año mi suegro quiso realizar una fiesta a todo nivel, todos de gala en un exclusivo sector de la ciudad de Santiago de Chile.

Debo comentar que la relación con mi suegro siempre fue de mucho respeto, ya que el al estar jubilado, acude mucho a nuestra casa nueva en un bello y acomodado sector, el cual a le encanta por las bellas chica que por el sector se ven!, Aunque conmigo siempre ha sido muy cortes, considerado y gentil. una sabe identificar a los estos viejos zorros con piel de oveja.

Solo tengo unas anécdotas de fiestas familiares en la cuales el me sacaba a bailar y sentía ciertos roces y me sujetaba o tomaba en el límite de ciertas zonas, como espalda baja o contorno de mis senos, mas allá de molestarme lo tome como una casualidad y preferí dejarlo como una forma de agradecer el cariño, la aceptación en su familia ya la ayuda incondicional en todos nuestros proyectos, ya sea emocional y económica.

Mi marido, estaba muy contento y emocionado por la celebración de este Nuevo Año, en Chile las cosas no han estado fáciles por lo que una buena pausa y una “Celebración 2024” de esta índole podría ser el inicio de nuevos comienzos y para mí (sin saberlo aún), el comienzo de nuevos placeres.

El domingo 31 de diciembre fue muy especial y dedicado a mí, aproveche de descansar y ver mi atuendo, un bello vestido de fiesta y una bella lencería, especial para mi marido y una noche de pasión para comenzar este nuevo año, teníamos reservada una linda y sensual habitación en el bello recinto.

Con la intención de compartir con mi querida suegra mi atuendo y pedirle ayuda para mi maquillaje me acerque a su habitación, como se suponía que a aquella hora solo estábamos las mujeres ya que los hombres se habían coordinado para salir a nadar, al ver la puerta entreabierta entre despreocupadamente en su habitación sin notar la penumbra que había un ligero aroma a velas aromáticas y unos sonidos ligeramente conocidos pero poco perceptibles para mí, ya que una sensual y envolvente música se escuchaba por la Play de mi querida suegra Carla.

Al acercarme al living del amplio departamento, pude distinguir la desnudes de una pierna y una cadera que se movía suave, pero firmemente, me asuste y me quede muy quieta en la penumbra, descubriendo que era mi suegra Carla, quien sujetada por unas firmes manos en sus caderas acomodada sobre la mesa del comedor era penetrada en posición de perrita (acoto que es mi posición predilecta), los ruidos imperceptibles eran gemidos de mi suegra, su respiración agitada, la cual se confundía con las de mi suegro, mi atención se dirigió al fornido y velludo torso de mi suegro quien, al parecer, calculaba y planificaba cada embestida que realizaba en la intimidad de mi suegra, quien con voz sensual y clara le decía:

“Sigue así papito, mételo más profundo!”… “ya sabes… que Así de duro, es como le gusta a tu perrita, hazme tu putita!

Debo decir que mi suegra es una señora, muy educada de buena familia, a la cual jamás la había escuchado decir alguna mala palabra, por lo cual eso me confundió, asusto y sorprendió. Pude ver la cara de mi suegro, se veía que estaba disfrutando del conejito de su mujer y también de su anito el cual estaba lleno de fluidos permitiendo la entrada de uno o dos dedos en él.

Quiero terminar este año en tu culo de puta, le dijo mi suegro, a lo cual mi suegra se negó, pero le ofreció su boca para acabar y la esperanza de que esta noche su culo seria suyo al fin!

Uff! esta conversación, entre gemidos, respiraciones entrecortadas de parte de ambos, me hizo darme cuenta del temblor de mis piernas, de la sequedad en mi boca, y de la humedad que comencé a sentir entre mis piernas. Una lujuria, una ola de deseos se apodero de mí, sin darme cuenta mi mano estaba acariciando mi vulva por sobre mi vestido y sentía la dureza de mis senos. Todo esto bajo la promesa de mi suegra de entregar esa noche su virginal ano a mi lujurioso esposo.

Ante la inminente eyaculación de mi suegro y con la agilidad propia de un joven, mi suegro, luego de nalguear a mi delicada suegra, le indica que se arrodille ante su lujuriosa polla!

Esto fue un cambio en mi vida, mis ojos vieron una bella, carnosa, gruesa, húmeda verga que poseía mi suegro, digna de un dios griego, los segundos que esta quedo a mi vista me bastaron como para desearla, devorarla con mi mirada, lo cual fue interrumpida por los labios de mi suegra quien sutilmente cubrió el capullo de esa verga succionando el néctar de ese hombre, una juguetona lengua, cual serpiente envolvió el tronco, lamiendo, abrazando, succionando y llenado poco a poco la delicada boca de mi suegra, quien puso sus manos en los muslos de mi suegro para controlar el ingreso de tamaño miembro en su garganta, el tomándola de ambas muñecas con un movimiento muy rápido, las llevo a la altura de su pecho, permitiendo que su miembro entrara completamente en aquella dulce y educada boca de mi suegra, lágrimas de sus ojos brotaron, su cara tomo un tono rojo y agitada por tal brusca, pero firme penetración en su boca y soportándola sin protestar, con plena sumisión solo atino a liberarse para respirar, mirar a su violador y de manera instintiva colocar las manos en el pecho de mi suegro para que ahora este guiara la cabeza de mi suegra a su antojo, esta lo miraba en señal de aceptación y de placer!

Solo entendí que todo estaba bien, cuando en un momento de respiro, mi suegra gimiendo le dijo: así mi amor, así me encanta no pares de follar mi boca!

Un gruñido de satisfacción, lujuria y placer salió de la boca de mi suegro, su mirada se dirigió a la apertura donde bajo la oscuridad yo me resguardaba… un miedo mezclado con lujuria me invadió, lo cual permitió darme cuenta que un tirante de mi vestido se había bajado liberando mi seno el cual con el roce y la excitación estaba muy duro y mi pezón cual grano de uva de paradito! Mis dedos acariciaban mi húmeda y caliente conejito, mientras mi colita se apretaba contra la muralla rozándose y moviéndose por un imaginario miembro el cual yo deseaba que me rozara cada vez más duro y que al igual que mi querida suegra fuera violado por un miembro duro y carnoso!

Mientras mi suegra dueña de la situación hizo que mi suegro explotara todo su néctar, su leche, en su boca, cosa que por más empeño que ella hizo no logro, ya que de su hermosa boca, broto ese líquido por la comisura de sus labios, cayendo este a sus senos mi lengua salía de mi boca como si quisiera que no se perdiese nada de ese preciado néctar del miembro de mi suegro, junto con este movimiento involuntario sentí como mi cuerpo explotaba lentamente lleno de sensaciones provocadas por tal escena y por mis dedos que provocaron un orgasmo de aquellos! Mordí mi labio inferior de tal forma (para evitar gemir o casi gritar) que sentí el dolor en mi labio así como el ardor en mi conejito y la dureza de mis senos.

Toda mi sorpresa inicial fue nada al percatarme de que luego de tal explosión y eyaculación de mi suegro, en la lujuriosa boca de Carla (mi suegra), su miembro seguía triunfante y desafiante ante el rostro de ella, loa cual la llevo a limpiarlo con su lengüita, sin dejar rastros de la preciada leche que de este brotaba.

Solo las dudas y la incertidumbre de lo que podría ocurrir esta noche con el culo de mi suegra, me sacaron de mi nube de placer y lujuria en la cual estaba envuelta, solo ahora quedaba esperar. A que llegara la hora de la fiesta y a que mi esposo Pablo ya hubiese llegado para poder jugar un poco con él y quitarme así estas ganas que mis queridos suegros habían despertado en mí ser.

Continuará.

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