Nuevos relatos publicados: 6

Coxman

  • 9
  • 7.655
  • 9,14 (21 Val.)
  • 0

Este es mi particular homenaje a un libro erótico que leí hace años. La premisa era... bueno juzguen, pero resultó divertido de leer.

"Sufro" de priapismo, para quien no lo sepa y diciéndolo para que todo el mundo lo entienda es que siempre tengo el rabo duro. La enfermedad fue nombrada en honor al dios romano de la virilidad Priapo. Como podrán imaginar eso supone algunos inconvenientes.

Lo más peliagudo es a la hora mear, lógicamente tengo que hacerlo sentado. En algunos casos la enfermedad es dolorosa, yo tengo suerte y no es así. No me duele y puedo tener incluso orgasmos múltiples, correrme varias veces en poco rato con la estimulación adecuada.

La estimulación puede venir de chicas, de chicos, de transexuales o de todos la vez. Me gusta hacer uso de ese don lo más que puedo. Y siempre hay personas que agradecen tenerlo en sus manos... o en cualquier otra parte de sus anatomías, bocas, coños, culos.

Pero no sólo de polla vive el hombre, me gustaba hacer uso de todo mi cuerpo para disfrutar. Y dar placer a todo el cuerpo de mis amantes, no solo a los genitales. Para aprender formas mejores de placer me dirigí a la India. El lugar donde escribieron el Kama Sutra sería un buen sitio donde investigar ese aspecto.

Tomo un avión en el J. F. K. y me planté en Calcuta en unas horas. Y eso que el súper constellation no es un avión rápido. Sé que durante el vuelo las azafatas se han fijado en mi prominente paquete y que no se me ha bajado en todo el tiempo.

Alguna se ha sentido halagada por ello pensando que era por su desde luego bonito cuerpo y sus reducidos uniformes. Y en algún caso algo ha influido, como en el de la rubia de muslos interminables cuya faldita apenas los cubría. Cada vez que se inclinaba podía ver sus braguitas trasparentes. Se llama Lola.

O incluso el chico que iba en la fila de delante, su vaquero marcaba un paquete muy respetable aunque no estuviera duro todo el tiempo y un culito duro y respingón.

Al bajar del avión lo primero que noté fue el calor, abrasador y húmedo. Tuve que librarme de la americana y la corbata lo más rápido posible. El sudor enseguida mojó la camisa en la zona de las axilas.

En la misma terminal me alcanzaba Lola con una pequeña maleta. Compartimos taxi hasta el hotel. Por suerte no me importan los gastos y es el mejor alojamiento de la ciudad. Esa noche Lola comparte mi cama.

Me ofrece todos sus orificios para que los disfrute con la lengua y con la polla. Y a la vez ella penetra alguno de los míos con su lengua y dedos. No es una chica que se conforme solo con recibir placer, también quiere darlo.

Al día siguiente decidimos explorar los templos y los festivales de placer, las orgias sagradas dedicadas a sus dioses ancestrales. Lola apenas cubre su cuerpo con una ligera y pequeña tela que ella dice que es un vestido. Ni lencería se ha puesto. ¿Para qué? Seguro que desaparece enseguida.

Yo tampoco llevo nada debajo del fino pantalón de lino así que también iba marcando mis dones naturales. Paseábamos sin prisa contemplando la belleza y el exotismo de sus gentes.

Vara es una sacerdotisa devadasi. Nos recibe a la entrada de su templo vestida con un fino sari. La sensual prenda la cubre casi por entero, pero también la desnuda debido a la delgadez del tejido.

Es un honor para dos occidentales ser saludados por tan alta personalidad. Es una belleza morena de profundos ojos castaños y curvas sensuales y voluptuosas. Su pecho destaca apuntando sus duros pezones hacia nosotros en la fina tela que los cubre.

Nos muestra el enorme recinto donde se están preparando los festejos del día siguiente. Unas cuantas bellas muchachas vestidas con saris, semejantes al de su jefa, que marcan la belleza de sus formas se dedican a limpiar el lugar y decorar las estatuas.

La invito a cenar con nosotros en el restaurante más caro de la ciudad. Con un vistazo a mi polla dura marcada en el pantalón acepta, supongo que pensando en lo que podía pasar después. Tras la cena la sacerdotisa acepta acompañarnos a la suite, besándonos en los labios tanto a mí como a la dulce azafata rubia.

Ellas empiezan solas mientras yo paso al baño a darme una ducha. Al volver únicamente cubierto por una pequeña toalla las puedo contemplar en acción sobre el enorme colchón, acariciándose e intercambiando saliva.

Al entrar en la cama me agarro a los pechos poderosos de Vara que en ese momento tiene sus manos en el coño de Lola y embisto al culo de esta con toda la fuerza de mi polla. Lo tiene bien dilatado y lubricado y me es relativamente fácil entrar. Lola se corre bien pronto por las caricias que mis manos le hacen a su coño y las que Vera le propina a sus tetas duras y contenidas.

Ellas continúan besándose y mis labios se deslizan sobre los hombros y nuca de Lola. Cuando esta separa su boca de la de la hindú y se dedica a sus hombros cuello y tetas. Vara se lanza sobre mi boca por encima del hombro de Lola.

Por fin nos corremos todos y yo paso por encima de Lola para quedar entre las dos mujeres de cara a la bella hindú. A la que meto mi polla por la vulva y comienzo a moverme suave.

A la vez ella se restriega contra mi cuerpo, pasando sus brazos hacia atrás para acariciar los senos y el coño de Lola a la que masturba mientras Lola me hace cosquillas en los testículos, en la raíz de mi polla y en los labios del coño de Vara con una mano y con la otra le acaricia el culo a la morena y le mete los dedos en el ano.

Pronto tenemos un orgasmo y el siguiente no se hace esperar. Entonces Lola se hace con mi pene deseosa de beberse todo el semen que pueda a la vez que me metía dos dedos en el culo.

Vara no se conforma y metiéndose entre las piernas de Lola le chupa el coño como si se le fuera a acabar el jugo, cosa imposible. También logro ver como mete dos de sus dedos en su propio coño o como se pellizca el clítoris hasta correrse varias veces.

Yo podía acariciar la cabeza, hombros pechos y parte de la espalda de Lola, que jugando con su lengua o mordiéndome suavemente el glande o apretando este contra su paladar. Mientras acariciaba el tronco con la lengua, dientes y labios me proporcionaba las más deliciosas sensaciones, continuamos haciendo el amor por algunas horas.

No hemos dormido mucho ninguno de los tres. Pero eso no nos importa. A mí por mi especial condición física siempre estoy dispuesto a nuevos placeres.

Lola está a un paso de un diagnóstico de ninfomanía y le encanta el placer venga de donde venga. Y Vara por su condición de prostituta sagrada tiene un entrenamiento tántrico que le permite dar y recibir gusto durante horas sin cansarse.

Por la mañana después de un sustancioso desayuno volvemos al templo. Ahora estamos en una de las orgias rituales en el templo en una de las festividades en honor a los dioses del sexo. Al poco tiempo pierdo de vista a las dos mujeres entre la multitud desnuda y deseosa de gozar.

Cerca de mí veo como un hombre y una mujer se abrazan y cómo la polla le entra lentamente en el coño a la mujer, entonces yo me hago con su culo y empiezo a acariciar sus nalgas. Poco después comienzo a introducir mi pene en su ano y acariciándola por todo el cuerpo.

Llevo mis manos a sus tetas pero también acaricio su coño, la polla y los huevos y el culo del otro hombre. Cuando ya he eyaculado un par de veces en su culo siento cómo una cabeza se mete entre mis piernas para chuparme y mordisquearme los huevos.

Para facilitar esa labor saco la polla del ano y la meto en la boca de la mujer que tenía entre mis piernas y siento una boca y una nariz que buscan mi culo lo acarician y besan. Mi culo y espalda. Es el tío que folla el coño de la mujer que tengo debajo. Ellos ya llevaban un rato disfrutando y cuando tuve el orgasmo en la boca de la mujer él me ofreció su vulva donde me introduje acariciando sus pechos grandes y su espalda.

Entonces fue él quien cogió mis nalgas, las abrió y metió su polla en mi culo. Sus manos me tocaban los testículos a la vez que follaba a la chica y me follaban por el culo. Que orgasmos tuve sintiendo todo eso. Luego el hombre se marchó buscando otra mujer cuando se corrió en mi culo.

Y yo busqué el ano de esta de la que ya conocía el coño. Se nos acercó otra chica admirando mi potencia, la besó a ella primero, luego a mí, y acarició y lamió todos nuestros cuerpos mientras le follaba su poderos culo hindú.

La atendí de inmediato por delante mientras nos besábamos en la boca, dándonos saliva en cantidad, en el cuello y los hombros. Ella había pillado a otro hombre con sus manos y le acariciaba y le obligó a follarla por el culo.

Me entretengo algo con estas furias eróticas que tengo encima. Siento como unas manos me arrancan el pantalón y la camisa. Una de ellas se apodera de mi polla con la boca y le da furiosas lamidas. Otro hombre me besa en la boca y acaricio su pecho y pellizco sus pezones. Con la otra mano me apodero de la vagina de una joven y la hago gozar.

Otras y otros me acarician todo el cuerpo y cuando eyaculé unas cuantas apartaron a la primera de mi polla. Una de ellas logra encajarla en su coño que es muy estrecho y me hace disfrutar lo indecible, cabalga como loca y cada vez que entra mi rabo en su coño lanza un grito de placer.

Otra de ellas se sienta sobre mi cara dejando al alcance de mi lengua un hermoso culo que chupo y acaricio con labios, lengua y nariz. Hasta que también es apartada y su lugar lo ocupa otra que prefiere darme a chupar su coño. Pronto mis besos y lengua hacen que sus labios se relajen y permiten entrar la lengua en la hermosa y caliente cueva.

También me hago con su clítoris que acaricio con la punta de la lengua humedeciéndolo aún más o besándolo con los labios. La chica pronto se corre y recojo todos sus jugos. Mis manos recorren el cuerpo de dos mujeres a mis costados.

Sus morenas pieles bien podían competir en suavidad con las de cualquiera. La chica que tenía en mi polla cede el puesto a un chico que se clava mi rabo en el culo disfrutando ambos como locos.

(9,14)