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Curiosidad

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Eran las primeras horas de algún domingo en algún punto de algún año (hay cosas que no considero necesario especificar), aunque la noche era aún larga, habíamos decidido con nuestro silencio, ir a un lugar más discreto; era un tentar a la suerte; mi ser se dividía en dos, uno buscando experimentar, el otro quería quedarse cuando menos, donde me encontraba.

Hay quienes dicen que el sexo es una liberación, una fantasía; por lo cual, hay fantasías que se liberan y fantasías que nos liberan; en lo primero, con liberar me refiero a cargas emocionales, deseos que sumen experiencias, gratas o no; y en lo segundo a definir nuestra orientación; no es esto necesariamente así; hay fantasías, que cuestan más trabajo llevar a cabo que otras; en lo sexual, si uno tiene definido sus preferencias, cuesta un mucho más; aunque tanto hombres como mujeres, (aunque no lo admitan) todos o casi todos, tenemos pensamientos sexuales con personas del mismo sexo, no es requisito ponerles rostros o nombres; solo nos preguntamos o pensamos en ocasiones, que se sentiría hacerlo con alguien de nuestro mismo sexo. Aunque le di muchas vueltas al asunto, decidí probar o cuando menos intentarlo, no sin entablar un largo debate conmigo mismo.

Cuando se toma decisiones como esta, creemos que hay un mundo conspiratorio en nuestro alrededor, que incide para retractarnos, sobre todo cuando sexualmente estamos definidos o encausados hacia una línea bien establecida; llevar a cabo una revolución sexual en uno mismo, implica cambios de enfoque, paradigmas, convicciones; la conclusión: El acto debería ser meramente sexual, sin más golpes que el sólo placer físico; aun así el debate con el yo interno, fue intenso, hasta en el último instante; una cosas es lo que pensamos a solas y otra exteriorizarlo.

Aunque pueden ser de mucha ayuda los inhibidores de la conciencia, como el alcohol, las drogas para algunos, etc.; el caso que me di al propósito de llevar a cabo la fantasía; después de inmiscuirme en medios en línea, buscando a la persona "ideal", reconozco que hubieron más fracasos que éxitos, por el tema de los enfoques, paradigmas y convicciones; mentalmente no estaba preparado para eso, la fantasía estaba solo en mi mente.

Las citas se quedaban en veremos, buscando siempre la excusa perfecta para ausentarme o nunca realizarlas. Pero como a todo el que busca, encuentra, fue hasta que sin querer; la ocasión, me encontró a mi; unos de los limitantes a dar el "paso", son la discreción, la salud; buscar a alguien "limpio" y en quien confiar, no es algo de naturaleza espontánea; la confianza se cimienta y en base a esa confianza podemos determinar que una persona puede estar limpia de enfermedades (nunca al 100%), para dar ese paso y desde luego que sea discreta.

En algunas situaciones hay personas que se nos cruzan en el camino, esas personas que son cómplices y complementarias, personas con las que podemos exteriorizar y materializar nuestras fantasías, a fines a nuestra causa y forma de ver el mundo; muchos factores juegan para decidirnos.

Él era esa persona, ese cómplice, no sé cómo explicar que él era ese complemento, es algo que sabemos y ya, no definido por una ley científica, es algo que desde adentro sabemos. Aún esto, admito que pasaron varios encuentros, para decidirme, y aunque, cuando había distancia de por medio, como cuando platicábamos por mensajes podía "destaparme" en las insinuaciones o "coqueteo", la verdad, es que, al estar frente a la persona los enfoques cambian; bien, en aquella ocasión, sí, habíamos bebido cerveza en cantidades considerables, eso fue un aliciente a cuando menos a intentarlo; el alcohol es como una especie de boleto que da descanso a la conciencia hacia unas cortas vacaciones con todo incluido.

Ya en su departamento después de un rato de insinuaciones y cachondeo verbal, me miró fijamente y dijo con seriedad, y con este me refiero a que no bromeaba: Quiero coger contigo! con la ingesta de alcohol encima, sus palabras causaron el estímulo sexual deseado y la oportunidad de realizar mi fantasía se volvió un hecho; en ese momento estaba abierto a propuestas, mi sangre hervía, y reconozco el nerviosismo que tenía, que era mucho y también la indecisión (que estuvo hasta el último momento), a la que el alcohol y la calentura ahogaron poco a poco; habían condicionantes para esto, lo principal era cero besos en la boca, cámaras, celulares; el activo, yo pasivo, pues lo que buscaba experimentar era sentir que alguien me penetre.

Una vez acordado los términos; me desnudó y me tumbo boca abajo en el sofá, que era amplio y grande; se fue encima de mí y recorrió su lengua desde mi nuca, trazando una línea por toda mi espalda, hasta encallar en mis nalgas, una vez que estuvo ahí, con sus manos ásperas, las separo y lamió mi hasta entonces virgen culo, lo chupo, mordisqueó, introdujo la punta de su lengua, no dejó ningún milímetro por explorar, la sensación era novedosa, el cosquilleo sexual, era infinito, entré en éxtasis; con sus manos masajeaba mis nalgas, las amasaba, las abría, las apretaba; mi excitación se disparó, lo desee adentro; la temperatura alcanzó una nueva escala; estaba a su merced y dispuesto por voluntad a lo que él quisiera hacerme, hubiera dicho sí y sí a todo lo que él dispusiera; ya se había dado el primer paso, pero había un punto de no retorno, que estaba por llegar, aún podía desistir.

O... culminar mi fantasía; estaba tan caliente para debatir ese dilema; con una mano me abrió los glúteos y dejo caer chorros de lubricante en el canal que dividía mis nalgas, con el canto de su mano empezó a frotarme, como si fuese un serrucho cortando, el estímulo se potencializó, convulsioné de placer; lo quería adentro, ya! Dispuso un dedo y apunto a mi esfínter para abrirse paso, me frotó el culo con la yema y justo cuando empezaba a introducirlo; dije cortante; no! solo quiero tu verga ahí; se puso el condón y apunto su glande hacía el ojo de mi palpitante culo, que se fruncía por las ganas de ser poseído; puso presión, mi esfínter empezaba a experimentar la invasión, su anchura me causaba dolor; no entra! Supliqué; lubricó más, intentó más veces, su glande empezó a infiltrarse; duele! Empujo más, no! duele! Para por favor! Le rogué, se incorporó.

Nos tomamos unos minutos de descanso, luego lo arrojé al sillón y quedo sentado con las piernas abiertas, caí en cuenta, que no solo era la primera vez que estaba desnudo y tocándome con otro hombre, era la primera vez que veía en persona a otro hombre desnudo, con el pene erecto, era todo mi primera vez; le quite el condón y lleve mi boca hacia su pene, fue un acto no premeditado e inconsciente en gran parte; su miembro era de buen tamaño y grueso (más grueso de lo que esperaba), muy proporcionado; tuve que abrir mi boca casi al límite, para chupar toscamente lo que me cabía de su verga; era mi primera vez haciéndolo, pronto corregí; supongo pensando en como me gustaría que me lo hicieran, por lo que me di un festín, su dureza, su suavidad, su aroma y sabor...

Me llene de él, lo chupe despacio, por ratos aumentaba el ritmo, estaba muy rico, lo lamí, lo toque, lo saboreé, no daba crédito a mis actos, pero hacía lo que correspondía, y lo que correspondía era darle una gran mamada de verga; el jadeaba y se retorcía, con sus manos masajeaba y me tomaba del cabello; con las palmas de sus manos en mi sien, acompañaba los movimientos de mi cabeza, mientras sacaba y metía su verga caliente en mi boca; tome el lubricante y puse una cantidad considerable en su glande, con mis manos lo esparcí por todo su miembro, me lubrique el culo y le dije; intentemos una vez más!

Me senté encima de él y con una de mis manos, tomé su pene y lo puse en el centro del ojo de mi culo, lo relajé y empecé a presionar hacia abajo con el peso de mi cuerpo, mis manos apoyaban la cabecera del sofá por los lados de su rostro, entrelazó sus brazos por mi cadera e hizo presión, no entra! Le dije al oído; mi respiración se entrecortaba; está muy gruesa! Gemí; después de algunos intentos más, el lubricante empezó a cumplir su función, mi esfínter empezó a ceder, su glande por fin entró, me atravesó como una lanza cortando la carne para abrirse paso, fue una ardua batalla hacia el objetivo; ya entró! Le dije jadeando; Suave por favor! La abertura de mi culo, alcanzó dimensiones no exploradas, sentí dolor y ardor, quede inmóvil, el levantaba su cadera, pretendiendo entrar más; Para! Dije varias veces; por favor, para! Hazlo despacio!

Quedo quieto, aflojó los brazos y acarició mis caderas y mis nalgas, mi erección había caído debido al dolor; no la estaba pasando bien, confieso que no lo esperaba de esa manera; el punto de no retorno estaba dado; lo había sopesado antes y me había dicho mil veces, que lo peor que podía pasar era que no me gustase, en ese caso, era solo eso, una mala experiencia; minutos después, el dolor comenzó a ceder; mi culo se empezaba a acostumbrar a su "gran" visitante; tenía (calculé), el 30% de su pene adentro; ya estando como estaba, cambie mi enfoque (cuando menos que no se diga que no intenté disfrutarlo y estuve dispuesto a hacer que valga la pena), me empecé a mover lento, hacia adelante y atrás, de un lado a otro, siempre despacio; hacía círculos con mi cadera, y de vez en vez me movía de arriba a abajo, dando pequeños sentones, me excitó ver su cara, era el placer encarnado; caí en cuenta para entonces que casi toda su verga estaba dentro de mi; me recliné hacía la cabecera del sofá lo más que pude, hacía un costado suyo, con mi brazo izquierdo abracé su cuello, el otro brazo se apoyó en la asentadera; mis nalgas quedaron levantadas, las moví, de arriba hacia abajo; cuando iba hacia arriba, su verga salía casi por completo de mí, con un movimiento lento hacia abajo, mi culo la deglutía hasta el tronco, aumenté el ritmo, puso sus manos sobre mis nalgas, dominé el movimiento, hasta hacerlo con rapidez, empecé a disfrutar de aquello, mi erección regresó, mis gemidos y los de él, eran de puro placer; todo el ambiente se impregnó de aroma a sexo; la vista por detrás debió ser exquisita, con mis nalgas abiertas (en todo su esplendor) y mi culo, devorando su deliciosa verga, sentí muy rico, su verga rozándome por dentro, era la locura; me incorporé, me moví hacia adelante y atrás, a los lados, en círculo, en todas direcciones.

Toda sensación era de goce, lo sentí muy hondo, muy mío, esa verga era mía, y estaba haciendo con ella lo que yo quería, todo era muy intenso, profundo; procuraba mi placer y el suyo; nuestros movimientos se multiplicaron, quedamos aliento con aliento, gimiendo; los movimientos de mis caderas eran frenéticos, me desbordé! Ay, que rico! Mis gemidos se intensificaron; Me vengo! Dijo. Quedo inmóvil, mientras me llenaba con su semen; seguí moviéndome sobre de él, hasta que su verga perdió rigidez, tenía ganas de más, el goce se abandonó en el punto cumbre, quería más; no por insatisfacción, sino por lo rico que estuvo al final; el corto tiempo que en verdad lo disfruté, me dejó con la excitación al tope.

Bajó la calentura y con ello el regresó a la realidad, lo que estaba hecho ya no se podía deshacer, punzaba la conciencia, lo mejor sería el análisis de aquello; las actos no es que sean buenos o malos, son diferentes y los resultados diferentes; habría que acostumbrarse a no juzgar; la resaca iba a ser dura al día siguiente y así lo fue; pero muy dentro de mí, más allá de toda conciencia, supe que mi culo me pedía más de aquello, tenía la sensación de esa verga en pleno roce; cerraba los ojos y aún la sentía adentro, entrando y saliendo.

Tuve el culo adolorido días después, aun así, desee esa verga dentro de mi, partiéndome en dos de ser necesario, mi curiosidad no estaba aún satisfecha.

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