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Dalia, la amiga de mi madre (Parte II)

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Luego de ese día tan rico con Dalia, el martes 10 lo agarré para recobrar fuerzas, pasé todo el día acostado viendo Tv, al mediodía busqué a mi hija al colegio, de vez en cuando revisaba el teléfono, respondía algunos mensajes de whatsapp, especialmente los de Dalia, quién me enviaba fotos de su cuca con el dedo metido, en su raja lubricada, varias veces me pidió que no dejara de ir al día siguiente, en la mañana me dejó como 3 audios sabiendo que estaba solo en la casa.

Yo por mi parte le correspondí también enviándole fotos de mi pene erecto, en una de esas le envié un vídeo, donde me bañaba y enjabonaba mi miembro, en fin como esa semana mi hijo mayor salía temprano, coordiné con mi hijo para que se trajera a la niña, resuelto esto podía quedarme tranquilo dándole miembro a Dalia.

Esa semana Dalia me exprimió literalmente, de hecho para la semana siguiente cuando comenzaron las Misas de Aguinaldo, iba a la Misa con la intención de que me viniera con ella a su casa, esto levantó suspicacias en Marlene, una vecina y amiga de mi mamá y Dalia, quienes años atrás trabajaron juntas en una fábrica, con Marlene tenía ya 3 años asistiendo a las Misas de Aguinaldo, en una parroquia cercana a nuestras viviendas.

El primer y segundo día Marlene lo tomó normal, el tercer día cuando íbamos caminando en la mañana me preguntó con malicia, lo cual ante mi respuesta tratando de ser normal no llenó las expectativas y curiosidad de Marlene, (ignorando yo que Dalia ya le había contado a Marlene y ya habían programado todo, pero bueno vamos a ir detallando todo sin perder el hilo narrativo), terminada la tercera Misa, Marlene me dice que va para casa de su hermano, disimuladamente ve a Dalia, yo inocentemente me marcho con mi amante madura rumbo a su casa. Una vez llegado tras casi media hora caminando y conversando amenamente porque íbamos acompañados de vecinos de Dalia y otros asistentes de la Misa.

Llegamos a casa de Dalia, me saco la franela dejándomela por fuera del jeans, Dalia pasó a su recamara, vistiéndose con una bata transparente, dejando ver un bikini blanco tradicional, sin sostén, ya Dalia con ropa más cómoda me invita a pasar para la cocina, con la intención de preparar rápidamente el desayuno y café, mientras esto se cocinaba, adelantábamos la otra comida carnal con besos, metidas de dedo en la rajita de Dalia, la cual parecía una cascada de líquidos, los cuales le pasaba mi dedo mojado de sus jugos por sus labios, los cuales absorbía golosamente.

Una vez preparado el desayuno comimos ligeramente, fregamos todo lo ensuciado, dirigiéndonos a la habitación de Dalia, donde me terminé de desvestir con el fin de darme otro baño. Ingresamos a la ducha, mientras nos caía el agua por nuestros cuerpos, devorándonos a besos, recorriendo con nuestras manos cada parte de nuestro ser, para de otra parte ir digiriendo el desayuno.

Una vez terminado el ritual del baño, habiéndonos secado, procedo a colocar a mi madura amante en la cama con las piernas abiertas, quedando ante mis ojos unos cachetes vaginales rosaditos, depilados cuidadosamente, me voy a sus pies blancos, delgados, finos, besándolos sutilmente, desde la punta de sus dedos recorriendo sus largas, delgadas y blancas piernas hasta su flor de loto, al llegar a su vagina intercepto con mi lengua su clítoris, procediendo a besarlo, morderlo y succionarlo con esa mezcla de fuerza y sutilidad, provocando en Dalia, retorcijones de placer, los cuales manifestaba tomándome de las manos con fuerzas, aprisionando mi cabeza con sus piernas, contrayendo su cuerpo con fuerzas para luego soltarlo en clara señal de haber alcanzado su primer orgasmo.

Esto apenas comenzaba, su vagina para mí, era adictiva, ya que tenía un olor suave, mezclado con un sabor un poco agrío pero con más predominancia a lo dulce, comencé con un suave y rítmico lametón de lengua, arriba-abajo, círculos, simultáneamente Dalia movía su cadera en círculos, manteniendo aferrada sus piernas a mi cabeza, o sea, me estaba haciendo un candado.

Dalia llevaba tres orgasmos muy húmedos, tanto así que a pesar de estar la mañana fresca, estábamos empezando a sudar, cuando alcanzó el cuarto orgasmo, aflojando un poco las piernas, zafándome, para besarla en los labios, ella empezó a buscar para encender el aire acondicionado, me coloco boca arriba, ubicándose Dalia para ser ensartada, mi pene entró como cuchillo caliente en barra de mantequilla, una vez que su cuerpo chocó con mis testículos, comienza Dalia un meneo suave, rítmico, apretando su vagina para darme un mayor placer...

Dalia: Si papi, que rico, cógeme así, así así, grrrr.

Yo: Vamos puta, mueve esa cuca que tienes falta de güevo, menéate rico peazo e puta...

Dalia: Ummm dame más papi que rico, que rico no joda, vamos párteme esa cuca coño e tu madre, que ricooo

Haciendo fuerzas mientras amasaba mis pectorales con fuerza, le acariciaba las nalgas y rozaba suavemente el dedo medio por su hueco anal...

En pleno furor, se abre la puerta del cuarto bruscamente, escuchando una voz muy singular, característica de la región occidental de Venezuela (Maracaibo):

Marlene: ¡Mira vos lo que estáis haciendo y no invitan a los pobres a comer!

Yo me puse blanco, sintiendo mi miembro perder presión sanguínea, no me había percatado, que Dalia le había dado un juego de llaves a Marlene en la Iglesia, y le había estado escribiendo mientras preparaba el desayuno, esto con el fin de confirmar que estuviera en la casa y viera parte del espectáculo, en medio del asombro no me di cuenta que Marlene entró con el pantalón algo bajo y la mano metida en la vagina.

Dalia, al sentir mi bajón eréctil, me empieza a besar por el cuello, diciéndole a Marlene y señalándole que se una:

Dalia: Vente Marlene que se me desinfla el hombre, ayúdame...

Dalia y Marlene se ubican cada una a un lado mío. Dalia comienza a besarme los labios, mientras que Marlene se introducía mi pene para darme un oral digno de elogios, lo tomó con su mano izquierda, con la punta de su lengua, lo bordeó, como si degustara una barquilla, sutilmente haciendo algo de presión con sus delgados labios introduce mi pene con su erección recuperada por completo en su boca, siento lo tibio de su cavidad bucal en mi pene, dejando escapar yo un leve gemido de placer mientras le acaricio su cabello liso que le llega entre las orejas y el cuello.

Yo: Uuummm, si mami que rico lo mamas, sigue, sigue así, grandísima puta, déjame comprobar si eres tan puta como esa cara que te gastas, que estas falta de güevo...

Dalia seguía besándome el cuello, oreja hasta llegar a mis labios, con mi mano izquierda enrollé el cabello medio largo de Marlene quién con los ojos cerrados disfrutaba tener mi pene, la tomé para guiarle el ritmo y velocidad, mientras que con el brazo y mano derecha acercaba más a Dalia hacia mí para seguir besándonos.

Como Marlene ha tenido 2 operaciones de una pierna no es aconsejable que se doble, arrodille, etc., por eso opté por colocarla boca arriba en la cama. Marlene es maracucha, del Estado Zulia, provincia o región muy calurosa del occidente de Venezuela, morena clara, senos medianos, labios delgados, sugerentes, provocativos, piernas algo tentadoras aún con cierta uniformidad, de 1,60 m. de estatura, en su juventud ese cuerpo debió haber sido una delicia porque queda rastros de una cara pícara, de ser una mujer fogosa, ardiente, como lo comprobé ese día, para colmo de males, Marlene me recordó cuando iba a besarle su vagina carnosa, un incidente que vivimos el 01 de enero del año 2019, en la mañana, cuando íbamos a la Misa de Año Nuevo.

Íbamos caminando y sintió ganas de orinar, en medio de una construcción, aprovechando lo solo de la vía por la hora y fecha, se bajó el pantalón, se medio agachó y empezó a orinar, sentí su timidez, pero no pude dejar de echarle ojos a esa vagina de cachetes gruesos, carnosos, apetecibles, muy rasurada, esto lo hizo Marlene, explicándome luego que había sufrido una infección urinaria y de los riñones, motivado a contener las ganas de orinar, aparte, ese día se había tomado la pastilla de la tensión, ocasionando éste incomodo acontecimiento. Por mi parte le había manifestado que la veía con ojos de cariño y que Jhoan su hijo mayor tenía mi edad. Pero esa imagen de Marlene quedó en mi memoria, siendo referencia clave en algunas pajas hechas a su nombre y honor, hasta ese día y momento cuando voy a darle ese oral y lo sacó a colación así...

Marlene: "Ay mijito bésamela como querías comérmela el 1 de enero, cuando me viste orinando en la calle, (con cierta cara de negación para que no fuera a creer que la morboseé) tú crees que no me di cuenta? te salvaste porque íbamos pa’ misa, sino te hubiera metido esa cara en mi chucha.

Todo esto lo expresó con su característico tono maracucho, con mezcla de campo, ya que a diferencia de Dalia, Marlene era un poco más tosca en el trato cotidiano, pero ambas mujeres, resultaron ser todo un volcán, ardiendo en deseos y ganas por un miembro viril en sus cavidades vaginales.

Mientras tanto, Dalia, seguía devorando mis labios de una forma apasionada, cuando se detiene y en forma de regaño le dice a Marlene:

Dalia: Bueno Marlene menos palabras y más acción no joda!

Seguidamente me voy a esa cuca súper mega híper carnosa de Marlene, previamente había acomodado a Dalia para que me hiciera un oral a mí, Marlene le iba a comer la vagina a Dalia y yo iba a degustar del cucón de Marlene.

Entre los tres hacíamos un triángulo, quedando Marlene mejor ubicada en la cama por su problema con las piernas, apenas acerqué mi boca a la mega cuca de Marlene pude sentir su calentura, con mis dedos abrí un poco para introducir mi lengua, ummm que delicias de jugos, viscosos, suave olor, a pesar de estar inundada, se percibía un olor débil y pero perceptible a jabón, por otro lado Dalia me tomaba el pene y se lo restregaba por la cara untándose mis líquidos pre seminal por sus cachetes, mentón y nariz, Marlene estaba poseída, empezó a menear su cintura y a gritar fuertemente.

Fue entonces, cuando me detuve momentáneamente, para situarla en el centro de la cama, Dalia le colocó a Marlene su vagina, seguidamente bajó hasta el gran cucón de Marlene a degustársela junto conmigo mientras alternábamos furtivos besos en la boca. Marlene estaba en éxtasis y en ocasiones decía:

Marlene: Ummm que rico que me la están comiendo, esto es la gloria... grrrr, ay mamacita que rico, papi no sabía que eras bueno con esa lengüita, cómeme esa chocha... grrr!

Apretando los dientes y mi mano ya era evidente que estaba por explotar, levantó un poco sus caderas queriendo introducirme por su vagina, aproveché y mordí suavemente su clítoris, para abrir paso a un caudal de líquidos, trataba de aspirarlos, absorberlos, pero era mucho, seguía degustando sus líquidos por sus verijas, piernas, vagina, mientras le estampaba un beso a Dalia, para transmitirle y compartir os jugos de Marlene, quién quedó exhausta, respirando agitada, pero a la vez relajada. Yo con mi pene erecto, palpitante, lubricado, lo orienté con mi mano a la entrada de esa vagina, grande, carnosa, cachetona, Dalia se ubicó detrás de mí, dándome masajes en el hombro, espalda y cuello, poco a poco voy entrando en la cuca de Marlene, Dalia alterna sus masajes con besos en el cuello, orejas, siento cuando Marlene se estremece, el calor hirviente que emana la chucha de Marlene.

Cuando por fin le penetro al tope mi pene, en su cerrada vagina, por varios años de austeridad carnal, tuve que hacer un esfuerzo grande para no venirme, por eso las acciones de Dalia quién me susurraba ahora en el oído:

Dalia: Tranquilo papi suave, disfrútala, gózala, hazla sentir rico...!

Cuando Marlene sintió mi miembro palpitante en su vagina completo, comenzó un agitado movimiento de caderas, con mis manos la sujeté y empecé a tener el control, esto para evitar venirme rápido, Dalia por su parte nos abrazaba, haciendo un sándwich, presionando su cadera con mis nalgas, Marlene me besaba con la respiración agitada y a veces exclamaba:

Marlene: Si ahí papi dame así rico, ufff no me lo saques... grrr!

Yo por mi parte estaba disfrutando, el mete y saque de mi pene era lo más despacio, cuando se lo enterraba al tope le hacía círculos, la vagina de Marlene estaba hirviendo, apretada, lubricada, que llegó lo que estaba conteniendo y no pude hacerlo por más tiempo, haciéndoselo saber a ambas, Dalia se bajó literalmente de mi espalda y culo...

Yo: Mami que rica cuca, ya me vengo...!

Marlene: Dale papi lléname esa chucha con tu leche, tiempo sin un güevo en mi chucha aliméntale amor grrr que rico no jodaaa!

Esta última palabra de Marlene me dejó claro que había acabado, claro aparte del charco de sus líquidos, junto con mi descarga de semen, saqué mi pene con rastros chorreantes buscando a Dalia quién se sentó en el borde de la cama la tomé por sus cabellos y con mi miembro le embarré la cara, una vez que sequé mi güevo puse a Dalia a darme un suave oral dejándome mi herramienta limpia, estábamos sudados, Marlene en éxtasis recuperando la respiración, exhausta, Dalia aún con su rica faena, masajeaba mis glúteos, por más que intenté la sesión había sido muy exigente, éste par de viejitas eran muy exigentes, Dalia por lo menos sabía mi ritmo me tumbó en la cama boca arriba siguió dándole lengua a mi pene, la ubiqué con su vagina en mi cara para mordérsela suavemente, masacrarle su clítoris con mi lengua, ya para esto Marlene estaba recuperada y se nos unió diciendo:

Marlene: Mi arma (con su habitual acento mezcla de maracucho con campesino) Uds. no se cansan? aparte de eso comiendo solos delante de los pobres ji ji ji...

Ubicamos a Marlene en el centro de la cama, Dalia comenzó a mamarle esa cuca, cuando el culo de Dalia quedó en pompa le metí mi lengua a ese culito rosadito, Dalia al sentir mi lengua invasora mordió los cachetes de la vagina de Marlene y ésta acto reflejo la jaló hacia ella provocando un Marlene otro orgasmo, ya en ese momento estaba mi pene empezando a erguirse, Dalia se voltea y con cara desafiante me dice:

Dalia: Ahora es mi turno no joda métemelo porque ando arrecha con esta calentura...!

La tiro a la cama violentamente, le abro las piernas y meto mi cara en la cuca de Dalia, por unos instantes meto mi lengua, lamo muerdo para humedecer el coñito de Dalia, me levanto y con mi pene en mano lo oriento hacia esa cuca sedienta de miembro, bruscamente la penetro mientras le beso sus tetas con un poco de agresividad, Marlene se nos une y comienza a amasarle y besarle el otro pecho, en eso le saco mi pene a Dalia ponemos a Marlene con las piernas abiertas d par en par, meto a Dalia de cabeza en la cuca de Marlene, quedando Dalia con el culo en pompa, Dalia comienza a comerle la cucota a Marlene, me ubico detrás de Dalia y le suelto tremenda cachetada en la nalga, Dalia se voltea mirándome desafiante, con cara de estar molesta y le asesto otra nalgada en el otro glúteo,

Yo: Cállate perra, síguele mamando la cuca a la otra no joda!

La tomo por las caderas y le meto mi pene de un solo golpe, dándole otra nalgada, las cuales por ser Dalia blanca las tenía rosadas de las palmadas fuerte que le estaba propinando, la tomé por los hombros y comencé una feroz embestida, ahora el poseído era yo, la habitación olía a sexo, el gemir y gritos leves de Marlene junto con los ruidos de Dalia al comerle la vagina a Marlene me hizo enloquecer, Dalia había alcanzado ya dos soberbios orgasmos, su cuca estaba mojada mi pene entraba y salía, su vagina una delicia, Marlene exclamaba entre dientes:

Marlene: Mi arma que rico, mijita sigue ahí grrr...!

Dalia seguía besándole la cucota a Marlene, yo le dije a Dalia que ya no aguantaba más...

Yo: Vamos perra que rico muévete que ya no aguanto más ahí voy...!

Dalia me pidió echarle mi semen en la cara.

Dalia: Papi échame tu leche en la cara mi amor anda resiste...!

Le saqué mi miembro y apuntándole a la cara le descargué mi líquido blanco, Dalia con las yemas de sus dedos empezó a untarse mi semen como si fuera una crema, Marlene se incorporó y comenzó a besarle sus cachetes tratando de degustar mi semen con la piel de Dalia...

Cuando caímos en cuenta eran más de las 13 h, con razón no podía más, tenía hambre, nos metimos a bañar, fue una leve sesión de besos caricias, quedamos para otra sesión con más calma la cual se dio después del 26 de diciembre cuando nos quedamos los 3 en casa de Dalia.

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