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De como realmente comenzó mi historia (II)

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Al despertar me metí a la ducha rápido y me fui a casa para cambiarme e ir al partido de mi equipo, Tania estaba en el comedor tomando café, parecía que quería conversar de lo de la noche anterior, pero yo estaba muy apurado. Nos dimos un beso y me recordó de llegar temprano esa noche para la fiesta de ‘inauguración’ de su apartamento.

Para ser franco, estaba evitando tener esa conversación, todo había pasado muy rápido y aún habría que hablar de Tania y su actitud conmigo y con ese chico de la semana pasada. Durante el partido estaba desconcentrado y de repente me cayó una patada descalificadora en el costado del pie, no solo que mi contrincante salió expulsado, pero yo también tuve que salir para que me lleven a la posta médica. La radiografía no mostraba nada, pero sí que me dejó el pie hinchado y con mucho dolor, el resto de la tarde me la pasé tirado en mi cama.

Sin ganas de ir debido a como tenía el pie, llegué a la reunión un poco tarde, la gente ya bailando, Tania en especial con el idiota ese de la semana pasada. La sala y el comedor estaban separados por una pequeña pared, así que me fui a sentar en una de las sillas altas del bar de la cocina y no de buen humor. Después de unos 10 minutos llegó Diego, ufff, llevaba una camisa blanca semi transparente que dejaba ver sus brazos fuertes, sus hombros anchos y sus tetillas apretadas contra la tela por esos pectorales muy bien definidos.

Tenía los 2 primeros botones abiertos, mostrando un collar de oro rodeando su cuello, la camisa iba afuera de su pantalón que eran unos jeans vaqueros un tanto apretados, con botones en vez de cierre. ¡Qué hombre tan divino de verdad!, Se sentó a mi costado y empezamos a beber juntos y a conversar toda la noche, una vez más me sentía atraído a él, pero esta vez sí me percaté que era su magnetismo animal, de macho, de hombre. Era la primera vez que veía a un hombre con ojos de mujer (o de marica, no sabía), no podía dejar de reírle, mirarlo fijamente a los ojos, una qué otra vez inclusive fijando mi mirada en sus labios, a veces su pecho, pero trataba de no bajar la mirada más, estaba extremadamente confundida y en un conflicto interno de niña adolescente.

Con el pasar de las horas la gente empezó a retirarse, ya no había música de fondo, la cual venía del mismo móvil de Tania vía Bluetooth, es más, Tania ni siquiera estaba en el apartamento. No me preocupé por ello, seguía pasándola bien con Diego el cual se encontraba parado y recostado contra la barra del bar, mientras que yo estaba en frente de él. Francesca, la mejor amiga de Tania, se encontraba ya totalmente dormida en el sofá de la sala.

Diego se percató de que me sentía muy incómodo parado.

- ¿Estás bien? Parece que te fastidiaran los tenis

- Bueno si, bastante, le dije. Tuve un golpe fuerte jugando esta mañana y no creo tener una fractura, pero si está muy hinchado y morado mi pie derecho

- Déjame ver.

Así que me quité la zapatilla y las medias y de verdad estaba peor que hace unas horas.

- ¡Mierda! No puedes estar así, quítate los zapatos

- No me gusta estar descalzo Diego

- Entonces vamos al cuarto y encontremos las sandalias de Tania, porque no puedes estar así.

Me cogió del brazo y me llevo a la habitación, no es que yo sea chiquita pero semejante hombrón me manipulaba como una muñeca de algodón. Yo encontré las sandalias y me las puse, me di la vuelta y él ya estaba en el ropero viendo los zapatos de Tania. Cogió unos abiertos y relativamente bajos y me los dio.

- ponte estos

- Diego, ¿cómo crees? Jajaja

Se acercó, me sentó en la cama, me quitó las sandalias y me puso los zapatos de taco él mismo.

- ¿ves? Te quedan muy bien y así te proteges mejor para no tocar el piso

Me volvió a coger del brazo y me llevó otra vez a la barra y seguimos la conversación, me hacía reír mucho y se me olvidó todo lo demás. Unos minutos después me cuenta que había tenido un accidente en el gimnasio esa mañana también.

- un amigo dejó una barra parada y se cayó y me golpeó aquí; me lo dijo agarrándose la verga.

Entonces Diego se desabrocha el pantalón y me muestra su pene.

- Acá es donde me cayó la barra esa

Me dijo mientras movía su pene a un costado para mostrarme, pero en verdad no vi ningún golpe, lo que si es que vi una verga hermosa y no podía quitarle la mirada, creo que no volví a decir una palabra el resto de la noche. Estaba hipnotizada, aunque no estaba dura del todo, Diego al verme así de perpleja agarró mi mano y la llevó a su verga para tocarla, me deje llevar, primero la agarre y nada más y Diego dio un pequeño gemido, lo cual me invitó a más. Comencé a acariciar ese pene que empezó a crecer en dimensión, uummm, estaba descubriendo su textura, sentía como las venas se hinchaban, agarraba grosor, uummm, me cogió la mano y la movió para que lo pajeara y así hice, sin dudar, sin pensar, sin decir una palabra y sin dejar de mirar ese pollón.

Ya estaba erecto completamente y era de 18 cm, un poco menos gruesa que la mía, pero eso no era lo que pasaba por mi mente, ¡estaba masturbando a un hombre!, parados en el bar del apartamento de mi novia, y no podía parar. Primero lo masturbé con una mano, después empecé con las dos a la vez, empecé a explorar sus huevos, estaban duros y grandes y Diego seguía gimiendo casi en mi oído, aprobando mi primera pajeada a un hombre.

Seguí sin poder levantar la mirada, todo estaba lejano, solo importaba Diego, su verga y la pajeada que le estaba dando, Francesca era solo un mueble más. De repente se abrió la puerta y entraron al apartamento Tania y Carlos, me quedé congelado, Diego atinó a apretar mi mano para no soltar su polla y nos quedamos muy callados, Tania debe haber pensado que ya todos nos habíamos ido de su apartamento y solo escuché cuando entraron a la habitación y cerraron la puerta. Diego se quedó callado y continué pajeándolo, debíamos haber estado en esto unos 10 minutos, usaba ambas manos, acariciaba sus huevos, de cuando en cuando él escupía en su pene y yo lo usaba de lubricante, solo veía su pene, mis manos, sus piernas y mis pies con zapatos de mujer.

En esos momentos empecé a oír a Tania gemir desde la habitación, me detuve por un segundo y Diego me cogió la mano otra vez para no parar y con su otra mano empezó a acariciar mi rostro, no volví a prestar atención que mi novia estaba cogiendo en la habitación del costado. Diego soltó mi mano y siguió acariciando mi rostro, jugaba con mi cabello y de repente con la otra mano me apretó el culo, uummm, gemí y cerré los ojos mientras me mordía el labio inferior, recosté mi cara en su mano y Diego aprovechó ese momento para plantarme un beso en la boca y yo…me entregué totalmente. Ahora con las dos manos me tocaba el culo, la espalda, me apretaba la cintura, subía y acariciaba mi cabello y empecé a gemir en su boca con nuestras lenguas entrelazadas.

Lo seguía masturbando con una mano y con la otra le acariciaba el cuello y lo apretaba más a mi para besarnos más fuerte, yo tenía los ojos cerrados y estaba en las nubes. Dejó de besarme y abrí los ojos, pero seguía mirando su verga en mis manos, pasó su dedo índice por su uretra y recogió su líquido preseminal, lo subió a mi boca e instintivamente separé mis labios y me introdujo su dedo en la boca. Disfruté de eso y cogió más líquido y me lo introdujo en la boca otra vez, empecé a chuparle el dedo y a saborear de su lechita, en eso me coge del cabello por detrás y me da la vuelta, yo volteé mi cuello para seguir besándolo mientras que mi colita se rozaba con su verga, soltó mi cabello y me abrazó por la cintura y a empujones me llevó al sofá. De espaldas a él me desabrochó el pantalón y me lo bajó, me quitó los zapatos para así sacarme el pantalón, me quitó la camisa y me dejó con mi bóxer el cual lo jaló hacia arriba y me lo metió en el culo como si fuera una tanga, gemí, estaba mareada, estaba intoxicada con la situación tan morbosa y excitante que estaba viviendo.

Mientras tanto Diego se desnudó completamente y se sentó al lado izquierdo del sofá, Francesca estaba inconsciente al lado opuesto, sabía lo que él quería, me volví a poner lo zapatos de Tania y me arrodillé en frente de él, no había escape, si antes estaba entregada al morbo, ahora era claro que era la prisionera de Diego. Por primera vez abrí los ojos y lo miré, era increíble, tenía unos hombros y pechos hermosos y duros, totalmente lampiño, rasurado como los fisicoculturistas, sus brazos y sus piernas estaban perfectas, era un macho musculoso y solo podía apreciar su cuerpo. Cogí su verga con mi mano derecha y con la otra exploraba y acariciaba ese cuerpo de macho alfa, no podía creer lo que estaba haciendo y a su vez lo afortunada que era de tener semejante hombre para mí.

Lo miré fijamente a los ojos y me metí su verga en la boca, el sabor y su aroma me intoxicaban más, le daba besos a su glande y lo chupaba, poco a poco empecé a meterme cada centímetro de su verga en la boca, uummm, me cabía todo, pensé que me produciría arcadas, pero nada. Se la seguía mamando y comencé a chuparla a la vez que con una mano lo masturbaba, así como me gustaba que Tania lo hiciera conmigo. Alcanzó a coger su pantalón y sacó del bolsillo algo, yo seguía en mi mamada que estaba disfrutando como loca, él empezó a inhalar aquel polvo blanco y poniéndose un poco en la mano lo colocó en mi nariz, pero con los ojos le dije que no, igual y se lo sopló él mismo.

Nunca pensé que sería tan rico el darle una mamada a un hombre, no sé por cuanto tiempo estuve así disfrutando de su polla, pero me cogió de la cabeza y se corrió en mi boca. La sensación fue demasiado, sentí chorros de leche en mi garganta y me lo tragué en su mayoría, un poco se salió de mi boca, pero con la mano lo recogí y me lo metí en la boca mientras lo miraba fijamente a los ojos con cara de puta golosa. En eso lo veo pasar su mirada atrás de mí, me di la vuelta y Tania estaba en su bata con las dos manos tapándose la boca y con una mirada de horrorizada, no atiné a mucho, ni Diego tampoco, él se quedó sentado donde estaba y yo me recosté en su pierna y sentada en el piso. Tania apagó la luz y se metió al cuarto, unos segundos después salía con Carlos y lo acompañó a la puerta y se despidió de él, regresó, prendió la luz y me dijo que vaya a la habitación, cerró la puerta cuando entré y se quedó en la sala.

- ¿Qué le pasó a Francesca? Preguntó Tania

- Creo que bebió demasiado y está dormida ahí desde hace casi dos horas

- ¿y ustedes dos? ¿ahora resulta que son gay?

- no Tania, a mí me gustan las mujeres, pero siempre se me pegan mariquitas que se animan a chupármela y me gusta feminizarlos después, creo que a tu novio le gusté desde ya tiempo…voy a pedirme un taxi, lo siento.

Eso fue lo que pude escuchar pegada a la puerta de la habitación, de ahí entró Tania, sacó una frazada y se lo llevó para cubrir a Francesca, de ahí solo escuché cuando Diego cerró la puerta y se fue. Tania entró a la habitación y todos mis temores se acumularon

- lo siento amorcito no se…

Me interrumpió

- ¿ahora me vas a decir que ya no te gusta comer coños y solo vergas?

- no amorcito para nada, no se que..

Me tapó la boca con la mano y se fue a la cama, se quitó la bata, estaba desnuda y se echó abriendo sus piernas

- ven acá y cómete este coño

Le obedecí de inmediato y le empecé a chupar esa conchita que había comido tantas veces antes, estaba muy mojada y sabía distinto.

- así perrita, chupa todo y rico, chupa mis jugos y la leche de Carlos, uummm, así aaahh, que rico, chupa todo

La verdad es que el que me dijera eso me excitó bastante y seguí gozando de su coño usado, se paró de golpe y fue a sus cajones. Sacó una tanga rojita que me gustaba que se pusiera cuando estaba conmigo y me dijo:

- ven acá perrita, quítate ese calzoncillo de hombre

Me lo quité y ella me puso su calzón

- que linda estás así, las perritas tienen que usar cosas bonitas

Y con eso me echó en la cama y se sentó encima de mí rozando su coño con mi verga que estaba enjaulada dentro de ese calzoncito, el roce de la telita con mi piel era riquísimo.

- ay cariño tu verga está durísima, parece que te ha gustado la leche de mi amiguito, ummm, así que rico

Sacó mi verga a un costado del calzoncito y se clavó encima, estaba muy lubricada y empezó a follarme

- así cariño, goza de ese coño mojado, está mojado desde la semana pasada que mi amigo me dejó con ganas de follármelo en la fiesta de Giulia, ummmm, así, toma, ¿te gusta?, ¿te gusta perrita?

No solo me estaba gustando, pero la verdad es que me estaba volviendo loca, así que le di vuelta echándola en la cama y la empecé a follar encima de ella

- umm así perrita, así, dame rico, como me dio Carlos acá en esta cama hace una hora llenándome toda, así cógeme, ummm que rico, ¿sabes por qué no nos vimos el jueves cariño? Ummm ahhhh

Seguía gimiendo la muy puta.

- me fui al cine con él el jueves y nos sentamos al fondo, no recuerdo la peli, ahhhhh, me volví toda una puta y se la mamé, ahhh, ¿te lo imaginas perrita? Se la mamé casi toda la película, casi 2 horas y me dio su leche dos veces en mi boca, uummm

Ella seguía contándome lo puta e infiel que fue y yo seguía dándole más fuerte y también gemía con ella.

- sigue cariño, ayyy que gusto, que rico, dame toda tu verga, aaahhh, ¡quiero más leche en mi chochito!, ¡no pares!!No pares perra!, aaaahhh ¡me corro, me corro!!

Tania se vino en esos momentos apretándome fuerte a ella con las piernas y no pude más, me corrí muy fuerte dentro de ella, que experiencia tan rica de verdad. Caímos los dos exhaustos en la cama, me dijo que la limpiara

- así perrita tómate toda la leche de las dos vergas que me han llenado esta noche

Cuando terminé me dio un beso, me dijo que al día siguiente hablábamos y nos quedamos dormidas.

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