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De señora casada a comercial zorra (2)

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Les voy a seguir contando mis que haceres como comercial. Con Teresa y su marido tenía un acuerdo, si vendía sus maquina viejas, ello me compraban todo nuevo, me dieron una dirección y teléfono de a quien le podía interesar su maquinaria. El martes tenía una cita con el director de una empresa de Valladolid. Con el me reuní a las 11.00 horas.

El hombre de 54 años, de pequeña estatura, uno cuantos kilos de más. Lo primero que me dijo era mi condición de mujer, le extrañó mucho. Cuando fuimos a la fábrica y estuve midiendo con él, explicándole los metros de envasado que se podían poner, el mantenimiento y su montaje, aparte de verme el tanga blanco que llevaba, terminamos en las naves de producción y subimos a su despacho. Comentamos lo que se podía instalar, en eso yo le pregunté por el aseo. Me dijo que fuera al suyo. Entré en el baño y me bajé el tanga, la puerta la dejé entornada por si quería mirar, me lavé el coño en el bidet y sin tanga me bajé la falda. Abrí la puerta y él estaba sentado delante de su mesa.

Él: Bueno Mila si consigo que se apruebe tu oferta que habrá para mi.

Yo: te daré el 10 % de la comisión mía y 6 noches al año me tendrás a mi de hembra.

Él: como sé que una vez esté aprobado, tú cumplirás tu palabra.

Yo me pegué a él y le bajé pantalones y bóxer, me puse de rodillas y le mamé la polla hasta que me llenó la boca, me lo tragué todo y limpié su polla.

Sin darme tiempo a vestirme bien, la secretaria le anunció que el consejero delegado estaba subiendo al despacho, me bajé la falda, el sujetador me fue más fácil quitarlo y abroché mi blusa y chaqueta. Llamaron la puerta y entró el señor. Este se llama Enrique, saludó al director y este me presentó, Enrique me dio la mano y dos besos. Es un señor de 62 años, 180 cm, 90 kg, estaba el señor para comérselo.

El director le estuvo explicando un poco por encima. Enrique se giró hacia mi y me preguntó

Enrique: Milagros tiene usted prisa.

Milagros: No señor tengo todo el día y si hiciera falta me quedo más días.

Enrique: Con que se quede hoy vale, quiere comer conmigo.

Milagros: si señor pues vamos.

Nos despedimos del director y cogiendo los presupuestos que había preparado me fui con él. Nada más subir al coche, Enrique puso su mano en mi muslo izquierdo.

Enrique: estas casada, tienes hijos.

Yo: si estoy casada y tengo 2 hijos mellizos.

Enrique: eso me gusta follarme a mujeres casadas y que llamen a su marido mientras yo las follo. Empieza a comer mi polla mientras llegamos.

Puse mi cabeza en su regazo y saque su polla, con mi lengua lamia el capullo gordo, y el tronco de una polla bastante grande. Llegamos a una finca y el habló por teléfono con alguien y la verja se abrió “sigue comiendo Mila”. Yo metí la polla en mi boca y empecé arriba y abajo, mi macho se corrió en mi boca y puso su mano en eso cabeza para que no sacara la polla de mi boca. Cuando levanté mi cabeza, estábamos en una cabaña de 2 alturas, bajé del coche y me di cuenta que estaba vallado como unos 500 metros alrededor.

Entramos dentro y me dijo que me duchara y limpiara bien mí culo. Enrique se desnudó y salió por detrás, yo me duché y me hice unas lavativas en mi culo. Lo dejé muy limpio. Salí afuera y Enrique estaba en una tumbona, hablando por teléfono con su mujer, me hizo que le chupara la polla. Yo me puse a chupar la polla y lamer sus huevos, le pasé un dedo por el ano y se abrió para que siguiera, su polla crecía poco a poco se notaba que había tomado una pastilla azul.

Cuando terminó con el teléfono le cogí por la polla y lo llevé dentro, lo puse a 4 patas y comí su culo, le fui metiendo mis dedos y él gemía sin parar, lo tenía más abierto que yo. Ya lo tenía donde quería, le di la vuelta y me subí encima, metí su polla dentro de mi coño y empecé a cabalgar, lo follaba sin parar, él me pellizcaba los pezones, eso me pone muy burra, me corrí gritando y gimiendo como una perra.

Me puso a 4 patas y me comía el culo, metía sus dedos para dilatarlo, cuando estuvo a su gusto puso el capullo en la entrada de mi culo y empujó un poco y metió el capullo dentro, despacio la metió entera y empezó un mete-saca muy rico. Me pidió que llamara a mi marido, cogí el teléfono y lo llamé. “Hola cariño que haces, yo tengo un consolador en el culo y me estoy masturbando el coño”, “que té pasa zorra”, “que he estado en una reunión con 6 machos y me he tenido que contener por no desnudarme y subirme a la mesa”.

Enrique se había parado, yo le di un manotazo y él volvió a follarme el culito. Ahora me follaba con más ganas, yo corté la llamada y puse la cámara de vídeo a grabar. Mi macho me daba fuerte por mi culo, él gritaba de placer, inundó mi culo de semen caliente.

Él se tumbó a mi lado, me subí encima de él y volví a meter su polla en mi coño, me moví 30 segundos y tuve un orgasmo maravilloso. Le puse mi culo en su boca, él limpió coño y culo con su lengua. Cuando terminó empecé a besarle la boca y comer parte del de en y mis flujos con él. Nos duchamos los dos juntos, nos vestimos y salimos en el coche.

El contrato me lo llevé firmado y sellado. El siguiente cliente lo tenía al día siguiente por la tarde. Dormí en mi hotel y salí a las 10 para Madrid. Me había puesto un vestido sin mangas, por encima de la rodilla, medias de liga braguitas brasileñas y sujetador a juego negro. Sabía que en este cliente no iba a sacar nada, pero tenía que ir. Media hora antes estaba esperando en una sala. Me estaba poniendo nerviosa y cuando así es me pongo también cachonda, entré en el baño y me quité las braguitas, me las guardé en el bolso y salí.

En unos minutos entró una señora de 50 o más años y me dijo que la siguiese. Fui detrás de ella viendo como movía las caderas, pensé que era más zorra que yo. Entramos en un despacho muy amplio, había 2 homónima de unos 40 años y un señor de 60 muchos años, me presenté ellos hicieron lo mismo, 2 hijos y su padre, les presenté mi proyecto para su nueva ampliación, estuve más de una hora, después llegará sus preguntas. Estuve cerca de tres horas de reunión, los hijos a las 20.30 se fueron y nos quedamos el padre y yo.

Andrés: mira voy a ser franco contigo, no pensábamos que una mujer nos trajera este proyecto tan bien diseñado, explicado y tan ajustado a presupuesto. Como son más de las 21.00 horas, nos vamos a cenar.

Me llevo a comer marisco, bañado con un albariño que entraba solo. Él me contó que era viudo hace 5 años…

Andrés: tengo un par de amigas y así me consuelo.

Yo: una es la señora que me ha llevado al despacho, nueve las caderas como si fueran campañas y la otra supongo que será o hermana de su mujer o la suegra de alguno de sus hijos.

Andrés: cómo has sabido que son la hermana pequeña de mi mujer, es la de las caderas y la otra la suegra de mi hijo mayor, las dos están casadas, y tú que me dices, como te apañas con los hombres de las empresas cuando vas a presentarles tu proyecto. Si lo primero que te pedirán es acostarse con ellos.

Yo: menos usted, todos me han hecho sus proposiciones. Y he sabido chupar la polla y el coño de quien tenía que firmar el contrato.

Andrés: yo sería incapaz de proponerle sexo a cambio de trabajo, pero supongo que mis hijos sí que lo harán. Puedo ser tu padre.

Yo: señor Andrés, cuando salgamos de aquí nos vamos a mi hotel a follar toda la noche. -Puse mis braguitas en su mano- tengo el coño encharcado y necesito un macho como usted.

Llamo a un taxi y en 15 minutos estábamos en su casa, estaba como la dejaría su mujer. Le besé nada más entrar, su polla era de buen tamaño, la había tenido en mi mano en el taxi. Le pregunté:

-Andrés como le gustaba o que fantasías tenía con su mujer.

Él me miró y me dijo “la próxima vez”.

Le desnudé entero mientras le besaba y comía su polla, él bajó la cremallera del vestido y este cayó al suelo. El me cogió con una mano de mis dos muñecas “me quieres atar”, sacó unas coreas de cuero con muñequeras y me ató con los brazos en cruz al techo, los tobillos igual.

Me iba lamiendo todo mi cuerpo, cuando yo no podía más le pedía que me follara. Me soltó las muñecas, y me tumbó en un billar, puso la polla en la entrada de mi coño, conforme entraba me iba corriendo, él me follaba con un ritmo lento, hacía que mi cuerpo se estremeciera en cada envestida. Sus soplidos y gemidos anunciaban su corrida, llenó mi coño de semen caliente, yo tuve unos orgasmos fabulosos.

Él fue sacando su polla, yo le pedí que levantara mis piernas, fui cogiendo con mis dedos su semen junto con mis flujos y me los iba comiendo, él puso su polla en mi boca, yo me la comía, lamía y tragaba la polla. Él recogía con sus dedos todo lo que salía de mi coño, y lo metía en mi boca, en ese momento él sacó su polla y empezó a comer mi coño. Me lo limpió todo, me cogió de la mano y me llevó a su habitación, nos metimos en la cama desnudos.

Empecé a besarle la boca y con mi mano le pelaba la polla, no la puse dura del todo pero a los dos nos valía, me subí encima y metí su polla en mi chochete, empecé a delante y atrás fuerte yo tuve unos orgasmos seguidos que mis piernas ya no podían más. Andrés me dijo que se corría, yo aceleré un poco más y me volvió a llenar el coño de semen. Caí sobre su pecho, él me besaba como solo lo han hecho dos hombres en mi vida, yo le correspondí a sus besos, el capullo de su polla estaba dentro de mi coño, como si hubiera hecho bola dentro, yo me dormí.

Cuando me desperté llevaba puesto un camisón negro de encajes y seda. Él estaba mirándome, le besé y le dije que después de mi marido, él era quien más placer me había dado. Mi marido y supongo que tú también cuando me ata así en cruz y me tapa los ojos, es para compartirme con otros hombres. El me preguntó si lo haría con él,

Yo: si tú me das toda la confianza, si pero al igual que tú.

Nos duchamos y le pedí que me llevara a mi hotel para coger ropa interior, él me dijo que cogiera lo que me hiciera falta. Abrí el primer armario cogí un vestido blanco muy sencillo, lencería a juego y zapatos de tacón alto.

Andrés: El contrato lo tendrás firmado sobre las 12.

Fui al hotel y recogí mis cosas. Salí del hotel y me fui a dar un paseo. Llevaba puesta la lencería de Isabel la esposa de Andrés. Recogí mis contratos firmados, me despedí de Andrés y quedamos para dentro de 15 días.

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