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Descubriendo a una sumisa

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Soy Steve hoy pensaba publicar un solo relato, pero no pude aguantarme al recordar este día mi imaginación voló y tuve que hacerlo. Este relato ocurrió hace 3 años ya, yo estaba en cuarto año de mi carrera de medicina tenía 21 años, acabado de terminar la rotación de ginecobstetricia la verdad no me gustó, pero me aprendí algunos truquitos que me ayudarían para la vida.

Tengo una amiga enfermera que es mi cómplice para algunas cosas es de esas personas que llega a tu vida y se hace familia, nos conocíamos desde hacía tres años ya, y nos conocíamos completamente o sea completamente yo la inicie a ella en el mundo del nudismo la conocía desde que era estudiante. Un día le platiqué del nudismo y le gustó la idea, me pidió consejos e instrucción en ese tema, le busqué materiales educativos y hasta le hice un resumen de algunos materiales que no pude hacerle llegar, de ahí en adelante nuestra relación fue cuando más se fortaleció, y nos hicimos los amigos que somos ahora que estamos en las buenas y en las malas, es de las personas que llamas a las 3 am porque tienes un problema y ahí esta ella para ti, cualquiera el problema que fuese.

Hasta por si necesitas follar porque hace rato no lo hacías siempre estaba para mí, pero esta historia sucedió antes de ser así tan cercanos, apenas ella estaba incursionando en el nudismo, y aun le daba pena mostrar su cuerpo. Ah no la describí ella es bajita de 160 cm de estatura tez clara, pelo castaño claro, ojos color miel, y tiene un cuerpo que muchas envidiarían, se llama Elianys, Eli cariñosamente por los amigos, pero entre ella y yo nos gusta llamarnos pollito y pollita. Todo empezó como una broma ella dijo que yo parecía un pollito y me llamaría así y como no me gusto yo le dije que la llamaría pollita a ella, en venganza, pero nada así nos seguimos llamando tantos años de eso ya. Un día normal como cualquier otro, ella me llama:

Eli: pollito, tengo un problema.

Yo: dime, ¿cómo puedo ayudarte?

Eli: es que no me ha caído. La esperaba hace tres días y aun nada.

Yo: ¿y cómo puedo ayudarte?

Eli: es que no sé, no sé, no sé qué hacer, no me lo puedo sacar y me pelee de ese muchacho hace un mes ya.

Yo: ¿y piensas estar embarazada? tienes algún síntoma de los que conoces?

Eli: no, no me siento nada, pero estoy preocupada.

Yo: entonces sácalo de tu cabeza por ahora. Esperemos un poco más tres días de retraso no son nada veras que en estos días te cae.

Eli: está bien confío en ti esperaré.

Y así transcurrió la semana seguíamos en lo nuestro nos enviábamos fotos todas las noches por el Whatsapp, como les decía ella estaba incursionando en el nudismo y donde único no le daba pena mostrar su cuerpo era en fotos por ahí así que de esa manera empezamos (no sabíamos a donde nos iba a llevar eso) todas las noches nos mandábamos 4 fotos desnudos yo le enviaba mías para disminuir su pena puesto que si tienes un cómplice es más fácil, o al menos así aprendí yo. Y la verdad cada día se veía mejor. Entonces a la semana exacta mientras teníamos una sesión nocturna como le llamábamos me dice:

Eli: pollito ya sé que me dijiste que no me preocupara, pero, aun no me cae.

Yo: ¿en serio, porque no lo dijiste antes?

Eli: es que dijiste que no me preocupara.

Yo: dije que no te preocuparas por tres días, pero ya son ocho.

Eli: lo sé pero es que hasta a mí se me había pasado, no debería ocurrir pero lo había olvidado.

Yo: ¿y los síntomas de embarazo? ¿Tienes alguno?

Eli: pues no de los que conozco al menos no.

Yo: ¿y otros como cambio de coloración de las aureolas, la vulva, tienes línea alba, tus senos están más grandes, somnolencia?

Eli: pues todo eso es no, excepto…

Yo: no me gusta ese excepto…

Eli: me parece que mis senos están más grandes.

Yo: hay que hacer un examen más exhaustivo, ¿estas dispuesta?

Eli: a lo que sea a mi alcance.

Yo: ¿pues tienes que introducir tus dedos en tu rajita y buscar el cuello y dime cómo se siente? ¿Sabes que buscar?

Eli: si lo sé.

Yo: normalmente tiene la consistencia de la nariz, cuando estas embarazada se pone como los labios en la segunda semana. ¿Me entiendes?

Eli: sip, espérame un tantito en seguida te digo.

Eli: oh dios mío lo siento suave.

Yo: ¿estas seguras?

Eli: pues no se nunca había tocado uno, pero lo siento blando.

Yo: no se diga más mañana te vienes conmigo a la clínica a examinarte con el ecógrafo.

Eli: ¡Nooo!!!

Yo: ¿qué pasa?

Eli: a la clínica no. Recuerda que mi tía trabaja ahí, no puede verme en esto.

Yo: y que hacemos entonces.

Eli: mira yo no sé muy bien que toqué porque no me examinas tú y así sabremos mejor.

Yo: no sé, es más seguro la ecografía.

Eli: a la clínica no iré, eres mi amigo examíname tu para estar seguros y si después del examen consideras que hay que ir a la clínica vamos.

Yo: está bien, ¿cuándo puedes venir?

Eli: mañana mismo puedo ir.

Yo: perfecto te espero a primera hora de la mañana.

Nos acostamos a dormir enseguida y me dejo preocupado, al punto que me costó trabajo conciliar el sueño, desperté antes que mi alarma sonara y me cepillé y asee y me disponía a desayunar cuando la veo entrando a la residencia donde me hospedo para mis estudios (en ese momento no tenía novia por lo que dormía en un cuarto para hombres, pero eran días festivos y solo me encontraba yo). La oigo golpear la puerta.

Yo: pásale está abierto.

Eli: hola pollito, aquí me tienes examíname y dame una buena noticia.

Yo: cálmate déjame desayunar que muero de hambre. Eli: pero estoy súper preocupada.

Yo: por 15 minutos de diferencia no va a cambiar nada ven tomate un zumo conmigo.

Me quedé mirándola atónito pues ese día estaba hermosa más de lo habitual, vestía una blusa blanca ceñida desmangada, no llevaba corpiño ella lo odia, y una minifalda de mezclilla azul, que, si bien no revelaba mucho te hacia imaginar cosas raras, y a juego unas sandalias de cuero.

Nos sentamos en la mesa y tomamos un zumo de manzana y yo comí unas tostadas con mantequilla además, ella no quiso, al terminar se ofreció a lavar los platos (ella sabe que yo odio hacerlo, que mi pasión es cocinar pero, fregar se lo espanto a cualquiera) y yo me dirigí a lavarme la boca de nuevo.

Yo: ya todo listo vamos a examinarte.

Eli: ¡Si lista!!! Gritó.

Yo: cálmate nunca una mujer se había emocionado por esas palabras.

Eli: es que estoy loca por salir de dudas. ¿A dónde vamos?

Yo: Aquí, ¿a dónde más?

Eli: ¿pero aquí y si nos ven?

Yo: y donde pensabas? No te preocupes mis compañeros están para sus casas solo estamos tu yo.

Eli: aun así.

Yo: bueno para calmarte.

Y con las sabanas armé un paraban en una litera, de manera que no se viera lo que pasaba adentro.

Yo: bueno no es lo más cómodo, pero algo es algo. Dale desvístete.

Eli: ¿completa?

Yo: no solo la minifalda y el blúmer y quítate las sandalias para que no ensucies mi cama.

Eli: pero date la vuelta, me da penita.

Yo: por dios yo esperaba superar eso para este momento, ni que nos conociéramos de hace dos días, si fueras al médico te desnudan sin preguntar.

Eli: ya, pero tú eres mi amigo, y mi médico, pero aun así…

Yo: vale me doy la vuelta, me llamas cuando estés lista te pones en posición ya adentro.

Eli: está bien.

Oigo la ropa como se desliza y luego la oigo entrando al paraban, y me grita, lista.

Yo entro y me la encuentro enredada en la sabana, como bebe.

Yo: ¿pero pollita?

Eli: con calma aun no me acostumbro a estar desnuda en público.

Yo: yo no soy público y además ya te he visto.

Eli: lo sé, pero no es igual aquí me da pena.

Yo: vamos, pero así no puedo, tú fuiste la que quiso hacer esto.

Eli: lo sé, pero… bueno déjame calmarme… ya estoy lista y se destapó los pies, y se puso en posición.

Tenía la concha depilada, se veía rosa, con unos labios mayores carnosos y gruesos que cubrían todo, y por un momento pensé que me apetecía probarla, lo que casi hizo que se levantara una erección, pero me controlé. A falta de lubricante intenté penetrar con los dedos secos solo usando el lubricante de su vagina, pero no entraba muy bien, era con trabajo, siento sus piernas que le tiemblan.

Yo: ¿no me digas que eso es de los nervios?

Eli: sip de eso mismo.

Yo: no te creo tan fuerte te da? Y Así quieres ser nudista, vas mal.

Eli: lo siento no puedo evitarlo.

En ese momento cañoneé un poquito y ella me detuvo diciendo que le dolía.

Yo: así no vamos a avanzar, necesito que te relajes, solo soy yo nos conocemos hace un año, tenemos confianza.

Eli: lo sé, pero, aun así, no puedo.

Yo: Ah tengo una idea…

Salí y me desnudé también. Y volví a entrar, ella dio un pequeño respingo.

Eli: ¿qué haces?

Yo: ahora estamos en igualdad de condiciones así te vas a relajar, ya tú no eres la única expuesta. Ven agarra mi miembro y juega con el mientras yo juego con tu panocha.

Me agarró mi verga que pensé que la cortaba del apretón a lo que ella respondió poniéndose dura y admito que la escena me ponía también un poquito. Así dejó de temblar, pero aún estaba seca y no entraban mis dedos, intenté pajearla un poquito como me estaba haciendo ella (que lo hacía sin ánimos solo se entretenía con mi miembro), y nada, ya era la tercera vez que intentaba y no podía, estaba tensa y la vagina dura, no me dejaba llegar. (si una verga estuviera ahí estaría a gusto, pensé) pero estaba fuera de mis cabales, el enojo la impotencia porque ella no cooperaba nada, así que me levanté tirando con ello el paraban y le dije muy serio:

Yo: Escúchame bien… o te relajas y me dejas examinarte por las buenas que fue lo que pediste tú, o te juro que voy a bajar ahí a si sea en contra de tu voluntad te voy comer la rajita, cuando este bien lubricada te voy a meter la verga y ya cuando te hayas venido y estés bien mojada y dilata te voy a examinar, ¿me escuchaste o tengo que repetirlo?

Eli: Haré mi mejor esfuerzo, lo siento es que es la primera vez en el ginecólogo y estoy nerviosa por el resultado.

Yo: una si fuera el ginecólogo ya hubiésemos terminado porque te hubiese puesto un espéculo, y dos si te dejaras ya supieras el resultado.

Eli: lo se dale intenta otra vez prometo portarme bien.

Nada más me arrimé a su lado volvió a agarrar mi verga. Y la miré.

Eli: para calmarme me dijo con mirada del gatito de shrek.

La ignoré y seguí en lo mío, intenté una vez, y nada segunda vez y nada tampoco (realmente no sabía cómo una persona podía resistirse tanto) e hice mi tercer intento sin lograrlo tampoco. Y me levanté como loco de nuevo y me dirigí al closet.

Eli: que haces, discúlpame no lo hago a postas.

Yo: se acabó, nos vamos a la clínica y allí será a las malas.

Eli: no a la clínica no intenta una vez más.

Yo: lo he intentado un millón de veces no sé cómo alguien puede resistirse tanto, en la clínica o a las malas. ¿Le dije sin pensarlo?

Eli. Hazlo a las malas pero en la clínica no. Es mi última decisión.

Entonces abrí el closet y saqué mis tres cintos de correa.

Yo: cierra los ojos y no mires, aunque sientas que le mundo se acaba. Le espeté.

Eli: tan malo va a ser.

Yo: no solo lo suficiente.

Ella obedeció, sumisamente. Algo que si les soy sincero me calentó. Me le acerqué y le dije siéntate, y obedeció. Entonces le quite la blusa y deje libre también esos pechos lindos que tenia de pezones parados y areolas rosadas. Entonces cogí sus manos llevándolas por encima de la cabeza de ella y las até con uno de los cintos (como es un cinto de tela entretejida con dos argollas de acero en la punta fue muy fácil hacer eso) la acosté nuevamente y até sus manos al travesaño posterior de la litera. Ella protestó un poco.

Yo: dijiste a las malas y así será, así que te quedas tranquilita y si te duele te aguantas, y no grites porque me da por meter cosas en tu boquita, ¿ok?

Eli: si está bien.

Yo: Cuando te pregunte algo responderás: si señor ¿ok?

Eli: pero que dices

Y ahí le espeté una cachetada en una teta, hizo ademan de gritar, pero se tragó su grito y solo respondió:

Eli: sí señor, como usted diga.

Yo: bien así será obedeces como una perrita o prometo que habrán mas de donde vino ese.

Eli: sí señor, usted me manda.

La verdad a mí siempre me ha gustado someter a mis parejas, para salir de la rutina, pero eso había sido muy fácil. O ella ya tenía experiencia o entendía que yo controlaba. Entonces amarre cada pierna por separado a cada lado de la litera. Me dispuse a torturarla un poquito antes de empezar cualquier cosa que fuera a hacer así que busqué hielo y empecé a recorrer su cuerpo. Veía la reacción de ella se erizaba y de vez en cuando se le escapaba un gemido entonces le introduje el hielo en su sexo y ella gritó a lo que yo le espeté otra cachetada en el otro seno, y no se pudo controlar y volvió a gritar y entonces le di de lleno con mi mano abierta en su sexo, pero en vez de gritar gimió.

Yo: ¿eso es lo único que quiero que salga de tu boca me has entendido?

Eli: sí señor, como usted diga.

Yo: bien, ahora ponte otra vez en posición. Voy a intentar de nuevo.

Ella obedeció y yo le acerqué mi miembro que estaba que explotaba. Lo puse en la entrada y empuje muy fuerte, haciendo que ella gritara. Y ahí le agarré los dos pezones y se los estiré.

Yo: sabes que no puedes gritar.

Eli: mi señor, pero es un grito de placer eso me gustó.

Yo: aun así, te dije que solo gemidos. Pero creo que aún falta lubricante no resbala bien. (Mentira ya para este momento estaba que era una fuente, pero me gusta jugar no puedo evitarlo)

Eli: si mi señor, usted no se equivoca.

Yo: habrá que hacer que lubriques más.

Eli: como usted guste mi señor, haga de mi lo que desee, pero llegue al fin que queremos.

Entonces me dispuse a realizarle un cunnilingus, pero sentía que lago faltaba, miré del rededor y encontré un pepinillo sobre la mesa, busqué un condón se lo puse y me dispuse a metérselo en su ano, pero se resistió, y tuve que disciplinarla, entonces le di una cachetada a cada teta, una en el sexo y por si acaso una a cada lado de la cara, no fue especialmente fuerte solo sonaron, era solo a modo de advertencia para que supiera su lugar como sumisa.

Yo: pensaba lubricar esto antes de meterlo, pero por portarte mal ahora veras lo que es el infierno.

Y empecé a introducir el pepinillo en su agujerito estaba bastante apretado ella grito una vez que se la dejé pasar y entonces empezó a gemir, lo dejé a la mitad y me dispuse a realizar el cunnilingus, ella jadeaba sin parar y gemía como una loca. Y yo me concentre en su clítoris lo lamia de arriba abajo y de un lado a otro, después le hacía círculos lo mordía lo sorbía, así hasta que se vino y sus jugos comenzaron a brotar traté de coger todo lo que pude en una mano, que no era mucho solo un par de gotas, bueno mas bien una cucharadita, se lo acerqué a la boca y le dije bebe esto te hará olvidar el dolor y lo hizo como si de eso dependiera su vida.

Yo: ¿supongo ese culito ya esté listo para mi verga?

Eli: si mi señor haga con él lo que usted disponga.

Entonces solté una de sus piernas y le ordené ponerse a cuatro patas (sé que a ella esa posición le fascina) le abrí las nalgas y empecé una entrada suave de más está decir que sus jugos de la venida anterior habían inundado ya su ojalito, una vez dentro completamente la dejé ahí para que se acostumbrara, y empecé a embestirla sin parar ella empezó a gritar y por cada grito le propinaba una nalgada cuando ya las manos me ardían de tanto azote le agarré los pezones y los apretaba cada vez que gritaba mientras tiraba a la vez de sus lolas. Así hasta que se vino y se desplomó de manera que tuve que agarrarla por suerte estaba la cama debajo.

Entonces la giré nuevamente y empecé embestirle por su rajita, sin para esta vez solo gemía, mientras yo con una mano jugueteaba con una de sus lolas y con la otra realizaba círculos sobre su clítoris así hasta que se vino ella junto conmigo, pero lo aguanté hasta ponerme a su lado le dije que abriera la boca y así lo hizo y se lo eche todo en la boca poniendo mi glande dentro de ella imagino que fueron directo a su garganta, ella hacia muecas pero le tape la boca y apreté el clítoris con mi otra mano, diciéndole que tragara o iba a sufrir y así lo hizo se lo tragó todito. Entonces me levanté así miso.

Yo: creo que ya estás como para examinarte.

Eli: si señor ya estoy lista para que me exploren.

Ahí realicé la exploración como dios manda puede comprobar que el cuello se encontraba normal y además al sacar el dedo la puntita tenía una manchita de sangre así que ya todos sabemos que era eso.

Yo: muchas felicidades pollita… (Ella por primera vez desde que le dije que cerrara los ojos los abrió como platos y me miró con cara de susto) no estas embarazada.

Ahí respiró… nos levantamos yo fui a lavarme y nos sentamos a la mesa con el zumo de manzana, ella me preguntó qué porque yo sabía que a ella le gustaba ser sometida si nunca hablamos de eso, y yo le respondí que no lo sabía solo la iba a torturar un poco hasta que se le aflojara la voluntad, pero me calentó tanto que no pude parar. Y así como dios nos trajo al mundo seguimos tomando zumo y hablando hasta que decidimos darnos un baño que lo hicimos juntos y volvimos a coger. En la noche mientras yo estudiaba me llamó contenta que ya le había caído la regla y hasta una foto de su tota manchada de sangre me mando puesto que había sido tan brutal que se había manchado las bragas la bata de casa y sus piernas que por suerte la había cogido sentada y no sobre la cama.

Espero les guste este relato, aunque parezca ficticio me sucedió de verdad y así atónitos como algunos de ustedes se quedaron así mismo quedé yo al escribirlo ahora con la cabeza fría y darme cuenta que de veras fue algo duro para haber sido nuestra primera experiencia sexual, que por suerte no fue la última.

Espero impaciente las críticas y las cosas que creen que puedo mejorar.

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