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Descubriéndome con mi amigo gay

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Mi nombre es Leo. Lo que les voy a contar es completamente verídico y sucedió hace ya algunos años cuando estudiaba en la universidad en la ciudad capital de mi país, en ese tiempo era un chavo de 21 años completamente hetero con cierto pegue con las chicas, ya había tenido algunas novias y había probado las mieles del sexo con ellas, lo cual refrendaba mi heterosexualidad. Me considero un hombre atractivo y varonil, 1.88 de estatura, cuerpo atlético, tez aperlada un pecho marcado, brazos fuertes, piernas gruesas, fuertes y marcadas, en general un buen cuerpo que llama la atención, en aquel tiempo tenía poco de haber terminado con mi novia de la universidad ya andaba un poco deprimido porque se me habían frustrado dos que tres conquistas.

En los primeros años de la universidad había conocido a Eric un chavo foráneo de provincia, de mi edad, alto delgado, moreno y ojos grandes; que veía eventualmente en las instalaciones de ciudad universitaria y nos saludábamos con cordialidad puesto que habíamos coincidido en algunas clases anteriormente y posteriormente coincidimos en el equipo de Taekwondo lo que hizo que nos frecuentamos más además de que Eric rentaba un departamento a unas cuadras de mi casa, con el tiempo nos pusimos de acuerdo para ir y venir juntos a la universidad en ciertos días que nuestros horarios coincidían y los fines de semana a entrenar, con el paso de los días nuestra amistad se fue haciendo más grande, tanto que frecuentemente iba a comer a casa y a mi mamá le caía muy bien.

Como Eric vivía solo yo empecé a frecuentar su casa, hacíamos reuniones con otros amigos de la universidad y al final yo era el último en retirarme por la cercanía de mi casa, con el tiempo solía ir a su casa a estudiar o a hacer trabajos lejos del ruido de mi casa ya que ahí estaban mis hermanos y compartía la habitación con ellos, e incluso me quedaba a dormir en casa de Eric frecuentemente por la comodidad que su casa representaba para estudiar y hacer tareas.

Con el tiempo la relación con Eric se hizo más estrecha, su actitud conmigo se empezó a suavizar hasta el punto de ser tierno conmigo, conforme se fue dando la amistad, hubo mas confianza pero un aire de tristeza merodeaba en Eric y yo preguntaba a que se debía esa depresión a lo que me evadía diciendo que yo no lo iba a entender y cambiaba el tema de forma drástica.

Yo ya me sentía en su casa como si fuera mía, tenía llave, me quedaba a dormir al principio en un tendido en el suelo y después en su cama que era una cama grande, me bañaba en su casa, veíamos películas juntos, en fin todo marchaba muy bien e incluso nos llegamos a cambiar de ropa uno delante del otro obviamente siempre con ropa interior puesta con toda la naturalidad de dos hombres hetero.

Un día, que salí de bañarme, me sequé y me puse unos bóxer apretaditos que hacían lucir mis torneadas y marcadas piernas y salí a la recamara, pude notar que Eric no podía disimular que le llamaba mucho la atención verme en ropa interior a lo que él se dio cuenta y sentí que se apenó y me dijo: “no vayas a tomar a mal mi comentario, pero que bien luces esos bóxer” yo sentí algo de pena y solo dije gracias.

Después de lo que acabo de contarles y ese cambio que había habido en él, que se comportaba muy tierno conmigo, empecé a sospechar lo que ustedes seguro están pensando. Un día charlábamos y le pregunté directamente que si era gay, a lo que me respondió afirmativamente, su conflicto era con su sexualidad y su temor era el rechazo de la familia; Recuerdo que esa vez lloró y yo genuinamente lo abrasé como a un amigo y le di todo mi apoyo.

Después de la confesión cada día nuestra relación se hizo más estrecha, tanto que me daba algo de miedo puesto que ya había mucho contacto físico y me refiero a abrazos, Eric no perdía oportunidad para abrasarme y decirme que era su mejor amigo. Yo en mi soledad meditaba la situación, en alguna ocasión tiempo atrás andando bien caliente había fantaseado de lo que sería estar con otro hombre pero jamás pensé llevarlo a cabo, era solo una mera fantasía que se esfumaba más rápido de lo que tardaba en aparecer en mi mente, pero me asustaba el camino que estaba llevando nuestra amistad, varias ocasiones vi a Eric con alguna erección y cuando él se percataba de que yo me había dado cuenta se apenaba y buscaba la forma de tapar su entrepierna, yo evitaba ya salir de bañarme en ropa interior y él ya lo había notado e incluso en alguna ocasión me dijo que me despreocupara que el hecho de que fuera gay no significaba que le gustaran todos los hombres.

Un día durmiendo, me abrazó, él estaba dormido a eso pensé y pude sentir su pene repagado en mi espalda baja, yo inmediatamente me quité y me volteé al lado contrario, a veces entre la noche buscaba abrazarme y yo me zafaba, era algo extraño, dentro de mi había una lucha, algo me decía que me retirara y ya no fuera más pero había algo que me hacía sentir bien con él y no podía negarlo.

Ya había considerado que de seguir así esa relación de amistad, era seguro que pronto rebasaríamos la línea que no quería rebasar, pero la verdad es que yo me sentía súper bien con él, nunca había tenido un amigo con el que platicara tantas cosas, como de mis relaciones con la chicas con las que había estado, yo le contaba que no sabía porque últimamente había tenido problemas con alguna conquista ya que llevaba un buen rato sin novia, a lo que él me decía de forma burlona, que tal vez debía darme la oportunidad con los hombres y que seguro ahí tendría mejor suerte a lo que ambos soltábamos sonora carcajada.

Una noche después de ver un partido de futbol y tomar un par de cervezas nos acostamos a dormir, el me abrazó por la espalda y me dijo que, nunca había tenido un amigo como yo y que me agradecía mi amistad, de pronto metió su mano por debajo de mi playera y lentamente subió su manos sobre mi piel desnuda y comenzó a acariciarme el pecho, tuve el impulso de rechazarlo y salir huyendo de ahí, pero quedé paralizado cuando acariciaba suavemente mis pezones, no pude evitar que mi pene empezara reaccionar con tremenda erección, la sensación era muy placentera y lentamente repegaba su cuerpo cintra mis espalda y nalgas, pude sentir su pene pegado a mi trasero y poco a poco fue bajando su mano sobre mi abdomen y traspaso la línea del resorte de mi pantalón y ropa interior, su mano quedó entre mi pubis y mi pene erecto hacia arriba. En ese momento, reaccioné y le quité su mano de forma violenta y le grité que le pasaba, que se estaba confundiendo conmigo, él se puso muy apenado, lloró y salió de su departamento hacia el estacionamiento diciendo que lo había echado todo a perder.

Yo me quedé en shock en su departamento y no sabía si irme de ahí o esperar a que regresara, medité sobre lo que había pasado y me dije a mi mismo que no podía negar que la sensación había sido muy placentera y que no tenía ni un compromiso con nadie y que el darme la oportunidad de una experiencia nueva dependía de mí.

Pasaron unos minutos y Eric regresó, entró por la puerta de la habitación y se me quedó viendo con sus ojos enrojecidos, su cara reflejaba que estaba muy apenado por lo sucedido y le dije: que es lo que quieres de mí, él se quedó callado y solo agachó la cabeza, mientras yo me desprendía de mi camiseta, después el pantalón que portaba mis calcetas y finalmente mis calzoncillos, dejando ver mi cuerpo totalmente desnudo y con mi pene al aire a medio erección. el levantó la cabeza y abrió sus grandes ojos con asombro, no daba crédito el ver mi cuerpo totalmente desnudo y yo sentía mucha excitación al exhibirme ante otro varón que sabía en ese momento, me deseaba con locura; se acercó lentamente y yo me eché en la cama, Eric se acostó a un lado mío y me contemplaba, recuerdo a lamia sus labios con su lengua, puso si mano sobre mi pene, él lo tomó y lentamente comenzó a masturbarme, se recostó sobre mi abdomen mientras mi pene de casi 20 cm terminaba de levantarse y ponerse al pie de guerra, de pronto sentí como comenzó a mamármela de una manera que nunca lo habían hecho y poco a poco veía como Eric pasaba de la delicadeza a la rudeza y como agarraba mi pene y los paladeaba en su boca, acariciaba mis huevos y yo me sentía en pleno éxtasis.

De pronto yo estaba en la cama boca arriba con mis piernas abiertas de par en par y Eric entre ellas dándome tremendas mamadas mientras acariciaba mis huevos, mis piernas y de repente bajaba sus manos para acariciar mi culo, yo jamás había sentido tanto placer, Eric poco a poco se iba desprendiendo de sus ropas mientras quedábamos los dos completamente desnudos, después subió y comenzó a besar mi cuello hasta que nos besábamos nuestras bocas apasionadamente.

Eric no paraba de decirme lo mucho que le gustaba y tanto que me había deseado, pasaba sus manos por todo mi cuerpo y volvía a hacerme tremendas mamadas que sentía que me corría en cualquier momento, yo me sentía extraño, estaba acostumbrado a la piel suave de las chicas y de pronto sentir su barba de 3 días, ere un choque para mí y apenas yo lo tocaba, aunque conforme fueron pasando los minutos yo comencé a corresponder a sus caricias, pronto toqué su pene erecto, el cual no era muy grande comparado con el mío y lo acariciaba tímidamente, el me pidió que metiera su pene en mi boca y lo hice con impulso, de pronto los dos estábamos haciendo un 69 y no podía de tanto placer, cosa que recompensaba como podía puesto que yo jamás me había comido una verga ni sabía cómo usar la boca para darle placer a un varón. Pronto no pude mas y llegué al éxtasis de un potente orgasmo, arrojé tremendos chorros de leche que terminaron en la cara y en la boca de mi ahora íntimo amigo, posteriormente yo quedé exhausto tendido en la cama mientras Eric, hincado a mi lado se masturbaba para acabar con no menos cantidad de semen sobre mi pecho y abdomen.

Yo me incorporé, limpié todas las secreciones, me vestí y casi sin decir palabras me despedí fríamente y me fui a casa, llegué inmediatamente a bañarme y me sentía muy culpable por lo que había hecho.

Al día siguiente ya no le conteste el teléfono ni lo busque, pero él se presentó en mi casa como si nada, saludó a mis padres y a mis hermanos y salimos a platicar de lo sucedido, Eric me aseguró que lo que había pasado seria nuestro secreto y que nadie mas sabría lo sucedido pasara lo que pasara, que él estaba consiente que yo era hetero y que solo había sido una experiencia nueva para mi, que solo me estaba descubriendo a mi mismo y que todos los seres humanos tendemos a la bisexualidad y que no tenía nada de malo siempre que ambas partes estuvieran de acuerdo, que no quería perder mi amistad por lo sucedido, pactamos que solo cogeríamos sin compromiso y que cada quien seguiría con sus conquistas por separado, si en algún momento, alguno de los dos se quería retirar para continuar con otra persona, solo bastaba platicarlo y seguiríamos siendo amigos y jamás contaríamos lo sucedido, pasara lo que pasara.

Con el paso de los días yo recordaba lo sucedido y todos los detalles y no podía evitar masturbarme con las imágenes que venían a mi cabeza, no puedo explicar pero Eric no me atraía físicamente, hasta ese momento nunca me había atraído un hombre pero me excitaba recordar las escenas de sexo vividas y como me tocó y me dio tanto placer, como nunca nadie lo había hecho, posteriormente días después, me presenté como si nada de nuevo en su casa y Eric me preguntó si ya estaba mas tranquilo y si ya había asimilado lo sucedido, yo le dije que si y que la verdad no podía negar que aquello había sido muy excitante, que cada vez que lo recordaba me tenia que masturbar por la calentura que me provocaba todo eso, el se acercó y me dijo, “no lo inhibas, déjate llevar” me dijo que jamás había estado con un hombre como yo, alto, cuerpo atlético, fornido y no es por presumir pero con una verga tan grande y gruesa (así me lo dijo textualmente), y comenzó a besarme y a quitarme la ropa.

De pronto ya estaba tirado boca arriba en la cama con las piernas abiertas y Eric como un desquiciado mamándomela y besando mis piernas, se despojó de su ropa para dejar ver su pene erecto, yo gemía de placer y de pronto levantó mis piernas para dejarme ir su pene por mi culo y ahí, se cortó el pacer y reaccioné diciéndole que por ahí no, que si quería, yo le daba a él por detrás, él sonrió y de un cajón de su buró saco un condón, lo quise tomar y él lo retiró rápidamente y me dijo “yo lo pongo”, lo sacó del empaque, lo puso en mi pene, no son darme unas mamadas y con su boca lo deslizó, sacó lubricante y puso un poco en su culo, se puso en 4 y yo me acerqué lentamente, empujando mi pene erecto contra su ano, sentía algo extraño y él me decía que lo hiciera despacio, fui empujando y sacando poco a poco y sentí como la resistencia de culo iba cediendo ante mi virilidad, gemidos de dolor y placer despedía Eric y eso me prendía mas, hasta que por fin tenía mi nabo dentro de sus entrañas, me fui moviendo rítmicamente, tomando con mis manos sus caderas y literalmente con las fuerzas de mis brazos yo controlaba los movimientos, mientras Eric me decía que me lo cogiera y que en ese momento él era mi puta y que estaba a mi merced; mientras yo lo penetraba él se masturbaba, y yo me detenía en ciertos momentos para no correrme, en una de esas, quite su mano de su pene y yo mismo lo empecé a masturbar mientras le daba con todo por el culo hasta que dio un grito de placer y terminó en chorros de semen que fueron derramados sobre sus sabanas, después yo seguí moviéndome terminando unos segundos después, terminando los dos bañados en sudor.

Durante los siguientes días, mi sentimiento de culpa que tenía al terminar de coger con Eric fue desapareciendo, el me reconfortaba diciendo que esto que hacíamos era como un juego secreto entre nosotros, que nadie sabría jamás y que desde luego era sin ningún compromiso, es decir, que no éramos pareja ni novios ni nada, solo dos amigos jugando a darse placer y que el día que yo decidiera continuar mi vida hetero con alguna chica, lo podría hacer sin ningún problema y eso me daba la confianza de darle rienda suelta mas bajos instintos.

Tener sexo con Eric se convirtió en algo que deseaba todo el tiempo, sobre todo cuando me hacía tremendas mamadas que jamás nadie me había hecho, la forma en que me besaba y acariciaba era sin igual, jamás nadie me había hecho sentir tanto placer, un día platicamos y Eric me propuso que tuviéramos sexo, pero que esta vez yo fungiera como pasivo, me habló de lo placentero que es hacerlo por detrás, que se experimenta un placer desbordante debido a que los hombres tenemos el punto P en la próstata y que al ser estimulada mediante la penetración desencadena orgasmos elevados a la octava potencia, al principio me negué pero Eric me aseguró que sería muy delicado conmigo y que el seria mi guía y maestro en la búsqueda del placer total, ese día jamás lo olvidaré; nos desnudamos y el hizo que me pusiera en 4 sobre la cama, Eric acariciaba mis nalgas y con sus dedos hacia círculos alrededor de mi ano, después acariciaba mis testículos y mi verga, no tardo nada en que mi pene se pusiera duro y se levantara como un mástil, Eric sin decir nada metió sus labios y lengua entre mis nalgas y empezó a lamer mi culito, yo no daba crédito al placer que estaba sintiendo, con su lengua estimulaba mi ano, mis testículos y aspiraba mi olor, me decía que le fascinaba el olor de mi intimidad, puso bastante lubricante en mi culito y me acercó su verga y empezó a empujar, varias veces tuve que detenerlo por el dolor que sentía al irse abriendo mi esfínter, tenía la idea de terminar eso y ya no intentar pero Eric me susurraba que me relajara y que me iba a gustar.

Poco a poco, su pene fue entrando en mi y en poco tiempo ya estaba en mis entrañas, Eric se movía de forma rítmica y cada vez mas rápido y yo sentía como punzaditas en mi pelvis, primero dolor y poco a poco empezó a hacerse presente el placer; yo comencé involuntariamente a jadear primero de dolor y luego de placer y él me decía “ya vez, te dije que te iba a encantar y te aseguro que después me vas a pedir más” en mi campo de visión, yo estando en 4, veía hacia atrás, mis huevos campaneando de un lado a otro entre mis piernas, las piernas de Eric dándome tremendas envestidas y mi pene erecto con un líquido viscoso que caía a la cama dejando un hilo delgado como si de una telaraña se tratara y de pronto con sus manos agarró mi verga y me dijo “ahora si vas a sentir el placer supremo” y me empezó a masturbar y yo no podía dejar de gemir de placer, sentía que subía a lo más alto de una montaña rusa y que pronto vendría la caída libre; en un momento ya no pude más y estallé gimiendo y di un grito de placer extremo, eyaculando lo que nunca en la vida, mi pene, mis testículos y todo dentro de mi intimidad se contraían y arrojaban semen a borbotones y yo caía exhausto después de un prolongado orgasmo, ese día dejaría de ser virgen de ese hueco en mi cuerpo, había estado a merced de otro varón, Eric se quitó el condón y me hizo que lo que me quedaba de fuerzas las usara para mamársela, yo lo estimulaba con mi boca y manos y pronto terminó a chorros en mi boca y cara.

Durante aproximadamente 5 meses llevamos una relación free en el clandestinaje, frente a nuestros compañeros y amigos, nos comportábamos como dos machos sin levantar sospechas, salíamos en grupos, hacíamos fiestas, a veces en casa de Eric o en casa de algún otro amigo o amiga, pero al final siempre terminábamos en la cama dominándolo o siendo dominado por él.

Tiempo después conocí a una chica que me cautivó y con la que se empezaron a dar ciertas cosas, Eric se dio cuenta que mis ausencias eran cada vez mas prolongadas, un día platicamos y le confesé que estaba saliendo con una chica y se enfadó mucho, discutimos y le hice recordar el pacto que teníamos y que incluso el salía a antros gay, solo buscando conquistas sin que yo hiciera algún reproche, pero él me dijo que se había enamorado de mi, la verdad me sentí mal por él ya que para mi fue solo una gran experiencia sexual; nos distanciamos, al poco tiempo se cambió de casa, eventualmente nos encontrábamos en la universidad y terminando la misma supe que regresó a su ciudad y ya no volví a saber de él.

Con Eric descubrí una parte de mi sexualidad que no conocía, ahora me considero bisexual, puedo decir que en ciertos momentos de mi vida después de esa experiencia, me he sentido atraído por hombres y aunque he tenido ya varias relaciones hetero de vez en cuando busco compañía masculina para revivir aquellos candentes momentos de mi juventud que fueron únicos.

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