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Desde mi terraza (parte 4 y final)

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Pasaron algunas semanas de esa extraña pero excitante y rica experiencia, ya era mitad de marzo, fecha donde todos vuelven a sus labores y horarios rutinarios. Por mi parte regresaba a clases, último año de universidad y trabajo online por las tardes. Primera semana y ya estaba agotado, cansado, extrañaba el verano, más bien extrañaba las vacaciones. Había vuelto a ver a todos mis compañeros que viven en lugares más alejados, nos prometimos hacer algo el siguiente viernes.

Llegó el día viernes, asistió más gente de la que pensaba, más de lo habitual para este tipo de fiestas, algo así como unas 20 personas. El lugar elegido fue en la casa de un compañero que vivía a unos 15 minutos de mi casa a pie, por lo que era el lugar ideal. Pasada la tarde, nos pusimos a cantar, bailar y lo principal A BEBER, había mucho alcohol.

Pasada la noche, nos quedamos 5 personas, 2 mujeres y 3 hombres. Los 2 chicos eran mis mejores amigos de la universidad y las 2 chicas eran amigas y de uno de mis amigos. Mi amigo había invitado a una de ellas con la intención de conquistarla, pero ella le dijo que sólo iba si llevaba a una amiga con ella y bueno a mi amigo no le quedó otra que aceptar.

El problema fue que mis amigos se excedieron con el alcohol y ya estaban bien ebrios, yo por suerte siempre tuve buena resistencia al alcohol y tampoco estuve bebiendo al nivel de ellos.

Mi amigo intentó acercarse a la chica que invitó, pero no pudo ni quedarse en pie junto a ella. Las chicas se incomodaron y prefirieron irse. Yo por mi parte también quise irme, antes fui al baño. Al salir me di cuenta de que las chicas seguían afuera de la casa esperando Uber.

“Cuanto más van a esperar”, les dije.

“No sé”, me dijo una de las chicas, “pero ya queremos irnos”.

Yo: “Bueno las acompaño hasta que pase”.

Ellas: “no es necesario no te preocupes”.

Yo: “Insisto”.

Pasaron varios minutos, les cancelaron varios viajes, el trayecto de ellas era por lo menos de 1 hora y ya eran las 2 am. Les propuse quedarse en mi casa debido a la hora, y por un tema de seguridad aceptaron.

Les conté la situación, eran 15 minutos de caminata, no les importó, la noche estaba agradable.

En el camino las fui conociendo, una de ellas era Paola (la que quería conquistar mi amigo), era una chica morena, delgada, pequeña, unos 1.55 m de estatura, se le notaban unas tetas pequeñas, pero bien formadas, lo que, si tenía unas piernas y trasero de ensueño, trasero grande y piernas algo generosas considerando lo delgada que era, ella andaba con falda a tablas, por lo que se veía muy sexy. Una lástima que mi amigo fracasara en el intento, pero fue complemente su culpa.

Su amiga Claudia era más alta, iba de vestido escotado y le llegaba hasta el muslo y dejaba ver unos senos bastante grandes, de hecho, se llevó varias miradas, pero ninguno supo jugar sus cartas adecuadamente. En un momento me di cuenta de lo afortunado que era llevándome a esas 2 chicas a mi casa, aunque no era tan ingenuo, las posibilidades de que pasara algo con al menos 1 de ellas era bastante mínima.

Íbamos llegando a mi casa, cuando les pregunté si querían comprar algo para comer, aceptaron.

Pasamos a un minimarket, al entrar inmediatamente los reconocí, era mi vecina Laura con Joel, ambos se dieron cuenta que era yo, me saludaron, ¿llegando de vuelta de la fiesta? jeje”, me dijo Laura.

Yo: “Hola, si recién llegando, les presento a Claudia y Paola”.

Joel: “¿Chicas, quieren seguir la fiesta?”, les pregunta directamente a ellas.

Ellas se miran y me devuelven la mirada a mí, yo le digo que ellas decidan, se quedan pensando y nos dicen que sí, pero poco tiempo, ya están cansadas y tienen algo de hambre.

Laura: “tu casa o la mía vecino?”

Yo: “vamos a la mía”

Llegamos a mi casa, preparamos todo, algo de comida, saqué un tequila que tenía guardado por si alguno se antojaba.

Todos se animaron.

Pero mi vecina puso orden:

Lau: “Si vamos a tomar tequila, esto debe ser con un juego, verdad o reto, ¿tienes cartas vecino?”

Yo: “si, tengo”

Lau: “Voy a partir yo, e iremos uno a uno prediciendo si la carta que viene es mayor o menor a la que está en la mesa. De acertar 3 veces seguidas, pasa el siguiente. Pero de equivocarte tendrás que beber un shot de tequila y elegir entre verdad o reto. Si no cumples el reto o no te creemos la respuesta que das, tendrás que beber nuevamente. Tu debes elegir a las 2 personas para que decidan que reto o que verdad será para ti”.

Estuvimos todos de acuerdo.

Laura, (mi vecina) fue la primera en perder, bebió y eligió a Claudia (la chica voluptuosa de vestido) y a mí, para decidir que escogeríamos, elegimos –verdad-, yo pensaba en idear alguna confesión tonta o rutinaria, pero Claudia se me adelantó y dijo “hasta donde te comes la verga de Joel”, todos quedamos sorprendidos. Pero Laura hizo un gesto con las manos y dijo “es así de grande y me la como entera”, todos reímos.

Claudia, preguntó “le creímos?”, yo me quedé en silencio, sabía que era verdad lo que dijo Laura, pero las chicas dijeron “nooo”.

Lau: “bueno, la idea es beber no?” Y se tomó otro shot de tequila.

Luego fue Claudia la que perdió, ella eligió reto. Claudia dijo bastante petulante que haría todo lo que le pidieran que hiciera, ya había bebido suficiente y el tequila no le haría bien a esa altura. Nos tocó preguntar a mi vecina y a mí, mi vecina me dice: “elegiré yo, sino te molesta, le pediré algo que no creo que vaya a cumplir”, yo sin problema acepté.

Laura: “quiero que nos muestres esas tremendas tetas que pareces tener ahí”.

Miramos a Claudia, quedó sin reacción. Pensó algunos segundos y dijo: “mira, ya que te quieres pasar de lista conmigo para que beba, se las voy a mostrar, pero sólo a tu chico y si lo hago, tú vas a ser la que vas a beber mi shot, y si no aceptas tienes que cambiar el reto a uno no tan subido de tono como ese”.

Todos quedamos boquiabiertos, Laura se sonrió, pensó algunos segundos y dijo: “Joel, siéntate de aquel lado, vas a ver unas tetas grandes”, mi vecina Laura terminó de decir eso y se bebió de inmediato el shot.

Claudia se sonrojó bastante, era evidente que no esperaba eso, pidió ir al baño. Pasaron algunos minutos, todos pensamos que el reto había sido mucho para ella y que no sería capaz, pero regresó con su cara aún roja y algo más tranquila, y dijo: “bueno acepto, pero después sin reclamos”.

Llevó de la mano a Joel y lo sentó sobre un sofá pequeño que estaba arrinconado al otro extremo de donde estábamos jugando. Todos permanecíamos en silencio y atentos de la situación, Claudia se notaba avergonzada, pero seguía adelante con el reto. Ella se abrió el escote, por la cara de Joel el paisaje parecía increíble, sin embargo, Laura se puso de pie y se ubicó al lado de Joel y exclamó: “sólo le estabas mostrando tu escote, no tus tetas, te ayudo”, mi vecina se pone de pie, mete mano por atrás del vestido de Claudia y le desabrocha el sostén.

Laura: “vamos chica, muéstrale a Joel lo que tienes ahí”.

“Bueno”, dice Claudia, aún avergonzada bajando la mirada.

Se quita el sostén y se abre el escote.

Laura y Joel abren los ojos de par en par y dicen al unísono “wow”.

Claudia: “les gustan?”

Joel: “ufff si, de ven deliciosas”

Claudia avergonzada, se cierra el escote y procede a volver a poner el sostén, pero su amiga Paola le dice: “quédate así amiga!!, por si vuelves a perder” y todos reímos jajaja.

Lau: “si, quédate así, mira como has dejado a Joel”, mientras Joel se pone de pie con una gran erección.

Clau avergonzada dice, “ya bueno”.

El siguiente en perder fue Joel.

Joel: “bueno, voy. ¿A quién le toca elegir?”

Paola: “A mí me toca, y quiero que elijas reto, si todos están de acuerdo”.

Estuvimos de acuerdo.

“Entonces quiero que Joel nos muestre su erección a todos con ayuda de Claudia, y si al final de cuentas Laura tuvo razón en lo que dijo en cuanto al tamaño de Joel, todos debemos beber un shot”.

Laura: “Jajaja, sólo deberían tomar los que no me creyeron ¿no?”

Paola: “mmm bueno, tendremos que tomar sólo nosotras amiga”, dice Paola mirando a Claudia, esta asiente, ya cada vez con menos confianza y menos petulante que antes.

Joel se pone de pie, Claudia antes de que le dijeran cualquier cosa se pone de rodillas, acercándose a la parte baja de Joel, mira a Laura, está vez algo más desafiante.

“¿A esto te refieres con lo de ayuda de Claudia cierto amiga?”, dice Claudia.

“No sólo eso, quiero que realmente lo ayudes, bájale el cierre y los pantalones”, dijo Paola para sorpresa de todos.

Laura quedó algo contrariada, en un comienzo pareció enojarse, pero luego siguió la corriente y se puso cómoda a ver la escena.

Claudia no lo dudó y le bajó los pantalones a Joel, y quedó mirando fijamente la erección del chico, Paola que también quedó atenta a la entrepierna de Joel.

Laura “¿ven que tenía razón?, aunque no está en su máximo esplendor”.

“¿Aaah no?”, dice Paola algo dudosa.

Claudia: “la verdad, no me parece tanto”, dice mirando a Laura.

En eso Paola se acerca, se arrodilla y sin preguntarle a nadie le baja la ropa interior a Joel, dejándolo únicamente con camiseta. “Vamos Laura, queremos verlo en su esplendor”, dice Paola.

El pene de Joel sale disparado, aunque no estaba totalmente erecto se veía grande, Paola sólo quería ver el mundo arder y a Laura enojarse. Pero Laura nuevamente nos sorprende a todos y le dice a Paola “si quieres verlo en su esplendor tendrás que tu provocarlo”.

Paola: “tú mandas!”

Dejando todo el juego de lado, Paola le agarra el pene a Joel y se lo mete en la boca.

Todos miramos a Laura, ella muy tranquila observa.

“Amiga esto está delicioso, ven, prueba conmigo”, dice Paola.

Claudia se arrodilla, baja su vestido, liberando sus increíbles tetas y comienza a chupar esa verga ya totalmente erecta con todas las ganas.

Laura, no deja de mirar como las 2 veinteañeras le dan una mamada intensa a su pareja, luego se pone de pie, se arrodilla, le quita la verga de Joel de la boca a Claudia, la chupa ella repetidas veces. Se pone de pie y se va a servir los shots.

Las chicas se detuvieron unos momentos para beber el shot y siguieron compartiendo.

Mi vecina se quita toda su ropa, comenzando por su vestido largo, siguiendo por su sostén, liberando esas tetas tan ricas y grandes que había visto antes, para finalizar se quita su tanga blanca que se ve bastante húmeda, al sacarla lentamente se nota un hilo de humedad que corre desde su entrepierna, eso me sorprendió mucho y quedé con cara de tonto contemplando la escena. Ella me saca del momento y me dice, “vecino, ya está la mesa servida, deja de mirar y sírvete”.

Me acerqué y ella me recibió con sus piernas bien abiertas, toqué su vagina, la cual tenía poco pelo y muy bien recortado. Su entrepierna estaba empapada y no había tenido contacto alguno, eso me impresionó.

Me di la vuelta para mirar a Joel, él nos miró mientras las chicas se turnaban su pene y nos hizo un pulgar hacía arriba aprobando lo que estaba ocurriendo.

Comencé a devorarme su clítoris, estaba muy húmeda y rica, muy sabrosa, lo cual hizo que le de unas lamidas muy intensas y energéticas, Laura empezó a gemir fuerte. Agarré sus tetas y sus pezones estaba duros, subí a ellos y me los comencé a comer.

Lau: “Déjame sacar tu pene, lo quiero sentir”.

En ese momento siento que alguien comienza a quitarme la camisa, era Claudia, no tuve que adivinar mucho quien era al sentir sus tremendos senos en mi espalda, me puse de pie y le terminé de quitar su vestido, para seguir con su pequeña tanga. A diferencia de Laura, Claudia estaba completamente depilada, ambas chicas desnudas y voluptuosas se arrodillaron ante mí, ese fue un momento para atesorar para toda la vida.

Me terminé de quitar la camisa, y las chicas bajaron mi pantalón con mi bóxer a la vez, Laura miró a Claudia y le dijo “permiso” y se metió mi pene el cual ya estaba completamente duro a su boca. Claudia me miró con cara de tristeza, pero Laura tomó su mano para que ella masturbara mi pene mientras mi vecina me chupaba la punta de mi pene.

Laura con más experiencia guío a Claudia para que ella por fin se metiera mi verga erecta a su boca, mientras Laura succionaba mis bolas hinchadas, en ese momento creí no aguantar más, Laura entendió el momento y me dio un respiro. Ese respiro fue sin soltar mi pene, lo mantuvo firme desde las bolas, mientras Claudia pasaba lentamente la lengua por la punta, quedándose con algunas gotitas de mi lubricación. De un momento a otro Laura se acerca a Claudia y la besa, Claudia en vez rechazarla se deja besar y contrataca con más intensidad, fue un beso largo e intenso en el cual se olvidaron de todo.

Les dije que se pusiera de pie y comencé a mirarlas, pese a la diferencia de edad que eran casi 10 años eran similares físicamente, diría que las tetas de Claudia eran ligeramente más grandes, pero las curvas de Laura eran algo más pronunciadas, besé intensamente a cada una, mientras jugaba con sus pezones, luego puse las manos de Claudia en las tetas de Laura y viceversa, con mi vecina le comenzamos a comer las tetas a Claudia, la cual disfrutó mucho. Cambiamos y ahora con Claudia le comenzamos a comer los pezones a Laura.

Nos habíamos olvidado del mundo, incluso de Joel con Paola (la chica morena, delgada, de gran trasero y deliciosas piernas), hasta que escuchamos a Paola gemir fuerte. Ella estaba montando a Joel intensamente en el mismo sofá donde Claudia le había mostrado las tetas por primera vez.

Laura mirándolos lo primero que dijo fue: “ufff que rico, yo igual quiero verga”.

Lau: “con permiso guapa”, quitó a Paola de la verga de Joel y se montó ella metiéndose su verga en su vagina, dándole la espalda a su pareja.

Paola se sorprendió, pero no tardó en cambiar de rumbo y me comenzó a comer la verga.

Ya estaba todo desatado. Claudia se puso en 4 y abriendo sus nalgas con las manos me invitó a darle, yo sin pensarlo 2 veces y dejando de lado a Paola se lo comencé a meter a Claudia, la cual tenía una vagina apretadita y bien caliente.

Claudia gemía como las diosas, que mujer! La agarré de los hombros para penetrarla lo más adentro posible, eso le gustó más aún. Paola se sentó cerca de la Claudia y se comenzó a frotar el clítoris.

Paola tenía una vagina morena de labios gorditos, y al igual que su amiga estaba totalmente depilada, una delicia.

Le dije a Claudia que se acomodará un poco más arriba del sofá grande para tener una mejor visual de ambas, cuando hizo el movimiento quedo bastante cerca de la parte baja de su amiga.

Paola se percató de ello y le dijo a Claudia sin pensarlo demasiado: “amiga ayúdame con tus dedos”.

Claudia no lo pensó y le comenzó a frotar el clítoris a su amiga, al ver la escena volví a penetrar a Claudia, esta vez la agarré firme de las caderas y comencé con mis embestidas, no quería darle tan fuerte para que no perdiera el ritmo ayudando a su amiga, pero con algunas embestidas no pude controlar las ganas de darle duro y profundo.

Paola y Claudia gemían al unísono, era increíble la escena, nunca pensé que esa noche terminaría de esa forma.

Paola le guiaba los movimientos que Claudia realizaba con su mano. Pao, que siempre iba un paso adelante le dijo: “amiga méteme los dedos en la vagina por favor”. Claudia hizo caso omiso a la petición de su amiga, pero Paola bajó un poco su pelvis y la acomodó de tal manera de que quedara más cerca de Claudia, mientras tanto yo seguía penetrando a Claudia, pero de una forma más lenta. Paola y Claudia se miraron fijamente algunos segundos, además Claudia accedió por fin a la petición de su amiga, y lentamente le introdujo 2 dedos mientras su dedo pulgar lo usaba con el clítoris, las miradas entre ellas seguían. Paola jadeaba y gemía.

Para romper el momento, comencé a cogerme a Claudia fuerte, la agarré de sus hombros levantando un poco su cuerpo, Paola bajó sus manos para agarrar las tetas de su amiga. La fui soltando de los hombros, volví a sus caderas, pero sin disminuir la fuerza. Claudia volvió a mirar a su amiga fijamente y le dijo: “a ver si te gusta”, bajando a su clítoris y sacando su lengua comenzó a darle una buena mamada, Paola abrió los ojos de par en par mientras era atendida por su amiga, sus gemidos eran intensos.

Paola: “oooh amigaaa que rico, nunca pensé que lo harías”

Claudia: “me moría de ganas por comerte la vagina y saborear tu clítoris, que sabrosa eres”

Le dio con todo y Paola no paraba de gemir, agarró la cabeza de su amiga y la hundió en su vagina, levantó un poco su pelvis, mientras Claudia se daba un festín.

Pao: “¿amiga puedes pasar tus tetazas por mi clítoris?”

“Si claro”, dijo Claudia.

La escena era imperdible, frené mis embestidas para ser un espectador.

Paola: “hazme acabar con la boca por favor te lo pido”

Le tomó nuevamente la cabeza y la hundió en su vagina, pasaron algunos segundos. donde Paola fue la primera en acabar aquella noche, su cuerpo se estremeció por completo, sus ojos en blanco la delataron de inmediato, algunos últimos gemidos, y unos respiros terminaron con una sonrisa gigante.

Fui a besar a Claudia, y a Paola, esto nos llevó a un caliente beso triple, el que continuaron sólo ellas. Paola le comió un par de veces las grandiosas tetas a Claudia.

Volteamos nuestras miradas y ahí estaban mis vecinos, sorprendidos.

Laura: “hazme acabar a mi ahora Claudia!”

Todos reímos y nos sacó del momento jaja

Laura agarró a de la mano a Claudia y le dijo: “esto es algo que he querido hacer hace muchos años”, la llevó a la cama. Todos las seguimos hasta mi habitación principal, la acostó y le cruzó las piernas, quedando en una excitante tijera.

Con Joel estábamos con la vista pegada en la escena, 2 mujeres voluptuosas cogiendo y frotando sus clítoris uno contra el otro. El movimiento de las tetas de ambas era hipnotizante, mezclado con los gemidos, estábamos en un show muy agradable de ver.

En ese momento siento que me agarran la verga, miro hacia abajo y era Paola arrodillada, haciéndome una paja mientras le chupaba la verga a Joel. Ella no perdía oportunidad. Luego me la chupaba a mí, ¡¡¡qué bien lo hacía!!!, y luego volvía a cambiar a Joel.

Paola sólo se detenía para mirar cómo iban las chicas y seguía.

Laura: “no aguanto más!, sigue así Claudia”

Claudia: “yo tampoco aguanto, acabemos juntas!!!??”

Laura: “siii, estoy apunto”

Las chicas acabaron en sincronía casi perfecta, Claudia para sorpresa de todos acabó con un chorrito pequeño de squirt.

Claudia: “de regalo!”

Reímos fuerte. Joel se acercó a besar a Laura y se les unió Claudia.

Laura: “chicas, tenemos una deuda! ¡¡¡Sólo nosotras hemos acabado, faltan los hombres!!!”

Sin decir palabras, las chicas nos acuestan en la cama con nuestras vergas apuntando al cielo. Laura decide ser la espectadora, le dice a Paola que se suba sobre mí y a Claudia sobre Joel.

Paola estaba deliciosa, de momento yo sólo me había cogido a Claudia (y a mi vecina en el relato anterior), ambas chicas nos daban la espalda. El trasero de Paola se veía espectacular, la levanté y le dije: “no me perdonaría a mí mismo si no hago esto”, puse en 4 a Paola y la vista ufff, que culazo que tiene esa chica! Le di unas lamidas, en la vagina y luego pasé la lengua por su ano. Acomodé mi pene en la entrada de su vagina y sin esperar mucho la penetré, primero intenso, luego lento y profundo. Laura se acomodó para besar a Paola, ella gustosa aceptó.

Por el otro lado, Joel recibía los sentones de Claudia con las generosas tetas de ella prácticamente en su cara, las tenía agarradas firme con sus manos para darle unas chupadas a sus pezones de vez en cuando.

Laura manejando la situación y ya viendo que no dábamos para mucho más les pregunta a las chicas: “donde les gustaría recibirlo? Estos chicos están cargados”

Ambas entre gemidos dicen: “lo queremos dentro”

Laura, va hacía a mí y me dice al oído, “ya sabes eh, llénala toda con tu leche caliente” y me besa intenso. No me aguanto más, empiezo a embestir a Paola con todas mis fuerzas, la tomo de sus caderas pronunciadas y comiendo a acabar, llenándola de semen, Paola excitada me dice “oooh que rico, estoy acabando también!!! agarrameee”, esos gemidos se deben haber escuchado en toda la cuadra.

Laura se arrodilla esperando mi verga, me la chupa con hartas ganas y la deja limpia, mientras Paola se comienza a mover lentamente para no botar todo lo que sale de ella. Laura la detiene la besa, en un beso muy sensual, la abraza y agarra sus nalgas, las abre y deja toda leche escurra por sus piernas lentamente, y le dice “disfruta esa sensación”, la besa nuevamente y la deja ir al baño a limpiarse.

Laura sí que disfruta todo y al máximo, nos lleva al extremo.

Al lado nuestro, Laura saca la verga de Joel de la vagina de Claudia, la prueba y dice: “esta verga está por explotar, donde quieres la Claudita?”.

Clau: “la quiero en la boca, quiero sentir el sabor de tu hombre hasta mi garganta amiga Laura”, lo dice con la voz muy sensual e inocente a la vez.

Laura: “arrodíllate! Y abre esa boquita”, Laura se arrodilla con ella y se pone detrás suyo, con sus manos alcanza sus tetas, las junta, las amasa y juega con sus pezones, Claudia gira su cabeza y besa intensamente a Laura, mientras Joel se hace una paja a punto de acabar.

Joel: “me voooyy abreee esa boquita”, Clau abre su boca, Joel se comienza a estremecer, mete su verga en la boca de Clau y mientras acaba Joel, Laura le dice algo en sus oídos.

Joel acaba, se sienta en la cama.

Laura le dice a Claudia, ponte de pie, ambas de paran y se ponen frente a frente.

Laura: “lo hiciste?”

Claudia abre su boca, saca su lengua y deja caer todo el semen que tiró Joel, la escena me recordó mucho a lo que vi de una terraza a otra en la 2da parte del relato.

El semen le cae sobre las tetas, las cuales ya las tenía juntas, formando una leve posa, Laura baja a sus tetas, se las come y pasa la lengua por donde tiene todo el semen, sigue subiendo y llega a la boca de Claudia, para besarla intensamente y le pregunta: “¿estuvo rico el sabor de mi hombre?”.

“Siii, delicioso!”, dice Claudia.

Con Paola y Joel, casi las aplaudimos jaja

Una vez ya terminamos el juego, nos fuimos a los sofás a seguir conversando y bebiendo algo, ninguno se puso demasiada ropa, las chicas sólo algo para cubrir sus hombros, igual nosotros.

Mi verga estaba lista para más, pero todos teníamos sueño y nos quedamos dormidos.

Al despertar mi vecina con su pareja se fueron. Las chicas tomaron desayuno, se ducharon, nos dimos nuestros números y se fueron.

Muchas veces reclamamos con los vecinos que tenemos, no es mi caso, me han dado las mejores experiencias de mi vida.

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