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Después de un largo tiempo

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Pasó un largo tiempo que no salí con ningún hombre, no había nada que complete mi interés como mujer; me dediqué a mi trabajo, mis estudios y salir con mis amigas, y además a dedicarme a mí; a la salida del trabajo fui a una tienda y me compré unos conjuntos de ropa interior que me encantan, un body con portaligas (no sé para qué, pero me gustó) y un portaligas con medias negras, si bien en ese momento no tenía con quien usarlo, no hay que dar nada por descartado, una nunca sabe.

Cuando salgo de la tienda suena el celular y era mi amiga Mariana, me dice si no quería acompañarla a ella a una fiesta el sábado, me toma por sorpresa no sé fiesta de que, en principio me niego ya que no conozco a nadie, pero me vuelve a insistir y al final le acepto la invitación, le consulto algunos detalles de la fiesta más que nada para saber cómo ir vestida; sería una fiesta elegante me respondió.

Ya que estaba de compras comencé a mirar algunos vestidos, me encanto uno de color negro con un tajo en la pierna, me lo probé y me quedaba bien, era entallado, me encantó y lo compré, por la compra el vestido venía acompañado de una bijou no era algo del otro mundo, un collar que acompañaba y el conjunto estaba en sintonía.

Llegado el sábado y después de una semana intensa me quede haciendo fiaca en la cama, pero recordé la fiesta y todo lo que tenía que hacer así que salte, desayune ligeramente, me pedí un turno para la peluquería, para la tarde, así que aproveche a depilarme, luego me di una duchita, y acomodé las prendas de la noche sobre la cama, el vestido, mi ropa interior y los zapatos de taco. Unas horas antes comencé a cambiarme y una vez lista llame a Mariana, a ella le faltaba, pero me dijo venite a mi casa así nos acompañamos, así que llame a un radio taxi y salí rumbo a su casa.

Llegamos a la fiesta, de a poco fue llegando la gente, recordé que de la emoción de estar en la fiesta, no sabía de qué se trataba, así que le pregunte a Mariana de que era la fiesta, y la respuesta fue, “déjate llevar Andrea y disfruta”; elegimos una mesa nos sentamos las dos juntas y como todas la mujeres no parábamos de hablar y de criticar algunas vestimentas, mi cruce de piernas era un tanto llamativo ya que con el tajo del vestido buena parte de mi pierna derecha quedaba a la vista, saboreando un rico trago Mariana se me acerca al oído y me dice, “¿te diste cuenta como aquel hombre te está observando?”, le respondí “si pero no le devuelvo la mirada, no me quita los ojos de encima, se debe creer que soy una cualquiera”, no Andrea fue su respuesta, “aquí no viene gente pensando en levantarse chicas, además, estas muy atractiva amiga”, le respondo “Ay Mariana, mira lo que dices…!!, me haces poner colorada”.” Anda amiga me dice Mariana, relaja y disfruta del evento, tal vez quien dice que…”

Con cara de asombro la miro a mi amiga y le digo “¿Que estas insinuando?, cambiemos de tema por favor; paso la camarera y pedí otro trago pues lo estaba necesitando mientras mi amiga se reía, levanto la vista y el hombre en cuestión me hace una sonrisa, me quedo mirándolo un ratito, y por cierto es muy apuesto, hasta que la camarera me acerca el trago y me hace bajar a la realidad, en eso suena una música, muchos salen a bailar, y mi amiga me dice que vio a una amiga suya y me pidió permiso para ir a charlar a su mesa, me quede observando el entorno, y en eso el hombre en cuestión se acerca y me dice, “disculpa, ¿quieres salir a bailar?”, “oohh disculpa, s siii si por supuesto” fue mi respuesta, miro a la mesa donde estaba mi amiga y me guiña un ojo con una risa burlona.

En verdad me gustaba, hacía mucho que no disfrutaba de una fiesta así, y sentirme atraída por un hombre después de tanto tiempo, mucha gente bailando y la pista un tanto pequeña para tanta gente; en eso sin querer Roberto el hombre que me saco a bailar, roza su miembro por mi pierna, el cual me hizo humedecer mi entrepierna ya que era de un tamaño considerable, seguí bailando como si nada hubiese pasado; me disculpe un rato y fui al baño, y allí la volví a ver a Mariana y le comente, su respuesta fue, “anda aprovecha es un hombre apuesto, no te detengas, lo mereces eres una mujer bella”. Salí del baño y en el estrecho pasillo lo encuentro a Roberto, y me dice, “podríamos ir a un lugar más tranquilo, ¿qué dices?”, si le respondo, espera un minuto, le avise a Mariana que me iba con él de la fiesta y aplaudió, pero sin antes decirme, “Mañana quiero detalles” riéndose.

Me llevo a su departamento a tomar un café, hablamos de que hacíamos cada uno y en realidad me estaba gustando, sentada en un sillón y con el tajo del vestido Roberto no dejaba de mirarme las piernas, levante las tazas como hacemos por lo general las mujeres aunque no estemos en nuestra casa, Roberto seguía hablando, y no tuve mejor idea, sin decir nada, me baje el cierre del vestido y lo deje caer delante de él, quedando en la diminuta ropa interior que llevaba puesta, Roberto quedo boca abierta, quedo sin palabras, se acercó así mi, nos abrazamos y nos besamos, me dijo ven y me llevó a su dormitorio, me desabroche el sostén, el comenzó a acariciarme las tetas, y pellizcarme los pezones, tire la cabeza hacia atrás mientras me besaba el cuello, le fui desabrochando la camisa y le desprendía los pantalones, y le saque el box, su verga estaba erguida y se me hizo agua la boca, me arrodille y se la tome con las manos, le pase la lengua por el glande, y me lo devore, me lo puse todo en la boca, me ahogaba y comencé a mamarlo y a masturbarlo, se la chupe y me la trague mas, en un rato me pare y lo bese en la boca, me saque la tanguita y me recosté en la cama con las piernas bien abiertas y masturbando mi clítoris, Roberto sin más se subió sobre mí, y no tardó mucho en insertarme su trozo de carne dentro mío, haciéndome dar un grito de placer, comencé a mover las caderas al ritmo, mientras él bombeaba y me besaba las tetas, yo jadeaba y gritaba de placer, en un momento salió y me levanto las piernas y me penetro nuevamente, la podía sentir bien profundo como me gusta, me dijo entre jadeos me vengo, si le dije, venite que yo también voy a tener un orgasmo, y levante las caderas y grite aaahhh y me lleno la concha de leche como hacía mucho tiempo no tenía.

Nos dormimos desnudos abrazados, me desperté al rato al escuchar un ruido, mire por la ventana y estaba amaneciendo, me levante así desnuda, y fui a la cocina y estaba Roberto preparando un café, hola le dije, me miro y me dijo ponte un abrigo Andrea mira como me pones; mmm le digo que rico, y apoyándome en la isla de la cocina le digo ¿y por qué no lo usas?, con lo cual se colocó en mi espalda y me beso el cuello, me sobo las tetas, y con su mano tomo su miembro y me lo refregó entre mi culo y mi raja haciéndomela desear, le suspire úsalo, y untándome el ano con mis jugos vaginales, apoyo su glande en mi culo, y fue de a poco empujando, así le digo, así penétrame, y me la fue introduciendo, grite aaahhh, aaahhh así la quiero toda, que rico así, mientras Roberto no paraba de moverse, me toque el clítoris y tuve dos orgasmos, hasta que su semen inundo todo mi culo como nunca.

Me bañe me arregle volvía a mi casa y la llame a Mariana, después que escucho mi relato me confesó que ella había arreglado la salida con Roberto, pues me dijo que una hembra como yo no podía estar sola. Nos seguimos viendo pero eso se los cuento en la próxima.

Espero les haya gustado, si desean pueden escribir sus comentarios a: [email protected].

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