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Dos hermanas que no pueden estar solas sin gozarse

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No había vuelto a escribir en esta página porque mi padre estuvo muy enfermo desde diciembre hasta que falleció en enero del presente año,  mi hermana Lora y mis dos hermanos lo velamos y enterramos, después nos reunimos a ver sus cosas y cada quien tomó lo que quiso como un recuerdo, papá no tenía nada, ni joyas ni dinero. Ahí se cerró un capítulo de nuestras vidas.

Unos días después Lora vino casa y platicamos mucho de nuestras vidas. Hoy ella es una mujer de 59 años aún muy guapa una mujer de mundo, gracias al prestigio profesional de su marido ha viajado mucho, viste muy bien y vive muy bien también, su belleza le abrió siempre muchas puertas. Obvio que su esposo no sabe absolutamente nada de la vida sexual de Lora.

No entendería. Me preguntó por las personas del pasado, de Mara, Rosy su hermana, de otras personas más. Ella se mueve en un mundo distinto al mío, y Norberto su esposo no simpatiza mucho que digamos conmigo ni yo con él, así que solo nos saludamos y ya.

El bar de mi amigo George no logró salir adelante y decidió cerrarlo, yo salgo adelante vendiendo comida hecha en casa. Los primeros dos meses sin papá realmente fueron duros, a pesar de todo yo lo amaba inmensamente y me dolió mucho su viaje al cielo.

En abril necesitaba un poco de amor y salí a buscarlo, pero por la contingencia no hallé nada. El otro día de repente llegó Lora a comprarme comida y se quedó un rato, lloré con ella de nostalgia y me dijo que a mediados de mayo su esposo iría a Canadá a un congreso a visitar a su hermana y que ella no iría, que ya estaba confirmado. Después de que su esposo salió de la ciudad Lora llegó el 19 de mayo a la casa con una botella de buen brandy, cocacolas y agua de mineral.

No la esperaba así tan de repente, eran las 5 de la tarde. Ella vestía unos pants (chándal) entallado y una blusita blanca debajo de la zamarra. Yo unos jeans y una blusa de tirantes verde y sandalias. Unos tragos después ya estábamos entonadas y ella me dijo que echaba mucho de menos nuestros días de juventud, que mientras tenía sexo con su marido aún había veces en que se venía recordando a otros hombres... y a mí.

Yo triste como andaba la abracé y la consolé lo mejor que pude diciéndole que aún era muy guapa y podría tener un hombre con solo tronar los dedos, me miró con sus enormes ojos verdes y me dijo “venga puta, esos días ya pasaron, pero ¿De verdad te parezco bella?”.

Yo sabedor de su inmensa vanidad le dije que no solo me parecía bella sino que era la mujer perfecta “¿No crees que nuestros padres ahora saben de todo lo que hicimos?”.

Le contesté que ahí donde ellos estaban esto ya no contaba. Me acerqué a su rostro y la besé con amor y desesperación en los labios rojos. Pronto mi mano derecha viajó hasta su entrepierna a acariciar esa hermosa vagina por la cual muchos hombres perdieron la cabeza. Mhh, mhh, me desabotonó los vaqueros y sacó mi pene ya tieso, lo llevó a su boquita en forma de corazón y me lo mamó como nadie sabe mamarlo.

Allí en el sofá quedamos desnudas yo babeando su vagina con las piernas abiertas encima de ella y ella penetrándome el culo con su dedo anular de la mano derecha. La llené de semen como lo hice cuando éramos muy jóvenes.

(10,00)