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El chico de la Parroquia (I)

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Este relato les hablará de como pasé de rezar en mi comunidad de mormones a profanar en el pecado más gostoso...

Yo era un joven indeciso y de campo, era un día común, trabajo duro por la mañana, rezar por la tarde y cenar con la familia, excepto por un pequeño detalle. Ese día yo había llegado a rezar a la parroquia, que como siempre estaba sola, rezaba porque quería encontrar el equilibrio entre el sacrificio y los placeres simples de la vida, por un momento un sonido me distrajo y salí a tomar aire y fue así como los vi... Dos chicos en patineta, no parecían de mi pueblo, se les veía de ciudad por sus maneras de vestir, debo decir que aunque no se vieran como hombres fuertes hechos y derechos eran algo así como jóvenes atractivos, modernos, atrevidos y bien parecidos...

Para mí ellos representaban una revelación y sonará ridículo, pero no creí que fuera una coincidencia, iban a un bosque cercano donde era bien sabido por el rancho que había un lago, se rumoreaba que fiestas, parejas y todo tipo de cosas pasaban allá, era peligroso y sonaba como una prueba para mi, alguien que sólo haría el bien.

En fin, camine con calma tras ellos, ya sabía a donde iban y estaba decidido, cuando por fin llegue estaba abrazando mi libro con mucha adrenalina y recitando mis mejores oraciones y pasajes.

Me sentaba en un árbol cercano, no escondido, pero si apenado por estar observándolos.

Ambos llegaron a quitarse su ropa y quedarse en prendas interiores, acto seguido dieron un chapuzón y estuvieron jugando como ninfas en el agua de algún relato griego, al menos hasta que uno de ellos señalo algo en la orilla y se dirigió a salir del agua.

Lo único que pasaba por mi mente era que eran diferentes a mi, se les veía pálidos, algún que otro tatuaje, despreocupados, en mi pueblo los chicos deben ser grandes y fuertes, mientras ellos solo eran así; eso era atractivo a su manera. Mientras pensaba en ello el chico que quedo en el lago me miró y me hizo un gesto para que me acercara a la orilla.

Santo Cristo ¿estaré soñando? ¿Qué quiere? ¿Qué le diré? ¿Estará molesto?

Camine a la orilla e intente "actuar normal"

-¿Hola?

-Hola

-¿Qué haces por allá?

-¿Yo?... eh… nada... es mi... lugar para leer y relajarme por las tardes.

-Ah ya ¿Quieres nadar con nosotros?

- Va… vale… pero no tengo traje…

-Oye, nosotros nadamos en bóxer, no te cortes

-No he nadado en bóxer desde que era un niño.

-Venga no me hagas salir y quitártela como a un crío, después la tiraré al lago y llorarás

El tipo se veía amistoso y pensé que jugar con el no estaría mal, al final... Yo creía tener al mundo de mi lado.

-Venga voy a entrar, pero no es como que puedas hacerme eso tu a mi, debilucho. -Dije mientras me quitaba mi ropa formal de mormón.

Eso puede haber sido un error pues el pibe salió del agua y yo tuve miedo por un momento, el justo porque al salir del agua torpemente también su paquete se le marco por lo mojado de la tela. Yo estaba en shock entre pasmado y atemorizado.

-Bonita erección, pareces un chico pero en el fondo eres una nena…

Yo voltee abajo pasmado y sentí que algo estaba por pasar el me lleno de vigor y coraje por partes iguales me acerqué a él dando un salto y puse la palma de la mano sobre su pene y le dije tomando el sucio riesgo:

-Y qué me dices del tuyo, hah?

Para mi era sólo una broma muy pesada y cochina me hacía sentir, bien.

Él se acercó a mis nalgas y preguntó

-Puedo?

-Aléjate, no solo está mal y mi religión me lo prohíbe ¿Qué tal si alguien nos ve?

-Pues a tu amigo de adelante no parecen importarle tus reglas, me está apuntando fijamente.

El reía coquetamente pero el ambiente me tenía en fuego pero en eso vi que la cabeza de su pene había logrado asomar. Cuando lo noto junto a mi mirada me dijo:

-¿Por qué no lo pruebas?

-Yo nunca eh hecho eso, ni lo haría...

-Entonces tendré que solo follarte

Mire la determinación en sus ojos...

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