Nuevos relatos publicados: 6

El día que vi llorar un pene

  • 12
  • 12.537
  • 9,11 (9 Val.)
  • 6

Era una tarde soleada de viernes y comenzábamos a arreglarnos porque teníamos que estar a eso de las 5:00 pm en la terminal de autobuses para recoger a una visita con la cual habíamos quedado de vernos. 

Antes de proseguir debe decirles que mi esposo y yo nos consideramos swinger´s, pero no por ello promiscuos, el cómo llegamos a ello es una cuestión que no vale la pena mencionar, lo importante es que no tenemos ningún problema que tenemos una excelente comunicación una confianza total dicho esto les comento como fue que llegamos a tener una cita con esa persona.

Resulta que en esas fechas tenía poco que había nacido el internet y estaban en su apogeo las salas de chat, eran muy llamativas y nosotros no éramos la excepción a mí me gustaba una página donde para chatear tenías que elegir lo que hoy llaman emoticones pero eran fotos o imágenes de personas reales y tu elegías la que más te gustara, y luego los nombres de las salas eran muy clásicas: sala, terraza, balcón, playa, etc. Y entrabamos de vez en vez a platicar con personas que no conocías de lugares muy remotos y a veces hasta de tu misma ciudad, en fin el caso es que contactamos con un hombre con el cual la charla fue muy amena y caso raro la charla no fue para nada en el plan sexual o algo parecido y nos contactábamos regularmente hasta que un buen día decidimos conocernos en persona, por lo que pusimos fecha y hora para vernos y este era el día.

Con mi esposo especulábamos sobre lo que podría pasar o no, si pasaba hasta donde podría llegar y cuál sería la clave o sea para detenernos o parar o continuar, y si no pasaría nada cual sería la clave o seña para decir no y retirarnos sin generar molestias o problema. Parte de arreglarnos incluyo que mi esposo me recortara y acomodara la zona de mi pubis y la decoro con un corazón por si acaso me dijo y nos reímos, después escogimos la ropa interior era blanca semitransparente tipo seda sin adornos ni nada pero al ser así no hacía falta más adorno la verdad me lucia muy muy bien; al terminar antes de salir rumbo a la terminal mi esposo me dijo: tú no te preocupes por nada recuerda que quien decide todo el cómo y hasta dónde eres tú y cuentas con mi apoyo.

Total llegamos a la terminal y estábamos algo nerviosos por la incertidumbre de lo que podría llegar a pasar vimos llegar unos tres autobuses las personas bajaban y no veíamos a nadie que se quedara como buscando a alguien pues no nos conocíamos, hasta que del cuarto autobús que llego vimos que se quedaba un hombre joven alto delgado viendo a ambos lados de la acera como esperando a alguien así que nos acercamos y le preguntamos si él era Carlos pues así nos dijo que se llamaba, nos dijo que en efecto era él y ahí hicimos las presentaciones correspondientes, e inmediatamente después nos invitó a cenar lo cual aceptamos y lo agradable de la charla fue que no se veía desesperado o que se la pasara insinuando que fuéramos a algún lugar más cómodo lo que me hacía sentir muy a gusto y sin presiones.

Al terminar de cenar nos mostró sus exámenes médicos donde se indicaba que estaba completamente sano, lo cual correspondimos nosotros, y nos preguntó si podíamos recomendarle un hotel para pasar la noche y mañana partiría de vuelta a la CDMX, mientras se registraba lo esperamos afuera y comentaba con mi esposo que me la había pasado muy a gusto que el tipo no era guapo pero que era muy agradable y estaba indecisa si continuar o ya dejar todo y regresarnos, en esa charla estábamos cuando el llego y nos dijo que nos invitaba unas bebidas en su habitación, lo que nos sorprendió ya que pensamos que no podríamos pasar pero resulta que la habitación era para 4 personas, así que aceptamos y subimos a la habitación.

Para esto él ya había encargado a uno de los empleados algunas bebidas y botanas así que mientras acomodaba sus cosas y platicábamos llego el muchacho con las cosas las recibimos y nos dijo que tomáramos lo que quisiéramos que lo disculpáramos, pero se retiraba para bañarse ya que el viaje había sido largo y quería refrescarse, yo tome unas caribes y mi esposo unas cervezas.

Cuando salió llevaba una toalla en la cintura y tomo una bebida con tequila, nos preguntó si deseábamos hacer algo para esto yo estaba sentada en una de las camas y mi esposo estaba en un sillón como yo era la que decidía pues no dije que no pero tampoco que sí él se acercó me pregunto si se podía yo sonreí nerviosa me tomo de las manos y las llevo a su cintura adivine que es lo que quería y esperaba que al quitar la toalla estuviera desnudo, pero no fue así cuando quite la toalla él estaba en bóxer unos cuadrados color café con blanco, nada especial o espectacular pero le quedaban muy bien.

Yo pasaba mis manos por las orillas de su cuerpo desde el pecho hasta los costados de sus nalgas, el me tomo de las manos y me ayudo a ponerme de pie en el inter me besaba el cuello bajo sus manos a mi cintura y me despojo de la blusa y continuo besándome el cuello y comenzaba a bajar hasta mis pechos y así continuo unos momentos, enseguida me sentó en la cama y me recostó mientras lo hacía me seguía recorriendo el cuerpo con sus labios ahora llegaba hasta mi cintura lo que aprovecho para quitarme el pantalón mientras tanto yo le hice señas a mi esposo para que se quitara la ropa y quedara en trusa.

Así lo hizo y note que ya estaba muy excitado, para cuando quede en ropa interior me deje consentir un buen rato con las caricias de Carlos, momentos después me enderece y quede sentada en la orilla de la cama momento en el que me percate que del bóxer se veía un bulto que me llamaba la atención lo acariciaba por encima lo que lo hizo crecer aún más decidí sacarlo de su prisión y vaya sorpresa que me lleve tenía un muy buen tamaño pero lo más sorprendente era que estaba muy muy grueso nunca imagine que hubiese un pene de tal grosor.

Cuando regrese a ver a mi esposo resulta que ya estaba desnudo y aquí es donde tome el título de mi relato pues literalmente vi como lloraba su pene le salía bastante líquido seminal transparente parecía que estaba llorando nunca había visto algo así y por otro lado vi que estaba como petrificado no reaccionaba ahí estaba solo de pie con su pene erecto y llorando (bueno así decidí decirlo) el líquido cubría ya todo su pene y escurría hasta el piso fue una vista de verdad muy muy excitante y me calentó mucho más cerraba mis ojos para gozar las caricias.

Y de vez en vez regresaba a ver la escena que representaba mi esposo, permanecía muy quieto sin perder un solo instante todo lo que pasaba en la habitación es ese momento el desprendió el broche de mi brasiere y mis senos quedaron al aire de inmediato se pegó a ellos succionaba y masajeaba el otro y luego los intercambiaba después de un buen rato se alejó de mi un momento pero solo fue para tomar mi panty de las orillas hasta abajo quedando totalmente desnuda ante ambos le fascino el arreglo que me hice en el pubis de inmediato se pegó a él haciéndome sexo oral ahí si para ser sincera no era muy bueno haciéndolo, pero si lo disfrute mucho además si duro muy buen rato no tengo muy bien la noción del tiempo, pero ya había pasado mucho tiempo cuando se enderezó y apunto su grueso pene a mi vagina.

Se acomodó y puso manos a la obra vaya que lo intento pero no entraba y eso que yo ya estaba bastante lubricada, y es que en verdad era muy muy grueso el primer intento duro unos 5 minutos al ver que no entraba se levantó y nos acomodamos en la orilla de la cama para que tuviera las piernas en el piso para que pudiera hacer más presión y comenzó el segundo intento movía la cabeza de su pene desde la base de la vagina hasta el pubis regando aún más todo el líquido que emanaba de mi hasta que en un punto puso la cabeza en la entrada de mi vagina y se quedó quieto un momento haciendo mucha presión, pero no lograba entrar.

Sentí que era una eternidad se replegó un poco para atrás y entonces volvió a la carga poniendo la cabeza de su pene de nueva cuenta en la entrada de mi vagina y se ayudó un poco con su mano y por fin logró entrar la cabeza yo abrí los ojos pues no había sentido nada igual y trate de enderezarme para ver como entraba, para que tengan una idea de lo grueso de su pene.

Normalmente los hombres tienen más gruesa la cabeza de su pene que el tronco del mismo, pues en su caso no era así la cabeza de su pene se veía chica en comparación con el resto de su pene, en fin una vez entro la cabeza se quedó quieto unos segundos luego comenzó a empujarlo, por primera vez sentía que me abrían literalmente fue una sensación indescriptible muy placentera, (mi esposo pensó que no entraría toda) pero con la paciencia que tenía seguía empujando y empujando hasta que si entro todo entonces empezó lo bueno el mete y saca al principio fue muy suave y poco a poco fue subiendo la intensidad.

Mi vagina se adaptó muy bien a su pene, después de mucho rato sentí que tenía mi primer orgasmo y él seguía y seguía parecía no cansarse me salió un líquido blanco nos despegamos unos momentos él fue un momento al sanitario el cual mi esposo aprovecho para acomodarme en la cama.

Cuando regreso Carlos me monto ya con más facilidad parecía un semental incansable ya habíamos durado un buen tiempo cuando me alzo las piernas y así me estuvo penetrando sentía que me llegaba a la garganta y además que literalmente me partía en dos en algún momento dije ya no aguanto las piernas, en ese momento mi esposo reacciono se subió a la cama tomo mis piernas y las sostuvo para que ya no hiciéramos más fuerza nosotros y eso le dio más resistencia a Carlos y continuo penetrándome mucho rato.

Para ese entonces ya llevaba dos orgasmos y él no se veía seña de querer terminar luego cambiamos de pose me acomodo como de lado con las piernas entrelazadas mi cabeza quedo recostada en la almohada justo a la altura del pene de mi esposo estaba tan lubricado que no resistí las ganas de mamárselo así lo hice me percate que estaba tan caliente que no me aguanto mucho en poco tiempo se vino en mi boca no me dio tiempo de reaccionar y me trague todo su semen.

En cuanto mi esposo se separó de mi Carlos me volteo acomodándome boca abajo en la cama y me penetro desde atrás pero vaginalmente y así comenzó su movimiento con mucho vigor nuevamente duro un buen tiempo hasta que en esa pose logro venirse para entonces yo ya había tenido unos cuatro orgasmos no podía creerlo descansamos un rato ya era de madrugada.

Carlos nuevamente se bañó y luego fui yo mejor dicho me llevo mi esposo el me baño yo casi no podía estar de pie me temblaban las piernas fue una experiencia sin igual sencillamente excepcional al regresar nos recostamos en una cama y Carlos quedo en la otra mi esposo se quedó dormido yo no podía dormir pero descansaba en eso estaba cuando después de una hora más o menos eso calculo cuando sentí que me tiraban de un brazo era Carlos quería iniciar de nuevo (este hombre no se cansa nunca, eso pensé).

El caso es que me pase a su cama y volvimos a tener un encuentro pero esta vez fue de cabalgatas primero me acomodo en la pose de perrito y el vaivén fue tan fantástico su grosor me hacía sentir lo que nunca había sentido, después se sentó yo me subí primero de espaldas a él otra vez mucho rato, luego cambie pero quedé de frente a él por lo que aunque yo me la pasaba en sube y baja el con su boca me atrapaba los senos y los lengüeteaba muy rico no sé cuánto tiempo estuvimos, pero los gemidos que emitíamos despertaron a mi esposo quien solo se limitó a ver la escena y fue en esa pose que nuevamente se vino dentro de mí.

Al terminar nos fuimos a duchar juntos ahí de nuevo se le paro y me puso de espaldas acomodo su grueso pene en mi vagina y volvió a penetrarme era incansable aunque ya en esta pose duro menos tiempo pero volvió a venirse y nuevamente dentro de mí. Al terminar nos cambiamos y nos invitó a desayunar de ahí lo acompañamos a la terminal quedo de mantener contacto pero nunca más volvimos a saber de él.

El caso es que con esta experiencia descubrí como llora un pene cuando ve en acción a un verdadera verga hacer gozar a una mujer, y por otro lado descubrir que una como mujer también puede disfrutar de su sexualidad rompiendo con el mito de que una mujer solo debe hacerlo (tener sexo) por amor pues también de placer se goza y se disfruta, por eso le agradezco infinitamente al mejor hombre de mi vida a mi esposo por ayudarme a ser yo misma y sobre todo libre pues no importa si estoy casada lo importante es saber que no soy propiedad de nadie y que mis ideas pensamientos sentimientos y forma de ser es mucho más importante para realizarme como persona como mujer. Gracias AMOR.

Espero que este relato les haya gustado es algo que definitivamente me cambio la vida y es completamente real.

Quien guste puede escribirme y con todo gusto responderé todos los correos que reciba.

Su amiga

Iliana

(9,11)