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El Elegido, iniciación y bautismo

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El Elegido en su iniciación tomó a la virgen del grupo, abrirla en el camino del placer y llenarla de esperma, luego el bautismo de lluvia dorada, las otras putis asisten y dan fe.

“Cuidado con lo que sueñas, porque puede convertirse en realidad”

Esta frase resume una poderosa ley universal, la Ley de la atracción, un arma infalible para quienes sepan usarla y disfrutar de sus maravillosos efectos…

El Lobo Feroz no solo escribe historias eróticas, sino que ha construido un grupo de afinidad con la filosofía del Hedonismo, donde propician y priorizan el placer dentro del contexto del disfrute erótico. No se trata de un grupo swinger, de ningún modo estamos en el intercambio de parejas, sino en la práctica movilizadora del placer: El libre juego de la dominación-sumisión. Todo basado en el principio de la libertad individual, que los participantes adhieren y comprometen a ser parte de una comunidad de carácter privado obligándose a respetar los postulados fundamentales que establecí como guía de acción.

El Lobo Feroz asume como rector de la comunidad del Triskel, nombrado asimismo como Maestro de la comunidad, todos deben respetar las normas y órdenes emanadas de él, no podrán revelar datos ni referencias de dónde y cómo se realizan los actos en la comunidad, tampoco vulnerar la voluntad de alguno de los integrantes en los actos realizados. Fuera de esas limitaciones rige el “todo vale”, y al decir todo, es todo, desde los juegos de “castigos consentidos”, a la bisexualidad y permisividad total, solo limitadas en la condición de no vulnerar la voluntad del otro, como tampoco excederse en el disciplina o castigo en “los permitidos”.

El presente relato tiene un doble propósito, mostrar de qué modo podemos disfrutar del erotismo en plenitud, sin condicionamientos, con respeto y tolerancia, creando un espacio que nos es propio para el ejercicio de la libertad de cuerpos y expresión de deseos, exhibiendo un momento de este espacio lúdico-sexual. La locación y los nombres solo son ilustrativos para conservar la discreción y el relato es para despertar la vocación de ser parte de un espacio de libertad y disfrute sexual.

El relato corresponde a un lugar de reunión está en algún lugar de una gran ciudad, el Maestro no está a tiempo completo en esta locación, sino que fue en esta ocasión para presentar a su Elegido, y que sea él quien represente en carne viva la entidad del rector de la comunidad del Triskel.

La creación de esta comunidad fue un sueño del Maestro, de hace mucho tiempo, ahora el devenir de la vida y con la apertura mental de los partícipes podemos ver realizados esos sueños que alimentaron tantos momentos de calentura, y ahora que nos conocemos en la intimidad de nuestros pensamientos podemos realizar esa fantasía haciéndola una realidad tangible y disfrutada en carne viva. Este relato refiere cuando la pareja constituida por Ma (la esposa) y Me (el marido) son presentados en “La Colmena” una de las hermandades del Triskel, el Maestro los presenta a sus entrañables amigos, el Maestro se abstuvo de tomar parte activa, oficia de espectador de las acciones que ahora refiero para los que se sientan atraídos por esta forma erótica del placer y al final del relato tendrán la referencia para conseguir más información e ilustración de nuestra comunidad, desde ya agradezco la amable deferencia de continuar en la lectura del primer acto de presentación del Elegido del Maestro, si les interesa les cuento lo que siguió de este primer acto y bautismo del Elegido.

Presenta a la pareja de Ma y Me al resto de las integrantes, en este caso son cuatro mujeres: B, Mo (embarazada), L y Debb, Ma una diosa hecha mujer, que ha sido el faro de conocimiento de la sensualidad que iluminó la vida y el deseo de las otras muchachas de la comunidad, Me es el Elegido del M para ingresar como representación terrenal del Maestro para armonizar la sexualidad de las mujeres de La colmena y la libre disponibilidad de los cuerpos sin reservas.

El Elegido asume el rol de dominador en representación de la voluntad y directiva del Maestro, aunque también llegará el momento de que sea la mujer de mayor rango en la comunidad que asuma el rol de “dominatrix”. Los nombres son la inicial del nombre y genéricamente las mujeres serán denominadas “puti” no en el sentido peyorativo de la palabra puta, sino que deviene del gentilicio de la ciudad de “puttaparty” donde el Sai Baba tenía a sus mujeres.

Detallada las condiciones de la comunidad vamos al fondo de la cuestión, que sirva para amenizar, motivar y disfrutar del placer del sexo y el erotismo como lo entendemos y asumimos como una forma distinta del goce, en un ámbito donde el M sea tenido como rector y partícipe necesario.

…Llegó el día tan anhelado, superadas las condiciones de distanciamiento social impuesta por la interminable pandemia y se permiten los viajes. Ma y Me (matrimonio, Ma esposa, Me marido) pueden trasladarse desde… algún lugar del país, el deseo por tenerlos en la comunidad había inflamado los deseos de las cuatro putis, Mo, B, L y Debb, todas y cada una tenía sus motivos para desearlos instalados en su colmena. Colmena es la denominación de la familia constituida por la convivencia de esas cuatro mujeres, un gineceo perfecto por la organización, de las cuatro solo B es madre, Mo lo será en poco tiempo, L y Debb solteras, siendo la segunda la más joven y nueva en el grupo, pues aún en proceso de adaptación total.

Todos se conocen, algunas con mayor o menor intimidad, solo Debb tiene referencia por los comentarios de sus compañeras de familia, por lo tanto la más deseosa de apreciar la calidad de diosa del sexo que le ha transmitido sus hermas de intimidad.

Los recién llegados fueron recibidos con efusivas muestras de afecto, tan pronto como se hubieron instalado comenzó la recepción, los tequilas ganaron el centro de la escena, “los fumantes” el ingrediente para encender los ánimos y excitar las intenciones, la ardiente intimidad sube por la escalera, el deseo por el ascensor, los chupitos de tequila y las pitadas de humo mágico aceleran el latente propósito de avanzar sobre la indecisión. Mo fue la que inició el destape de las carnes, con la excusa de mostrar de qué modo la próxima maternidad había cambiado el volumen de sus “chichis” que el volumen discreto de sus pechos hubieran crecido a respetable tamaño.

Por cierto que era algo digno de apreciar, las manos de las putis fueron a comprobarlo. Me se abstuvo de sentir la turgencia de los pechos de Mo, por cuanto ésta dijo:

-Vamos, toca, tócalas! No es necesario que pidas permiso a tu esposa, ella sabe que “todas somos de todos”, Tócalas…

Acercó la mano, algo tímido por hacerlo delante de todos, pero cuando la mano de Mo se posó sobre la de él, recién ahí pudo usar toda la palma de la mano, llenarse de teta y sentir latir la carne caliente de Mo, recorrió toda la esfera de carne, haciendo un reconocimiento completo, sentir la turgencia rugosa del enhiesto pezón, sentirlo, frotado entre su pulgar y el mayor, controlando la excitación que producía.

Momento de excitación apreciado y agradecido por el hombre, fue la señal del “destape de tetas” imitado por las espectadoras ansiosas, incluida su esposa, todas deseaban exhibirse ante el señor la desnudez de sus cuerpos desde la cintura. Moviéndose y balanceando el “tetamen” se acercaron al señor para recibir las caricias del macho cuya bragueta refleja el efecto visual de tanta teta. B lo invita a probar si la futura madre tiene vestigios de leche en sus senos

-Anda, prueba si los pezones de Mo tienen lechita.

Me no responde, solo mira de reojo a su esposa que le sonríe, entonces se suelta más, toma la teta izquierda entre sus manos comienza a lamer, excitado salta a una exprimida de teta y a la mamada urgente del pezón. Intenta una y otra vez y no consigue sacar ni una gota de fluido maternal. Nuevamente B se hace escuchar.

–Toma, prueba de las mías, ya deben tener leche, estoy estimulando para ayudar a Mo en amamantar a su futuro hijo.

Sentado en el sofá, se quita la camisa para comodidad, B se le pone delante, ofreciendo en sus manos los pechos opulentos y bien cargados, decidido y excitado fue directo, exprimir esos opulentos y voluptuosos pechos… -Humm… humm tiene leche, dulzona, que rica…

Se quedó mamando y deleitándose, salta de una a la otra. Viendo la calentura que producía su furiosa y excitante mamada, extasiado y turbado por su tremenda erección imposible disimular.

Los efectos de la mamada la reproduce en cada una de las mujeres, al mismo tiempo que B, decide que ahora vayan a la desnudez total, de todos, también el hombre, que se deshaga de los pantalones.

-Ah, no, también quitarte el calzoncillo. Fuera el calzón! -obliga su esposa.

-Ahora todos desnuditos y… calientes –Dice B- bueno… alguien está muy… -señalando la verga de Me- re-bien parados. Wow!! qué buena pija.

-Y qué dura –dice L- anda Debb, pon tu mano, siente como la tiene bien dura..

-Hmmm que buena está –dice Debb- Está buena… vengan a probarlo.

-Chicas es mi marido, pero también es un hombre y como pueden apreciar la tiene gorda y bien dura. –mirando a Me dice: - Eres el hombre, el Elegido del M, no necesitas permiso para tomar lo que te es tuyo.

- Sí!!! -a coro- somos las putis del M, bueno, somos tuyas señor, somos mujeres de servicio, a tu servicio –explica B.

La desnudez reina y domina las emociones, Debb dice que necesita saber porque B considera que Ma, la esposa de Me es su Diosa. Ahí mismo y sin más explicaciones Ma se dispone a comer la conchita de B ante las miradas del resto. Ambas mujeres se trenzan en apabullante espectáculo lésbico, desde lamidas y mamadas de vagina hasta la furiosa “tijera” con una verga de silicona de dos cabezas que las conecta en el fragor de la movida sexual.

Las mujeres ofrecen el espectáculo gozoso de una “relación de almejas” a pleno fragor. Ambas mujeres conocen muy bien el efecto de controlar y retener el orgasmo, demorarlo es parte de las normas impuestas por el Maestro, que permite potenciar la energía femenina para extender el jugueteo sexual por largo tiempo. Retener la energía y no venirse al primer atisbo de que asoma el orgasmo favorece y potencia seguir el juego del erotismo a full sin decaer en la vehemencia del placer sexual y dejarse naufragar en el orgasmo en el momento supremo, donde todos han sido satisfechos a pleno este es abc, condición sine qua non del inicio de la “domesticación” de la puti.

Mientras B y Ma siguen trenzadas en el fragor de una relación sexual que debían desde antes de esta maldita pandemia, ahora están saciando esa abstinencia demorada desde hace tanto tiempo. L y Debb no paran de apretarse los pechos, frotarse las vaginas para poder sofrenar la calentura que les ha contagiado la furibunda relación de las dos hembras en acción.

L y Me son conocidos desde antes, por eso entiende la indicación de Ma cuando le indica que vaya sobre su hombre. L y Debb se le sientan una a cada lado de Me, mientras acarician la prodigiosa erección que late deseo, las manos de las mujeres frotan y masturban el miembro del hombre que no para de gemir. La embarazadísima Mo aguarda su momento, las putis le sacuden la verga, se acerca reptando por el piso hasta colocarse entre las piernas, deja que le acomoden la pija en la boca, ésta se pierde dentro de la ansiedad bucal de Mo, que se dedica a prodigarle una soberana mamada de poronga, sólo hasta el límite de poder controlar la explosión de semen.

Las putis son experimentadas en darle servicio al hombre, saben llevarlo y sofrenar las emociones del macho para no excederse, conocen la técnica de controlar y demorar, ralentizando y apretando la base de la pija pueden yugular el momento supremo de excitación evitando una eyaculación inoportuna, necesitan llevarlo al máximo del placer, que esa primera sesión se sexo fuera especial hasta dejarlo “con sabor a poco”.

Mo le dejó la pija chorreando hilos de saliva, bien excitado y deseando actividad, L que lo conoce cuando está como una caldera, cede el turno a Debb, la novata de la familia. Mo le pone la boca para engullir la verga, dejándolo listo para el avance, una breve pero intensa mamada y se pone de pie y avanza la pelvis, ofrece el aromático jugo de su vagina para que el hombre tenga el primer acercamiento con su sexo. El hombre se abraza a sus nalgas y le come la conchita, frotando sus labios y nariz en la pecera inundada de mar y deseo.

Debb se la quita de las fauces del caníbal, se retira del abrazo para comerle la boca y limpiarla de los jugos que robó de su sexo.

Es tiempo de darse el gusto de probar al Elegido del Maestro, se colocó ahorcajada sobre las piernas del hombre, separa los vellos púbicos, acomoda la poronga en la entrada de su vagina y se deja deslizar rodeando con la jugosa conchita la estaca de carne, se abraza al cuello y le ofrece la mamada de tetas mientras comienza a danzar y balancearse con la erección a pleno dentro de su jugosa carne. El hombre acompaña la evolución de la joven hembra, mientras ella se eleva sal máximo el hombre espera el descenso para elevar su pelvis y producir el encuentro profundo y salvaje de empalar a la joven hembra.

Los gemidos de la pareja se confunden con los gemidos agónicos de su esposa y B llegando a un delicioso orgasmo. Las otras dos mujeres se prodigan en una incipiente relación lésbica.

Como en el Antón Pirulero, cada quién atiende a su juego, se han formado tres parejas, tres emociones y acciones van buscando satisfacerse. Las primeras en entregarse a un momento de relax por haber llegado al orgasmo son Ma y B, que descansan de la emoción de un encuentro tan deseado, Mo y L siguen en el fragor de la penetración anal. Mo colocada en cuatro sobre la alfombra recibe el embate de L que se ha colocado el strapless y le está dando con vehemencia por el ano.

Ajenos a la realidad de los vecinos Debb sigue empalándose en la verga de Me, enterrándose hasta más allá de lo posible, saltando sobre la verga del hombre, produciendo un mundo de sensaciones, haciendo que su actividad disminuya la actuación del hombre pueda demorarse más. Me la hace desmontar, colocar de rodillas sobre el sofá, aferrada al respaldo del mismo aguante los furibundos embates del embravecido macho. Me limpia con su camisa el exceso se flujo vaginal, quiere sentir más intensa la fricción de los genitales. El bombeo se produce imperioso e incesante, tomándola con fuerza de los hombros empuja y empuja la poronga bien a fondo.

Debb conoce y disfruta, como todas, el juego de la dominación, se mueve y agita simulando quitárselo de encima, invitación a dominarla, a someterla. El hombre entiende y acepta que las nalgadas son indispensables como estímulo de goce, la penetración intensa y las nalgadas enrojecidas por el castigo suman excitación, tomada de los cabellos, volcado sobre su espalda los chupones en el cuello y las mordidas en la nuca sazonan el tremendo polvazo de bienvenida a la comunidad.

El polvo comienza a tomar contundencia en las formas y modos de abrazar y contener a la joven ardiente, las acciones tan vehementes se roban la atención de las vecinas, todas la miradas están puestas en esta pareja, Me disfruta penetrar de modo salvaje a su joven partenaire y ella ser objeto, dominada por un señor maduro que le abre la conchita con su verga bien gordota.

Los tiempos de la calentura hicieron mella en los cuerpos de la pareja, ella no puede soportar los latidos crecientes de un orgasmo imposible de dominar, se está dejando llevar por las ondas de la calentura para naufragar en las aguas del orgasmo tan temido, pero nunca sin el permiso de su señor. El hombre autoriza, Debb puede subirse al tobogán y dejarse deslizar a las delicias del orgasmo. Casi en simultáneo Me tampoco puede dominar los acuciantes latidos de los testículos que exigen la vía de escapa de la oleada de semen que puga por alcanzar la libertad. La incipiente eyaculación comienza a recorrer el camino hacia el final feliz.

–Donde me vengo? -fue el gemido urgente del hombre enterrado en el fondo de Debb.

El Maestro nunca hubiera preguntado, el Elegido, como es su primera acción no reparó en el detalle de que el amo “nunca pide permiso”. Se produjo un instante de silencio que le pareció eterno, luego con un hilo de voz Debb pudo manifestar:

-Hmm, dentro, dentro, dentro, el Maestro nunca nos pregunta qué hacer.

Casi no existió el espacio entre la concesión del permiso y la explosión de esperma del macho. Gemido gutural del hombre cuando libera sus energías íntimas, la eyaculación, directa y profusa dentro del chocho de la joven hembra. Siguieron los latidos de la verga mientras lanza los últimos chorros de semen.

–No te salgas, no te salgas, sigue dentro, queda déjame sentir tus latidos hasta el final…

El hombre quedó enterrado, tensionado, apretándose fuertemente con sus rodillas a los muslos de Debb. Su esperma se derramó en la jugosa vagina.

Se retiró, despacio del jugoso estuche, L estaba atenta para recoger en su manos el sendero de esperma que comienza a fluir de la vagina, lo mismo hace Debb poniendo su mano para recoger los vestigios de esperma. Ambas mujeres prueban el sabor de la “energía sagrada” del hombre, y se la comparten a todas las putis.

-Es el esperma sagrado del Elegido del Maestro no debe ser desperdiciado, por eso nos compartimos la esencia viva del señor, mientras se comparten y lamen de la mano de L, Debb se ocupa de limpiar los vestigios de semen y flujos que brillan en la verga de Me.

-Ahora es tiempo de que Me produzca el bautismo de las putis que probaron su sagrado semen –dijo B, asumiendo su condición de reina de la colmena (familia)

B tomó la mano del señor Me y lo llevó al baño, de rodillas esperan Debb y L para recibir el bautismo de lluvia dorada que brotará de la poronga del Elegido. El delicioso chorro de la tibia orina llegó hasta el rostro de las dos putis, escurriéndose por los pechos, recorriendo el vientre hasta enredarse en los vellos que cubren la vagina. Las restantes asisten al acto bautismal, observando como relamen y saborean los restos de la “lluvia dorada” del Elegido.

El Maestro santifica la ceremonia, asiste a la segunda parte del acto de iniciación del Elegido, para la cual se me tiende sobre el piso de la bañera y recibe la lluvia dorada emanada de la vagina de la mujer que un momento antes retuvo el esperma de él, la joven dejó fluir su lluvia dorada sobre el vientre del hombre.

Concluida la recepción y santificados el acto de iniciación, el Maestro se retiró de la Colmena, para asistir a otra Colmena, dejando que los integrantes disfrutaran de los juegos de dominación y sumisión en libertad de acción y comisión de sus deseos, con las mujeres al “servicio” del Elegido.

La ducha y el relax permitieron recomponer las emociones, varios chupitos de tequila, todo está por comenzar, todas las mujeres son para servir al señor…

En esta ocasión el Maestro ha relatado la presentación del Elegido, presentado en la familia o Colmena para comenzar su actuación como maestro en representación, con todos los atributos de la entidad de supremo rector de la Hermandad del Triskel.

El Maestro está dispuesto a comentar y relatar nuevas experiencias y encuentros producidos en la Comunidad, respondiendo a todas sus inquietudes y necesidades de saber y conocer más, sobre todo en esta situación tan especial de la calamitosa pandemia, tenemos formas y métodos de extender los beneficios eróticos de la Comunidad del Triskel en su espacio cósmico.

Por lo dicho, espero los mensajes en [email protected].

Lobo Feroz

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