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El empréstito

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Charlando con una dama, se me ocurrió preguntarle por sus morbos, si un total atrevido. Pregunté por esas cosas que tenía en la cabeza y que nunca había realizado. Y si, me encanta meterme en la cabeza del lobo o la loba en este caso.

Ella lo pensó y al rato me contestó algo que no esperaba, prostituir un sumiso, dijo, entregarlo. Me es difícil por dos motivos afirmó, si tomo un sumiso es porque tengo una relación con él, segundo soy posesiva y no doy mi propiedad a nadie. Sería muy difícil que lo logre, y por eso sigue siendo un pendiente.

Y mi cabeza extrañada por la respuesta se quedó pensando, pasaron los días y me preguntaba por qué entregaría a su propiedad, si tengo una ama es para estar con ella, no con otra pensaba, pero claramente si me lo ordenara no tendría alternativa más que entregarme a quien ella decidiera.

Pensando en ello es que decidí volcar a papel lo que pasaba por mi cabeza al pensar en ese morbo. Claramente esto no sucedió, y lo que escribo es únicamente producto de la imaginación de un sumiso ante el temor de ser entregado a una total desconocida.

Ella tenía un morbo pendiente y así de la nada decidió que era hora de cumplirlo, quería ceder su propiedad, entregar un sumiso a otra dama, solo por el placer de hacerlo o por un rédito vaya a saber uno.

Pero esa mañana comenzó distinta, temprano me buscó por el chat y sin demasiada vuelta me ordenó. Miércoles que viene 18:30, va a presentarse en la siguiente dirección. Va a llevar su traje de sumiso, la persona que lo reciba va a ser su poseedor, sus órdenes serán las mías, se entregará ante esta persona como lo hace conmigo. Quiero que me haga sentir orgullosa del entrenamiento y la formación que le di.

Instantáneamente la cabeza se me llenó de preguntas, las cuales disparé, ¿conozco a la dama, conoce mis límites, que tiene permitido hacerme, me va a entregar así sin más?

Y respondió como para que muriera ahí mismo de un infarto, nunca dije que fuera una dama, conoce sus límites, tiene permitido todo lo que yo puedo hacerle, ¿así sin más?, si claro, usted se metió solito en esto, y ya no tiene posibilidades de echarse atrás, todo está arreglado.

Quedé regulando, no entendía su juego, entregarme, regalarme, lo entendía, pero siempre pensé que sería una dama, no soy homosexual, ni siquiera hetero-flexible, jamás me tocó un hombre. Si bien en algún momento di el ok, para ser forzado este no sería el caso.

¿Lo estaba diciendo solo para darme miedo? ¿hablaba en serio?, por mas que preguntaba y volvía a preguntar siempre encontraba la forma de evadir la respuesta. Me brindaba algo de información bien escueta, lo suficiente para tenerme pensando todo el día, pero poco significante como para dejarme en claro que iba a suceder en ese cuarto.

Cansada de las preguntas refutó, si no desea cumplir con el deseo de su ama lo dice ahora, nunca está obligado a nada, puede decir que no, pero si confirma no vuelve a hacer una pregunta más, salvo que sea acerca de su seguridad.

Pero que clase de sumiso sería si no me entrego a sus morbos y deseos, es mi deber, después de todo para eso soy suyo. Y fue lo que contesté, si ese es su deseo que así sea. No volví sobre el tema, por mas que la cabeza se me carcomiera. Ella siguió como si nada, hablando de otra cosa.

Llegó el día, y solo me dio algunas instrucciones, dijo, vaya impecable, limpio por dentro y fuera, aflójese, entréguese como si fuera yo, intente disfrutar de una forma nueva lo que le va a pasar. Me confirmó dirección y horario. No podía trabajar, estaba aterrado, no sabía ni quien ni que me esperaba, ni siquiera sabía su sexo.

Llegó la hora, estaba parado frente al portero eléctrico, con el papel de la dirección y no me animaba a tocar el timbre, me reía de los nervios, junté valor y presioné el botón.

Contestó una dama, y el alma me volvió al cuerpo, hola que tal, me están esperando dije, ya bajo contestaron mientras reía dulcemente.

Llegó la dama, en la puerta me miró de arriba a abajo como quien mira una presa nueva. Abrió pasé y fuimos directo al ascensor, no dijo nada, y yo apenas si podía respirar. Entramos, cerró la puerta, y con una sonrisa pícara en la boca me dijo, vamos a relajar, tomas una cerveza, claro respondí. Cerveza, unas papas, charla informal para cortar un poco el hielo.

Repasamos palabras de seguridad, y sin mas me dijo, si querés podés retirarte ahora. Estoy al servicio de mi ama respondí, y en nombre de ella al suyo. Perfecto, baño se prepara y cuando vuelve es mi sumiso, no me gustan los brat, no me gusta que me mire a los ojos, pretendo entrega y sumisión. Si lo hace nos mantendremos bien, sino pagará las consecuencias de sus actos.

Nudo en la garganta, miré la puerta de salida con mucho cariño, pero fui hacia el baño. Me cambié, puse mi plug en su lugar, el cb, la medias y salí al ruedo. Me acerqué a la dama y le entregué las llaves intentando no mirarla a los ojos.

Las tomó y giró alrededor mío, siempre supe que su dama tenía buen gusto dijo y me hizo ruborizar. También sé que es dedicada, veremos cómo le fue con su entrenamiento.

Me quedé parado mientras la dama terminaba de acomodar sus implementos, me llamó fui hacia ella, me puso collar y correa, tiró hasta que estuve a sus pies. Abrió sus piernas, subió la correa y me puso entre sus piernas, comencé a lamerla con ganas pensando en las piernas de mi bella dama. Le gustaba, sentía como comenzaba a mojarse, me presiono contra su vulva, no podía respirar, pero seguía lamiendo, con mis manos la corrí hacia un lado para poder respirar, una bocanada fuerte y cuando quise continuar ya no estaba.

Buscaba algo sobre la mesa, trajo un par de esposas, inmediatamente entendí el mensaje y puse las manos por detrás de mi espalda. Haga su trabajo me dijo, va a respirar cuando yo se lo permita, y así lo hice, seguí lamiéndola sin poder separarme de ella, me presionaba fuerte y soltaba poco tiempo una buena bocanada de aire y de nuevo, hasta que acabó y con su orgasmo volvió mi aire.

Respiraba agitado, me faltaba el oxígeno. Me tomó de la correa, me incorporé como pude con las manos atadas. Me llevó hasta una mesa, amagó a besarme y me dejó con los labios en el aire, necesitaba conectar de alguna forma con esa dama, pero ella no lo permitía, me tenía ahí, ahora sabía que lo necesitaba.

Lamió mis pectorales, y paró en mis pezones, pequeños pero sensibles, me sacó unos buenos gritos, se entretuvo todo lo que quiso. En un momento su intensidad me desbordó y fui con mis hombros para atrás para intentar sacarla. Me miró, me tomo de la pera giró mi cara hacia la mesa y me aclaró. Se que no puedo tocarte la espalda, pero tu ama me dijo que el culo te lo puedo dejar del color que mas me guste, y si me volvés a correr lo voy a hacer, es tu decisión.

Y si antes era intensa, ahora me hacía ver las estrellas, realmente mordía con ganas, me dolía, y sacó mis primeros gritos.

Fue hasta la mesa, volvió con un gagball, me miró con una sonrisa tierna y me dijo ahora quiero escucharte gritar. Abrí la boca, y tiró del cuero hasta que lo dejó bien ceñido, no tenía idea de lo molesto que era tener eso puesto, ella siguió en lo suyo, a los minutos tenía la boca dormida, y babeaba como un bebé, ella jugaba con mi pene enjaulado.

Me tomó del collar, me llevó a una mesa, me quitó las esposas y puso muñequeras y tobilleras. Para luego atarme a las cuatro patas de la mesa, ajustó unas correas que tenía y quedé incómodo, sin poder moverme, con los brazos y piernas abiertas. Expuesto totalmente ante ella.

Tomó mis nalgas con fuerza, y comenzó a spankearlas con la mano, la verdad que no dolía, pero hacía tremendo espamento, como si me estuvieran matando. Para mi poca fortuna, se dio cuenta al instante se acercó a mi oído y me dijo, si querés gritar te voy a dar motivos. Primero sentí vergüenza, quedé como un tonto exagerando el active, luego sentí el correctivo de la dama.

Tomó una tabla, y escuche un golpe seco, seguido de ardor y luego dolor en una de mis nalgas, el auch se ahogaba en el gagball mientras la dama emparejaba los cachetes. Me retiró el gagball y repitió el castigo. Mis rodillas se doblaron y mi pobre culo ardía como nunca. Se acercó y al oído me dijo, ahora que su culo tomó color voy a disfrutar de un poco de spank.

Fue hasta la mesa, tomó un floguer y comenzó su trabajo, lento, suave, yo no decía nada, comenzó a subir la intensidad, hasta que escucho mi primer quejido. Ahora si nos entendemos dijo en voz alta, está bien enseñado, aprende rápido.

Siguió el spank con la mano, no dolía, pero fueron muchos y cuando terminó sentí el culo prendido fuego.

Como una niña mala fue hasta la mesa, la miraba y no decidía con que seguir, miraba sus juguetes los tocaba, pero no se decidía. Hasta que tomó una cola de castor, hundí mi cabeza en la mesa y me aferré fuerte con las manos, sin duda ese cuero duro se iba a sentir y así fue. Fueron cuatro en total, los últimos dos intensos, muy intensos, rogué suplique basta, mientras mis piernas ya habían cedido y colgaba de la mesa. Esperó unos segundos, fue hasta la mesa, tomó un strap con un pequeño dildo curvo y se lo puso.

Me incorporé a su pedido, retiró mi plug, se sintió bastante. Me lubricó, se puso detrás de mí y comenzó a penetrarme lentamente. La sentía rápido dentro mío, no dolía, y por su curvatura rozaba mi próstata cada vez que se movía, me gustaba. Lo usó buscando que rozara ahí, quería que lo disfrutara. Se volcó sobre mi espalda, y disfruté sentir sus pechos, por primera vez, sin darse cuenta ella hizo contacto, ese contacto que tanto necesitaba. Al oído me dijo, tu dama me informó que aún no te abrió como desea, asique no voy a poder utilizar el dildo que mas me gusta, pero el próximo lo vas a sentir.

Se retiró y tomó el tercero en tamaño era grande, muy similar al de mi Ama, lo puso en su strap, puso el preservativo, lubricó todo, pero se arrepintió. Volvió a la mesa, no pude distinguir bien, pero tomó algo de cuero grueso. ¿Y eso por qué? pregunté, porque quiero que cuando te coja bien cogido sientas mi cintura chocar contra tu culo. No dijo más, fueron otros cuatro que se sintieron y mucho, no hubo ruego ni pedido que morigerara su mano. Otra vez mis piernas cedieron ante su spank, esperó a que me incorporara, cosa que hice sin que lo pidiera.

Se acomodó, y comenzó a penetrarme, despacio, sentía como mi ano cedía ante su voluntad. Me abrió y gemí, se volcó sobre mí, otra vez sentí sus pechos, te gusta sentirme preguntó, si Sra. respondí y me penetró hasta el final, gemí, chillé, esa mezcla inconfundible de dolor y placer.

En todo ese enjambre de sensaciones, escuche una risa, inconfundible para mí, era otra persona ahí, pero la dama se incorporó y me cogió con ganas, yo estaba agarrado de la mesa, pero nada podía hacer para detener sus embates, la sentía muy profundo dentro mío, y sentía el dolor en mis nalgas cada vez que las chocaba. Le puso mas y mas ganas, no había gagball que acallara mis gemidos y quejidos. Lo hizo hasta que se sintió satisfecha. Se retiró, me soltó. Me puso boca arriba sobre la cama. Me mostró la llave de mi cb, y sonriendo me dijo esto pertenece a tu ama, no me pertenece a mí, se queda dónde está. Me quitó el gagball, se puso arriba de mi cara y comencé nuevamente a chuparla, lo hice hasta que un squirt baño mi cara. Me ahogaba, cada tanto la levantaba para respirar, pero no aguantaba un castigo más asique seguía como podía.

Otro squirt más, y se retiró tendida en la cama. Estaba exhausto, con el culo dolorido por dentro y por fuera, cualquier roce en mis pezones era un infierno. La dama fue hasta la heladera trajo dos cervezas. Mientras bebía, pregunté si había alguien mas en el departamento, a lo que respondió si me había quedado con ganas de castigo. Agradecí y terminé mi cerveza. La dama dio por terminado el servicio, diciéndome que estaba conforme, que eso le iba a decir a mi ama.

Estoy seguro que esa risa era la de mi ama, ella nunca me dejó, siempre estuvo ahí pendiente de lo que sucedía, disfrutando de ver como su sumiso era utilizado. Pero claro eso no lo sé, quizás solo es algo que necesito creer.

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