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El hipnotista (cap. 2): Trance sin retorno

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-“¡Despierta!”-

Ordenó Demian mientras chasqueaba sus dedos.

-¿Qué?, ¿dónde estoy?, ¿por qué estoy desnudo?, ¿quién eres tú?, ¿qué hago aquí?, ¿qué coño pasa?-

Dijo Etan desconcertado, al tiempo que salía del trance profundo.

-No te preocupes por eso, no importa, yo te ordeno que no puedas moverte, al menos que yo te lo mande.-

Dijo Demian con sorna, mientras volvía a chasquear los dedos.

-¿Qué?, ¿pero qué coño?

Respondió Etan, al tiempo que todo su cuerpo se tornaba rígido.

-Me presento, yo soy Demian Braid, te vi en aquel bar con esa rubia desabrida y me encantaste. Tus ojos, tu cuerpo, eres un bombón y me encantaste.-

Dijo Demian, mientras sonreía perversamente.

-¿Qué coño?, ¡yo no soy joto!, ¡puto de mierda!, ¿cómo le hiciste para quitarme la ropa?, ¡ahora mismo voy a romperte la cara!-

Gritó Etan colérico con la cara roja, pero incapaz de moverse pese a sus esfuerzos.

-¿Qué me hiciste?, ¿Qué droga usaste puto?, ¡cuando el efecto pase voy a matarte hijo de perra!-

Gritó el ojiazul a la vez que trataba de lanzar un puñetazo contra el pelirrojo.

-Calmado, calmado guapo. Cualquiera de tus intentos será inútil, yo te ordené que no puedas moverte al menos que te lo diga. Verás, no usé ninguna droga contigo, ninguna. Yo poseo el poder para dominar la mente de los hombres, hipnotizarlos y obligarlos a hacer lo que yo quiera. Y yo he decidido volverte homosexual y convertirte en mi esclavo. Eres muy guapo, irresistible y me gustaste para transformarte en mi amante.-

Dijo Demian con un tono incitante, mientras rondaba a Etan como un depredador.

-¡Hijo de perra!, ¡yo no soy joto!, ¡yo no soy joto!, ¡vete al diablo!, Ssi te atreves a tocarme voy a partirte la cara!-

Gritó el ojiazul tras un nuevo intento por romper la rigidez y darle una patada a Demian, aunque otra vez resultó inútil.

-Tranquilo, ya te dije que es inútil, no podrás moverte hasta que yo quiera. Eres guapísimo, tienes cuerpo de modelo y por eso te quiero en mi cama. Me gustas para que seas mi amante esclavo y eso serás muy pronto. Te hipnoticé, y te volví un zombi sonámbulo por un rato. Y si te desperté fue tan sólo para disfrutar de esa expresión de desconcierto, confusión y aprensión que tienes. ¡Me encanta verla en el rostro de los hetero!-

Dijo Demian con malevolencia, mientras inhalaba el aroma de Etan.

-¡Vete a la mierda!, ¡Jamás dejaré que me pongas una mano encima, aléjate puto!-

Respondió Etan frustrado sin poder dar ni siquiera un paso.

-Ya es tarde, sólo te desperté para disfrutar de esa expresión y para que experimentaras la libertad por última vez. Pero ya fue suficiente, ahora mira el medallón y sumérgete en un trance profundo, en un trance sin retorno, duerme y cae en trance otra vez.-

Ordenó Demian, a la vez que alzaba un pesado medallón de oro con inscripciones egipcias, mismo que destellaba extrañas luces fluorescentes.

-¡Oh!, ¿Qué es eso?, ¡esas luces!… esas luces… luces… Yo… Debo… caer en trance…-

Repitió Etan de nuevo dominado por los extraños poderes de Demian.

-Quería jugar contigo mientras estabas en tu versión hetero, pero no. Eres demasiado homofóbico. Prefiero tu papel como zombi, eres más sensual, más complaciente y me gustas como un zombi, vuelve al trance, hazte un zombi sonámbulo, pero esta vez con el poder del medallón yo te ordeno caer más y más, nada podrá despertarte, nada podrá liberarte, sólo si yo te mando despertar Ponte de rodillas, ponte de rodillas y ofréceme tu voluntad, entrégame tu voluntad, cuerpo y corazón.-

Demandó Demian.

El ojiazul obedeció y se colocó de rodillas. -Sssi… Yo…. Yo… Yo…-

Dijo Etan soñoliento, pero sin entregarse aún a Demian.

-1, 2, 3. Cierra tus párpados, alza tus brazos, tus brazos son de hierro, pesados, son rígidos y cae en trance. Tus brazos son los de un sonámbulo, los brazos de un zombi, Vuelve a ser un zombi, un sonámbulo, un zombi sonámbulo. Cae en trance—

Dijo Demian a la vez que tocaba los bíceps de Etan con lujuria.

-Ssssii… Mis brazos son de hierro… Son los brazos de un zombi… Los brazos de un sonámbulo… Soy un zombi… Un sonámbulo… Sssi… Caer en trance…-

Repitió Etan cada vez más perdido, cada vez más perdido de nuevo en el trance.

-Definitivamente me gustas más como zombi. Eres menos rebelde, más sensual, más gay, me gustas más así. Duerme y cae en trance. Deja caer tu cabeza hacia atrás. Todo tu cuerpo es rígido, duro, tu cuerpo es el de un sonámbulo, es el cuerpo de un zombi.-

Repitió Demian mientras volvía a chasquear los dedos.

-Sssi… Mi cuerpo es el de un zombi… El de un sonámbulo… Yo… Estoy en trance… Yo… Estoy sonámbulo… Yo soy un zombi…-

Admitió el ojiazul.

-Ahora deja caer los brazos, abre tus ojos y mira el medallón, mira las luces y ofréceme tu voluntad, tu mente me pertenece. Tu corazón es mío, yo soy tu nuevo marido y dueño, tu cuerpo es mío, tómame como tu Amo y Señor, cae de rodillas y ofréceme tu vida como esclavo y di que me perteneces.-

Ordenó Demian, mientras se aproximaba al denudo ojiazul.

-Sssi… Las luces… Las luces… Yo… Yo… Te ofrezco mi voluntad… Mi mente te pertenece… Te entrego mi corazón, eres mi nuevo Dueño y Marido… Te entrego mi cuerpo, mi cuerpo es de tu propiedad, eres mi Amo y Señor… Te ofrezco mi cuerpo… Mi cuerpo es tuyo, es de tu propiedad… Yo te ofrezco… Te entrego mi vida… Mi vida como esclavo… Yo te serviré… Te tomo como mi Amo y Señor… Ahora soy tuyo… Te pertenezco… Soy tu esclavo…-

Admitió el ojiazul mientras se ponía de rodillas totalmente perdido en el trance y con las luces del medallón reflejadas en sus ojos.

-Te ves espectacular, ¡espectacular!, tan masculino, desnudo, sonámbulo, en trance, y totalmente subyugado a mí. Eres guapísimo. ¡guapísimo!-

Dijo Demian presa de una excitación sin fin por tener a aquel ejemplar de hombre bajo su poder.

Etan se quedó allí inmóvil, atento, listo para obedecer las órdenes del ojiverde. Demian se deleitó al ver como el pecho de Etan se hundía profundamente ante su onda respiración y con deleite apreció cada uno de sus músculos totalmente rígidos. El ojiazul permanecía con los brazos a los costados de su cuerpo, la cabeza caída hacia atrás, arrodillado y sin dejar de mirar las luces del medallón.

-Esclavo.-

Murmuró Demian, mientras se inclinaba para ver a Etan a la cara.

-Te escucho mi Amo… Dime tus órdenes…-

Dijo Etan sin inflexión en su voz.

-¿Quién es tu marido?, ¿quién es tu dueño?, ¿quién es tu Amo?-

Preguntó Demian autoritario.

-Tu eres mi marido… Tu eres mi Amo… Tu eres mi dueño… Yo soy tuyo…-

-Bien, muy bien, levántate y vamos a la recámara, cárgame y llévame a la recámara, eres mi esclavo marido y amante.-

Ordenó el ojiverde, mientras se colgaba el medallón en el cuello y este dejaba de emitir destellos.

Etan acató la instrucción. Se puso de pie y sujetó a Demian con cuidado, lo cargó y lo llevó hasta la alcoba en la segunda planta. Demian quedó satisfecho al ver que la ropa de ambos yacía apilada cuidadosamente sobre un banco que él tenía para aquella función.

-Colócame en la cama con cuidado y después acuéstate conmigo.-

Pidió Demian, mientras acariciaba el cuello de Etan.

El ojiazul aceptó la orden y depositó al ojiverde en el lecho. El pelirrojo se metió entre las sábanas y Etan le siguió sin resistirse. Demian entrelazó sus piernas y brazos a las del hipnotizado muchacho y él no opuso la mayor resistencia.

El pelirrojo clavó su cabeza en el pecho de su fornido esclavo y se abrazó a él con fuerza. -Me encanta tu cuerpo, tu olor, tu piel, eres un hombre guapísimo. A partir de hoy dormiremos así, desnudos y entrelazados, es más, mientras estés en mi casa te prohíbo ponerte ropa, debes permanecer desnudo, me encanta tenerte desnudo, me encanta verte hipnotizado y sin ropa.-

Dijo Demian mientras lamía el cuello de Etan.

Etan suspiró complacido y abrazó con fuerza a su Amo. -Si mi Señor… Permaneceré desnudo para ti… Y dormiré desnudo y abrazado a ti… Soy tu esclavo y obedeceré mi Amo… Tú eres mi Marido… Y mi marido y dueño tiene poder sobre mi… Mi Amo sabe que hacer conmigo…-

Dijo el ojiazul perdido en el trance.

-Bésame, acaríciame y disfruta mi cuerpo, nada te excita más que explorar el cuerpo de tu Amo, que estar desnudo con tu Amo, que compartir la cama con tu Amo y marido, eres mi esclavo y estar desnudo conmigo en la cama te complace, te excita.-

-Mi Amo… Sssi… Estar en la cama contigo me excita… Estar desnudo contigo en la cama me complace… Compartir tu cama… Explorarte… Besarte… Eres mi marido… dueño… Sssi mi señor…-

Dijo Etan, mientras besaba en la boca a Demian con algo de timidez.

-Bésame con pación, yo soy tu Amo, Dueño y Marido. Tu eres mi esclavo, un zombi, un sonámbulo, mi amante y me perteneces. Bésame y di que eres mi esclavo, que eres mi novio, que yo soy tu marido, tu dueño, y que ahora eres gay, eres mi amante, mi esclavo sexual y que eres un zombi.-

Dijo Demian con gran lujuria.

-Sssi… Tu eres mi marido… Mi dueño… mi Amo… Yo soy tu novio… Tu amante… tu esclavo… Yo soy totalmente gay… Y te pertenezco… Eres mi Amo… Soy un zombi… Un sonámbulo… Y soy tu esclavo sexual…-

Dijo Etan, mientras lo besaba ahora con mayor pación.

Luego de un largo beso, Demian sujetó la Berga de Etan y esta se erectó al instante. -Eres un zombi. Tu mente está en blanco, no tienes mente propia. Sólo obedeces mis órdenes. Sólo Demian tiene poder sobre ti, sólo Demian te puede ordenar. Eres un zombi, estás en trance, estás hipnotizado, eres un sonámbulo y debes obedecer.-

Dijo Demian, a la vez que besaba y chupaba el cuello de Etan.

El ojiazul suspiró excitado por aquella acción y las manos de Demian que acariciaban su verga. -Sssi… soy un zombi… Mi mente está en blanco… No tengo mente propia… Yo sólo obedezco tus órdenes… Sólo tu Demian Mi Amo, me puedes ordenar… Sólo tu mi marido… Sólo tú mi Amo…Tienes poder sobre mí… Sssi… Soy un esclavo zombi… Soy un zombi… Soy un sonámbulo… Estoy en trance… Estoy hipnotizado Y obedeceré…-

Repitió Etan los comandos sin oposición.

-Eres un zombi, tu mente está en blanco. Ahora eres homosexual, eres gay y eres mi esclavo.-

-Sssi… Mi mente está en blanco… Soy un zombi… Ahora soy homosexual, soy gay y soy tu esclavo…-

Repitió el sometido Etan complaciente.

-¿Eres gay, eres homosexual?, ¿eres un zombi?, ¿eres mi novio? ¿eres mi esclavo?-

Preguntó Demian con deseo.

-Sssi… Yo soy un zombi… Estoy sonámbulo… Estoy hipnotizado… Estoy en trance… Mi mente está en blanco… Y yo ahora soy gay… Soy homosexual desde ahora… Soy tu novio… Soy tu amante… Soy tu esclavo sexual… Un zombi sonámbulo… Te pertenezco… Tú eres mi Amo, mi Señor, mi marido y mi dueño… Yo debo obedecer y hacer todo lo que me digas… Lo que ordenes… No tengo mente propia… Y sólo tu tienes poder sobre mí… Sólo tu Demian, mi Amo… Mi marido, sólo tu me puedes ordenar… Haz conmigo lo que quieras…-

Respondió el ojiazul.

-Bien, muy bien, ahora vamos a coger.-

Dijo el pelirrojo.

-Yo… no… no…. ¡no!-

Dijo Etan asustado, al tiempo que comenzaba a sudar copiosamente, parpadeaba desconcertado y pareció salir del trance.

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