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El juego del más chico

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Mis compañeros del servicio militar y yo teníamos un juego muy especial. Lo jugábamos cada sábado terminando las 5 horas de servicio. El juego tiene solo una regla: el que tenga el pene más pequeño se viste de chica y se deja follar por los demás.

Cada uno se baja el pantalón y ¡sorpresa!: yo soy el pito chico del grupo. Siempre lo soy. Mi verguita no va crecer de una semana a otra, pero mi culo, ese agujero de placer que solo sirve para cagar y para recibir vergas ha estado creciendo sábado tras sábado.

Cuando mi madre me pregunta porque camino raro le respondo que nos pusieron un ejercicio bien duro donde me caí varias veces. En parte es verdad, el ejercicio que hago con ellos es muy pero muy duro, en especial cuando el más grandote de ellos me usa como la puta mariquita que soy, follándome sin piedad.

También es verdad que me caigo, pero en las deliciosas vergas de todos ellos. Son seis “amigos” los que se turnan para joderme. Ellos me visten con el uniforme escolar de la hermana de uno de ellos. Las tangas que utilizo son de mi madre, y las tengo puesta desde que salgo de la casa, durante toda la jordana del ejército hasta llegar a casa de mis amigos a jugar.

Una vez que me han convertido es una puta colegiala me ponen en cuatro en la cama y me amarran para que me quede en esa posición, que me llega a cansar después de estar un buen rato siendo usado por ellos. Y es peor cuando quieren repetir. He llegado a desmayarme del placer al ser llenado repetidamente se leche.

Dos de ellos son tiernos conmigo, lubricando bien mi culo con un buen beso negro para después bajar a chupar mis huevos a la vez que me masturban. Los demás van a lo que van, entran de golpe a mi culo, llamando “Puta mariquita” “Pito chico” y cosas peores que me prenden. Porque es así, me encanta ser usado y humillado por verdaderos hombres. Y estos machos logran arrancarme gemidos, gritos, lágrimas y orgasmos.

Cada sábado me convertía a gusto el depósito de semen de todos ellos, mis queridos amos del servicio militar. Lástima que suspendieron el servicio militar en 2020, y por ende, nuestro jugoso juego. El cual retomaremos cuando sea posible.

Les dejo mi correo por si quieren jugar conmigo: [email protected].

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