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El maestro de arte de mi hija

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Hola soy Sandra Verónica, mejor conocida como Ishtar, tu hotwife favorita, la siguiente experiencia sexual que te voy a contar me sucedió hace unos instantes. Si es la primera vez que me lees, déjame contarte brevemente como soy, físicamente una mujer alta mido 174 cm, delgada, vientre plano, cintura de avispa, deliciosas piernas, buen culo, pequeños pero lindo senos, soy hermosa y cabellera larga. Me gusta vestirme provocativamente, usar mini vestidos, muy pegados a mi cuerpo, que resalten mi figura. Tengo un estilo de vestir que combina, la elegancia y la putería. Es decir, soy una puta elegante, me encanta provocar. Adoro usar puti vestidos, sin embargo, en algunas ocasiones uso pantalones, leggins, pero casi siempre, son puti vestidos o mini faldas.

Este último viernes, mi cornudo digo esposo fiel a su costumbre salió con un socio, mis hijas ya estaban en sus departamentos, donde rentan porque entrarían a la Universidad, y este semestre decidieron rentar, aunque en ocasiones vienen a casa. Así que nuevamente estaría sola, no obstante, fiel a mi costumbre quería coger, follarme a un semental, por lo que pacte un encuentro con un macho por citas casuales, estaba programada a las 19 horas en la estación Ermita, por lo que decidí bañarme y arreglarme para salir sin ningún imprevisto. Saliendo de la ducha, abrí mi closet y elegí un clásico y de mis mini vestidos favoritos, un puti vestido entallado color azul rey, que me llegaba a la altura de mis muslos, mi brazo derecho iba cubierto y la parte izquierda, es decir, el brazo, hombro, parte de mi pecho, descubierto, muy sexi, por consecuencia, la parte izquierda de mi espalda también iba destapada, estaba vez decidí poner un brasier, mi cabello iba suelto, lo acompañe de unas medias color carne de silicona con encaje superior y tacones abiertos de color dorado, finalmente lo acompañe con una mini tanga azul rey.

Estaba por salir, aún faltaba para la cita, pero me gusta salir con anticipación, mi lujuria despertaba y deseaba un semental, fue cuando escuche sonar el timbre, baje para poder abrir mientras me iba poniendo mis aretes y anillos, al abrir, vi a un joven, de 1, 80 aproximadamente, delgado, poco agraciado, moreno, joven maduro de aproximadamente unos 30 años, me dijo: buenas tardes señora estará Ana Gabriela, soy Eduardo, su maestro de arte. Le respondí, Buenas tardes, Gabriela, se encuentra en el departamento que renta hoy no viene, que no le aviso, a lo que el menciono; no. Le dije, permítame hablarle, le marque a mi hija, y me dijo que se le había olvidado avisarle que ahora le mandaría mensaje de WhatsApp, así se lo comunique al maestro. Y este respondió, bueno ni modo, pero ya no tengo pila, quizá por eso no vi el mensaje, sentí pena por él, así que le dije ponga a cargar su celular por lo menos para que tenga pila en lo que llega a su casa, Eduardo, dijo: no señora, me da pena usted ya iba de salida, le dije, no te preocupes aún tengo tiempo.

Finalmente accedió y lo hice ingresar a la sala, en lo que cargaba su celular, le dije que iría a mi cuarto, que estaba en confianza, subí y me pinte mis uñas de color rojo. Al subir las escaleras pude ver su mirada, le había gustado, no cabe duda. Después de unos minutos decidí bajar, porque su celular ya debía haber recuperado su pila, al menos para llegar a su casa. Baje las escaleras y aquel joven maduro, me veía con deseo. Le dije como va su celular joven y respondió bien señora, gracias, muy amable me paso a retirar, le dije gracias y disculpe la molestia, porque Ana no le aviso que no estaría, no se preocupe contesto.

Íbamos rumbo a la puerta, cuando me dijo: señora con todo respeto le puedo decir algo y hacerle una observación, ok alcance a decir, y el comento: se ve fenomenal, muy elegante y sexi, me sonrojé y le dije gracias es usted muy amable, me sonrojas, y el añadió es la verdad, a sus 40 años, es como el vino, me quedé halagada y le dije tengo 50 años, dijo no lo puedo creer, felicidades. Mientras me decía esto, el maestro me clavaba sus ojos por todo mi cuerpo y sobre todo en mis senos, puestos en el escote de ese vestido. Luego de recorrerme con su mirada tan penetrante, me dijo la observación que le quiero hacer es la siguiente, con todo respeto, insisto: ¿por qué no se quita el brasier...?, señora; ¡no le va! ¡El mismo vestido le sostiene los senos!, y creo que no lo necesita, ¡tampoco!

Tienes razón, me lo voy a quitar, sus palabras y miradas me habían excitado e hice una jugada maravillosa, le dije, ¡Voltéate!, baje mi mini vestido y me retiré mi brasier, que dejé encima de aquel sillón, y luego de ello, le dije: ¡Ya está, puedes voltear...! ¿cómo me veo? ¡Muy guapa! Su cinismo y su descaro me subyugaban. Tenía demasiado carisma y mucha decisión y virilidad: ¡la destilaba a cada momento, en todos sus ademanes...!; ¡su compañía me resultaba sumamente agradable! Eduardo era muy audaz y atrevido; estuvimos platicando de su trabajo.

Señora déjeme decirle unas palabras, sorprendida no dije nada, pero él lo entendió como un si. “Señora, desde que me abrió la puerta me encanto, usted esta demasiado hermosa, rica, sabrosa, bien cogible. No me importa tu edad, que estés casada ni nada solamente quiero estar contigo. Sé que tendré que estar solamente las veces que tú puedas, pues entiendo que al estar casada solamente será de vez en cuando y cuando puedas. Y me gustaría ser el corneador. Por favor dime que, si quieres que estemos juntos, estoy deseando estar contigo. Dime cuando podemos vernos, cuanto antes mejor, si quieres ahora mismo”.

Quedé sorprendida y halagada, y respondí como señora de casa, que atrevido y grosero es usted, como se atreve soy una señora decente respéteme. Y el contesto con sarcasmo, -señora decente y vestida así- y diciendo eso, de pronto y sin saber cómo, me encontré apretado a él, intentándome besar la boca, sintiendo el contacto de su cuerpo contra el mío. Él al notar mis pechos contra el suyo se puso al rojo vivo. estás loco” ¿sabes?" al llegar a la altura del muchacho, este me rodeo con sus brazos abrazándome, atrayéndome contra su cuerpo. -pero que haces… desgraciado... “Suéltame”. Notaba las manos fuertes del muchacho rodeando mi cintura, al tiempo que me atraía hacia él, comprobando como un bulto enorme se marcaba en su pantalón. Su pene estaba a punto de reventar el pantalón. Mientras sus manos, bajaban un poco y se alojaban sobre mis apretadas nalgas- Pero…señora. Qué buena estas… “que nalgas”…. Ummm gemido, salió de mi boca y añadí me llamo Verónica,

Minutos después le dije -por favor suéltame… o grito- exclamé. El muchacho desafiante, y sin dejar de masajear mis hermosas posaderas, me contesto: - hazlo. No hay nadie, me quede quieta, aún rodeada por los fuertes brazos del maestro, y le pregunte: ¿Qué pretendes hacer? ¿Tú qué crees...? me contestó retadoramente: Viendo el pedazo de hembra que eres. ¿Qué crees que puedo desear? Estás loco si crees que voy hacer algo contigo. ¡entiende Eduardo eres muy joven para mí, conteste. Joven no soy, ya soy adulto, estoy maduro y te quiere coger -¡pero qué dices…! yo tengo mi marido para que voy a querer un amante, estaba jugando el papel de la señora respetable …-iba a contestarle algo, pero se retuvo. Puede que tu marido te eche algún polvo. Pero una hembra como tu necesita un buen macho, tengo una buena herramienta. Mira tocala y agarrando mi ano la llevo a su entre pierna y efectivamente se sentía duro su miembro parecía una roca. Mi lujuria me dominaba, y comencé a masajear esa rica verga, por un instante queda endiosada con aquella verga del maestro Eduardo.

Él menciono, mi amor, ya ves que si te encanta la verga, debido a lo ocupada que estaba con su miembro, no me percate cuando me soltó y empezó a darme varios besos en la mejilla y de ahí pasó sus besos al cuello, me manoseaba de una manera más delicada, que grandes manos tenia, parecían tenazas, las cuales apretaban muy rico cada parte de mi cuerpo, eso aumentó mi lujuria, cosa que él notó y me besó en los labios, le correspondí el beso ardientemente, después de unos instantes nuevamente intente quitármelo pero era inútil. Siguió besándome y de los labios pasó a besar mis senos por encima del mini vestido, le dije que no siguiera porque me dolían.

Me dijo que ese dolor era producto de que ya estaba excitada. Me fue besando todo el cuerpo hasta que se arrodilló y llegó a mi zona intima, le dio un par de besos por encima del vestido y procedió a levantarlo con sus dientes hasta la altura de mi cintura, quedando mi tanga como único obstáculo para ver mi vagina, la toco con su mano y dijo mira que inflada esta, necesita unos besos, y se los otorgo sobre la tanga, entonces nuevamente uso sus dientes, y bajo aquella prenda íntima hasta la altura de mis rodillas y mi vagina quedo al desnudo.

-Exclamo; Wow, mira nada más, te rasuras tu monte Venus, que sexi y sabroso se ve, inmediatamente, beso mi vagina, y mordía ligeramente mis labios vaginales -que rico- sentí como pasaba su lengua por todo el entorno de mis labios vaginales, cosa que me hizo estremecer y dar pequeños saltos y giros alrededor de su boca. Debido al placer me dobló las rodillas y empecé a gemir –aaa, que rico, sigue.

Comencé a girar las caderas alrededor de su boca y sentía que me desmayaba. Así continuamos por un momento. Después chupo el clítoris de una manera fenomenal, y luego lo succionaba para finalmente morderlo con delicadeza, fue en ese momento que me hizo estallar de place, -mmmm, aaa, se escuchó un grito de placer, y lo moje, tuve mi primer orgasmo, -dijo, que rico squirt, ves como eres una puta y se querías que te cogiera, aaaa yo seguía en delirio, al recuperar la conciencia le dije, si me encanta amo la verga, pero tengo que aparentar ser una dama.

Tiempo después, el dejó mi vagina, con sus grandes manos, me giro y dijo -Desgraciada, mira lo que traes en tu ano, un plug anal, -si mi amor, me gusta usarlo- y comento, lo voy a retirar -si baby haz lo que quieras- Eduardo dijo; baby, lo iba a quitar con mis manos pero lo hare con mis dientes y así, fue poco a poco, sentía como el plug iba abriendo lentamente mi ano, y cuando salió di un grito desgarrador, cuando aquel plug de metal plateado, con tapa morada salió completamente de mi ano –aaaa- me lo dio a chuparlo, lo cual hice sin ningún descontento. Después menciono; donde está el control remoto, aquí amor en mi bolsa, le dije -Lo volvió a meter de un solo golpe- y comenzó a jugar conmigo, sentía como una descarga eléctrica llenaba de placer todas mis terminaciones nerviosas de mi ano. -aaa esto es delicioso, es la gloria, sigue, sigue Eduardo, mi amor.

Después, lo volvió a retirar, y nuevamente lo chupé, me dijo haz pucheros con el plug, y asi lo hice. Mientras mi ano, escurría un líquido, el cual él lo recogió con su lengua para posteriormente besarnos. Después me dijo, ahora tu dame placer, quiero ver que puedes hacer con esa rica boca, esos labios carnosos que tienes.

Me tomo muy tiernamente de mi cintura me beso y me fue bajando hasta que quede en cuclillas, mis tacones ayudaban para tener una altura idónea, acto seguido me restregó la cara en su pantalón, el cual claramente ya tenía un paquete muy duro, se quitó el pantalón, dejando ver en su bóxer un bulto enorme, muérdelo me ordeno, yo obedeci y comencé a morderla y jalarla, me jalo de mi cabello para retirarme, y dijo bájame el bóxer, era un macho empoderado, así lo hice, devolví el favor, y con mis dientes retire aquel bóxer, cuando salió a la luz un miembro muy dotado, lindo, de unos 17 cm, con la clásica curva a lado izquierdo, rasurado, muy cabezón, parecía un panque, aquel miembro largo y prieto, lleno de venas, me invitaba a devorarlo. -me dijo, como si me conociera de años: haz lo que sabes hacer.

Así lo hice, comenzando a darle besos en el tronco, después en los testículos, para posteriormente mamar, y quedarme pegada como un becerro recién nacido. -que rica puta- mamas bien sabroso- le hacía giros con mi lengua en su frenillo, lo cual lo volvía loco, y para no venirse jalaba fuertemente de mi cabello para que me separar de él, pero yo quería seguir, así continuamos por un tiempo. Cuando me dijo, ya te has de ver cansada en esa posición hincante, espera amor, pondré un cojín que tomo del sillón ahora si pon tus lindas rodillas, que atento le dije y volví a mamar.

Posteriormente, le sujeto por sus testículos con la izquierda y sigo con su pene en mi derecha, se le aprieto suavemente poco a poco hacía abajo y me entran unas ganas tremendas de que ya me penetré. Pero sigo con la felación, abro mi boca ligeramente y acercándola a su verga me la meto en mi boca respiro profundamente y le soplo mi aliento caliente sobre ella, me la saco de la boca. Saco mi lengua y comienzo a lamérsela desde sus huevos hacía arriba lentamente, le doy un mordisquito suave, que le hace estremecerse, y le oigo un gemido diciendo: “Oh, siiii, aaah que gustooo… eres la gloria señora Verónica.

Yo al oírlo me la meto completamente dentro de mi boca y comienzo a chuparla haciendo que entre y salga de mi boca, cuando llevo un rato haciéndoselo paro y me dedico a acariciar con mi lengua su frenillo. Entonces él no puede reprimir sus gemidos de placer al suspirar, esto me vuelve loca y mientras él me dice: Eres una diosa, una puta. Empiezo a notar rastros de su rico semen, y me dice voy a orinar, abra su boca y como la ramera que soy obedezco, glup, glup, se escucha salir de mi boca ocupada por aquella bebida, que combina la orina y el semen.

Me levanta, me besa, y se comienza a retirar su camiseta, lo ayudo y miro un torso delgado pero definido, le doy besos a sus pechos, brazos y hombros, me encanta su torso, me mira y dice es momento de penetrarte levanta el mini vestido, me pone espaldas y mis manos apuntan al sillón y levanta mi culo, mete su lengua en mi ano, escupe en el y también en su miembro, coloco la punta de su cabeza en la entrada mi culo, y penetro de una manera suave mi ano, entro despacio la cabeza, parecía que se atoraba yo gemí y a la vez sentí un rico placer, -segundos después dijo, no quiere entrar todo el pene, respondí, es que está muy cabezón y no deja pasar todo el tronco.

Eduardo respondió; tranquila musa, ahorita entra porque entra- en eso hizo unos movimientos giratorios, y la curva de su pene ingreso -aaaa espera me dolió, sentí un dolor intenso y ardor, me quemaba lo caliente de su verga, y la curva del pene me lastimaba- antes de decirle esto, de un solo golpe metió toda su anaconda –aaaa despacio, maestro, me estas quebrando literalmente, destrozándome- eso quiero mi amor, y empezó unas embestidas muy duras. —¡Ay zorrita! Qué que culo tan rico tienes. —Me dijo el maestro, con un tono muy morboso. Mientras sus manos castigaban muy fuerte mis nalgas. Continuamos varios minutos en esa posición.

Me dijo, ahora siéntate en el brazo del sillón, lo obedecí, entonces él me tomó de la cintura muy fuerte y me jaló hacia atrás contra su verga, a la vez que de un solo empujón me penetró analmente hasta el fondo aventándome contra el sillón, pude sentir la sensación de que una verga entrara por mi culo abriéndose paso en mi interior violentamente. Sentí una fuerte punzada, ese dolor desgarrador característico del sexo anal sin dilatación previa, cuando su verga topó en mi interior sentí que me rompía, fue tan excitante y doloroso a la vez. El maestro siguió penetrándome analmente muy duro, cada que me la metía sentía como topaba hasta el fondo, empujándome contra el sillón yo estaba gimiendo, aullando de placer como la loba que soy y gritando sin parar, que delicioso sentía reventado el culo, me ardía mucho. Hasta que perdí las fuerzas, sentía que me desmayaba, mis piernas estaban entumidas no podía seguir de pie, estaba rendida con mis senos sobre el sillón.

Me comenzó a mover muy rico, y mi clítoris, se estaba rozando con el brazo del sofá, mmm gemí, me encantaba que rico se sentía, debido a que soy multi orgásmica, tuve otro squirt, mojando el sillón, eso perra, por eso te puse en el brazo del sofá, para que estimularas tu clítoris, le dije gracias, tienes mucha experiencia, sonrió y me ensarto muy fuerte —¡¿Te duele mucho Diosa?! —Me preguntó morbosamente es joven madura, mientras me restregaba su verga hasta el fondo, como si quisiera llegar más adentro. —¡Sí, me duele! —Le dije con mi voz entrecortado, haciéndole señas con la mano para que continuara—. ¡No te detengas! ¡Sigue!

El profesor sacó su verga por completo, para ensartarla nuevamente de forma muy violenta, hasta el fondo de mi culo. Sentí como mi ano se abrió de forma intempestiva provocándome un fuerte ardor y la punzada se volvió más dolorosa, pues mi culo estaba siendo penetrado brutalmente. Pude escuchar el sonido del impacto de su cuerpo contra mis nalgas.

Después de un periodo de tiempo, me desmonto y me beso tiernamente, ven dale unas mamadas a mi verga, sentándose en las escaleras, su miembro debido al esfuerzo ya había perdido un poco de vigor, tomo una toallita y me dirijo a limpiar su miembro pues tiene mis líquidos anales, pero el me la quita, no, así mámala. Yo le miro hacía su cara y de nuevo sin más me agachó y capturó esa verga que me está volviendo loca, cierro los labios sobre ella y la restriego contra mi paladar, a la vez que pongo los labios haciendo círculos.

Me la saco de nuevo y la humedezco con mi lengua y con mi mano le espacio el líquido de mi saliva alrededor de todo su miembro. Con mi mano izquierda le sujeto su herramienta y de nuevo me la meto en mi boca, haciendo que se mueva adentro y fuera, de tal forma que empieza a oírse el chapoteo de mi boca, su pene y mi saliva. Noto que él comienza a excitarse un poco más, su verga comienzo a sentirla dura y de nuevo comienza a decirme: me encanta señora, me la voy a coger cada vez que pueda. Tras esto noto como se retuerce de placer y aprieta mi cabeza, yo como puedo le miro a su cara y observo que está a punto de eyacula. Entonces de nuevo bajo a sus testículos, los vuelvo a lamer, para dejarlos atrás e ir lamiendo y subiendo todo a lo largo de su tremenda barra (ya tan dura como el hierro), hasta llegar a su frenillo, que primero acaricio con ella lentamente para de pronto pasar hacérselo rápidamente, para otra vez volver hacérselo muy lentamente.

Dejo su frenillo y me dedico con mi lengua su punta, insistiendo en el agujero del centro, donde mantengo un ratito mi lengua. Luego recorro de nuevo el borde de su capullo, por todo su contorno, haciendo varios pases de lengua por todo el, por la piel suave y tierna de su capullo, le gusta, suspira de placer y no deja de emitir sonidos difícil de entender por el puro placer que en esos momentos está sintiendo.

Fue en ese momento que siento una cachetada, que me aturde, puta vamos a tu cuarto, quiero cogerte ahí, me levanto aturdida y lo tomo por la verga y caminamos llegando a mi lecho matrimonial, entrando a mi cuarto, miro el celular, tiene mensajes había olvidado a mi cliente, pero para mi satisfacción me dice que no podrá ir a la hora acordad que si lo espero mas tarde, es un clásico de algunos hombres piden y solicitan servicio y muchas veces no llegan, Eduardo me sonríe y dice que te dice el cornudo digo tu esposo, no digo nada solamente lo beso, el entiende que tenemos tiempo disponible para coger.

Eduardo, me ordeno: túmbate boca abajo en la cama y a continuación deja que la parte superior de tu cuerpo cuelgue de la cama, utilizando las palmas de tus manos para aguantar tu peso. Mi semental coloco detrás de mi y me empezó a penetrar colocando sus piernas entra las mías. Aaaa que rico, Eduardo, me alcance a mirar en el espejo y formábamos una especie de letra Y, —¡Ah! ¡Aaaah! —Yo estaba sufriendo mucho, pero el placer por el dolor era una delicia. Mi macho continuó sacando su verga por completo y ensartándola profunda y violentamente. Mi ano estaba siendo forzado a recibir esa verga que entraba a empujones, desgarrando mi ano con cada embestida que me daba. Así transcurrieron aproximadamente 5 minutos de tormento. Paulatinamente el dolor fue despidiéndose, para dar llegada al placer absoluto.

—¡Ay! ¡Que ricooo! ¡Cógeme! ¡Más rápido! ¡Más duro! —Yo estaba gozando muchísimo—. ¡Ah! ¡Aaaah! ¡Mmmmjjj! ¡Ay! ¡Aaaah! Sentía un calor delicioso en mi ano, era ya una necesidad de sentir su verga entrando hasta el fondo y saliendo de mi interior, cada que la sacaba deseaba mucho que me la volviera a ensartar. —¡Aaaah! ¡Que rica verga tienes! ¡Ay! ¡Me lastimaste! ¡Aaah!

El maestro me lastimaba al impactar dentro de mi culo con la punta de su verga. Probar esa postura ya era un pequeño reto deportivo: sumado al dolor de la penetración hacían un placer único, dicha posición me resultaba incomoda era mi hombre el que dominaba. Le rogaba- sácala, sácala un poquito, mmm, me duele, aaaa-. —Pero bien que te gusta putita, se ve que disfrutas mucho que te la meta bien duro. — Yo le apretaba la verga con mi esfínter anal, como si se la mordiera con el ano.—¡Cógeme más duro! ¡Aaaay! ¡Que ricooo! ¡Así, más rápido! ¡Se siente bien rico! ¡Ay que rico! ¡Me arde muy rico! —Yo aventaba mis nalgas contra el maestro, quería que me la ensartara más adentro, sentía delicioso.

Dicho esto, el joven maduro me tomó de la cintura muy fuerte y me jaló contra su verga violentamente, comenzó una penetración frenética. Sentía mi culo adolorido y cansado, podía escuchar el sonido del impacto de nuestros cuerpos al estar piel con piel. Me jalaba del cabello hacia atrás y me dolía, así que yo aventaba mis nalgas contra su verga para atenuar el dolor. Continuó penetrándome analmente aproximadamente 15 minutos hasta que escuché los jadeos del maestro que se estaba corriendo, unos chorros de semen caliente, estaban llenándome por dentro, me sentí muy excitada, pues ese hombre acababa de eyacular en mi interior, haciéndome su zorra.

Entonces saco su verga de mi ano y sentí como su semen salía de mi ano y se derramaba en las sábanas.—¡Ay güey, te quedó abierto el ano! ¡Se puede ver adentro de su culo! ¡No mames, te abrí el culo! al ver mi ano dilatado. Entonces introduje los dedos en mi ano y pude sentir que estaba totalmente abierto, perdí la fuerza en el esfínter anal y quedó dilatado listo para seguir recibiendo más verga, al mirar mis dedos mojados de semen pude ver que también había sangre y eso me excitó mucho pues fue el resultado de una penetración anal violenta, que me hizo sentir mucho dolor y ser vulnerada por ese hombre.

Nos recostamos en la cama, y después de varios minutos, me levante como pude y serví vodka, bebimos varias rondas, al recuperar fuerzas, le dije, —maestro Lalo, hay algo que tengo curiosidad de hacer, pero, me da vergüenza —Le dije con voz cachonda.—¿Por qué preciosa? ¿Qué es lo que quieres hacer? —Me preguntó mientras miraba mi cuerpo muy morbosamente.—Es que he visto videos porno en internet y hay algo que se llama “fisting”, se trata de que usted meta su mano dentro de mí, y me gustaría que me haga eso en el ano pero, si no quiere pues no —Le dije nerviosa y muriendo de vergüenza por lo puta y enferma que me sentí al pedir eso.—¡Sí! ¡Sí te lo hago! Ya lo he visto también y me han dado muchas ganas de hacerle eso a una mujer, pero pues no he tenido a una mujer con quien pueda hacer eso. Y si tu quieres pues lo intentamos. —Me contestó muy emocionado y con la cara roja de lujuria. Esta vez le dije, toma lubricante, —Sí, hágalo por favor —Le contesté muy excitada—. Acérquese para ponerle lubricante en su mano —A ver preciosa. —Él extendió su mano derecha y le apliqué lubricante en toda la mano. —Tiene que estar muy lubricada para que no me lastime tanto y entre más fácil. —Le dije muy nerviosa y temerosa mientras observaba sus dedos toscos y gruesos.

—No te preocupes preciosa, lo voy a hacer con cuidado. Te voy a ir dedeando hasta que veamos que ya entra completamente y tú me vas diciendo. Me incliné en la cama con mis senos bien pegados al colchón y la espalda curveada hacia abajo, dejando muy bien empinado mi culo y le pedí que metiera toda su mano hasta la muñeca dentro de mi ano. Entonces él comenzó a dedearme.—A ver preciosa, te voy a meter tres dedos porque veo que ya los aguantas ¿verdad? —Me dijo mientras introducía sus tres dedos en mi ano—. Sí, preciosa te entran bien rico ¿verdad?—Sí, ¡Ah! ¡Aaaah! Se siente bien rico, a ver métame cuatro.

Fue algo muy lindo sentir los dedos de un hombre dentro de mi ano. —Ya te están entrando, tienes mis cuatro dedos adentro ¿Como te sientes?—Se siente muy rico, me duele un poquito ¡Aaaah! ¡Aaaay! Ya métame la mano completa, suavecito, con mucho cuidado. —Ya está entrando mi mano, pero te siento muy apretada, tú me dices si te duele. —Yo sentí como mi ano se estaba desgarrando, aunque lo había sometido a doble penetración e incluso 3 miembros en mi ano, siento que ahora lo había sometido a tal estiramiento, sentía mucho ardor, como si se me fuera a reventar y me dio miedo, pero la excitación me rebasaba.

—¡Aaay! ¡Aaaah! ¡Me duele mucho! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ya hágalo! ¡Más fuerte! Mi ano se estaba estirando, estaba abriéndose más y más. Me ardía alrededor del ano, pero era placentero.—Te la voy a meter un poquito más fuerte. —Cuando dijo eso me sentí muy excitada y el deseo de sentir esa gruesa y tosca mano dentro de mí. Me hizo aventar mis nalgas, entregándoselas para que su mano entrara completamente hasta la muñeca.—¡Aaaah! ¡Aaah! ¡Aaaay! ¡Me duele muchísimo! ¡Aaah! ¡Me dueleee! ¡Aaaay!

Sentí mi ano desgarrado y el culo muy abierto. Ya no pude contenerme y rompí en llanto, lágrimas negras y saladas escurrían el rímel de mis pestañas, rodando por mis mejillas.—Ya te entró preciosa, tengo toda mi mano adentro de tu culito, se siente muy rico, está muy caliente. ¿Te duele mucho verdad? ¿Quieres que te la saque? —La mano de aquel hombre me tenía destrozada, sentí como mi ano intentaba contraerse y apretaba la mano del maestro.—No, no me la saque, déjela un rato ahí adentro. Quiero disfrutarla, siento mucho dolor, pero es muy lindo, siento bonito. —Está bien preciosa, entonces te la dejo adentro un rato. —Así la dejó durante 5 minutos. Yo me sentía desbordando de lujuria y excitación, esa mezcla de dolor y placer, me hacía sentir plena. El saber que un hombre tenía su mano adentro de mi causándome tal sufrimiento, fue el alimento perfecto para mi masoquismo.

—A ver ahora intente cerrar su puño adentro de mí —Le pedí sabiendo que eso me dolería más—. ¡Aaah! ¡Aaah! ¡Me duele mucho! ¡Aaah! ¡Me gusta! Ahora, saque su mano con mucho cuidado por favor, muy suavemente. Cuando Lalo, sacó su mano de mi culito por completo, puso un espejo y mi ano quedo abierto, mostrándome el interior de mi culito, como si pidiera más, eso me hizo sentir mucha vergüenza, ya que perdí la fuerza en el esfínter y se me quedó abierto durante algunos segundos. Le pedí a Eduardo, que la volviera a meter, así lo hizo y comenzó a meter y sacar toda su mano con facilidad. Después le pedí que sacara su mano y me penetrara con el puño cerrado en repetidas ocasiones. Cuando lo hizo sentí como mi ano se abría más por dentro provocándome un poco de dolor, pero era muy excitante saber que tenía esa mano tosca adentro de mí. Cuando la saco por completa, mi ano ardía literal, pero resistí y le dije gracias, por cumplir este fetiche, le bese su mano, la lamí, escurrían mis líquidos internos sobre esa mano, pero estaba extasiada y no me importaba el sabor ni olor.

Después tiernamente me sentó en sus piernas, me dijo usted es una combinación mortal, entre una dama y una puta, mereces ser cogida con ternura y violencia, ya te cogí, ferozmente ahora te tratare románticamente, me encanta ser un caballero, yo lo agradecí pues mi ano estaba ardiendo necesitaba un descanso, el comenzó a besarme y me fue tendiendo en la cama sin dejar de besarme al tiempo que metía sus manos y me iba acariciando mis partes íntimas, me dio un beso tierno, diferente a los anteriores y sentí que el tiempo se detuvo, cerré los ojos, no paraba de decirme palabras dulces al oído que me volvían loca, mi piel se erizaba al contacto con la suya, su lengua comenzó a recorrer mi cuello y el lado de mi hombro descubierto, de mi boca escaparon gemidos, y arañaba a mi semental, después de unos minutos, continuó bajando, llegó a mi vientre, que lo acariciaba y besaba sobre mi puti vestido, al fin llego a mi vagina, me tomó de mi pequeña y delicada cintura y su lengua recorrió toda mi vagina, dándole besos a mis labios vaginales, agarrándolos con sus manos, jalándoles, después dio un pequeño masaje sobre mi ano destrozado, y comenzó un masaje y oral rico desde mi culito hasta mi clítoris, estaba en el paraíso, un nuevo gemido escapó de mi boca, sus dedos masajeaban suavemente mi clítoris, de pronto sus dedos se hundieron dentro de mí vagina, después con su boca succionaba mi clítoris, ya no pude aguantar más, mis piernas empezaron a temblar, mi cuerpo se tensó, mi espalda se arqueo, gritando de placer tuve mi otro orgasmo: aaaa, mmm, aaa, gemía mientras hundía mis uñas en su cabeza. Fue un orgasmo largo y delicioso, su boca regresó a mi vagina y succionó con avidez mis flujos vaginales, le dije eres un gran maestro Eduardo.

Me levanto y nos besamos muy rico, subía y bajaba mi puti vestido, estábamos bañados en sudor, me dijo me encantas como te ves con el puti vestido, por eso no te lo quiero quitar, me cargo y me recostó en la cama, volvió a subir el mini vestido hasta la cintura, su enorme y rica verga quedo enfrente de mi vagina, la paseaba, la golpeaba, me tenía ansiosa, me hacía desesperarme, ya quería su pene dentro de mi, ya Eduardo, ya penétrame grite, sonrió, y con su mano llevo su pene a la entrada de mi ser, su miembro buscó mi vagina y con la punta de su miembro ubicó mi entrada y empezó, por meter la cabeza, esa cabeza gorda al entrar sentía como levantaba mis labios vaginales externos, se inclinó y me beso tiernamente, y su miembro hizo su trabajo, sentí centímetro a centímetro como entraba su gruesa y curviosa verga dentro de mi vagina, la sentí llegar hasta lo más profundo, el placer era máximo, me tomó de la cintura y me empaló más profundo todavía, sentía que mi vagina se estiraba por dentro, me derretía de placer, me sentía tan llena y al mismo tiempo una sensación de plenitud, jadeaba y suspiraba sin cesar, me faltaba el aire, me costaba respirar, pero no me importaba, estaba viviendo una rica experiencia sexual, digna de ser contada.

Después, subió mis largas piernas y las comenzó a besar, hasta que se las puso en los hombros, que ricos aretes tengo dijo, mis tacones colgaban de sus hombros, su pene perdía un poco de vigor, lo saco, lo masturbo y en unos segundos estaba rígido, y dirigió su tronco directamente a mi vagina y poco a poco, otra vez ese trozo de carne, fue ingresando hasta que me entró todo, me agarró por las caderas y comenzó a sacarla y meterla con suavidad lo que hizo que yo lo alentara con mis gemidos para que continuara.

Él se entusiasmó con mis jadeos me ensarto con más fuerza y violencia, mientras yo que me complacía con su rica verga. -eres un manjar delicioso, Verónica- gracias mi amor, me encanta tu pene, que vigoroso es, -gracias puta- mientras encajaba con dureza su miembro. Sus embestidas fueron aumentando de intensidad, mis gemidos se volvieron incontrolables, cada clavada de verga me hacía tocar el cielo, me estuvo clavando por un buen tiempo, hasta que volví a sentir una descarga eléctrica que recorría mi cuerpo, sentí como mis flujos empezaron a escurrir sin control entre mil espasmos, me estaba corriendo nuevamente, él me dijo eres multi orgásmica, puedes venirte las veces que quieras amor acá estoy para complacerte toda la noche, mientras decía esto, me seguía penetrando con fuerza y profundidad, al ver mis muecas de placer, sonrió y aumentando sus embestidas.

Se salió de mi y tomamos otro vodka, nuevamente me recostó sobre la cama pero esta vez quedamos hasta la cabecera, ambos subimos por completo nuestros cuerpos, seguimos en la clásica posición del misionero, su verga golpeo mi clítoris, le escupió, y primero ingreso esa cabeza, -aaa que dura, dije —ingreso parte de su tronco, -aaa, si, me encanta- sentía que iba la mitad, me tomo de mi cintura y de un solo golpe metió toda su verga -aaaa grite muy fuerte, debió escucharse hasta en la calle- saco la mitad de su pene, y nuevamente metió de un golpe, sentía que me partía en dos, así hizo esos movimientos varias veces, inmediatamente, se acostó sobre de mi sentí ese enorme cuerpo de un toro semental, penetrándome, subió mis piernas en sus hombros, y me embestía como un animal en celo, -te gusta amor- -sí, no te detengas- mientras me penetraba nos besábamos, me lamia mi cara, cuello, y nuestras manos se unían, después bajo mis largas piernas, y las abrió, tomándolas de mis muslos, para sacar su verga y meterla rápido, aunque ahora hacia giros, me partía la vagina y mis muslos, los abría muy duro, después mi espalda la arquee, me tomo de la espalda baja y me penetraba muy rico, posteriormente baje mi espalda, y lo abrace con mis largas piernas.

Ya era de noche, Eduardo combinaba muy bien su edad de 33 años, era mezcla de juventud/vigor con madurez/experiencia, con creces y buen sexo se estaba ganando estar en el top ten de mis amantes, acto seguido lo enrede con mis largas piernas y con mis muslos lo aprete, y el con su fuerza cerro mis muslo de una manera fuerte pero linda, en consecuencia, comenzó a venirse -aaa me estoy corriendo- un semen caliente comenzó a inundar mi vagina, sentí como sus espermas se adentraban mi ser, mientras nos mirábamos fijamente, gozábamos como animales, me beso muy tiernamente, y empujo fuerte su pene para penetrarme con todo su semen, -que rica leche, mi amor, esta calientita, le dije- se retiró saco su miembro, y la leche escurría, el con sus manos embarro el semen que quedaba en mi vagina, en mis vellos vaginales, le dije espera, me hinque, y le di unas buenas mamadas, quería dejarlo seco, no desperdiciar ni una gota de su leche, finalmente limpie su pene con mi lengua y nos recostamos en la cama -le dije, Lalo, ahora serás mi maestro y alumno.

Él sonrió de gusto, nos levantamos de la cama, fui por algo de comida, traje en especial fruta, mientras comíamos encendió la computadora de mi cuarto y puso porno, dijo mira ella es Rebel Rhyder, es la mas experta en sexo extremo, mira como le meten las manos y tres penes negros.

Wow quede fascinada y excitada, esa rubia era una experta, mientras comíamos, bebíamos y mirábamos pornografía, lo que nos hacía tocarnos nuestros cuerpos mutuamente, mientras realizábamos esto, su miembro ya estaba nuevamente erecto, fue cuando a la actriz, le metieron su tanga completa en el ano y la hicieron expulsarla, realmente era extrema esa joven rubi, a me excitaba verla, suponía un reto, Eduardo así lo entendió también y dijo, debemos continuar, busco mi tanga azul rey, la olio la beso y se la puso en su miembro y se comenzó a masturbar, después me puso la tanga, y me volvió a fajar, en besos y caricas, nos fundíamos, acto seguido, quito la tanga con sus dientes y la bajo hasta las zapatillas las cuales comenzó a besar, después morder mis tobillos y volver a lamer las zapatillas, que rica estas puta- estas tremenda eres una diosa, se metió la tanga en su boca y me la paso en mi boca, luego me dijo pónmela como si fuera preservativo, sorprendida así lo hice, eso no venía en la escena porno, pensé, mientras hacíamos esto, de la computadora se oían gemidos de la actriz lo que nos calentaba ambos, ver como partían a esa hermosa rubia era un plus a nuestra fornicación.

Teniendo mi tanga como si fuera preservativo comenzó a penetrarme vaginalmente. Muy tiernamente, me empezó a besar mi cuello, y me empezó a penetrar, mi tanga le daba un plus a la fornicación -te gusta amor- si me encanta tu larga verga, metió la cabeza, luego el tronco y de un golpe toda entro, la saco, hizo la misma acción, y empezó a saltar sobre de mí, intentando que entrara toda su verga, y me rompiera, mientras sus manos y mis manos se unían, después de un instante se deja caer sobre mi cuerpo introduciéndome todo de golpe su impresionante verga, llenándome por completo, he ido sintiendo como según iba entrándome me iba rozando todas las paredes de mi vagina, ha sido sensacional el placer que he ido sintiendo al irme rozando su verga a medida que me iba penetrando, ahora la noto como su punta me llega hasta la misma entrada de mi útero. Él se queda un ratito quieto sobre mí, después combina la penetración vaginal y anal, Eduardo comienza a moverse con un mayor ritmo, mientras que muerde muy rico mi cuello y parte de mi espalda, a la vez que no deja de sobar mis tetas, me las acaricia, juega con sus dedos en mis pezones y después con toda su mano me los aprieta una y otra vez. Esas caricias en mis pechos me están volviendo loca.

Cuando está penetrando analmente, saca su miembro, enrolla la tanga en la entrada de mi ano, la coloca y con un solo empuje la mete en mi cola, y sigue embistiéndome así, una sensación de lujuria y preocupación inundan mi ser, esa tanga literal está dentro de mi, y ese joven maduro no deja de embestirme, detiene la penetración y toma una fresa y la coloca en la entrada y la vuelve a meter, un desgarrador grito sale de mi boca, mientras de la computadora solamente se oyen -aaaa —yes oh my god- a la actriz rubia la siguen penetrando esos sementales.

Luego me dije, déjame acostarme en la cama y te sientas encima de mí y pujas, así lo hicimos – puje con fuerza, y nada no puedo- respira Verónica- te lo juro que pujo, pero no puedo, me dolía, pero ya tenía experiencia con frutas pero no con tanga, pujaba mas y mas, y nada solamente salían líquidos de mi ano, y él se los bebía, después de algunos minutos de angustia finalmente se escuchaban ruidos de mi ano, y salió la fresa, la atrapo en su boca, la mordió y la dejo en la cama, después de una larga lucha, salió la tanga, dijo se está asomando, ya bien, salió y la recibió, sentí alivio y me senté en su cara, el me besaba el ano, yo estaba aliviada, después me levanto y con su boca me dio mi tanga y la ingreso por completa a mi boca, -quédatela ahí.

Eduardo me cargo y me llevo al borde de la cama, él se sentó y yo encima de él, dándole la espalda, introduciendo su miembro en mi ano, que ardía de dolor, aaa gemí muy fuerte, mientras introducía sus dedos en mi vagina era un placer fenomenal, después subía su manos en mis pechos, mordía mi espalda, que rico no pares mi amor. Me empezaba a arquear, lo que le daba un plus a la fornicación, luego me daba de nalgadas, se levantó y se puso de pie y con sus largos brazos me seguía cargando y su miembro me penetraba mientras yo me daba tremendos sentones, solamente disfrutaba ya que aquella tanga en mi boca no me dejaba esbozar algún quejido.

Minutos después comenzó a besarme y finalmente tiramos la tanga. Así que grite, aaa Lalo, me estas partiendo y le clave las uñas en su espalda, por lo que el devolvió las mordidas en mi cuello y hombros, que rico era cabalgar ese miembro -aaa, duele, pero me gusta, sigue asi mi amor -claro que si perra- me daba sentones en ese miembro que me destruía analmente, hubo un momento en que solamente quede ensartada, y él me mordía muy rico la espalda, ya era de madrugada, después me volteo y quede ensartada dándole la espalda, ahora si podía morder con mayor placer mi espalda, la chupaba, lo mismo hacia con mi larga cabellera.

Después volvió a voltearme, seguía ensartada, que fuerza tenia, seguro era el efecto del gym, y yo me daba ricos sentones en ese miembro, después tomo mis piernas y las subió a sus hombros, -que rico cógeme así, le decía, no te detengas- era incomodo pero gracias a mi flexibilidad, lo disfrutaba como loca. Aquella posición en que fornicábamos, era una especie de columpio -su pene reventaba mi ano- estábamos entregados al placer, de mi ano salían fluidos, que se juntaban con los de su pene, sentía un poco de semen, Eduardo, aprovechaba para besarme los senos, cuello y en la boca. Después me giro y quede suspendida en el aire, solamente anclada a esa verga, y nuevamente dándome sentones muy ricos, tenía mucha fuerza en aquellos brazos, pues no se cansaba de cargarme y que decir de su rica verga, muy dura.

Acto seguida me puso en la clásica de posición de perrita, no sin antes tomar la fresa que había expulsado de mi ano, nos besamos la mordimos y cada quien comió una parte, me acomodo y me dijo te voy a embestir bien rico-Si mi amor- di la vuelta, y me penetro analmente, mientras me daba unas nalgadas, y me mordía la espalda, -aaa que rico, maestro Eduardo, me lastimas, pero me encanta, que me penetren analmente. -ya lo se perra, te encanta la verga- saco su miembro, lo masturbo y nuevamente lo introdujo en mi ano irritado, nuevamente lo saco, con sus manos separo lo mas que pudo mis nalgas y penetro –mmm, asi amor, asi, sigue, hazme tuya, reviéntame, rómpeme, soy una perra en celo, castígame por infiel, en cuanto dije esto, volvió a penetrarme duro, muy duro- mis nalgas chocaban con su cuerpo, mientras su pene entraba en mi ano, me tomaba de la cintura, para poderme embestir con más fuerza -te lo mereces por puta, por infiel, porque estas bien hermosa y rica, piensas que porque estas bien buena y puedes tener a todo hombre que desees, volvernos locos, pues la verdad es que si, me encantas amor, estas bien sabrosa —gracias amor, siguió penetrándome.

–Que rico perrita, se nota que te gusta ser domada porque tu culo se abre sin esfuerzo. Él, hábil amante y macho dominador, se separó de mí y me azotó fuerte, me mordí el labio por lo inesperado pero delicioso castigo y apreté los puños… Maldito enfermo, me estaba dando un placer inolvidable y toda duda de revelarme ante su control desapareció para gemir como perra caliente deseosa de ser empotrada bien duro. yo gemía como loca y soltaba uno que otro grito estremecedor, para no tener la vagina desocupada yo me metía los dedos o acariciaba mi clítoris de rato en rato. Eduardo mantuvo ese ritmo e incluso empezó a jugar con mi culito, sacaba su verga completamente y me agarraba las nalgas para abrir más mi culito, luego la volvía a introducir y soltaba mis nalgas para que se cerrarán, me daba nalgadas mientras me cogía y me decía una que otra marranada por ahí.

Después de uso veinte minutos así Lalo tuvo embestidas similares a los espasmos, supuse que se vendría y le dije ahora vente en mi cara, ahora entiendo puta porque te mantienes joven, te gusta tener mascarillas de semen, perfecto, es hora de que Verónica recupere su juventud. Se dice que no hay nada mejor que una capa de proteína que se aplica en la cara para mantener la apariencia juvenil. Elimina las líneas y las arrugas y te da un resplandor resplandeciente y esta proteína es el semen. Así que empecé a mamar y jalar ese miembro, y de repente tenía la tercera explosión de semen de la noche ahora en mi cara, una carga de esperma caliente y fundido, es la mejor manera de obtener un cutis radiante, le dije, y sonreímos, el olor era intenso, pero delicioso, algunas gotas cayeron en mis ojos, aunque arde los deje un breve instante, el semen que cayó en mi boca lo trague, posteriormente con mis dedos limpie mi cara y me lleve la leche a mi lengua y después los trague, volví a mamar el pito de Lalo, esperando sacar la mayor cantidad de semen, luego el tomo mi tanga llena de mis fluidos anales, y limpio mi cara, dejando sin rastro de semen.

Estábamos completamente extasiados, decidimos comer un poco mas fruta, beber agua, y me dijo me puedo quedar a dormí contigo, ya son las 4am, prometo irme a las 7, tu marido llega hasta mediodía supongo, estaba tan satisfecha con ese semental que acepte, nos fundimos en un beso, no nos bañamos, el olor a sexo era muy fuerte, abrí la ventana para que se ventilara, el completamente desnudo y yo con mi puti vestido azul rey, dormimos empiernados.

A las 6am desperté y vi que tenía una erección, la clásica matutina, y comencé a besarlo, mamarlo y morderlo, se despertó y dijo tremenda puta, quieres coger mas, así que me invito a montarlo -ahí voy mi rey, le dije- mientras me ponía en cuclillas y los tacones daban la altura perfecta para que me penetrara, acomode ese pene enorme y me senté, que rico, me mordí los labios, y así me daba unos ricos sentones, y el me ayudaba empujándome con su manos tomando mi cintura, después baje los pies y ya quedaba a su altura, -que rico culo, tienes Diosa- decía mientras yo hacía unos movimientos circulares para hacer más rica la penetración. —aah, aas, que rico, dame más, aa, mmm que rica verga de chocolate, por Dios. El me decía, me tienes como burro en primavera, despierto con mi clásica erección matutina y tu me la pones como la situación del país; muy dura. Sonreí por lo que me decía.

Me tomo y me acostó boca abajo estirando mis piernas y manos en parecía una letra X, él se me monto, y también se estiro, sigue, que rico, dámela toda- se escuchaba rechinar la cama, mordía mi espalda, cuello, llego mi orgasmo -aaaa me moje- estaba completamente extasiada y satisfecha, así seguimos varios minutos, después, cerro mis piernas, mis manos continuaban abiertas, abrió mi ano y metía su prieta verga dura, me azotaba y castigaba muy duro con su vergota, ahora el hacia los movimientos circulares, lo que hacía mas rico el acto sexual, estábamos bañados en sudor, sentí salir sangre de mi ano, ya estaba muy adolorida, pero mi macho seguía moviéndose, la sacaba, abría mi ano con sus manos y me embestía, así lo hizo muchas veces, me dijo ya casi me vengo.

Empezamos a realizar una especie de movimientos, a lo que Eduardo, dijo -aaa me vengo —y vacío su leche caliente, en mi ano, y así nos quedamos pegados como perros en celo, mientras el semen combinado con los fluidos de mi ano, escurría, ya por mis piernas, metió sus dedos en mi vagina, y me hizo venirme, tuve un squirt, que me volvió loca de placer, mientras mi ano, también estaba lleno de semen, terminamos completamente mojados de los líquidos de nuestros cuerpos.

Al recuperar el aliento, él se cambió, me dijo ahora te tocara ir a mi casa -claro, respondí, y dijo que buenas alumnas tengo aquí, a lo que deduje que se ha cogido a mi hija, y dije quien es mejor, dijo ambas, tu y Ana Gabriela, son diosas. Desgraciado, le dije soltándole una bofetada y me respondió con una, para luego besarme tiernamente, lo acompañe a la puerta, miramos primero por la ventana, que no hubiera nadie, ya eran las 7 am, las calles lucían vacías, se despidió con un beso.

Yo subí a mi cuarto y como pude me quite el mini vestido, me quedé dormida, muy feliz, estaba bien cogida, satisfecha y adolorida.

(10,00)