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El primer polvo con la flaca

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Te contaré sobre "La flaca" y un poco la historia de nuestra relación y un encuentro que no puedo sacar de mi mente.

Le diré la flaca no porque esté muy delgada, ella es de complexión gruesa, pero no se nota mucho porque es alta para la estatura promedio de nuestra zona, ese será su apodo porque cada día lo que hace al llegar a la oficina ve que va a encargar para almorzar y siempre lo primero que hace después de encargar su almuerzo es la primera canción que se escucha en la play list.

La flaca tiene más tetas que nada, eso y su manera de ponerse sus gafas siempre me han atraído.

Tiene una carita tierna e inocente, de esas que uno quisiera ver como se transforma al momento del orgasmo, de esas que pagarías por ver cómo con cada embestida qué le das se va transformando tierna hasta convertirse en puro vicio y placer.

Es una romántica compulsiva amantes de los detalles, siempre quiere tener todo bajo control y eso es un poco estresante.

Su oficina y la mía están una al lado de la otra, así que si ella se truena un pedo yo la escucho y viceversa, eso le dio un poco de intimidad a nuestra relación laboral. Eso y las charlas intramuros qué mantenemos casi toda la jornada laboral.

Ella tiene ganas de comprar su primer juguete sexual, la descubrí mientras buscaba en línea porque dejó el navegador abierto. No es que ella sea virgen ha tenido diferentes parejas a lo largo del tiempo que hemos coincidido nada serio al igual que yo, solo encuentros donde el sexo es lo único luego por lo regular no te vuelves a ver, pero la flaca por una u otra cosa nunca ha tenido un juguete para la tardes de soledad o para aderezar algún encuentro.

Lejos de intimidarse me pidió consejo, pasamos viendo la web analizando varias opciones.

-Nooo!!! cómo crees que ese, está muy grande para empezar.

Luego de no llegar a ninguna opción que le satisficiera dejamos el asunto para otro día.

Le pasé los contactos de un par de tiendas online para juguetes de adultos donde yo he comprado algunas veces.

Eso le añadió un poco de tensión sexual a nuestra relación, algo que nos llevó a coquetear un poco más fuerte e íntimamente en el día a día. Al final me contó que había elegido una verga de plástico con una ventosa para poder pegarla donde sea, le puso mi nombre en su honor así que su primer juguete sexual se llamó Alonso

Yo tenía cada vez más ganas de follarla, y al parecer ella también se moría de ganas por un encuentro conmigo, pero teníamos un poco de miedo de afectar nuestra relación laboral y sobre todo la amistad.

Luego de un par de semanas jugando y fantaseando con un encuentro decidí invitarla a un concierto, y luego si la química entre nosotros seguía también fuera de la empresa iríamos a pasar el rato de una forma más divertida.

Tenía un par de boletos para ir a ver

La gala internacional del mariachi y la charrería. Cuando los compre pensaba llevar a una amiga con la que me divierto mucho y tiene el plus qué tenemos una excelente química al follar. A pesar de que la música vernácula no es la preferida de la flaca (es más de rock y pop) decidí invitarla,

Ella al principio se la pensó por el tipo de música pero al final aceptó, ambos sabíamos que esa noche lo más probable era que follaríamos como un par de animales salvajes.

Me gusta la música de mariachi porque cuando la música empieza a soñar nos hace vibrar, se te llena el pecho de orgullo cuando las cuerdas empiezan a cobrar vida y las trompetas gritan sus notas y más si hay extranjeros presentes. La piel se pone de gallina cuando suena la bikina o la de México en la piel.

Llegue por ella a su departamento, estaba radiante con una chaqueta blanca a juego con los pantalones también blanco y blusa azul rey.

Salimos hacia la gala arriba de mi motocicleta y disfrutamos de tres horas de música, cantos a todo pulmón y bailes en nuestros lugares.

Cuando salimos del recinto estaba comenzando a llover, subimos a la motocicleta y salimos con dirección a su departamento.

Cuando llegamos ya estamos totalmente mojados, era un loft pequeño para solteros o una pareja sin niños.

Al abrir la puerta te encuentras con una cocina empotrada en la pared izquierda y enfrente el baño, un baño amplio y elegante, después el espacio se abre en una sala-habitación y al final un balcón a la avenida.

Me invitó a pasar para lavar y secar mi ropa mientras nos bañamos y secamos.

Nos desnudamos mutuamente en medio de jadeos, besos y caricias qué subían de tono. Dejamos la ropa tirada mientras el agua de la regadera comenzaba a caer sobre nuestros cuerpos. Fue un baño intenso donde comenzamos a descubrir por completo nuestros cuerpos.

Al salir subí a su cama y me recargue en la cabecera con las piernas estiradas. La flaca busco el mejor ángulo para el celular y luego le puso a grabar, subió detrás de mí con una sonrisa y como una pantera al acecho se acercó hasta quedar a pocos centímetros de mí, se sentó sobre sus piernas y sin decir nada comenzó a acariciar mi cuerpo, sus manos jugaban en mi piel, jugueteaban con los vellos de mis piernas por la parte interna de mis muslos acercándose cada vez más a mi falo y poniéndome cada vez más duró, eleve mis caderas invitándole a comerme por completo.

En cuanto quede libre llevó su boca a la parte baja de mi vientre y comenzó a besarme. La deje hacerlo a su ritmo, el mejor oral que me han dado. Lo disfruté, mientras una mano buscaba acariciar su teta la otra presionaba su cabeza intentando que se metiera toda mi verga en su boca.

Su boca sobre mi falo fue magia pura…

La detuve antes de perder el control y la invite a sentarse con su espalda pegada a mi abdomen, se acomodó con mi verga erecta entre sus nalgas.

Le dije al oído que la quería ver masturbándose para mí. Ella sonrió antes de llevar sus manos a su sexo, podía escuchar su humedad golpeando contra sus dedos.

La bese en la nuca, en la oreja, en el cuello al mismo tiempo que mis manos buscaban su cuerpo; una pellizcaba su pezón y la otra acariciaba su espalda, una metía un dedo en su boca y la otra rasguñaba su pierna. Le susurraba lo caliente que me tenía esa escena o le decía alguna palabra soez que ella aceptaba, le pedí probar sus jugos y en más de una ocasión puso su dedo húmedo en mi boca. Cuando llegó su orgasmo grito de placer, nos dimos unos segundos de respiro antes de que ella se recostara boca arriba en la cama y me dijera te necesito dentro.

Eleve sus piernas por los tobillos hasta ponerlas sobre mis hombros, no la tomé al instante jugué con mi falo sobre sus labios sin llegar a entrar en ella todavía, estaba tan mojada que resbalaba fácilmente, finalmente la penetre lentamente mirando sus ojos la lleve al orgasmo poco a poco, sin moverme muy rápido, sintiendo cada vez que entraba en ella, se aferró a las sábanas y sentí el deseo de probar de nuevo su sabor. Salí de ella y puse mi cara entre sus piernas: besé, lamí, succioné y probé sus mieles hasta que me exigió de nuevo que la penetrara.

—Por favor te necesito dentro.

La gire en el colchón y admire ese culo perfecto que tiene, le di una nalgada… Ya no había espacio para nada más, yo quería correrme, ella me quería dentro, en un solo movimiento abrí sus piernas con mis rodillas y me clave fuerte en ella. Supe que le gustó y sorprendió el movimiento por el gemido que dejó escapar. Esta vez fui duro y fuerte, fue solo cuestión de un par de minutos y estaba listo para acabar sobre sus nalgas.

-No pares por favor

-Flaca que si sigo me corro

-Vente dentro

Su frase fue como quitar el freno de mano y en el instante sentí mi falo endurecer y brincar mientras la descarga de leche inundaba la concha de la flaca.

Con el último empujón ella logró apenas llegar luego nos reímos y dejé caer mi peso sobre su espalda.

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