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El primer trío: Fiesta en la alberca

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Casi aventé el trago de café que ya tenía en la boca cuando vi como Moni cambiaba su teléfono con mi cuñada Raquel, pero no podía decir nada igual ella ya nos había visto en vivo que tanto podría pasar si nos miraba por medio de una pantalla de su móvil.

Café, leche o jugo de naranja, pan tostado, mermelada de fresa y de piña, huevos con tortilla dorada, jitomate, cebolla y un poco de chile serrano había suficiente para todos. Almorzamos en medio de viejos recuerdos de su familia que nos hicieron reír, como la vez que Moni cuando tenía unos ocho años quiso prender la veladora para el momento de rezar en familia y acabó con ampollas en los dedos por no querer apagar el cerillo en el suelo de la sala aun cuando la lumbre le llegaba hasta los dedos. Luego uno de Raquel que la hizo ponerse del color de un jitomate cuando su madre contó esa travesura por querer salir a ver al novio a escondidas cuando aún no tenía permiso de tener novio.

Después del almuerzo la mañana transcurrió en calma y tranquilidad, mis cuñados y cuñadas fueron llegando con sus respectivas familias casi al mismo tiempo, y la casa se llenó de gente, la alberca, unas costillas en la parrilla que mi suegro cuidaba más que a su señora esposa, la verdad le quedaron deliciosas, música en la radio y varias cervezas amenizaron la reunión yo trataba de por algún motivo quitarle un momento el celular a Raquel para ver si podía borrar el vídeo antes de que lo viera pero no lo dejaba para nada, además de que ella trataba de no quedarse a solas conmigo, el día fue pasando y a media tarde estábamos casi todos en el agua era un día caluroso tal vez ese era un buen momento para ir por el celular pero estábamos tan a gusto que lo deje para después, por la noche iríamos a cenar a un restaurant todos juntos, y nadie quería salir del agua, ya más tarde fuimos a cambiarnos ya habría oportunidad de borrarlo.

Me vestí con unos jeans negros, una playera blanca y mis tenis blancos de esos que tienen tres rayas negras por cada lado, Moni se puso una Tanga blanca, unos jeans azul claro sin bolsas atrás —de esos que hacen que le luzca el trasero, más de alguno voltearía a verla— blusa negra y unos huaraches complementaban su vestimenta, nos fuimos en el coche con Raquel y su novio Jack mis suegros irían con uno de mis cuñados llegamos a un lugar de ambiente tranquilo, familiar era en la parte alta de un edificio antiguo, en el centro de la ciudad, cerca de la catedral, nos pusieron en una terraza con una vista hermosa pedimos la especialidad de la casa, justo cuando traían las bebidas me acerque al oído de Moni y le dije;

—Quiero que te levantes vayas al baño y regreses sin tus tangas, quiero ver que tanto mojas los pantalones antes de que folle esta noche –el color rojo vino a tu rostro, y una sonrisa llego al mío–.

Te levantaste y caminaste al baño, cuando regresaste no venias sola, venias con Miranda una prima mía la cual tenía tiempo sin ver, y que era muy traviesa con ella aprendí muchas cosas –¿han escuchado el dicho de entre primos todo es más caliente? Pues ella y yo lo comprobamos–, estaba muy linda como de costumbre, sus grandes ojos la hacían notar a donde fuera, y esos chinos que se carga hoy lucían más que nunca, mis ojos brillaron venían muy contentas platicando alegremente, casi parecía que estaban organizando algo, llegaste con tus tangas escondidas en la mano apretada y te sentaste en tu silla a mi lado, mi prima se sentó al otro lado mío, disimuladamente me las diste bajo la mesa, las acerque a mi nariz como si fuera un pañuelo y las olí mmmmm ya olían a ti, ya se habían impregnado lo suficiente, antes de que nadie se diera cuenta las guarde en el bolsillo del pantalón.

Iban a servir la cena –una pasta con nombre raro– y antes de cenar alguien de los que estaban en la mesa brindo por el amor.

Brindamos y seguimos charlando con tu copa en una mano, sutilmente bajaste la otra por debajo de la mesa, me acariciaste por encima del pantalón, buscando, tentando hasta que encontraste lo que querías, lo apachurrabas y comenzaste a jugar con el, bajaste el cierre y lo sacaste, ya estaba medio duro sentiste su calor en tu mano, y lo seguiste endureciendo

Tú te moviste un poco nerviosa,

Con una gran sonrisa te acercaste a mi oído y preguntaste;

—Que vas a hacer cuando te empiecen a temblar las piernas…

Ella estaba en jugando en su cancha, y no quería perder, si yo le había quitado las bragas, ella quería llevarse algo mío.

—Que vas a hacer tú? cuando lo disfrute ruidosamente…

La sonrisa volvió a ti al igual que el color rojo a tu rostro, miraste a Miranda y ella entendió el mensaje, su mano bajo también se unió a la tuya –yo no entendía que pasaba pues a ninguna de las dos les gusta compartir la cena–, tomó mi polla dura al igual que Moni, entre las dos subían y bajaban por mi polla, apretaban y aflojaban bajaban y subían suavemente, vareando el ritmo pero no aceleraban mucho para que nadie lo notara, mi copa temblaba un poco cada que daba un trago, baje mi mano por debajo de la mesa, ya estaba sintiendo que pronto acabaría y ellas parecía que lo llevarían hasta el final, tomé con mi mano las suyas pero no se detuvieron, una tomo mis testículos y los apretaba, la otra subió la velocidad… me aferre a la copa de vino y saque las tangas de Moni del bolsillo, las puse en el momento justo sobre la cabeza de mi falo y alguna de ellas las tomo en su mano, con unos cuantos jalones más me vacíe en medio de una plática sobre el clima, yo solo hacia como que los escuchaba, metieron las tangas de nuevo en mi pantalón y Moni paso un dedo por su boca lo lamió como quien lame un poco de betún del postre que tenía enfrente, nadie se dio cuenta solo Miranda que reía como siguiendo la plática de todos.

Al momento de irnos Moni invito a Miranda a venir con nosotros – a mí me parece que ya lo habían planeado–, mis suegros se quedarían a dormir con Felipe, que es el que tenía la casa más cerca del local, –la casa solo para nosotros–ya estaban cansados por la se mañana irían a su casa, así que Jack, Raquel Mónica, Miranda y yo nos dirigimos a casa para tomar unos tragos más de tequila.

Cuando llegamos a casa íbamos todos muy contentos –yo tenía un fuerte presentimiento que vendría algo muy bueno– Raquel y Jack se quedaron en la sala para ver tv.–yo pienso que querían estar solos un rato –, Miranda, Moni y yo nos fuimos al jardín a jugar un poco. Con la plática nos tomamos varios tequilas entre risa y risa. Entre broma y broma, el ambiente fue calentándose.

—Pero que alberca tan linda –dijo Miranda – lástima que no traje mi traje de baño.

–Pues metete sin ropa, como yo… –dijo Moni mientras se quitaba la blusa. No teníamos que preocuparnos de que nos vieran los vecinos era de noche y el perímetro del jardín está rodeado de árboles.

Mientras terminaba de desnudarse, Miranda ya hacía lo mismo y yo, no me quede atrás, la ropa quedó tirada en el suelo regada por aquí y por allá entramos al agua que estaba fresca para el calor del momento… ahí estábamos los tres nadando desnudos en la alberca de mis suegros, los besos no duraron mucho en aparecer Moni y yo nos besábamos, luego Miranda y yo, luego ellas dos, después era un beso de tres…

Nuestro primer trío estaba ocurriendo... y los tres lo estábamos disfrutando mucho, de un momento a otro nuestro trio paso rápidamente a ser un quinteto, pues llegaron Jack y Raquel que con el celular en mano venían muy contentos.

—Vengan, salgan quiero mostrarles un vídeo pero no quiero que el celular se moje.

—¿No puede esperar para otro momento Raquel? –preguntó Moni

—Les aseguro que va mejorar el ambiente –contesto riendo mientras volteaba a ver a Jack pícaramente.

Voltee a ver a Moni ya me imaginaba de que vídeo hablaban, Miranda noto mi movimiento y fue la primera en salir, la seguimos Moni y yo Raquel miro hacia mi he hizo un recorrido por todo mi cuerpo desnudo, sonrió un poco, Jack paseaba su mirada con Miranda y Moni, tomamos unas toallas y nos cobijamos con ellas, fuimos a la terraza para sentarnos en la pequeña sala exterior que tenían. Nos pusimos detrás de Raquel y Jack, él dio play al vídeo…

Efectivamente era el vídeo de en la mañana –yo no le comenté nada a Moni que en el celular de Raquel estaba nuestro video en el baño, razón por la que volteo a verme buscando una explicación–, ahí aparecíamos Moni y yo besándonos, quitándonos la ropa, luego como la amarraba con sus bragas al toallero, y ahí estaba yo estirando y girando sus pezones, castigándolos, y luego acariciándolos, ahí estaba ella tratando de contener el dolor mordiendo sus labios para no gritar, hincándome para darle placer y levantándome para después acabar abrazándola y poniéndola contra la pared para cogerla, con furia, como nos entregamos y los ricos ruidos que hicimos. Debo admitir que vernos en vídeo me calentó mucho, al parecer a todos nos calentó mucho puesto que mi cuñada y su novio ya estaban comiéndose a besos y desnudándose uno al otro antes de que terminara el vídeo. Fue como una explosión y todos estábamos en ella.

Tome uno de los cojines largos del sofá y lo tire en el suelo, le hice una seña a Moni para que fuera conmigo y se puso en cuatro, luego le hice una seña a Miranda, ella se acostó bajo Mónica en posición del 69… Jack y mi cuñada ya se estaban desnudos observe a Raquel tiene un cuerpo hermoso parecido al de mi mujer, más joven que Moni, pero el trasero de mi esposa es espectacular, la admire por un instante y la deseé para mí, volví a ver como Moni y Miranda se comían el coño una a la otra, me hinque tras de Moni y la fui penetrando lentamente, quería sentir su calor y como su humedad se iba adueñando de mí, sentí como la lengua de Miranda rozaba mi pene, mientras lo hacía, su lengua experta jugaba con los labios de mi esposa, y de paso lamia mis testículos y el pene cada vez que salía de ella…

Era una sensación muy placentera tome fuerte a Moni de la cintura y comencé a moverme más aprisa, la lengua de Miranda se sincronizo a mis movimientos y Moni pronto alcanzo un orgasmo… salí de ella pues no quería venirme aun, y la verdad me estaba costando contenerme, camine a la barra y me serví un trago, la escena que vi era alucinante…

Jack sentado al borde del sillón con Raquel subiendo y bajando por su polla, con una mano sobre su sexo ayudándose para llegar al máximo placer, dándole la espalda a Jack para no perder detalles de las demás personas, Moni y Miranda entregadas a su propio placer continuando con el 69 que por sus reacciones parecía que lo llevaban muy bien, me quede observando y disfrutando, camine hacia ellas para unirme a ellas de nuevo pero en el medio Raquel me tomo de la mano, ya se había bajado de Jack que se dirigía con su enorme pedazo de carne erecto hacia donde estaba Moni, vi como besaba su trasero antes de dar una nalgada en el, se hinco como yo lo había hecho unos momentos antes, la tomo por la cintura y la penetró de un golpe fuerte y seco, ella gimió de forma placentera le gusta fuerte, mi morbo creció enormemente y la boca se me seco, nunca la había visto follar con otro y ahí estaba… siendo follada por Jack enfrente de mis narices, estaba confundido, tal vez debió darme coraje, pero ahí estaba yo sintiendo la verga dura y sintiendo como si me creciera un poco más, era muy excitante verlo, pero era mi esposa con otro... tome la mano de Raquel y nos dirigimos hacia ellos la acosté junto a ellos y tome sus tobillos uno en cada mano levante sus piernas y Lamí sus pantorrillas hasta las nalgas, la cara de Raquel quedo junto a la de Miranda, y yo quede cerca del rostro de Moni, que en ese momento volteo a ver quien se había puesto a follar junto a ella, me vio follar a su hermana luego se fijó que quien la penetraba no era yo, abrió los ojos y sonrió, esa sonrisa pícara que tanto hemos disfrutado, nos besamos mientras ella era penetrada por otro y yo estaba dentro de otra, fue un momento único, muy, muy morboso y caliente, ver su cara de placer, oírla gemir sin ser yo quien lo provoca y al mismo tiempo yo sentir temblar las piernas de alguien mas y saber que sus gemidos los provoco yo, fue simplemente genial, Jack y yo nos miramos nos reímos y salimos casi al mismo tiempo de ellas, Miranda no se a qué hora salió de donde estaba, pero ahora se masturbaba viendo la escena que tenía enfrente. Escuchando la sinfonía de gemidos.

—A ver a qué hora me hacen caso cabrones yo aquí muriendo de calor y envidia y ustedes muy ocupados.

Los cuatro nos volteamos a ver y con una mirada nos pusimos de acuerdo, la acostamos y comenzamos a acariciarla a ocho manos todos a la vez la manoseamos… unas manos en las nalgas, otras en tu sexo unas en tus senos otras por ahí y por acá, la volteamos para ponerla en cuatro, una nalgada fuerte salió de mi palma y luego Jack hizo lo propio, Moni también se unió a las nalgadas, Raquel simplemente la masturbaba. Su trasero fue poniéndose rojo y los dedos quedaban marcados en su piel, las leguas pronto de unieron al juego y chupamos cada parte de su piel, a cuatro lenguas la mojamos y nos mojamos, todos estábamos muy contentos como en el poema de Octavio Paz que dice

"Tu cuerpo chorrea cielo" así estábamos todos chorreando de placer, estaba muy caliente, al igual que todos, estaba literal chorreando entre sus piernas. Le hice una seña a Raquel y le susurré algo al oído ella se sorprendió un poco con mi petición, Lamí uno de sus senos y le di una pequeña nalgada al tiempo que le dije:

—Ve

Enseguida fue corriendo a la casa para traer lo que le pedí.

Llegó con una vela y unos cerillos la Prendí… todos se hicieron a un lado, Miranda sonrió.

—Túmbate boca arriba Miranda

Así lo hiciste, la cera se fundió con tu piel, –sé que disfrutas de eso y me di gusto vertiéndola en ella–, al llegar a su sexo deje caer un chorro como ya antes lo he hecho, me gusta cómo reacciona cuando la cera recorre sus labios, es casi como verla tener un orgasmo... sus reacciones nos calentaron a todos Jack te tomo por las caderas y te poseyó tal como antes lo hizo con Moni, yo fui al frente y te ofrecí mi erección para que la mamaras tu orgasmo fue brutal apretaste de tal forma mi pene que pensé que lo morderías de más . Jack salió de ella así que era mi turno de follarla.

—¿Miranda quieres que te follemos al mismo tiempo los dos?

—Siiii

Raquel y Moni abrieron mucho los ojos. Me coloque en la orilla del sofá sentado, Miranda subió en mis piernas, la abrace fuerte para no dejarla mover mucho y me recosté con ella encima mío sus rodillas arriba de sofá, mis piernas en el suelo comencé a moverme Jack se paró tras ella, Moni y Raquel también, ellas la acariciaban mientras Jack lubricaba su ano con saliva y metía un dedo por el, los tres escupieron es su ano y cuando estuvo todo listo me detuve… Jack esta vez no se clavó de golpe fue entrando poco a poco, yo podía sentir como su pene la iba abriendo, Miranda clavó sus dientes en mi pecho y respiro, con cada respiración él entraba un poco más, pronto estuvo llena como nunca lo había estado, cuando lo tuvo todo dentro... empecé a moverme, otra vez nuestras pollas se tocaban a través de la delgada piel entre sus cavidades, Jack comenzó sus movimientos Miranda gemía como posesa, podía sentir como su cuerpo vibraba con cada arremetida, sentir su respiración agitada cerca de mi oído, su boca clavarse en mi cuello cada vez que las sensaciones la rebasaban, sus gritos de placer cada vez mas descontrolados, sintiendo su humedad creciente, hasta que la fuente entre sus piernas cobró vida explotando de una forma abrumadora.

Moni y Raquel se masturbaban con la escena, todos gozamos mucho. Moni se acercó a mí y susurro en mi oído

—Quiero que tú y Jack me cojan así como lo hacen con ella.

Me calentó tanto que me vine dentro de Miranda en el mismo instante del comentario, rió al darse cuenta lo que paso. Sonreí y le prometí que la próxima vez ella sería la que estaría en medio de mí y Jack.

Jack le lleno el culo de leche unos momentos después, nos quedamos todos quietos recostados en el sofá cuando nuestras respiraciones se normalizaron fuimos a preparar un trago y nos metimos en la alberca a disfrutarlo, después de eso estuvimos todos muy contentos y relajados, Jack se disculpó diciendo que al otro día tenía cosas que hacer y se fue, Raquel lo acompañó a la puerta solo con una toalla, Miranda, Moni y yo nos fuimos a dormir al cuarto, un poco después Raquel se unió a nosotros y dormimos los cuatro en la habitación piel con piel. Yo abrazando a Moni por la espalda y detrás mío Raquel abrazada a Miranda.

Desperté en medio de tres hermosas damas desnudas que placer poder verlas ahí tiradas exhaustas y contentas.

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