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Enculando a la sobrina de mi mejor amigo

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Hace casi tres semanas volví a ver Sasha, una chica que en unos tres meses cumplirá sus 21 años y a quien conozco por medio de un buen amigo a quien llamo Rivas. Es la sobrina de este buen amigo y quien parece ser una de sus sobrinas favoritas, pues es mi amigo quien le paga los estudios universitarios. En los últimos tres años ha sido Sasha quien se ha quedado cuidando la casa de mi amigo Rivas, pues coincidentemente él se va casi todo el mes de julio a vacacionar a México y es su sobrina quien atiende y cuida de esos dos perros Rottweilers, pues ella por este tiempo está de vacaciones.

A Sasha la conozco desde esos años de su infancia y luego de adolescente, pero como la veo poco en el tiempo, me sorprendió en la chica hermosa que se había convertido cuando vino por primera vez a cuidar de la casa y los perros de su tío. Ella al principio también me llamaba tío Tony, pero ahora ya hecha toda una mujer solo me llama Tony. Hace dos años que vino y se quedó todo ese mes, al igual me convidaron a esa reunión que Rivas hace para ese 4 de julio, donde celebramos la independencia de este país. Recuerdo a Sasha vistiendo una especie de camisón colorido semi transparente y con su traje de baño de dos piezas, con un bikini pequeño sin llegar a ser tanga, pero donde se podía ver una bonita figura. Debo decir que Sasha debe medir el metro y sesenta y cinco más o menos, con un peso que estimo en las 130 libras. Tiene cuerpo atlético de piernas alargadas, pechos acordes a su cuerpo, ni muy pequeños ni grandes, pero si le resalta un trasero que además de su cara linda y angelical, creo que es lo más fuerte de ella.

Siempre hemos platicado y siempre han sido platicas triviales con cosas relacionadas a sus estudios en la universidad, pero en esta ocasión creo que traspasé toda esa confianza que mi amigo Rivas había depositado en mí, pues al igual que las otras veces siempre aconsejó a su sobrina que en cualquier eventualidad, ella podía contar conmigo, pues yo solo vivo a unos 10 minutos en conche de esta casa. Ese 4 de julio que mi amigo Rivas le volvía a recordar lo mismo a su sobrina pues me pareció la frase repetitiva de otros años atrás y como dije, con esta chica todo eran trivialidades, nunca sentí un coqueteo y yo nunca le mostré un interés abierto, aunque si debo admitir que en mi pensamiento cuando la miraba, fantaseaba desnudarla y hacerle todo lo necesario para escuchar sus gemidos, pero eso solo quedaba conmigo y estoy seguro de que nunca le di la más mínima insinuación ni de broma.

Este 4 de julio que la vi, estaba con uno de eso pantalones cortos y realmente cortos de color beige y una pequeña camiseta que mostraba su ombligo de color blanca. Se le notaba los relieves de la tanga cuando le daban los rayos del sol en ciertos momentos, los que miraba y creo lograba disimular detrás de mis gafas oscuras. La verdad que Sasha se ha convertido en una chica muy linda, una mirada de miel, una sonrisa fresca y perlada, siempre bien maquillada para la ocasión y, se mira que se cuida muy bien. Esa tarde del día de la independencia pasó como las últimas otras. Me despedí de todos a eso de las diez de la noche y me fui a casa a descansar.

Realmente no esperaba escuchar más de Sasha, pues como dije en un principio, la frase repetitiva de su tío Rivas, era para darle esa sensación de seguridad, pero los dos años anteriores que estuvo a solas cuidando de la casa y los perros por un mes, pasaron siempre para mí en silencio hasta este pasado viernes. Me llaman de un teléfono de área desconocida y cuando contesto es Sasha, contándome que uno de los perros se ha escapado y ha salido corriendo por la vecindad. Por suerte, estas vecindades son solitarias y me he ido en pantalones cortos, de esos deportivos de algodón y recorro el vecindario y por suerte lo encontré casi a la salida de esa colonia. Para mi sorpresa T Bone (así se llama el perro) atendió a mi llamado y con su aptitud jovial y loco se subió a mi camioneta y lo llevé a su casa.

Sasha me esperaba a la puerta, aliviada que había encontrado al perro. Le puse su cuerda y lo adentré al patio de la casa. Esta chica vestía unos pantalones cortos y grises de algodón, que tal parecían cacheteros, pues media nalga se le salían fácilmente y un bustier del mismo color que me dejaba ver un sensual ombligo en el cual tenía un piercing. No creo que llevase bragas de algún tipo y sabía que se me haría imposible el que mi amigo de allá abajo no tuviera reacción y es que la verdad esta nena se miraba sensual y exquisita vistiendo de esa manera. Me dio las gracias por ir a su rescate y me ofreció algo de tomar, pues el calor era muy fuerte a esas horas de la tarde. Me tomé una cerveza que me dio y aunque luché por no tener una erección, creo que Sasha lo notó pues nunca había visto su mirada inclinada al nivel de mi paquete. Con ese tipo de pantalón corto y de esa tela suelta, es muy difícil ocultar una erección. Hablamos más de la experiencia del perro, otras cosas triviales por diez minutos y nos despedimos.

Llego la tarde de este domingo pasado y a eso de las cinco de la tarde recibo otra llamada y es el mismo número de Sasha. Volví a imaginar que se trataba del mismo perro, pero en esta ocasión una hora y media antes había caído una tormenta eléctrica y parte de los circuitos eléctricos de la casa no estaban funcionando, así que había lugares de la casa donde había electricidad y en otras no. Por teléfono intenté decirle lo que tenía que hacer, pero creo que la electricidad y las mujeres son como las serpientes y las mismas… le temen. Terminé yendo de nuevo a la casa, aunque esto era una cosa simple. Por ser julio y un calor de los mil demonios en la zona, siempre estoy con mis típicos pantalones cortos deportivos y unas sandalias. Solo me puse una camisa deportiva y me fui al rescate de Sasha.

Como sé cómo es la casa, pues fui yo quien se las vendí, me fui directo donde estaba el panel eléctrico que es en el sótano donde está la lavandería. Sasha me recibió con esa sonrisa amigable que tiene y de antemano me daba las gracias por molestarme he ir en su ayuda. Al igual que días atrás, vestía uno de esos pantalones cortos que podrían pasar como cacheteros, pues le levantan las nalgas y dejan ver buena parte de estas y lo único que me pareció inusual en esta ocasión fue que ahora bajo una camiseta blanca desmangada se notaba obviamente que no llevaba sostén. Llevaba un perfume rico, algo que no noté las veces anteriores y pasé directamente al sótano donde está la lavandería y Sasha venía detrás de mí. Por suerte la lavandería estaba iluminada y los circuitos que no funcionaban era el de unas habitaciones y las fuentes de energía de mayor voltaje como el aire acondicionado y la misma lavandería. Cuando entré a la lavandería Sasha se disculpó por el desorden, pues según me decía cuando esto sucedió ella estaba lavando y había sacado la ropa aun mojada y la había tendido en colgadores. Pude ver tangas y brasieres tendidos e intuí que se trataba de los que esta sexy chica usaba. Abrí el panel eléctrico, activé los circuitos que automáticamente se apagaron y la luz volvió a aparecer.

Me dio las gracias con un abrazo, beso y una sonrisa eufórica, algo que se me hizo inusual, pero que lo tomé de lo más natural. Quizá aquello fue el mayor acercamiento que se había dado entre los dos hasta ese momento. Iba a ser esto breve pues la verdad que sentía esa morbosidad y esos pechitos se translucían de esa camiseta blanca y esta vez al subir las escaleras para el nivel de la sala, Sasha iba delante de mí y ese culo llevaba un ritmo rico y delicioso. Esto me provocó una erección que no pude evitar, pero me dije en mi interior: ¿Por qué debería tener pena por algo tan natural y si además era Sasha, la sobrina de mi amigo quien provocaba inconsciente o conscientemente esto? Pensaba despedirme, pero a la vez esperaba que me ofreciera algo de tomar… quería que hiciera esto último pues la verdad era una delicia ver a esta chica con esas vestimentas. Eso pensaba cuando llegó la oferta:

-¿Qué le ofrezco… una cerveza, un coctel?

-Con este calor, te acepto una cerveza. -le dije.

-Tiene razón, con este calor cae bien una cerveza… yo no soy mucho de cerveza, pero en esta ocasión le voy a acompañar con una.

Pasó a la cocina y creo que volteaba a ver hacia atrás para confirmar que no alejaba la vista de su culo, pero obviamente con mis años uno cree que lo puede disimular. Regresó e hicimos una especie de brindis y en sus ojos vi un brillo diferente, sentía que de alguna manera esta chica me estaba coqueteando. Pensé que era cuestión de mi imaginación, pues creo que el ego o ese deseo de macho me llevaba a pensarlo de esa manera. Hablábamos de su estadía en esta casa y de cosas banales y de esa manera llegamos a la segunda cerveza, cosa que Sasha decía era el máximo que ella había tomado pues de una manera maliciosa me decía que odiaba esa sensación de ir a orinar a cada rato. En veinte minutos de plática ya nos habíamos tomado la segunda y llegó la oferta de la tercera. Yo en forma de broma le dije que sí la aceptaba siempre y cuando ella me acompañara en lo que le dije era la última. Ella se miraba ya como entonada y su rostro se miraba más encendido y sonrojada. Aceptó el reto de tomarse una tercera siempre y cuando la esperara pues ahora debería pasar al baño. Y ella mientras se alejaba me decía: -Se lo dije… se lo dije. La cerveza es lo que me obliga a hacer.

Entró al baño, encendió la luz y noté que dejó la puerta abierta… no la podía ver desde ahí, pero me pareció extraño. Regresó con dos cervezas más y ella enfatizaba que era la última para ella, pues decía que se sentía un poco entonada, pues también mencionó que solo había desayunado y ya eran como las 6 de tarde. Ya habíamos consumido la mitad de la tercera cerveza cuando ella con un rostro como iluminado y sonrojado me preguntó algo muy personal:

-Tony… ¿Por qué no se volvió a casar?

-Siéndote honesto Sasha, me gusta la vida de soltero.

-Disculpé la pregunta, pero ya con esta cerveza como que tomé valor para saciar mi curiosidad.

-No hay problema… puedes preguntarme lo que quieras.

-¿Seguro? Hay cosas que me darían pena preguntar, pues la verdad nunca imaginé preguntarle algo así.

-No te preocupes… la verdad me puedes preguntar lo que quieras y aprovecha, pues ya con esta tercera cerveza me puedes sacar muchas verdades. -le dije sonriendo.

-Mire que entonces me voy a aprovechar. Sabe, usted me parece un hombre muy elegante… guapo y muy inteligente. Creo que usted lo sabe.

-¡Guapo e inteligente! Gracias Sasha… me has hecho el día.

-¡No de veras! Usted me parece muy interesante y con mucha experiencia por supuesto. Sabe lo que me gustaría saber: ¿Cómo una mujer puede conquistar a un hombre como usted?

-¡No entiendo tu pregunta! ¿Conquistar a un hombre como yo?

-Bueno, pongámoslo de esta manera: Si yo quisiera llevarme a un hombre como usted a la cama, ¿qué es lo que uno debe hacer?

-Una chica como tú, joven, sensual, inteligente no tiene que hacer mucho para llevarse a un hombre como yo a la cama.

-Pues parece todo un reto y déjeme decirle que creo que ahora es la cerveza hablando. Lo he intentado por una hora y parece que yo no le intereso.

-Disculpa Sasha, pero eres la sobrina de mi mejor amigo y tu edad…

-Olvídese de mi tío y soy mayor de edad

La verdad que nunca me esperaba esta conversación, aunque si había notado su coquetería en sus movimientos y cómo me miraba desde que llegué a su auxilio. El hecho de dejar el baño abierto me estaba invitando a curiosear, a que yo tomara el paso. Lo que no sabía esta niña que uno a esta edad es más reservado en conllevar esos pasos y especialmente si se trata de la familia de los que uno considera sus mejores amigos. Sasha estaba frente a mí con solo una camisa donde prácticamente podía ver su areola y donde sus pezones erectos se marcaban fácilmente. Ese pantalón corto mostrándome esas bonitas piernas y la mitad de sus nalgas eran en ese momento un coqueteo directo hacia mi persona. Quizá me rehusaba a mirarla así, hasta que empujada por los efectos del alcohol le dio el valor para ser totalmente directa. Ella prosiguió con una pregunta muy directa al ver que no tomaba la iniciativa y me quedé como paralizado sin insinuar un acercamiento:

-¿Oh no le gustan las mujeres de mi edad?

-No es tu edad… eres una mujer muy hermosa, pero es cuestión que eres la sobrina de mi mejor amigo.

-Ya le dije que se olvide de eso. Esto es entre usted y yo nada más.

Sasha le dio el último sorbo a su cerveza y se fue acercando a mí con ese contacto directo de sus ojos café. Llegó cerca de mí y me puso una de sus manos en el mentón y luego me dio como una especie de abrazo. Yo estaba parado inclinado con mi cuerpo contra una isla de granito en medio de la cocina y sentí su mano recorriendo entre la manga de mi pantalón corto y me tomó la verga con una de sus manos sobre el bóxer. -¡Tienes una verga bien grande! ¿Te la puedo chupar? – Esto nunca lo esperé en mi vida y hasta ese momento me había ganado el pudor, pero esta chica hizo de lado mi bóxer y sin bajarme los pantalones cortos me sacó la verga y comenzó a besarme la punta de esta. Ya mi verga estaba erecta, pero con ese toque de sus manos, con ese calor se me puso ya muy firme. Se agachó como hincada para chuparme la verga y haciendo pausas me decía: ¡Tienes una verga preciosa… quiero que me rompas como tú quieras con este hermoso palo!

Ya dejé de pensar en las consecuencias y sentía el calor de su boca y como la punta de mi verga se hundía entre esas paredes. Lo que me llegaba a la mente era que no tenía condones y obviamente lo que menos quería, es que la sobrina de mi mejor amigo saliera embarazada y se armara un escándalo y de esa manera romper esos lazos de amistad. Olvidaba todo esto cuando miraba esos ojos cafés y como con su pequeña boca me cubría y chupaba el glande. Me pajeaba la verga o cuando me la chupaba me masajeaba los testículos, hasta el punto de que con unos de sus dedos cuando me tomaba las nalgas me masajeaba el ojete. Lo sentía incomodo por sus uñas, pero me lo aguanté porque sabía que ella gozaba haciendo aquello.

Le pedí que se levantara y comencé por quitarle es pequeña camiseta desmangada y por primera vez veo sus dos pequeños meloncitos y su areola café oscura y esos pezones puntiagudos. Se los chupe y de uno me pasaba al otro y esta niña se mantenía en silencio y apenas gemía, aunque miraba su piel que se ponía como de gallina. Le pregunté: -¿Te gusta? -¡Me encanta! – me contestó con una voz que denotaba excitación. Metí mis manos entre ese pantalón corto después de desabrocharlo y estaba equivocado, esta chica llevaba una pequeña tanga cuyo hilo estaba hundido entre sus nalgas… realmente aquello no le cubría mucho, pues posteriormente que le bajé el pantalón era prácticamente un hilo blanco.

La levanté ya sin su pantalón corto y la subí a esa isla de la cocina de un granito de tonos rosados, hice que se acostara sobre sus espaldas y hasta alcancé una de esas sillas giratorias y altas que se ven en las cantinas y me quedaba perfecto para comerme esa conchita. Era pequeñita y con unos cuantos vellos recortados y note ese brillo húmedo y dobló sus piernas para acomodarse hacia la orilla y me quedó ese manjar perfectamente al alcance para disfrutarlo. Sus jugos vaginales estaban saladitos y con un sabor exquisito de una conchita fresca. Su clítoris pequeño estaba inflamado y es lo primero que chupé y se lo besé como de esos besos que llaman de piquito. Le sobaba con la punta de mi lengua el clítoris y luego pasé a hundirle mi lengua en su huequito saladito. Estaba tan caliente que ella levantaba la pelvis para encontrar la presión de mi cabeza metiendo lo más que podía mi lengua en su agujero. No decía mucho y solo se limitaba a masajear mi cabeza y de vez en cuando se le escaba un gemido hasta decir de una manera quebrantada: ¡Que rico!

Bajé a su perineo y por lo cómodo que estaba le podía sobar con mis dedos el clítoris. Ella elevaba sus caderas como queriendo encontrar ese ritmo y sentí salir de repente una corriente de jugos que cayeron abundantes entre sus nalgas y fue en ese momento que me dijo que ya no aguantaba y quería que le metiera mis dedos en su vagina. Con mis dedos sentí las contracciones de esas paredes y no sé si alguien puede corroborar, pero las paredes de una vagina joven me parecen hasta cierto punto algo carrasposas… eróticamente toscas, como si tuvieran tracción y es algo que ya no encuentro en mujeres después de los 25 años.

Vi los espasmos en sus piernas y le chupé su concha de una forma bestial hasta volver a caer con los minutos a ese sexo oral erótico. Mi rostro estaba lleno de sus jugos vaginales y con toallas de papel convenientes en la cocina me limpié lo mejor que pude. Sasha había salido hacia el baño y escuche cuando los grifos se abrieron y se tomó una breve ducha. Yo me había lavado la boca en la cocina y miraba esa camiseta blanca y esos pantalones cortos tirados en el piso y no me lo podía creer lo que estaba pasando. Sasha salió del baño envuelta con una toalla y me dijo que nos fuéramos hacia el cuarto donde dormía por esos días. Subimos las gradas ambos desnudos y me dijo que me acostara y que quería montarme. Yo apenas me había sentado a la orilla de la cama y ella se acercó de espaldas y me ofreció su conchita de esa manera. Miraba su culo mientras buscaba la abertura de su vagina y fue ella quien se la metió no sin antes dar unos gemidos creo que de dolor. Ella solo dijo algo así: -Tienes una verga grande… apenas me entrara la mitad.

La verdad que se sentía sumamente apretada y conforme pasaba el tiempo un poco más se la metía y estuvimos así en esa posición por unos cinco minutos. Mi edad y el alcohol como que no combinan ya para estos trotes y apenas mantenía una erección y creo que Sasha no lo notó porque, aunque yo la sentía que se me ponía flácida, para ella era una gran verga. Luego pasamos a su idea original de montarme y creo que logré reivindicarme pues sentí que nuevamente mi verga reaccionaba con una erección potente porque miraba como se la metía y su cuerpo temblaba. Era una chica estrecha y quizá han sido unas pocas que las he sentido así. Se metía mi verga y a la vez ella se masturbaba el clítoris y es algo que me llamo la atención, pues en mi época de joven no recuerdo a chica alguna haciendo esto… masturbarse ante tu pareja era como un tabú. El ritmo se alteró y esa chica con esa conchita estrecha se sacudía buscando llegar a la gloria y de repente explotó con un grito y gemidos que le taladré ese orificio como una máquina buscando petróleo. Sentí ese calor incomparable, esa mirada erótica de excitación y fue hasta ese entonces que supe que mis 21 centímetros estaban dentro de esta chica. Ella después de este nuevo orgasmo me lo preguntó: ¿No te puedes correr?

La verdad que el alcohol combinado a mi edad como que no van para este tipo de encuentros y por mi experiencia busqué la mejor de las excusas: -De correrme podía correrme, pero no sé si te cuidas y no quiero que luego estés preocupada por un embarazo. De por si hemos tomado un riesgo, pues uno no tiene que eyacular para que un espermatozoide salga y te germine. Sasha sin tabú alguno me dio sus dos opciones y por la última me quedé bastante sorprendido: -¿Quieres que te la mame o te quieres correr por detrás? -Siempre me ha tocado rogar para encular a la chica en turno y aquí estaba la sobrina de mi mejor amigo ofreciéndome de esa manera simple el culo. Le pedí que me le diera una mamada nuevamente para lograr la mayor erección, pero que definitivamente me gustaría acabar en su culo. Creo que mi respuesta le elevó su nivel de morbosidad y con una sonrisa muy provocadora me hacía los siguientes cuestionamientos:

-Tony, ¿deseabas abrirme el culo?

-¿Por qué me lo preguntas?

-Cuando subíamos las escaleras, sentí que es lo que tu vista me enfocaba.

-¿Qué te puedes imaginar? Las tenía frente a mis ojos.

-¿Pero… si te gustan? ¿Te lo quieres coger?

-¡No sé porque me lo preguntas! Tú sabes que tienes un apetecible trasero y verdaderamente deseo comérmelo.

-¿Comértelo?

-Si… quiero chuparte, comerme y cogerte el culo hasta que me digas que ya no aguantas.

-¡Vaya que me encanta tu amenaza! Ven para acá… quiero chupar una vez más ese pito tan hermoso que tienes… quiero ver esa verga que me romperá el culo.

Nunca imaginé que Sasha fuese esa chica liberal puesto que siempre se me mostró como una chica reservada de la manera que siempre habló conmigo. Siempre se ha vestido un tanto provocativa pero nunca imaginé que esa muestra de libertad se tradujera de esta manera en la última hora. Le gusta que le hable de esta manera y creo que se excita mucho más cuando se le susurra al oído o simplemente comunicarle de una manera en un lenguaje sucio sexual de como uno desea cogérsela. La verdad que eso es fácil expresarlo después que ella misma se ha abierto y te invita ha hacerlo. Sasha me tomó de la verga y nuevamente se hincó ante mí y ahí tenía a esa chica de mirada café dándole placer a mi verga.

Nuevamente mi verga tomó una erección potente y ahora llegaba mi turno para preparar ese rico culo de cachetes voluptuosos para una cogida que espero esa chica la recuerde como una de las mejores de su vida. Le pedí que se acostara sobre sus pechos en la cama y podía ver esa curva de sus nalgas y la verdad esta mujer tiene bonito cuerpo. Me hinqué por sobre sus espaldas y comencé chupándole el lóbulo y diciéndole que había llegado el momento de comerme su culo. Su piel se erizaba y me fui lamiendo sus hombros y sus espaldas hasta llegar a la última vertebra de su columna y comencé a besar sus nalgas. Hice una pausa para elevar sus nalgas con una almohada y mi lengua recorría de arriba abajo por las paredes de esas nalgas donde descubría algunos pequeños lunares hasta que poco a poco llegué a descubrir ese ojete que miraba como lo contraía cuando recibía esos toques eléctricos que le producían mi lengua. Besé su ojete y Sasha se movía como uno de esos pequeños caracoles cuando alguien les echa sal o limón. Le mordiscaba sus nalgas y regresaba con mi lengua a ese ojete con la suprema intención de penetrárselo con mi lengua. Esto realmente me enciende y puedo pasar chupando un bonito culo por largos minutos. La mayoría de las chicas solo aguantan entre quince a veinte minutos para lograr un orgasmo, aunque algunas nunca lo logran. Este no era el caso de Sasha, pues llegando por esos límites de tiempo comenzó a gemir profusamente y solo se escuchaba que decía en el idioma que ella domina que es el inglés: Oh my God… you’re gonna make me come (Oh dios, me vas a hacer acabar. Le lengüeteaba el culo de forma frenética, pero percibí que le gustaba cuando mi lengua le cubría el ojete y se la paseaba con presión por toda la hendidura de sus nalgas. Un minuto constante haciéndole esto y su cuerpo comenzó a temblar y gimió despavorida y luego pareció que se reía y me dijo: ¡Por Dios… que corrida más rica! -Sus piernas temblaban y sus glúteos tenía un efecto de tic nervioso. Movía su pelvis como queriendo recibir verga y no le despegué mi lengua hasta que llegó de nuevo a relajarse. Fue un rico y potente orgasmo según me dijo ella posteriormente.

Si una chica nunca ha experimentado sexo anal, esta es una buena manera de incentivarla, aunque hay diferentes percepciones, pues muchas tienen tabús y tienen pena con la idea que alguien les bese el culo. Me he encontrado con chicas así, pero puedo decir que a la mayoría les gusta este accionar y terminamos abriéndoles el culo. Este no era el caso con esta chica Sasha, en este caso obviamente ella ya tenía experiencia analmente, aunque nunca se lo pregunté, pero me admitía posteriormente que era primera vez corriéndose, estimulando expresamente su culo. Todavía no lo entendía y ni podía describir el placer que sintió y solo me decía que fue riquísimo y muy fuerte, muy diferente a un orgasmo vaginal.

Se puso en cuatro a la orilla de esa cama y me la había dado otra mamada a la verga y primero se la volví a meter en la conchita y miraba como su ojete se contraía. Con sus mismos jugos vaginales pues le saqué la verga y se la puse en el canal de sus nalgas y comencé a lubricar ese culo y a dilatarlo para la penetración. Le metía la verga a la conchita y con mis dedos comencé a penetrar uno o dos o simplemente le metía uno de los pulgares. Con los minutos estimé que su esfínter se había dilatado lo suficiente y le puse mi glande a la entrada. Un empujón y entró no sin escuchar el gemido de Sasha diciendo: -Despacito que me duele. – se la saqué y le volví a meter solo el glande y así pasé por un par de minutos hasta que la misma Sasha se iba contraminando a mi pelvis y ella misma controló la penetración. Mis 21 centímetros estaban adentro de es culo y mis huevos pegaban en su conchita. Comencé con el vaivén en un ritmo que Sasha y yo parecía que habíamos ensayado, pues realmente había armonía en esas mecidas. Que delicioso es ver y tener un culo así donde tu verga entra y sale y escuchar los gemidos de esta mujer de una manera tan erótica. Pensé en un principio que lo hacía para estimularme pues a la vez me tomaba de los huevos en una especie de masaje mientras tenía mi verga hundida en ese precioso culo. No pasó ni cinco minutos y me lo comenzó a anunciar nuevamente: -Tony, oh dios me voy a correr…. Dame así, no pares que me voy a correr. – Sasha sacudía su culo con un rico ritmo y yo arremetí ese culo con un embate bestial y se fue contra la cama y yo no solté sus caderas pues todo aquello me tenía al borde de también yo tocar el cielo y en ese gemir constante de esta linda mujer estallé con mi primer polvo. Recuperamos la respiración y ahora ambos entrabamos al baño.

En el baño Sasha me enjabonaba y luego ella me lo dijo al oído: -Ahora es mi turno de comerme tu culo. – me dijo. Comenzó ahí mismo en el baño y me chupaba el culo mientras me tomaba la verga. Pasamos de nuevo a la cama pues intuía que ahí se le haría más fácil y ella prácticamente me ponía en cuatro. Me chupó ese ojete mientras con una de sus manos me masturbaba la verga o masajeaba mis huevos y no pasaron ni siete minutos y me hizo acabar de esa manera por segunda vez. Perdí la cuenta de cuantas veces esta chica se corrió y mi cuenta solo llegó a tres. El siguiente día volvimos a coger y le eche dos palos, pero esta chica a su edad se corre fácilmente. Ya pasó mas de una semana desde esa primera vez y hemos tenido tres encuentros y me queda una semana, pues su tío, mi amigo Rivas regresa de México a finales de julio.

Sinceramente nunca esperé que algo así ocurriera y la última vez que cogimos que fue ayer le pregunté porque se fijó en un hombre mayor como yo y ella me decía que siempre le he parecido atractivo, pero que había sido hasta en esa ocasión que llegué porque el perro se había escapado que lo consideró como una posibilidad y me contó que había observado mi erección y desde entonces se quedó con ese morbo de cómo sería tener sexo con un hombre mayor y con ese sentido de lo prohibido, pues a la vez me consideraba como parte de la familia. Me dijo que honestamente el alcohol de esas tres cervezas le habían dado el valor de dar aquel paso y que se sintió nerviosa porque no sabía cuál sería mi reacción, porque siempre me había considerado una persona recta y muy conservadora. Me dijo que se sentía confortable teniendo sexo conmigo y que había aprendido cosas que nunca había imaginado y que deseaba seguir teniendo esa relación clandestina conmigo, pues sabía que su tío se decepcionaría si se daba cuenta que le había dado las nalgas a su mejor amigo.

Sasha es de esas chicas que me puedo coger más de tres veces o tenerla como una de esas chicas que yo llamo de planta. Me gusta su disponibilidad, me gusta su morbo y que no tiene tabús en el sexo y siempre quiere hacer cosas nuevas y más que todo se nota que disfruta del sexo y te hace sentir realmente que te quiere coger con ganas. No sé qué es lo pasara en el futuro, pero obviamente haré todo lo posible para cuando ella venga a visitar a su tío que se dé una escapada y darle una buena cogida o simplemente tomar un avión y hacer un vuelo de hora y media, pues ella reside en Texas. Creo que esta chica vale la pena el viaje.

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