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Esclavo de mi jefe (preludio)
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Tiempo de lectura: 12 minutos

He pasado por muchas experiencias sexuales en mi vida, descubrí las mieles del sexo de la mano de mi primo (lo sé bastante trillado) pero eso es otra historia, desde allí no he parado de satisfacerme con cuanto hombre quiera satisfacerse, lo importante de todo esto es que en aquellos tiempos también descubrí mi fascinación por los pies masculinos al punto que hoy en día me reconozco como un fetichista y eso fue lo que me llevó de cierta forma a ser el “esclavo” de mi jefe.

Hoy en día con 31 años me parece surrealista lo que viví apenas hace 7 años aproximadamente, pues con 24 años y recién graduado de la universidad quería lo mas pronto posible encontrar un trabajo para poder salirme de la casa de mis padres pero mi falta de experiencia me lo impedía, al verme desesperado, el padre de una amiga me ofreció un puesto como técnico en un hotel que se encontraba en una zona turística por la que desfilaban cientos de extranjeros, el único problema es que debía viajar cerca de 2 horas por la mañana para llegar y cerca de 3-4 horas por la tarde de regreso.

Nunca fui de esconder mi preferencia sexual (aunque nunca salí del closet) y en el hotel todos sabían de ello, había pasado cerca de 1 año en el trabajo cuando nos informaron que los dueños habían vendido el hotel, los nuevos dueños llegarían dos semanas después y verían todas las reformas que ellos consideraran incluidos nuestros puestos.

El día en que se definiría si seguía teniendo trabajo llegó, al entrar al hotel nos llamaron a todos a las oficinas, una mujer de unos 35 años obviamente extranjera veía unos papeles mientras dos niños, jugaban cerca de ella, supuse de inmediato que ella sería la nueva dueña y no me equivocaba, nos hicieron pasar uno por uno a hablar con ella acerca de las labores que desempeñábamos, todo esto en ingles y los que no hablaran ingles eran asistidos por el gerente (el papá de mi amiga), afortunadamente yo dominaba el idioma totalmente.

Al momento de mi entrevista y al decirle a la mujer a lo que yo me dedicaba me dijo que para eso debía esperar a su esposo por lo que tuve que esperar alrededor de una hora, al momento de ver a su esposo entrar me embobé con su porte, un hombre cerca de 2 metros de alto, súper fornido, con barba de esas que requieren mantenimiento sin ser terriblemente larga y vestido con una camiseta sin mangas, pantalón corto y sandalias en los pies que fue para donde se dirigió mi mirada.

Se presento como Thomas y la entrevista fluyó muy bien, era un tipo muy divertido ademas de apuesto y me tranquilizó al decirme que mi trabajo estaba a salvo, al menos por el momento, pues no quería intervenir en todo lo referente al sistema informático y si ya había alguien que lo manejara por ellos estaba todo bien, me contó que eran una familia alemana que recientemente se habían mudado al país comprado una casa cerca de la zona y comprado el hotel para incursionar en el negocio, definitivamente era mucho más agradable que su mujer.

A las dos semanas de todo el movimiento en el hotel y luego de algunas reformas todo marchaba bien, Thomas era un hombre muy amigable y se relacionaba mucho al punto de bromear con nosotros o al menos los que nos manteníamos en oficina pues todo lo relacionado al servicio estaba a cargo de su mujer; el jefe estaba muy interesado en como funcionaba el sistema y a cada rato me hacia preguntas sobre esto o aquello que yo siempre respondía de buena gana no solo por que era lo que debía hacer si no también por que me atraía mucho y trataba de siempre complacerlo en lo que necesitaba, una tarde cerca de mi hora de salida me pidió que si podía quedarme un momento para enseñarle algunas cosas del sistema, esto a mi me traía ciertas complicaciones pues tan de noche se me hacia difícil encontrar transporte, supongo que notó en mi rostro la preocupación por que me dijo que de ser necesario podría quedarme en alguna de las habitaciones libres del hotel.

Ya no se encontraba nadie en las oficinas y tuve que esperar bastante para que Thomas se desocupara y llegara a mi pequeño espacio y así pudiera explicarle lo que necesitaba, yo era un manojo de nervios cuando se sentó a mi lado, podía sentir como de su cuerpo emanaba un delicioso aroma entre desodorante y sudor de todo el día y eso a mi me estaba poniendo muy mal, estaba medio explicando, medio inmerso en mis pensamientos cuando suena una notificación en el móvil, para mi mala suerte eran notificaciones de la app el cual había abierto mientras esperaba, mi jefe hizo una mueca que no entendí, entre serio pero divertido y las notificaciones no dejaban de sonar en todo el espacio.

T – ¿No vas a contestar?, dijo divertido.

Y – No creo que sea nada importante.

T – nunca imagine que fueras gay, pareces bastante normal

No se que expresión tendría mi cara, el se sorprendió.

T – Perdón si te ofendí no era mi intención.

Y – No para nada pero es solo que no sé cómo el ser gay me quitaría lo normal.

T – Si lo sé no debí soltar eso así sin mas.

Tomé mi móvil y empecé a revisar las notificaciones.

Y – No tengo nada que ocultar, ¿quieres ver?

Thomas como siguiendo el juego tomó mi móvil y lo revisaba interesado, mi perfil de la app tenia solo una foto en la cama semidesnudo en la que no se apreciaba mi rostro y en la descripción lo único que citaba era: “Fetichista de pies”.

T – ¿Te gustan los pies?, soltó mas como duda que sorprendido.

Y – Bueno es una larga historia, pero sí, tengo cierta fascinación por los pies masculinos.

Hubo un momento en el que el silencio se apoderó del espacio o eso me parecía a mi, mi corazón latía muy rápido y estaba un poco excitado por la situación pero a la vez nervioso.

T – ¿Te gusta el bondage?, dijo de pronto rompiendo el silencio.

T – Pues si ya te gustan los pies pensé que estarías mas familiarizado con ese tipo de conceptos.

Yo no era un tonto y conocía bastante bien las prácticas relacionadas a esa área “oscura” del sexo, mas que todo por videos que veía en Twitter pues en la práctica fuera de algunos tontos que se creían dominantes solo por ser un poco mas rudos de lo normal a la hora de la penetración, nunca había experimentado.

Yo no sabía como responder a aquello y ante mi silencio el levantó la vista viéndome fijamente.

T – Todos tenemos nuestros secretos, no te creas tan importante, y me guiñó el ojo.

Me devolvió el móvil y se removió divertido en la silla como estirándose o no se que quería lograr realmente.

T – tranquilo hombre no le des tanta importancia, de hecho no deberíamos estar hablando de temas personales y sí estar entendiendo como funciona el sistema.

Y – si es cierto tienes razón.

Esa noche todo termino bastante normal, me tuve que quedar en el hotel por que al ver la hora había pasado bastante sin yo darme cuenta, mentiría si dijera que no me sentía confundido y excitado al mismo tiempo, sé que no sucedió nada pero mi mente construía diferentes escenarios después de lo sucedido algunos más morbosos que otros e incluso algunos en los que me quedaba sin trabajo por aquello, Caí rendido al sueño para no darle tantas vueltas no sin antes masturbarme como un loco con alguna de aquellas fantasías.

Todo transcurrió normal los días siguientes, Thomas no me habló del tema ni cambió su forma de ser para conmigo hasta una noche en la que se realizaba un evento en el hotel y por lo tanto todos los empleados debíamos estar presentes para cualquier eventualidad y ver que todo marchara bien, la esposa de Thomas corría de un lado para el otro dando órdenes y en general todos estaban bastante presionados al menos los de servicio pues nosotros los de oficina solo monitoreábamos nuestras debidas áreas, lo que me sorprendió es que a Thomas no se le veía por ningún lado.

Ya era bastante tarde, ese momento del evento en el que todos los invitados ya estaban borrachos y nadie tenía mucho que hacer, de pronto recibo una notificación de una app de citas lo que me pareció bastante extraño dado que en todo el día no había abierto la app, el perfil del que me enviaron el mensaje no tenía mayor descripción, solo una fotografía de unos hermosos pies enfundados en un par de sandalias que por alguna razón se me hicieron conocidas pero no sospechaba nada aún.

– Tengo ganas de un masaje de pies, ¿Me lo das?, decía unicamente el mensaje junto con una ubicación y una foto de sus pies.

Investigue y me di cuenta que la ubicación no era muy lejos del hotel pero no estaba seguro que habría por allí, ¿debía aceptar la invitación de aquel “extraño”?, y lo pongo entrecomillado por que para aquel entonces y luego de la foto que envío yo me suponía lo que pasaba pues estaba muy convencido de que conocía esos hermosos pies.

– Recién regreso de mi marcha nocturna, yo se que te gustará…, escribió al ver que ya yo estaba conectado.

Mi mente me dio vueltas y mi corazón empezó a acelerarse, de todos los escenarios posibles esto me estaba superando, no podía reaccionar y me debatía entre aceptar la invitación o negarme a ello, calculaba las posibles consecuencias de lo que mi decisión podría causar.

Y – Si logro salirme del trabajo llego en un momento, fue lo único que logre escribir ante mi indecisión.

Localicé rápidamente al encargado del evento y le dije que me marchaba para no me cerraran el hotel en donde me quedaría lo cual era en parte cierto pues con el lleno total por el evento del hotel yo debía quedarme en otro lado pero eso ya estaba resuelto.

Al salir tomé un moto taxi para que me acercara al lugar indicado en el mapa lo mas posible, éste al ver el lugar me pregunto si realmente quería ir allí pues a esas horas era un lugar bastante solitario y los restaurante cercanos seguro ya estaban cerrados, le contesté que si y que me acercara a un sendero que se lograba ver en el mapa.

Llegamos al punto y efectivamente era un lugar solitario, se veían varios restaurantes a punto de cerrar y algunas casas a lo lejos, me baje del moto taxi y empece a subir por el sendero hasta llegar al punto mas cercano que mostraba el mapa, era una puerta de madera vieja parecida a la de un establo, saqué mi móvil y escribí un mensaje de “estoy aquí” o al menos eso quería creer.

Pasaron como 5 minuto y no se notaba movimiento, empezaba a asustarme que todo fuera un plan para robarme o hacerme cosas peores pero repentinamente se empezó a abrir la puerta antigua, al parecer solo era antigua de vista pues se movía como impulsada por un mecanismo electrónico.

Lo primero que vi al entrar fue a él, a mi jefe parado en el medio de un jardín muy bien cuidado que era la fachada perfecta de la hermosa casa que estaba mas allá pero eso era lo de menos, verlo allí parado con un pantalón corto de deporte azul, una sudadera gris, gorra y lo mas importante unos zapatos de deporte azul algo desgastados hizo que me mareara un poco y me dieran algo de nauseas por los nervios pero ya estaba allí, no había vuelta atrás.

T – Te dije que todos tenemos nuestros secretos, dijo algo frío.

T – No te preocupes por Magda (nombre de su esposa) el evento está programado para la 1 de la mañana y ella no puede regresar antes de eso, soltó al ver que yo estaba preocupado o nervioso.

Y – Me sorprendió no haberte visto todo el día, dije al fin algo repuesto.

T – Bueno no se necesitaba de nada administrativo, ya los tenían a ustedes para ayudar en todo y convenimos que sería mejor que yo me quedara acá con los niños.

Claro los niños, por un momento se me habían olvidado, debí ponerme blanco al caer en cuenta que ellos deberían estar por allí.

T – No te preocupes tampoco por ellos, hace rato que están dormidos por eso puede salir a ejercitarme.

Y – ¿Los dejas solos?

T – La casa es bastante segura y puedo verlos desde el móvil con la cámara que hay en su habitación, decía esto mientras me mostraba en su móvil la imagen de los niños durmiendo.

T – Pasa, no creo que hayas venido a admirar mi jardín. Dijo burlón.

Al entrar en su casa era como entrar en un museo, todo muy minimalista e impoluto, me daba la impresión que era más el estilo de su esposa que el de él, cosa que confirmaría pronto.

Y – Que bonita casa.

T – Magda es la que la tiene así, si por mi fuera viviría en algo más como una cabaña, mas cálido me entiendes, pero no te dejes impresionar, el segundo nivel es un desastre por los niños y en la parte de atrás tenemos una bodega que está llena de cosas que no usamos.

T – Quieres algo de beber.

Y – Estoy bien así gracias.

Todo parecía muy normal, pero en mi mente pasaban mil cosas aunque yo trataba de guardar la compostura, pasamos al salón y nos sentamos como dos amigos que se juntan para platicar, el sofá era en forma de “L” y estábamos posicionados uno enfrente del otro.

T – ¿Que piensas de mi propuesta?, dijo sin perder el tiempo, poniendo su pies sobre mis piernas y sacándose los zapatos.

El olor que se sintió al momento de aquella acción me nublo totalmente el sentido, era en extremo delicioso y no puede hacer más que pegar mi nariz en sus hermosos pies enfundados en unos calcetines negros cortos, él soltó un suspiro de satisfacción y de reojo pude ver que se le dibujaba una sonrisa.

T – Sabía que te iba a gustar, mi plan era un masaje pero creo que lo vamos a pasar mejor que eso.

A partir de allí yo me perdí en sus pies, estaba como en las nubes aspirando el olor de esos calcetines que se intuían algo húmedos, me recreaba mas en la parte de los dedos y el talón que era donde mas olor se lograba sentir, sabia que él de momentos hablaba lanzando alguna que otra palabra pero yo escuchaba todo como con distorsión, el olor de sus pies me tenía totalmente drogado.

En cierto momento puso la punta de su pie izquierdo en mi frente y me empujo sacándome un poco de mi alucinación y fue allí que me dijo lo que mas ganas tenia de escuchar.

T – Quítame los calcetines y no seas tímido usa también tu boca.

El primer contacto que tuvo mi lengua con sus pies descalzos fue maravilloso, sentir ese sabor salado de su sudor mezclado con muchas otras cosas que solo las personas que lo han hecho pueden saber, no tuvo precio y de todo lo que he vivido ésto es lo que más me ha explotado los sentidos, no me lo tomen a mal había tenido sexo de cualquier forma y había chupado muchos mas pies en mi vida pero la situación, la persona, el momento exacto era como dije al inicio de este relato totalmente irreal y eso que no conocía lo que estaba por venir y como ese momento fue la llave para los siguientes eventos.

No les puedo dar muchos mas detalles de lo que pasó pues quien quiera que nos viera solo vería a un hombre chupándole los pies a otro hombre sobre un sofá, pero en mi mente, no sé si en la de él, pasaban cientos de cosas y pensamientos que hacían del momento una carga de excitación inimaginable.

Pensé que no iríamos mas allá pero estaba totalmente equivocado, no sabía cuanto tiempo llevaba chupando aquellos hermosos pies pero para mi había pasado una vida, cuando mi saliva era tanta que cubría por completo cada centímetro de sus pies me dio un golpe en el hombro con ellos y caí de espaldas al sofá, él bajó los pies al suelo y yo creí acabado nuestro encuentro pero…

T – Ven aquí, dijo, tomando su paquete con una de sus manos y lo que había debajo ya se intuía erecto.

Y – Si señor, pronuncie estas palabras de lo mas profundo de mi ser sin sospechar las reacciones que tendría en él, en español obviamente no se escucha tan profundo pero en ingles el “Yes Sir“ iba cargado de muchas intenciones.

Pegarme a su entrepierna sintiendo en mi mejilla su pene duro y caliente no hizo mas que sacar mi lado mas sumiso y complaciente y como si fuera un cachorro me restregaba en su zona genital olfateando y adorando, esa es la palabra clave, adorando cada parte de su hombría.

Para éste momento Thomas estaba mas que convencido de que me tenia a su merced y lo que hiciera lo iba a recibir con devoción, otra palabra clave en todo esto, pero siguió tentando el terreno y en una habilidosa maniobra me tomo del cabello y me hizo para atrás como apartándome de mi regalo, se bajo el pantalón corto junto con su ropa interior y sin mas me dejo frente a una obra maestra, no diría que era la verga mas grande que vi nunca ni la mas hermosa pero en ese momento yo haría de todo por complacerla, ademas en este punto sé que todos saben que esa verga sería el objeto de mis deseos a partir de ahora que cada parte del ser de aquel hombre tendría el control de mi, así sin más, de mi.

Como decía era un pene bastante normal, unos 18cm y no de un grosor exagerado pero su glande, su glande parecía un champiñón, sus testículos en aquel momento estaban retraídos pero se notaban grandes, en aquel momento pronunció una de las pocas frases que aprendí en alemán.

T – Saugt Hündin (chupa perra/puta)

Empecé dándole besos a su glande y recorriendo todo su tronco con mi lengua, el solo se dejaba hacer y resoplaba, traté de meterlo por completo a mi boca pero me era muy difícil, su cabeza ocupaba por completo mi cavidad bucal y temí el momento en el que de desesperación empujara mi cabeza para meterla toda, no sabia si mi garganta aguantaría el tamaño de ese glande, así que preferí recrearme en sus peludos testículos.

Sabía que Thomas no aguantaría mucho mas el ritmo calmado que yo trataba darle a la situación, así que cada segundo me hacia a la idea de albergar ese pedazo de carne en lo mas profundo de mi garganta, me convencía a mi mismo que si lo iba a lograr, el momento fatídico llegó Thom se desespero, quería mas, me tomó del cabello nuevamente y yo me preparé para engullir toda su carne.

Perdí el conocimiento por un momento, veía todo nublado pero me repuse y me encontré a mi mismo con la verga de aquel hombre, que de paso era mi jefe, completamente dentro de mi, sus bolas hacían tope en mi barbilla, mis ojos lagrimeaban y me faltaba la respiración, trataba de mentarme con el poco aire que podía captar de mi nariz que por si fuera poco estaba repleto del olor a hombre que tanto me gustaba, mezcla de sudor y orina.

Lo peor ya había pasado, pude mantener la verga de mi jefe dentro y acostumbrarme a su tamaño, lo demás lo manejaría como pudiera un paso a la vez, él se dio cuenta de que me relajaba y empezó un mete y saca bestial, literalmente me estaba follando por la boca, cada vez que su glande llegaba hasta el fondo se hacia un tapón en mi garganta y no podía respirar, ahora me doy cuenta que desde entonces controlaba mi respiración, supongo que mi boca estaba reseca por tanta fricción pues en otro movimiento inesperado me saco de golpe su verga y haciéndome un gesto para que abriera la boca, lanzo un escupitajo certero y otro mas hasta que quedo totalmente lubricada de nuevo para poder seguir con su invasión.

Ya con su verga entrando y saliendo de mi boca Thomas volvió a repetirme la pregunta que me había echo aquella noche.

T – ¿Te gusta el bondage?, está vez de una forma mas directa y mas que una pregunta parecía una afirmación.

Yo claramente no podía responder pero ya veía para donde iba todo esto y me imaginé a mi mismo en diferentes posturas como en los videos/imágenes que tantas veces vi en Twitter.

Yo ya recibía su pene con toda la naturalidad del mundo, mis dotes felatorios (no creo exista esa palabra) ayudaban mucho y ya me estaba acostumbrando al tamaño de su glande, al ver de reojo pude notar que la televisión estaba encendida y en ella se miraba a los niños dormir, no podía creerlo el hombre estaba recibiendo sexo oral en el salón de su casa mientras veía a sus hijos dormir o mas bien los controlaba para que en caso se despertaran el pudiera actuar a tiempo, imaginé que no era la primera vez que sucedía algo similar pues para él parecía natural

Sabía que de un momento a otro todo terminaría pues empezó a resoplar de una forma diferente y se notaba cierto temblor en su cuerpo, me jaló del cabello por última vez en la noche y rápidamente apunto con su verga para el suelo, yo no advertía lo que estaba planeando pero en menos de un segundo empezó a expulsar varios chorros de semen espeso sobre sus pies y sobre el piso, verlo eyacular de aquella forma fue un poema para mi, como retorcía los dedos de sus pies mojandolos con su esperma bajo mi atenta mirada.

Al caer las ultimas gotas no hizo nada por limpiar su pene y medio duro medio flácido lo guardó nuevamente.

T – Limpia si quieres, de nuevo de manera burlona.

¿En serio me estaba diciendo aquello? ¿Si quería?, eran indiscutibles mis acciones después de lo sucedido y como en automático me incline hacia sus pies y empecé a sorber aquel liquido seminal hasta que no quedo nada en sus pies ni en el suelo y con las pocas fuerzas que tenía me dirigí a el.

Y – Nunca he experimentado el bondage, pero no hay nada que no haría por ti.

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Gracias por leer mi primer relato, si les gustó no duden en comentar para seguir contándoles mis experiencias y si no, también, para poder mejorar ya que no me dedico a esto.

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