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Escuchando como se cogen a mi mamá

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Lo que les voy a contar sucedió por accidente, pero se convirtió en un placer culposo. Antes que nada me presento, soy Cecy, actualmente estudió la universidad y soy la tercera hija del matrimonio entre Luis y Jessica, mis hermanos (Beto y Julieta) ya están casados y viven en su propia casa, así que en la casa de mis papás sólo vivimos: mi papá, mi mamá y yo, lo aclaro porque lo que les voy a contar pasó precisamente aquí en mi casa. Les describo a grosso modo mi casa; al entrar está la sala, a la derecha la cocina y el comedor, al fondo está la recámara principal (la de mis papis) y a un lado la mía (antes la compartía con mis hermanos) las puertas están prácticamente juntas.

Bueno esto comenzó una vez que me quedé estudiando en mi cuarto para un examen de la universidad, como no entendía mucho sobre el tema me dispuse a estudiar hasta altas horas de la noche para que me fuera bien y sacar buenas notas, ya que siempre he sido muy aplicada.

Esa noche me bañé y me llevé una taza enorme de café a la recámara, saqué todos mis apuntes y me puse a repasar uno por uno para entender a la perfección toda la asignatura, leí hasta las 12 am y después elaboré mapas mentales de cada tema, por fin me acosté a las 2 am aproximadamente satisfecha por el trabajo que había hecho, apague la luz e intente dormir, pero era tanto el café que había tomado que no conciliaba el sueño, estuve moviéndome para un lado y para otro pero no lograba dormir.

Pasado un rato empecé a escuchar ruidos, al principio me asusté y me tapé con la almohada, pero después pensé que tal vez pudiera ser algún ladrón o tal vez algún animal que se había metido a la casa, me quite la almohada de la cabeza y puse atención a los ruidos, eran como rechinidos, me senté despacio y seguí escuchando esos ruidos, por momentos se detenían, pero luego regresaban acompañados de quejidos.

Me levanté despacio de la cama y sin hacer el menor ruido caminé hasta la puerta y los sonidos se intensificaban, logré deducir que los ruidos eran de la cama de mis papás (hasta ese momento no imaginaba lo que estaban haciendo, era yo muy inocente) abrí muy despacio la puerta de mi habitación casi como un especialista en desactivar explosivos a tal grado que alcanzaba a escuchar los pequeños resortes internos de la chapa, luego abrí lentamente la puerta y fue cuando pude escuchar claramente los rechinidos que se hicieron más continuos y más fuertes mezclados con unos gemidos de mi mamá.

Muchas cosas pasaron por mi cabeza y cuando más intenso se puso decidí regresar a la cama con la misma delicadeza que me levanté. Ya recostada imaginaba lo que estaba pasando en ese cuarto y recuerdo que sentí un bochorno en mi entrepierna para lo cual bajé mi mano y me toqué sorprendiéndome un líquido viscoso y calentito, me sentí apenada y me quedé dormida.

A la mañana siguiente mi mamá me despertó, ya tenía listo el desayuno, mi papá ya comía y los dos se veían muy contentos, yo sentía una culpa que no me dejaba verlos a los ojos, terminamos y mi papá pasó a dejarme a la universidad, todo transcurrió con normalidad, pero había algo en mi cabeza que me daba vueltas.

Llegué a la casa y mi perspectiva cambió a partir de ese día. Por la tarde que llegó mi papá lo observé desde que entró y puse especial atención en él, lo primero que hizo fue darle un beso a mi mamá y susurrarle en el oído a lo que mi mamá sonrió y le lanzó una mirada muy picara, yo seguía observando por el rabillo del ojo para no delatar mi intención de investigadora, mi papá se fue a lavar las manos para sentarse a comer y mi mamá comenzó a calentar la comida, después vi como mi papá le agarró las nalgas a mi mamá y ella las hizo más atrás para que pudiera agarrarlas mejor, también se le acercó por detrás arrimándole su paquete, yo estaba sorprendida de ver esto, porque nunca antes les había puesto atención, les repito era yo muy inocente.

Para que conozcan mejor a mis papás se los voy a describir. Mi padre es un hombre alto, moreno, de complexión robusta sin llegar a ser gordo, de facciones no muy finas sino al contrario algo tosco, la verdad no sé que le vio mi mamá para enamorarse de él (ahora ya lo sé) es fuerte e imponente, siempre ha trabajado en la construcción por lo cual se ve algo rudo, sin embargo en carácter es muy amoroso y comprensivo.

Mi mamá al contrario de mi papá es blanca, no rubia, sino de piel clara y de facciones finas, sus ojos son café claro que en ocasiones se ven como verdes, la nariz es fina y afilada, una boca mediana, pero con unos labios gruesos que la hacen ver muy sensual, cabello lacio a media espalda que casi siempre trae suelto y oliendo rico, no es tan alta como mi papá ella es de estatura media y tampoco es tan delgada como ella quisiera, diría yo que está en la categoría de las llamadas gordibuenas, tiene unos senos grandes que presume cada que tiene oportunidad, un trasero muy generoso, ya que es caderona y nalgona, creo que eso llama mucho la atención de los hombre que la ven en la calle, además siempre anda bien arreglada.

Ese día tuve la curiosidad de volver a escuchar lo que descubrí la noche anterior por accidente, pero sólo me desvelé y no ocurrió nada je, je. Dos días después noté muy cariñosos a mis papis desde la tarde, dándose besitos y de vez en cuando mi papá le daba una nalgadita a mi mami, pensé que ese día tendrían acción así que me preparé para escuchar con más detalle de sus placeres, me preparé un café bien cargado para no dormir, le puse aceite a la cerradura de la puerta para que no rechinara cuando la abriera je, je, no deje nada en el cuarto tirado para no pisarlo en la obscuridad.

Ya por las 9 de la noche mi mamá se metió a bañar y al salir la vi con una bata muy sexy transparentando una diminuta tanga y no se percibía que trajera bra, le dijo a mi papá que ya estaba listo el baño y él de inmediato se metió a bañar, yo al ver todo esto le dije a mi mamá que ya me iba a dormir y agregué que estaba muy cansada y que tenía mucho sueño (no era cierto, quería que se confiaran que podían empezar pronto) entre a mi cuarto y apagué la luz.

Ya en el cuarto me dedique a escuchar los ruidos de la sala, pude percibir que salió mi papá del baño hablaron algo y después se metieron a su recámara, ahora a esperar que sucediera lo esperado. Pasaron como 45 minutos cuando se empezaron a escuchar ruidos, me levanté despacio me senté en la cama y seguí escuchando, poco a poco caminé hasta la puerta del cuarto y me quede escuchando, alcanzaba a oír un traqueteo en la cama, agudizando un poco más el oído percibía unos pequeños chasquidos los cuales interpreté como besos entre mis progenitores y susurros indescifrables, luego empezó el rechinido de la otra noche y no aguanté más, así que abrí la puerta delicadamente y me paré exactamente afuera del cuarto de mis padres, pude escuchar con más claridad lo que estaban haciendo, mi mamá gemía muy rico, mientras que a mi papá solo le escuchaba su respiración agitada, el rechinido de la cama había pasado a un segundo plano, se percibían los empellones de mi papá contra el cuerpo de mi mamá la cual se quejaba ligeramente, así estuvieron durante varios minutos hasta que mi papá le dijo a mi mamá “ponte de perrito” imagino que ella atendió rápidamente su orden porque se escuchó un movimiento de reacomodo y luego se oyó un ruido inconfundible, tal vez era cada embestida que mi papá le daba a mi mamá, ella gozaba cada metida porque pujaba muy rico.

Para ese momento yo ya estaba muy mojada imaginando como mi papá tenía empinada a mi mami y metiéndole toda su verga en la panocha, trataba de recrear en mi mente a partir de esos sonidos una escena pornográfica donde los actores eran mis padres, imaginar a mi madre con su gran culo en cuatro era fácil ya que muchas veces la había visto limpiando o haciendo alguna actividad en la casa en esa posición la cual da una perspectiva muy sabrosa ya que sus nalgas se ven aún más redondas de lo que son, eso me daba algo de envidia, ya que yo tengo un poco menos de nalgas, entonces era verla así, pero sin ropa, su piel más blanca que en donde le da el sol. Imaginar a mi padre era más difícil, aunque seguido se la pasaba sin camisa en la casa y conocía perfectamente su tórax que como lo mencioné antes era fuerte, sin embargo imaginar su verga me costaba trabajo, de qué tamaño la tendría, qué tan gruesa estará, finalmente deduje que grande y gruesa por los gemidos de mi madre y como se escuchaba que la gozaba.

Después de un rato de ese movimiento se escuchó que mi padre le preguntaba “de quién es este culote” a lo cual mi mamá le contestaba “tuyo papasito” parecía que eso les excitaba más ya que se intensificaban los rechinidos de la cama, después ella le correspondía diciendo “y esa vergota que me estás metiendo” mi papá contestaba tuya chula, toda y mira que rico te la comes, “te la voy a sacar para que le des un besito” mi mami dijo “si papi” y se escuchó unas arqueadas de mi mamá creo que se la estaba comiendo, después se la volvió a meter pero con más fuerza y más seguido, se escuchó una fuerte nalgada y un jadeo de mi papá creo que ahí terminó, yo por si las dudas cerré la puerta con la misma delicadeza con la que la abrí y me acosté sintiendo tanto líquido entre mis piernas que tuve que limpiarme con mis calzones los cuales me quité y dormí así.

Esta actividad se repitió durante varias noches, ya se me había hecho costumbre escuchar, pero como cualquier vicio yo quería más, estuve a punto de abrir la puerta cuando estaban en plena acción, pero me detenía la sensatez, sin embargo llegó la oportunidad de avanzar más en mí creciente voyerismo.

Cierto día mi papá se levantó muy temprano y le preparó el desayuno a mi mami, después se lo llevó a su cuarto y le dijo: “Feliz aniversario” ella le correspondió con un beso dándole las gracias y mi papá le dijo. –Esta noche te voy a invitar a cenar para que estés preparada, después se despidió y se fue a trabajar.

Cuando llegué de la universidad mi mamá me recordó lo de la cita con papá y me comentó que iba a ir al salón de belleza a darse una manita de gato, así que me quedé sola en casa. Cuando ella se fue me dio curiosidad por inspeccionar la recámara donde ellos dormían, vi la cama y me acosté en ella recordando como la hacían rechinar, incluso me di unos sentones para provocar ese sonido que tantas noches escuché detrás de la puerta, también revisé en los cajones de la cómoda y en uno de ellos encontré la ropa íntima de mamá, me sorprendí al ver tantas tangas diminutas de todos colores, ligueros, baby doll.

Me llamó la atención y no aguanté las ganas de ponerme una de esas tangas, me vi en un espejo que había dentro de la recámara y me gustó como se me veía (yo jamás me había puesto algo así) prácticamente me estaba comiendo el hilo, ya que se me perdía en medio de las nalgas dejando solo un pequeño triángulo sobre ellas, creo que mi mamá era muy caliente en la intimidad aunque a la vista de todos era toda una dama. Después se empezó a gestar un plan en mi cabeza, revisé la puerta buscando algún resquicio por donde observar el espectáculo que seguro me ofrecerían mis padres.

Después de una minuciosa revisión descubrí una grieta justo al lado de la chapa, pero era muy estrecha y decidí hacerla más grande para poder ver mejor, así que fui por el cuchillo y empujé un poco, afortunadamente dio resultado y la grieta se hizo un poco más grande, lo suficiente para ver en primera fila el show y que no la descubrieran tan fácilmente mis papis, hice un ensayo del espionaje y el agujero daba justo en la cama de mis progenitores.

Llegó mamá se metió a bañar se arregló y al poco tiempo llegó mi papá e hizo lo mismo, se despidieron de mí dejándome instrucciones para sobrevivir el resto de la tarde-noche y se fueron a festejar, yo quería que ya regresaran para poder observar lo que muchas veces había escuchado, pero esta vez iba a ser mejor, ya que como ingrediente extra vendrían tomados y muy cariñosos…

Continuará.

(9,30)