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Familia hipnotizada (Capítulo 1)

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Iniciando con mis padres. 

Ahora que había comprobado que el conocimiento del libro podía ser real todo lo que me importaba en ese momento era saber cómo aprovecharlo al máximo, mis padres serían mis conejillos de india para poder experimentar a gusto y dar rienda suelta a mis fantasías sexuales.

Debería empezar primero con las presentaciones y descripciones, me llamo José y tengo 23 años actualmente, diría que tengo un cuerpo normal, ni delgado ni gordo, y algo de vellos por aquí y allá y mi pene mide más o menos 13 cm. Mi padre se llama Roberto y tiene 51 años, alto, gordo pero corpulento y muy velludo, es la clara definición de un macho alfa en todo su esplendor, tiene una actitud dominante y casi siempre tiene la última palabra. Mi madre por otra parte es delgada, no era supermodelo, pero aún mantenía una buena figura a pesar de sus 49 años, tiene un par de pechos algo caídos pero hermosos y un culo firme y redondo, Marisol se llama y es un encanto de mujer, siempre comprensiva y afectiva.

Volviendo a la historia, ¿Cuál era la mejor manera de aprovechar mis nuevos conocimientos? La sola idea de al fin poder disfrutar de mis padres me mantenía siempre excitado, así que decidí grabar más mensajes para ir soltando sus mentes.

“Hablaran del sexo como si fuera lo más normal del mundo, responderán a cualquier pregunta sin ninguna vergüenza y no dudaran en mostrase afecto, solo enfrente de sus hijos”

Dejé el reproductor debajo de su cama y a la semana ya empezaba a surtir efecto, estábamos en la sala viendo una película cuando de repente mi padre le dijo a mi madre.

Papá: – Hey amor ¿Qué te parece si después de la peli me la chupas y me haces una paja con ese par de tetas que tienes? – mientras le acariciaba sus tetas.

Mamá: – Claro mi cielo, sabes que me encanta tu verga.

Estaba asombrado, estaban hablando de sus planes junto a mí. No pude evitarlo y les hice unas preguntas para nada decentes.

Yo: – ¿Van a volver a coger esta noche?

Papá: – Por supuesto hijo, nunca tengo suficiente del cuerpo de tu madre, es toda una puta en la cama.

Mamá: – Y no solo en la cama – añadió ella – también en la cocina, en la sala, en el baño, siempre tengo las piernas abiertas para la verga de tu padre.

Para este punto ya tenía una tremenda erección que se marcaba a través de mis shorts (no suelo usar ropa interior en mi casa) y ellos lo notaban y se reían un poco.

Mamá: – Aww ¿se te puso duro el pene de pensar en tu madre, hijo? Es normal tu edad, no tienes de que avergonzarse.

Papá: – Tu madre tiene razón, yo a tu edad me la pasaba pajeándome y cogiendo con muchas chicas. Normal que tu libido esté por las nubes.

Mi madre se levantó del sofá y se quitó sus panties enfrente de los dos y me las dio.

Mamá: – Ten hijo, para que disfrutes más tu paja. Cuando termines de usarlas ponlas en la lavadora, y no temas dejar tu leche en ellas.

Yo: – ¿No podría unirme a ustedes esta vez?

Papá: – Sabes que una cosa es hablar de sexo y otra cosa es que quieras coger con tus padres, y eso no es correcto. Está bien que tengas curiosidad, pero no puedes, debes esperar a conseguir una pareja para eso. Además, esta preciosa mujer y su cuerpo son solo míos, no comparto con nadie. –

Yo: – Esta bien papá, perdón por preguntar.

Papá: – Descuida hijo, como dije, es normal a tu edad sentir atracción por eso… – se queda pensando un rato y comparte miradas con mi madre. – ¿Sabes? Podrías ver como cogemos si quieres, ya va siendo hora de que aprendas algo antes de tener tu primera experiencia.

Mamá: – ¡Sí! Que maravillosa idea amor, y así aprovechas para hacerte una paja jeje.

Eso me dejo algo sorprendido, jamás pensé que dirían eso ¿Será efecto colateral de las grabaciones? A lo mejor la combinación de ambas cintas creo una nueva sugerencia mental en ellos. Debería leer más detenidamente el libro por si acaso, pero no pensaba desaprovechar la oportunidad.

Yo: – ¡Seguro! Estaría encantado.

Papá: – Pues dejemos la peli para otra ocasión y vayamos directo al cuarto, que hoy pienso romperle el ano a tu madre.

Dicho y hecho nos dirigimos los tres a su cuarto, yo me senté en un pequeño sillón que estaba junto a su cama ya con mi verga en mi mano, sobándomela suavemente y oliendo los mojados panties de mi madre. Uff, olían a hembra en celo, que exquisito olor. De repente mi padre se acostó en la cama completamente desnudo, y mi madre, con un hermoso mini conjunto de lencería, se acercó a su verga y empezó a chuparlo todo, le daba lamidas, jugaba con su punta y masajeaba sus huevos, y se notaba que a mi padre le fascinaba eso, no tardó en marcarle el ritmo de sus mamadas con las manos en su cabeza.

Me había quitado los shorts para estar más cómodo, nunca antes había sentido tanta excitación en mi vida, el ver coger a mis padres tan cerca era simplemente algo alucinante, todo un espectáculo erótico y lleno de perversión, me estaba haciendo tan tremenda paja que me costaba aguantar, no quería acabar tan rápido. Mientras observaba mi mente trabajaba a mil por hora, ¿Qué más podía hacer que hicieran? No paraba de pensar en todas las perversiones que podíamos hacer juntos todos los días, las posibilidades eran infinitas… pero no quería esperar semanas enteras para que las órdenes hicieran efecto, tenía que mejorar mis habilidades para que hagan lo que quiera al momento, sin cuestionar nada.

Después de que mi madre hubiera montado semejante verga como toda una puta, me corrí en su tanga y la dejé en su cesto de ropa sucia, les di las gracias por dejarme ver el espectáculo y me retiré a mi cuarto para leer el libro para saber que hacer a continuación. Los capítulos 2 y 3 hablaban de un control más activo mediante una orden pregrabada del mismo modo que las sugerencias subconscientes, tenía que ser una orden clara, precisa e inconfundible, así que me puse manos a la obra y comencé a grabar el mensaje. No puedo esperar para ver los resultados.

(9,23)