Nuevos relatos publicados: 12

Fantasías de esposos

  • 22
  • 27.467
  • 9,33 (6 Val.)
  • 6

Soy Bernardo. Lo que les voy a contar es una experiencia que cambió mi vida y que hizo realidad algunas de mis fantasías más ocultas. Que tiene como protagonista a mi esposa, Minerva.

Morenita, hermosa, con unas piernas que son el deseo de cada hombre que la mira. Además de tener unas nalgas de ensueño y una carita tan hermosa.

Este detalle que les cuento de sus piernas y de sus hermosas nalgas. Creo fue el comienzo de una de mis fantasías.

Es que ver como la miraban los hombres empezó a generarme en mi ese morbo mezclado con celos, en el que el morbo siempre salía ganando.

¡Si! Fantaseaba con que la vieran desnuda y verla coger con otro.

Pero dado a que ella siempre fue muy reservada y tímida siempre pensé que eso sería solo una fantasía que estaría en mi cabeza.

Un día, medio aburrido andaba paseando por la casa con una lata de cerveza, cuando escuche ruidos junto a la ventana de nuestra recámara.

Al investigar en la ventana vi a un empleado de la construcción que hacía algunos arreglos en el balcón del vecino.

Me asome un poco y observe a un joven de unos 20 años, que trabaja en el aplanado de la pared contigua a nuestra recámara.

Mi esposa se encontraba en la regadera próxima a salir y entrar en la habitación a vestirse.

Mi imaginación comenzó a volar y mi fantasía ganó la partida, así que jale un poco la cortina de manera que el joven la pudiera ver solo un poco.

La siguiente pieza de la casa es la sala, solo una pared la separa de nuestra habitación y la ventana queda del mismo lado de la calle, así que tomé mi lata de cerveza y me dirigí a esa ventana, como lo supuse tenía vista perfecta de nuestro amigo.

Escuché que la puerta del baño se abrió y mi esposa salió rumbo a nuestra recámara, envuelta en una toalla que cubría bien sus senos, pero era demasiado corta, dejaba ver la mitad de sus nalgas y parte de su vagina.

Automáticamente mi respiración cambió como si hubiera subido una escalera a toda prisa y mi corazón también se aceleró.

Mire por la venta para observar el comportamiento del chico y para mi sorpresa uno de sus compañeros estaba junto a él, ambos al parecer preparaban cemento en una especie de caja de madera, no se percataban de lo que ocurría frente a sus narices.

(Tontos pensé).

Uno de ellos se levantó y se retiró.

El primer joven volteo la cabeza hacía la ventana y la regresó a lo que estaba haciendo, pero décimas de segundos después regresó la mirada súbitamente a la ventana, más bien fue como una sacudida de su cabeza como si su cerebro hubiera procesado la imagen que había captado.

Dejó de hacer lo que estaba haciendo, se quedó inmóvil para no emitir ningún ruido, parecía una estatua pasando algunos instantes descubrí que nuestra respiración llevaba el mismo ritmo de agitación, ambos tratando de no hacer el menor ruido posible.

Me di cuenta que mi verga estaba completamente parada, al mismo tiempo nuestro amigo se llevaba la mano dentro de sus pantalones y comenzó a tocarse.

No fui consciente de cuánto tiempo pasamos los dos mirando cada quien, desde su ventana, yo mirándolo a él y él mirando a mi esposa.

De momento sacó su mano de su pantalón y comenzó hacer lo que estaba haciendo. Supuse que mi esposa había terminado de vestirse. Y en efecto mi esposa apareció con una minifalda blanca y una blusa de color rosa de tirantes.

Me preguntó ¿Qué haces?

Conteste viendo la televisión.

Ella se echó a reír y me dijo si la enciendes es más divertida.

Y entró a la cocina.

(Minerva la esposa)

Soy Minerva esposa de Bernardo, llevamos casados 10 años, él es un hombre muy atento, divertido y trabajador.

Pero a veces tengo la sensación que piensa mucho en los demás y da por asentado sus suposiciones antes que preguntar lo que la otra persona siente o quiere hacer.

Hablando de mi sexualidad desde que mi cuerpo comenzó a tener cambios y observar mis atributos comencé a notar las miradas principalmente de los hombres.

Incluso algunos me hacían comentarios sobre mi cuerpo, algunos que me gustaban y otros muy groseros.

Cuando vivía con mis padres teníamos un vecino, el clásico joven caliente que le daba por espiarme por la ventana, confieso que me gustaba calentarlo desvistiéndome antes de dormir.

Recuerdo en una ocasión una ráfaga de viento delató su posición detrás de la cortina que cubría su ventana, dejándome ver su silueta delgada y su verga bien erecta que para ser un joven de unos 20 años. estaba muy bien dotado.

Desde ahí yo fantaseaba con estar con él. En ese entonces se despertaron dos fantasías en mí, la primera que me gustaba por ser observada. Y la segunda sentir el vigor y la energía de un joven. Hoy cuando salí de bañar crucé la sala y vi a mi esposo, que me miraba de una manera algo extraña.

Entre a mi recámara me puse frente al espejo, me quite la toalla y observé en el reflejo del espejo la silueta de una persona parada de tras de la ventana, me di cuenta que la cortina estaba algo abierta, entonces me imagine que es lo que tenía mi esposo.

Que algunas veces me había disparado algunas indirectas sobre parejas que buscaban un tercero para hacer tríos.

Creó que el fantasea con verme con otra persona.

(Muy bien sigamos el juego pensé)

Aún que tenía ya mi ropa preparada comencé a caminar por el cuarto como si buscará algo.

Me acerque de espaldas completamente desnuda a la silueta que me observaba y comencé simular buscar algo debajo de la cama.

(Disfruta la vista dije con el pensamiento)

Me recosté boca abajo en la cama, lo más cerca posible de la ventana y fingí estar observando mi celular.

De reojo en el espejo alcancé a ver una silueta delgada, se me vino a la mente que pudiera ser un joven como el de mis fantasías eso me calentó, me puse en cuatro sobre la cama para que el afortunado pudiera ver mi vagina.

Yo deseaba tener su boca entre mis nalgas y que empujara su cara y su lengua lo más adentro de mí.

Me di cuenta que nuestro amigo tenía su mano derecha dentro de su pantalón y la movía claramente intérprete que se Masturbaba.

Me probé varias tangas frente a él. Hasta que decidí que la función había terminado y me vestí.

Salí del cuarto en dirección a la cocina y encontré a mi esposo mirando la ventana, yo sabía que había apreciado la escena y los gestos del joven.

(Esposo)

Vaya eso fue intenso, creo que mi esposa no se dio cuenta de que la observaban, tengo que volverlo a repetir.

(Esposa)

Más tardé ese mismo día abrí las cortinas de la sala para que entrará luz y abrí también la ventana y asomé a la calle, dirigí mi vista a la casa del vecino y como lo supuse ahí estaba un joven más o menos 170, delgado, piernas largas, brazos y su torso marcado posiblemente por su trabajo.

Pero lo que más me llamó la atención fueron sus manos, sucias maltratadas, me las imaginaba rasposas, ásperas era inevitable fantasear con ellas recorriendo mis piernas.

Al siguiente día pensé en repetir la rutina del día anterior, mi esposo no estaba en casa por él trabajó.

Entre a la regadera y tomé un baño, salí con la intención de regalarle al chico un nuevo espectáculo.

Pero cual fue mi sorpresa que no había nadie en la ventana, que lástima dije con el pensamiento.

Me puse un vestido verde que me llegaba arriba de las rodillas de esos vestidos que son holgados y tienes que cuidarte del viento. debajo llevaba una tanga delgadita.

(Esposo)

El siguiente día en él trabajó pensaba si se estaba repitiendo el show de mi esposa en la ventana.

El tiempo pasaba lento y yo estaba ansioso por llegar a casa.

Regresando del trabajo y al llegar a nuestro edificio forzosamente tengo que pasar frente a la oficina de administración.

Cuando cruce por la puerta mire adentró y vi al joven que sostenía una conversación con el administrador preguntando si tenía algo más de trabajó que pudiera hacer, a lo cual el administrador negaba con la cabeza.

Nuevamente mi mente sucia disparo una idea, los interrumpí, pregunté tienes tiempo de reparar una fuga que tenemos en la regadera y tal vez me puedas ayudar con la pintura de algunas paredes.

Claro si no tiene usted inconveniente me dirigí al administrador.

Acompáñame le pedí al joven, subimos juntos la escalera, hasta el departamento, Como te llamas pregunté.

Ismael señor respondió.

Yo soy Bernardo mientras llegábamos a la puerta del departamento es aquí le dije mientras sacaba mis llaves.

Abrí la puerta entramos a la casa, grité amor, llamando a mi esposa que apareció radiante saliendo de la cocina, se veía realmente hermosa, llevaba una falda que hacía lucir extraordinariamente sus piernas.

De esas faldas cortitas, de tela delgada que se levantan con cada movimiento y que quisieras hacerte diminuto para ver de bajo de ella.

Ella es mi esposa Minerva él es Ismael, los presenté.

Vi como a Ismael se le iluminaron los ojos, sin duda regresaban a él esas imágenes de lo poco que pudo ver. A través de la ventana.

Mucho gustó exclamó Ismael estirando la mano para saludar a Minerva.

Ismael nos ayudara el día de mañana con la fuga en la regadera y los trabajos de pintura que habíamos platicado.

Pasa por aquí lo dirigí al baño para que viera la fuga, después le mostré la cocina que era una parte de la casa que queríamos pintar.

Total, él nos dio el costo por sus honorarios a lo cual accedí.

Ese mismo día hablé al trabajo para pedir un día a cuenta de vacaciones.

(Esposa)

Ese día por la noche no podía dormir de la emoción el simple hecho de que Ismael estuviera dentro de la casa y poder calentarlo a mi voluntad era para mi algo muy emocionante.

Por la mañana nos levantamos en pijama, desayune con mi esposo, se sentía un ambiente como de nerviosismo.

Rondando las 10 de la mañana sonó el timbre una mezcla de nerviosismo y excitación recorrió todo mi cuerpo.

Ahí estaba el con su ropa de trabajo, pero está vez, llevaba una playera sin mangas que permitía ver por completo sus brazos bien torneados.

Me puse de pie y le ofrecí una taza de café.

(Gustas una taza de café, mientras me das oportunidad de usar la regadera antes de que empieces a trabajar)

Ismael accedió y se sentó a la mesa con mi esposo.

Entre a mi recámara y salí cargando mi toalla y la ropa que me pondría.

(Esposo)

Mi esposa estaba en la regadera y yo platicaba con Ismael sobre comenzar a trabajar con la pared de la cocina -Pensé- que es donde comúnmente pasa el tiempo mi esposa.

El comentó estar de acuerdo tomó una espátula de su mochila y comenzó a raspar la pared quitando toda la pintura vieja que prácticamente estaba colgando.

Ismael se quedó trabajando y yo entre al baño, mi esposa estaba en la ducha, había dejado colgada su toalla y su ropa la puso sobre la tasa de baño.

La tuve que cargar para poder ocuparlo, tomé su ropa y la llevé conmigo a la recámara, la deje ahí.

Me senté en la sala frente a mi computadora.

Desde ahí tenía una vista perfecta de la cocina y el pasillo que comunica el bañó con nuestra recámara.

Se abrió la puerta del baño y desde adentró mi esposa me hacía señas preguntando por su ropa.

(Solo me reía de ella y ella también lo hacía)

Se hacía aire con sus manos como simulando un abanico como en una señal de pena.

(Esposa)

Me sentía muy nerviosa, solo de pensar que tenía frente a mí la oportunidad de cumplir una de mis fantasías más deseada.

Salí de la regadera y casualmente no estaba mi ropa, a mi esposo se le hizo gracioso llevarla a la recámara.

Abrí la puerta del baño y lo vi sentado frente a mi.

Le hice señas y solo se reía.

(Quieres jugar, juguemos dije con el pensamiento)

Me asomé al pasillo no veía a Ismael porque estaba dentro de la cocina.

Salí completamente desnuda y modelé para mi esposo, lo vi tan emocionado, nunca olvidaré su cara.

Regresé al baño por mi toalla y me envolví en ella, para salir a mi cuarto a vestirme, salí al pasillo y tomé dirección rumbo a la cocina, mi esposo se enderezó en el asiento como que no creía lo que veía.

Entre a la cocina, Ismael estaba agachado raspando la pared, cuando yo entre, abrió los ojos al doble, en un gestó de sorpresa y dejó caer el objetó que tenía en las manos.

Tomé la taza de café con la que había desayunado y salí de ahí rumbo a mi habitación pero exactamente en la salida de la puerta justo dando la vuelta en el pasillo dejé caer la toalla y acelere el paso para entrar a la recamara.

(Ismael)

Hola soy Ismael tengo 21 años me dedico al mantenimiento en general hago un poco de todo.

Hablando de mi sexualidad soy un chico muy caliente, mi cuerpo se desarrolló muy lentamente crecí muy acomplejado porque siempre fui el más bajito de la clase.

Todo en mi cuerpo se desarrollaba lento a excepción de mi pene, de hecho hubo un tiempo que parecía que era lo único que me crecía, siempre tuve el complejo como dije de ser bajito y no poder ponerme traje de baño o short por que todo era muy notorio.

Trataba de ponerme una bolsa cangurera para tratar de disimular.

Estoy en el relato de estos dos, por casualidad simplemente por estar detrás de una ventana en el momento que quiero llamar afortunado.

Me encontraba trabajando fuera de la ventana de la Sra. Minerva justo en el momento que se encontraba vistiéndose, quise retirarme de ahí pero como dije soy muy caliente.

Ella dejo de caer su toalla y quedó completamente desnuda, lo que me llamó más la atención fue su par de hermosas nalgas que continuaban de esas piernas increíbles, por un momento pensé que había logrado verme y sentí miedo por tener algún problema con el administrador del edificio.

Pero luego ella camino de espaldas hacia mí y se agachó creo que buscaba algo debajo de la cama.

Después se acostó en la cama ella se encontraba boca abajo creó viendo su celular, solo movía sus pies desde mi lugar podía observar con lujo de detalle todo su cuerpo, se veía todo tan rico, que mi pene casi se salía de mi pantalón, metí mi mano para acomodarlo, pero todo fue inútil.

En el momento más inesperado la señora Minerva de puso en 4 y pude observar su vagina depilada, deseaba estar ahí penetrándola.

Ese día terminé el trabajo con su vecino y me dirigí a la casa.

Tome un baño y ya recostado en mi cama, no podía dejar de pensar en esas imágenes que vieron mis ojos y me hacían desear tanto a la señora.

Al día siguiente me presente al edificio con ganas de estar nuevamente parado en esa ventana.

Pero el administrador me comentaba que no había nada de trabajo que pudiera yo hacer.

Hasta que conocí al señor Bernardo y me llevó a su departamento para mostrarme lo que quería que hiciera.

Subimos la escalera y cuando vi de que departamento se trataba, no lo podía creer, entramos y ahí estaba Minerva la mujer que me tenía completamente enculado y era dueña de mis pensamientos.

(Me han dicho que tengo una cara muy expresiva y no puedo disimular) se veía divina con esa falda.

Salí de su departamento super emocionado no sabía que me esperaría al día siguiente.

(Esposa)

Corrí por el pasillo desnuda y entre a la recámara ya tenía en mente que atuendo vestir.

Me puse un vestido blanco completo la falda muy cortita parecida a la del día anterior.

Pero esta vez tenía preparada una sorpresa.

Terminé con mi cabello, el maquillaje y salí a la sala con mi marido le pregunté qué haría.

Esposo: voy a trabajar desde aquí el día de hoy. Te ves muy bien.

Minerva: Que bueno que te gustó, me acerque a él y lo bese, el metió su mano por debajo de mi falda y la recorrió hasta mis nalgas o sorpresa.

Esposo: No traes nada de bajó

Minerva: No quieres que me ponga algo.

Esposo: Mi mente daba vueltas no sabía que responder quería cuidarla, pero al mismo tiempo quería satisfacer mi fantasía de verla deseada por alguien más. *Respondí no así estas bien.

Esposa: Voy a lavar los trastes del desayuno estás de acuerdo o quieres que me quede aquí.

Esposo: Te aburrirías estando aquí, mejor tú has tus cosas y has de cuenta que no estoy aquí, mientras metía mis dedos entre sus nalgas.

Se fue caminando a la cocina mientras yo la observaba. Sus piernas se veían deliciosas.

Minerva: Entre a la cocina, Ismael seguía raspando la pared, te estorbo si lavó los trastes pregunte a lo cual el respondió que no le afectaba.

Recogí los platos que habíamos utilizado y me dispuse a lavarlos, dándole la espalda a Ismael.

Ismael estaba de pie raspando la parte más alta de una pared, pero cuando vio mi falda se puso de rodillas y siguió raspando la desde la orilla más opuesta de donde yo me encontraba.

Fácilmente tenía una vista maravillosa de mis piernas y si se agachaba un poco mas quien sabe que más podría ver.

Yo traía puestas unas sandalias de color blanco muy descubiertas tanto los dedos como el talón.

Yo jugaba con mis pies tratando de llamar la atención de Ismael.

Tenemos un banquito de madera, que me ayuda subir o bajar cosas de las repisas más altas comencé a subir algunos platos cada vez que me estiraba levantaba un pie más para captar la atención que para ganar impulsó.

En uno de estos intentos una de mis sandalias salió volando en dirección a Ismael, el la recogió y se acercó lentamente con ella en sus manos, se arrodilló frente a mi, dejando una rodilla levantada y coloco mi sandalia sobre ella haciendo un gesto de que metiera mi pie, levante mi pierna a la altura de su rodilla, él tomó mi pie y metió la sandalia.

Desde su lugar fácilmente podía ver que no traía ropa interior.

Tomó mi pie, lo puso en el piso y se puso de pie.

Claramente se notaba un bulto enorme dentro de su pantalón, estire mi mano y lo toque por encima de su pantalón, (Válgame que gran herramienta pensé)

El también estiró su mano y toco mi pierna.

(Dios que manos)

Lo solté y me dirigí con mi esposo.

Lo tomé de la mano y lo jalé hasta nuestra recámara.

Le dije te puedo preguntar algo.

El me interrumpió y me pregunto

¿Te lo quieres coger?

Le contesté moviendo la cabeza.

Me dijo hazlo pero con dos condiciones

La primera yo quiero ver todo.

Y dos que todo sea con condón.

(Esposo)

Por fin mi fantasía estaba por volverse realidad.

Minerva salió de la habitación rumbo a la cocina.

Tomo decididamente a Misael de la mano y lo comenzó a besar al mismo tiempo que lo llevaba a la sala ambos se sentaron en el sillón sin dejar de besarse.

Sin dudar mi esposa desabrocho su pantalón y metió su mano.

Ella exclamó válgame.

Bajo el pantalón y pude ver su verga, fácilmente era del doblé de tamaño que la mía.

Minerva lo empezó a frotar y parecía que con cada caricia aumentaba mas su tamaño, mi esposa se arrodilló debajo del sillón en medio de las piernas de Ismael y metió esa gran verga en su boca, lo metía hasta el fondo y lo sacaba por completo, jugaba con su lengua en la punta de su verga, Ismael tomaba su verga y le daba unos suabes macanazos en la boca.

Mientras ella lamía y chupaba sin control sus huevos.

Ella se levantó y tomó a Ismael del pene, observé que no le cabía en su mano y lo condujo hasta la recámara.

Ahí Ismael terminó de desvestirse.

(Minerva)

Excitada por la respuesta de mi esposo salí por Ismael decidida a comérmelo. Lo tomé de sus brazos y comencé a besarlo. Si perder tiempo lo lleve a la sala, lo senté ahí y decidí darle la mamada de su vida.

Desabroche su pantalón y saque su pene. Nunca había visto uno de ese tamaño, lo comencé a mamar y creo se hincho un poco más prácticamente no me cabía en la boca.

Lo tomé del pene y lo jale hasta la habitación, el momento había llegado.

Se desnudo, me desnude, lo recosté sobre la cama, me puse en 4 junto a él y seguí mamándoselo mientras el me acariciaba la espalda.

En ese momento ocurrió algo inesperado. Comencé a sentir que mi esposo me empezaba a mamarme el culo por de tras, me tomaba de las nalgas y las abría para que entrará su lengua ahí jugaba con mi ano y mi vagina.

Ismael comenzó a tocarme mis senos y Bernardo metía su lengua hasta el fondo yo estaba extasiada y me desquitaba con el pene de Ismael.

(Esposo)

Vi como mi esposa gozaba y disfrutaba de su caramelo parecía que lo quería arrancar con cada mamada, decidí participar y comencé a preparar el sabroso culo de mi esposa, cuando empezó a sentir mis manos y mi lengua sus muslos se contrajeron.

Ella se levantó, el momento había llegado, Ismael se levantó también se puso de rodillas sobre la cama, ella seguía en cuatro, Misael la jalo suavemente de sus caderas.

El muy cínico se colocó el condón y se puso un poco de lado para que yo pudiera ver la penetración, apuntó la punta de su verga en la entrada de la vagina y jugó ahí haciendo como pequeños círculos.

Mi esposa hacía pequeños gemidos.

Nuevamente Ismael apuntó y comenzó a entrar.

Nunca olvidare ese sonido de la humedad haciéndose aún lado para dejar entrar ese gran pene.

Susana hizo un sonido entre grito y gemido mientras le entraba todo ese gran miembro, Ismael empezó hacer el movimiento natural de sacarlo casi por completo y volver a entrar.

Cuando entraba mi esposa gemía note como apretaba la colcha con sus manos y esto se repitió unos minutos llegó un momento en el que Ismael no se movía y más bien Minerva era la que hacia el movimiento de sacarlo y después empujar su cadera hasta que sus nalgas chocaran un tanto fuerte con la cadera de Ismael.

De momento mi esposa hizo que parara todo. y sin voltear tomó el pene de Ismael y le sacó el condón quería sentirlo piel con piel, nuevamente tomó el pene y lo ayudó a entrar.

Otra vez ella hacía el movimiento como si dejara caer sus nalgas, un poco más abajo los huevos de Ismael también chocaban con la humedad de mi esposa haciendo un sonido maravilloso.

Un instante después Minerva saca por completo la verga y se recuesta en la cama al mismo tiempo que se giraba para quedar viendo al techo, en un movimiento sincronizado como si lo hubieran ensayado varias veces Ismael levantaba las piernas de mi esposa colocándolas en sus hombros, al mismo tiempo que la penetraba esta vez el movimiento era más intenso Ismael chocaba sus huevos fuertemente la hacía gemir con cada estocada, yo nunca había logrado hacerla gemir así.

Los senos de mi esposa se movían de arriba abajo. Cuando iniciaron con esta posición lo hicieron en la orilla de la cama para este momento casi llegaban al centro.

Ismael no bajaba el ritmo ni un segundo.

Al llegar al centro de la cama hubo una pausa, Ismael se recostó y mi esposa lo monto rápidamente, el lugar de la cama donde habían estado las nalgas de mi esposa había dejado una silueta de humedad.

Estaba mi esposa cabalgando a Ismael detenida de su pecho e igual que en las dos posiciones anteriores ella levantaba las caderas y se sentaba con fuerza sobre la firme verga de Ismael.

El ritmo se comenzó hacer más lento, el cuerpo de ambos brillaba por el sudor, nuevamente cambiaron de posición está vez Ismael se sentó en la orilla de la cama su enorme verga seguía firmé, mi esposa lo monto de nuevo pero esta vez dándole la espalda a su amante, recargo su espalda sobre el en el mientras su pene volvía a entrar Ismael no perdía tiempo para besar sus hombros.

Susana subió sus pies en las piernas de Ismael.

(Esa posición nunca la habíamos hecho nosotros)

Ismael la cargaba las nalgas de mi esposa y la dejaba caer en su verga el ritmo era lento pero los gemidos de mi esposa eran más intensos.

De pronto mi esposa dio un grito y un chorro de líquido salió de su vagina al mismo tiempo el pene de Ismael empezó a escurrir de su leche pero aún que el ritmo ya era muy lento no dejaban de moverse.

Ismael se recostó exhausto en la cama y mi esposa sobre él, acariciando su vagina palpitante y la verga de Ismael que aún estaba adentro.

Así pasaron algunos minutos hasta que el pene de Ismael se desmayó por completo.

Hubo un silencio en toda la casa.

Me fui a la sala, tenía mucho que reflexionar por una parte sentía celos, pero, por otra parte, volvían a mí las imágenes, sonidos, gestos y esa forma de venirse de mi esposa.

Verla siendo feliz, aunque no sea yo el que provoque esa felicidad.

Es lo más importante para mí.

Después de ese día mi esposa y yo platicamos del tema yo no tenía problema alguno por repetirlo.

Pero si tenía que ser sobre mis reglas.

La única regla que yo ponía era estar presente cuando ella lo hiciera, si yo estoy ahí no hay engaño ni infidelidad.

¡¡Esto!!

Aumento nuestra confianza.

Consejo de esposo:

Para todos esos esposos como yo que tienen la fantasía que vean a sus esposas y tal vez hasta verlas coger con alguien más.

Tengan cuidado con lo que desean porque puede hacerse realidad.

Algunos días ocasiónales seguimos invitando a Ismael a comer a la casa o a veces lo invitamos algún hotel.

Se que este relato fue largo por lo cual agradezco que te quedaras hasta el final.

Gracias.

M&J

(9,33)