Nuevos relatos publicados: 0

Fui amante de mi yerno

  • 13
  • 56.567
  • 10,00 (3 Val.)
  • 0

No sé cómo empezar a contarlo, solo sé que en apenas unos meses pasé de ser un ama de casa en la actualidad, casada, con esposo y 2 hijos, (chico y chica) a ser la zorra del esposo de mi hija, mi yerno y pastor hace poco.

Diré que me llamo Sofía, mi marido Manolo y mis hijos Pedro y Miriam. Tengo 63 años, mi marido 68 y mis hijos, Rosa 32 y Carlos 30, ambos en la universidad. Vivimos en Madrid. Mi marido tiene negocio propio y yo antes trabajaba hasta hace como unos 5 años que cerró la empresa ahora soy ama de casa. Me describiré diciendo que soy una mujer bastante alta, 178 cm., unos 54 kilos, de piel blanca, cabello lacio llovido, hace años que prefiero llevarlo al hombro.

En fin el esposo de mi hija Carlos de 41 años también, estudió en la misma universidad que de ella, se casaron hace 2 años. Él trabajaba en una empresa pero renuncio porque un amigo le comento que se volviera pastor que se montara primero en un garaje y así escalaria rápido y luego con algunos contactos ya verían después y así lo hizo Carlos.

El inicio

Bueno un sábado por la tarde volví a casa de comprar, no esperaba que hubiera nadie, vivimos en un piso, abrí y entré dejando las bolsas en el salón cuando oí algo de ruido en las habitaciones, la verdad es que mi primera reacción fue pensar que podía haber alguien robando pero el ruido era leve por lo que recapacité y pensé que seguro que alguno de mi hijos estaba estudiando, volví a oír el ruido pero era como gemido más que otra cosa, fui despacio por el pasillo para ver que ocurría y vi la puerta de la habitación de mi hija algo abierta y dentro en la cama a Carlos tumbado y a ella de rodillas en la cama comiéndole la polla, me quedé de piedra, suponía que tendrían relaciones sexuales, pero no en mi casa. Aunque lo que más me sorprendió fue la enorme por tamaño y grosor del tamaño de la verga de Carlos. La verga de Carlos era enorme de tamaño y gorda, me quedé de piedra al ver como mi hija la hacía desaparecer en su boca solo parte de ella, para luego volverla a ver en su tamaño original, nunca antes había visto algo así. Sin hacer ruido me volví por donde había venido, recogí las bolsas y salí de casa sin hacer ruido, fui a dar unas vueltas, hacer tiempo para regresar y que todo estuviera normal en casa.

Regresé pasadas las 20,30 horas, suponía que ya habrían terminado, entré e hice ruido para que se notara mi presencia, llegué al salón y estaban los dos viendo la tele, les saludé y llevé las bolsas a mi habitación eran algunas cosas para el verano. No sabía cómo ir a verlos, se me podía notar algo no sé, era una situación nueva y no esperada, pero le eché valor y fui a verles y a preguntar qué tal la tarde, aunque suponía que la tarde fue espléndida.

Me dijo mi hija que había estado preparando el proyecto de fin de carrera y que Carlos la había ayudado.

Menuda ayuda le había dado él a ella y ella a él, pensé.

Al terminar de cenar mis hijos y yerno se fueron a divertirse y mi marido y yo después de un poco de tele nos fuimos a acostar.

Nuestras relaciones sexuales eran esporádicas, esa noche hice para tenerlas, estaba caliente sin saber porque o más bien sabiendo porqué. Mi marido o me sobaba o me comía el coño para luego follarme encima o yo según y Él mientras follábamos me sobaba el pecho, los pezones y descargaba su leche dentro de mí. Yo no siempre llegaba pero le hacía ver que sí, solo que en esa ocasión, mi pensamiento estaba en otra parte o más bien con otra persona, era mi yerno el que me sobaba, me comió el coño y me tocaba el pecho y los pezones mientras que yo cabalgaba como una loca con los ojos cerrados. Sentía que Él, mi yerno estaba tumbado, Yo encima cabalgando como una salida y que la leche que recibía era suya y no tuve que fingir que llegaba, lo hice por lo menos dos veces.

Un buen día mi hija y mi yerno se mudaron a otro piso en otra ciudad. A Carlos le iba bien de pastor ya que en menos de 2 años ya tenía 2 pisos, pasó el tiempo y mi hija tuvo un aborto espontáneo.

Un fin de semana que estaba sola me llamo Carlos que si estaba mi marido en casa yo le dije que no por él estaba en el negocio. Ese día tomamos una taza de café y empezamos a conversar.

Carlos—su hija no quiere tener intimidad conmigo desde el aborto (dijo serio mientras me ponía la mano en la pierna).

Sofía - pues que tonta mi hija, porque un hombre como tú, no se desperdicia, también Manolo hace meses que no me toca y tú sabes hace falta y mucha, una tiene necesidad.

Carlos —ayúdeme y la ayudo (me dijo mientras me recorría la pierna).

Nos comenzamos a besar y su mano subió hasta mi entre pierna, la pura emoción ya me tenía húmeda me recostó en la cama y me hizo suya. Me acostó abriéndome las piernas para meterme su verga, puso la cabezota de esa manguera en la entrada de mi coño y fue hundiendo poco a poco su verga hasta que esta quedo completamente dentro de mi coño.

-¡Despacio Carlos, despacio, ahhhh, siento que me vas a ahogar con eso, ah, así, así, aauchh, despacio, ay, me estás matando, ah, ya, ya, ah, no me cabe, no me va a entrar toda, ay¡-, gritaba yo sin importar que me oyeran.

-¡Si suegrita, si le cabe, ya casi se la come toda, ahhh, ya, ya, ya se la comió toda¡, ah, ¿ya ve como si le cupo toda?-, dijo él y se levantó un poco para ver como toda su verga estaba dentro de mí, yo por mi parte me sentía llena y abierta, cuando él empezó a bombear su terrible macana en mi coño los orgasmos se vinieron uno tras otro haciéndome gemir incontrolablemente, me venía una y otra vez, no supe de mí y no me acorde de mi hija y ni de que era una mujer decente y casada y que Carlos era mi yerno, no me acorde de nada teniendo esa verga dentro de mí, solo me deje llevar por esa fabulosa cogida que mi yerno me daba.

-¡Me voy a venir suegra, me vengo, ah, me vengo, ahhh.

-¡Adentro no, adentro no, por favor, sácala, sácala, ahhh.

Pero él no la sacó y me inyecto como un litro de espesa leche en mis entrañas haciéndome venir una vez más al sentir los chorros de semen en mi coño.

Cada día mientras mi esposo se iba para el negocio yo llamaba a Carlos ya que me había dejado una tarjeta y cuando tenía asuntos en la ciudad me hacía el amor de maneras diferentes y mi hija no sospechaba nada, me llevó a desayunar a lugares alejados. Ese fue el comienzo de una serie de terribles ensartadas que Carlos me dio, mientras mi esposo no estaba él me cogía, en mi casa me metió la verga infinidad de veces, llegaba y me me la metía en la sala, en la cocina, en mi cuarto, en el de mi hija haciéndome gritar para que los vecinos oyeran que me estaban metiendo la verga, cuando me cogió por atrás grite tanto que los vecinos han de haber oído, ese día llegó temprano en la mañana y se metió a mi cuarto, yo me levante a penas cubierta con mis pantaletas ya que así había dormido por el calor, después de algún tiempo empezó a tener problemas con mi hija, el ya no tenía sexo con ella, ella comenzó a sospechar que tenía un amante, el me hacía el amor, con pasión pero enamorado.

Pasado el tiempo me cito en su oficina Carlos llegue me senté y empecé a hablar con él, me cerciore de que su secretaria algunos de sus empleado estuvieran pero él les había dado el día libre, y de un momento a otro él se levantó y me comenzó a hacer un masaje en los hombros luego se desabotono el pantalón y cayó al suelo, ahí estaba su verga esperando por mi le comencé a mamar la verga como una zorra, me puse de rodillas y se la mamaba y acariciaba, me tomo de la nuca y me sumió toda la verga en la boca, yo voltee a mirarlo y él sonreía como un loco, me tomo de la mano, me levante y me agarro de la cintura y me desabotono el pantalón, me lo quito mientras yo me recargaba en el escritorio de madera, me dejó las zapatilla, me quito la blusa, y me quito el brasier me mamo las tetas, no podía creerlo, le acaricie la cabeza mientras él se amamantaba, entonces le quite la camisa, él se sacó el pantalón y los zapatos, me sentó sobre el escritorio me abrió de piernas y la fue metiendo despacio hasta tenerla dentro del todo, luego la sacó y la volvió a meter, repitiendo esta operación hasta que vio como entraba y salía con facilidad. Me cogió con sus manos en mi cintura y me la metió de golpe, sentí como su verga encendía las paredes de mi coño, luego la sacó despacio y después volvió a meterla más fuerte, gemí casi gritando.

Carlos - te gusta una buena polla dentro, eh Sofía, que puta eres. A tu hija le pasa igual grita como una puta, pero tu pareces más zorra y guarra.

Me cogió de los pezones y me los pellizcó fuerte.

Comencé a sentir como me llenaba de su leche caliente el coño y como se retorcía de gusto diciendo monosílabos entre mezclados con palabras fuertes hacía mí, yo creo que llegué, al menos, una vez antes de sentir su leche.

Después de llenarme de leche cayó con su cuerpo encima del mío, yo le puse mis manos en la cabeza y se la acariciaba.

A los minutos se incorporó sacando su verga de mi coño y comenzando a caer leche bajo la mesa y suelo.

Limpié bajo la mesa y el suelo del semen, luego me pasé papel por mis piernas y mi coño y fui a ducharme. Allí, desnuda, me miré al espejo y no me gustó lo que vi, era Yo la que acababa dejarme follar por el esposo de mi hija, bueno no solo eso era Yo la que había buscado y deseado que me pasara aquello, como podía haber caído tan bajo.

Me duché y me cambié de ropa, pensé que seguramente Carlos vendría con mi hija por la tarde, me puse un vestido de botones con pantaletas y sujetador debajo.

Comí con mi hijo y mi marido y por la tarde vino mi hija con Carlos que al entrar me saludo como si nada aunque sus miradas eran demoledoras.

Al día siguiente me levanté, mi hijo aun dormía, desayuné con mi marido y le dije que iría a ver tiendas de rebajas, me puse una falda de punto negra ajustada, una camiseta de pico en V amarilla, un sujetador blanco y sandalias, sin nada debajo de la falda. Cogí el coche del garaje de casa y me fui a ver a Carlos, esperaba que fuera cierto que estaría, Al llegar a piso de Carlos toque la puerta me abrió y entre.

Me cogió de la mano y me llevó a su habitación donde se tumbó en la cama.

Carlos- tienes ganas de verga, verdad, pues cabalga encima.

Me fui a quitar la falda.

Carlos- no puta con falda, cabalga con falda y calzado, que se note tus prisas en tener mi verga dentro de tu cuerpo.

Me subí a la cama y me abrí de piernas poniendo mi coño encima de su verga, luego con la mano la dirigí dentro de mi coño, sentí como se abría paso llegado a lo más hondo. Hacía mucho que no sentía una polla tan grande dentro de mi cuerpo, después de la primera vez comencé a ir más rápido y más y más sintiendo como su polla me atravesaba entera. Diego por su parte me sobaba las tetas, los pezones, me metía los dedos en la boca, no tardé en correrme mientras que él aguantaba aún si llegar.

Carlos- eso es puta, sigue así te gusta sentirla dentro de ti verdad, te gusta correrte gimiendo como una puta, verdad.

Y tanto que disfrutaba como una guarra, me corrí varias veces antes de que me llenara el coño de leche. Acabé con dolor en las piernas y rodillas de la cabalgada que di. Terminé tumbada encima de Él mientras sentía el calor de la leche en mi coño.

Carlos- que rica puta eres, que bien follas puta! Mejor que tu hija. Va a ser una delicia teneros a las dos comiéndome la polla y follaros a la vez.

Levanté mi cabeza y lo miré.

Yo- eso no, no quiero que mi hija sepa esto nunca, nunca, me sentiría fatal que lo supiera.

Yo- es igual, no quiero que se entere nunca, seré tuya con esa condición.

Carlos- serás mía y solo mía verdad, solo obedecerás a lo que yo diga verdad.

Yo- a todo, si, a todo seré obediente en todo, será tuya en todo.

Carlos- límpiame la verga con tu boca.

Me incorporé y se la cogí con las manos y le fui pasando la lengua por toda ella limpiándole los restos de leche de su polla.

Carlos- pónmela muy dura par follarte el culo, quiero partirte en dos, seguro que tu marido no te lo folla como yo.

Yo- no me lo folla, dice que es una guarrada.

Carlos- será gilipollas el cornudo y tú deseas que te lo folle verdad.

Yo- si, si, me pone mucho el que me lo follen, por favor fóllamelo fuerte como la puta que soy tuya.

Ya la tenía dura y gorda.

Carlos- ponte a 4 patas y pídeme que te folle el culo.

Me puse y mientras lo hacía se lo decía-suplica. Puso su verga en la entrada de mi culo y la fue metiendo poco a poco, como sentía que su verga ocupaba todo el espacio, como sentí como sus huevos daban en mi culo al tenerla toda dentro. Pero eso fue el inicio luego la sacó y metió más fuerte y luego más y más, en verdad pensaba que me partiría y dos, a la vez me daba azotes en el culo.

Carlos- dime zorra te gusta mucho, eh, responde putón.

Yo- si mucho, mucho, me puso desde la primera vez.

Tiro de mi pelo con fuerza hacía Él, poniéndome de rodillas a la vez que me sobaba las tetas, los pezones y me besaba con lengua en la boca. Mis gemidos ahogados por su lengua eran continuos y por lo menos tuve tres orgasmos con su polla en mi culo y sus manos sobándome tetas y coño. Cuando no aguató más soltó su leche espesa y caliente dentro de mi culo, terminado los dos rendidos, tumbados de boca, él encima de mí.

Después de un rato se levantó y fue al baño, yo mientras solo pensaba en el placer recibido no sentía remordimientos por nada. Carlos volvió y su tumbó a mi lado, le cogí y besé en la boca con besos apasionados.

Mi hija y mi marido nunca se dieron cuenta que mientras ellos trabajaban a mí, el esposo de mi hija me metía la verga en mi propia casa.

(10,00)