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Fui seducida por mi maestra de matemáticas (Parte 2)

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El apartamento de mi maestra era grande y lujoso, de hecho era el apartamento más lujoso que hubiera visto, mi maestra me había contado que su padre ocupaba un alto cargo político y que le había regalado dicho apartamento cuando ella termino su doctorado, es raro decirlo pero ver que mi maestra tenia tanto dinero me gustaba.

Alejandra y yo estábamos en la sala discutiendo que íbamos a pedir para cenar, cuando de repente escuche la voz de otra mujer detrás mío, voltee a mirar confundida y la vi, era una mujer de piel canela con cabello negro, parecía unos años mayor que yo pero más joven que mi maestra, iba vestida con una pijama sexy de encaje negro que no dejaba casi nada a la imaginación, tenía un cuerpo que lo primero que pensabas al verlo era “Esta mujer pasa mucho tiempo en el gimnasio”, tenía unas piernas largas gruesas y tonificadas, una cintura delgada, el abdomen marcado, un culo grande redondo y firme, unos pechos pequeños.

La mujer me estaba mirando con una sonrisa dibujada en el rostro, voltee a mirar a mi maestra Alejandra y le lance una mirada de “¿Que carajos está pasando aquí?”, mi maestra puso una sonrisa culpable se acercó a ella y dijo: -“Karen te presento a Dianita mi compañera de habitación” lo dijo en un tono como de broma, las dos se voltearon a mirar y soltaron una risita, Diana se me acercó y me dio un beso en la mejilla y me dijo: -“Mucho gusto Karen tenía muchas ganas de conocerte, Aleja me ha hablado mucho de ti.” En ese momento recordé que ya la había visto antes, bueno no en realidad, ella me había agregado a Facebook unos días atrás, yo acepte su solicitud y me puse a mirar su perfil, me di cuenta que tenía varias fotos con mi maestra Alejandra, recuerdo que me llamo la atención varias fotos que tenía con ella en el gimnasio, en ese momento pensé que debía ser alguna amiga de mi maestra y no le preste atención.

Mire a mi maestra Alejandra con cara de reproche y le dije con tono un poco molesta –“Pensé que íbamos a estar solas, me hubieras dicho que vivías con alguien”. Diana me toco el brazo y dijo: -“Tranquila, no te preocupes querida, mira que tarde es ya me iba a dormir, tienen la habitación de huéspedes toda para ustedes, nada mas no hagan mucho ruido que mañana madrugo al trabajo”, me dirigió una sonrisa pícara y le susurro algo a mi maestra al odio que no alcance a escuchar, le dio un beso en los labios y se dirigió a su habitación y cerró la puerta no sin antes dirigirme una mirada traviesa, yo me quede como: WTF!?

Yo me sentía algo desubicada, apenas la mujer se encerró en la habitación empecé a bombardear a mi maestra con preguntas –“¿Quién es ella? ¿Por qué no me dijiste que vivías con alguien? ¿Cómo así que le has hablado de mí? ¿Cómo es que ella sabía lo que venimos a hacer? No entiendo, ¿qué pasa?”. Alejandra puso los ojos en blanco con una mueca de disgusto y dijo: -“Cálmate un poquito amorcito, déjame te explico, Diana y yo vivimos juntas, tenemos una especie de relación pero no es una relación formal como tal, mira tenemos una relación abierta si sabes lo que eso significa?”, yo le respondí que si sabía, ella continuo -“es algo que mantenemos entre nosotras, su familia es muy religiosa y no saben que ella es lesbi así que para evitarse conflictos lo mantiene muy discreto, la conocí cuando estaba haciendo mis practicas docentes antes de graduarme del doctorado, ella era mi estudiante y nos hicimos buenas amigas, después mi padre me ayudo a conseguirle un puesto en el ministerio así que ella se mudó a la ciudad, cuando yo me mude a este apartamento arreglamos para que se viniera a vivir conmigo, su familia piensa que vive con una amiga”.

Yo estaba enojada y dudosa, le reproche por no habérmelo dicho antes, por no mantener lo nuestro privado pues era obvio que ella le había estado hablando de mí y cuando me vio supo enseguida supo porque estaba allí. Alejandra me acaricio el rostro y me dijo con una voz dulce: –“Mira amorcito es que no quería complicar las cosas, si te lo hubiera dicho antes a lo mejor te hubieras echado para atrás, además no es como que este casada, Diana es simplemente una amiga con derechos por decirlo así, no pongas esa cara, ella no sabe nada de lo que paso en mi oficina por supuesto y no tiene porqué saberlo, además si ella me ve llegar con una mujer hermosa como tú a media noche es obvio lo que va a pasar no?, no me digas que no quieres repetir lo que hicimos en mi oficina, acaso no te gusto? “, cuando ella menciono eso me vino el recuerdo de aquel orgasmo tan intenso que había tenido mientras ella me devoraba el coño encima de su escritorio, eso me hizo sonreír y me puse muy cachonda de nuevo. Le respondí:

-“Por supuesto que me encanto y no me arrepiento de eso fue muy rico ufff me muero por repetirlo, bueno está bien no pasa nada a lo que vinimos no?”. Le dedique una sonrisa traviesa, Alejandra me dio un beso en los labios, me tomo de la mano y me dirigió a una de las habitaciones del apartamento.

Era una habitación amplia con una cama muy grande, Alejandra me rodeo con sus brazos y comenzamos a besarnos apasionadamente, jugueteábamos con nuestras lenguas, me daba pequeños mordiscos en los labios, yo ya estaba de nuevo a mil, sentía como mis panties se volvían a poner muy húmedos. Ella me dio un empujón y caí acostada en la cama, se puso encima mío mientras me daba chupones en el cuello y metía una mano dentro de mis pantalones por debajo de mis panties para frotar mi sexo, yo ya estaba empezando a gemir como loca pero allí no importaba que hiciéramos ruido, ella se levantó de encima mío y se quitó con ansias la camisa y el sostén y después el pantalón, se quedó solo con unas tangas pequeñas de encaje rojo muy sexys, vi cómo le brillaba la entrepierna de lo mojaba que estaba, me miro como diciéndome que hiciera lo mismo así que lo hice, me quite la blusa y el sostén, ella me quito los pantalones y los panties que estaban completamente empapados. Esta vez no perdió tiempo y empezó a comerme el coño ahí mismo, movía su lengua sobre de mi vulva con movimientos rápidos, a veces me da chupones en el clítoris, cuando lo hacía me provocaba gemidos y pequeños temblores que me hacían estremecer, -“Te gusta mucho esto no?”, -“Siiii me encanta por favor no pares!!”, yo estaba ebria de placer, la tome por el cabello y la sujete como si quisiera asegurarme que su boca no se despegara de mi clítoris, ella claramente sabía hacerlo muy bien, lo chupaba ni muy duro ni muy suave y daba pequeñas pausas para que no me pusiera muy sensible. Yo estaba gimiendo como loca, estaba segura que no solo Diana nos estaba escuchando sino todo el edificio, que va toda la ciudad jajaja, Alejandra empezó a meter sus dedos en mi vagina y empezó a penetrarme con ellos, primero despacio, después más rápido, duro así no sé cuánto tiempo, sentía tanto placer que el tiempo se detenía para mí, entonces sentí un espasmo por todo el cuerpo y me vine en un orgasmo más intenso que el que había tenido en la oficina, dure con temblorin casi dos minutos después de semejante orgasmo, fue una experiencia surreal, no pensé que pudiera sentir tanto placer sexual, tenía el corazón a mil y la vista nublada. Alejandra se acercó a mi boca y empezó a besarme mientras me daba pellizcos en los pezones, sentí el sabor de mi vagina en su boca, -“¿Ya se te quito el enojo amorcito?” me dijo mientras me daba besitos en los labios y me masajeaba los senos, yo le respondí con una risita, -“Me encanta tus gemidos amorcito, sentir como te corres en mi boca me pone muy cachonda.”- Se quitó su pequeña tanga roja, se acostó a mi lado y abrió las piernas, tenía toda la zona de la entrepierna muy mojada, la llevaba rasurada con una pequeña franja de vello y de inmediato note que es de esas mujeres que su clítoris queda expuesto porque es más grande de lo normal, tenía los labios gruesos y jugosos, era una vagina muy bonita. Alejandra me dirigió una mirada cargada de lujuria y dijo con voz suave: “Ahora te toca a ti amorcito”.

Me puse entre sus piernas algo insegura, una cosa era que una mujer te comiera el coño y otra muy distinta era tu comerle el coño a una mujer, empecé a frotar la zona de su clítoris con mis dedos igual que solía hacer yo cuando me masturbaba después introduje tímidamente dos dedos en su vagina y comencé a masturbarla, ella soltó un gemido de aprobación y yo seguí en mi tarea, su clítoris se sentía duro, era más grande que el mío, me di cuenta que las sabanas estaban empezando a mojarse con sus fluidos. Alejandra cogió mi cabello con una mano para apartármelo del rostro y dijo con una voz apremiante: -“Usa tu boca querida”, yo la obedecí -“eso usa tu lengua ooohh sii así amorcito que rico”, yo me sentía un poco torpe aunque para ser la primera vez que le comía el coño a otra mujer parecía hacerlo bien, los gemidos de mi maestra iban en aumento mientras pasaba mi lengua por todo su coño. –“Chúpame el clítoris amorcito, así muy bien, oooh que rico lo haces”, yo empecé a chupar su clítoris con ansias, era fácil hacerlo ya que era grande y estaba duro dentro mi boca, lo chupaba y le daba lengüetazos, sentía como cada vez que le daba un chupón las piernas de Alejandra se tensaban, me sujeto el cabello con fuera y empezó a gemir –“oooh Karen que rico oooh Karen me encanta!!” escuchar como gritaba mi nombre me daba mucho morbo, seguía chupando su clítoris mientras mi maestra gemía como loca, hacer gemir de esa forma a una mujer tan atractiva que seguro era la fantasía inalcanzable de muchos hombres me hizo sentir empoderada y llena de morbo. –“No pares Karen, me vengo no pares oooh dios que rico”, de repente me apretó la cabeza con sus piernas y se retorció mientras soltaba un gemido fuerte, sentía como sus jugos vaginales corrían por mi boca y mojaban las sabanas, había hecho que mi maestra se corriera en mi boca, la mire a los ojos mientras me liberaba del agarre de sus piernas y su cara era puro éxtasis, me tumbe sobre ella mientras nos besábamos y ella me decía cosas lindas al odio, conversamos un rato pero ya eran casi las dos de la mañana así que Alejandra apago las luces y así desnudas nos acostamos dormir abrazadas envueltas en sabanas.

Esa noche dormí profundamente, a la mañana siguiente me despertó alguien que tocaba la puerta, mientras abría los ojos pensé que estaba en mi habitación y que la que tocaba la puerta era mi compañera de habitación para decirme que se me había hecho tarde, cuando vi a Diana parada en la puerta muy elegante vestida con su traje de ejecutiva me pregunte quien era esa mujer que se veía como una gerente o quizá una ministra, cuando termine de despertarme del todo recordé de golpe donde estaba y todo lo que había pasado la noche anterior, ella seguro nos había escuchado, en ese momento me sentí muy apenada y me cubrí los pechos con la sabana, sentía como si me hubieran atrapado haciendo algo malo. Diana me dijo sonriendo “’¡Buenos días!, sí que estuvieron trabajando duro anoche no? Jeje”, Diana levanto un poco la voz y llamo a mi maestra que seguía dormida a mi lado: -“Aleja Aleja amorcito despierta ya van a ser las siete te cogió el tarde”. Alejandra se despertó de golpe y miro la hora en el celular, soltó una exclamación y salto desnuda de la cama hacia el baño, -“Jajaja no te preocupes amor ya te hice el desayuno no te demores” le dijo Diana, -“Gracias amor” le respondió Alejandra desde el baño mientras abría la regadera, yo estaba sentada en la cama cubriéndome con las sabanas con cara de apenada, Diana se acercó y se sentó en el borde y me dijo casi susurrándome “Por lo visto anoche la pasaron muy bien ustedes dos, esos gemidos los abra escuchado todo el edificio jajaja”, se inclinó y me beso en la boca, yo abrí mucho los ojos la mire confundida y me aparte un poco mientras me seguía cubriendo con las sabanas, ella se levantó de la cama y se despidió de mi maestra que en ese momento se estaba duchando, y después me dijo: -“La verdad es que estas muy buena Karen con razón Aleja te hecho el ojo, tranquila no estoy celosa ni nada, no te sientas apenada conmigo estamos entre mujeres que no te de pena mostrar ese hermoso cuerpo, Ale y yo siempre nos divertimos en pareja, esta noche la vamos a pasar muy rico Karen” salió de la habitación cerrando la puerta.

Poco después mi maestra salió del baño, -“Dios mío olvide poner la alarma del celular anoche, mira la hora que es no voy a llegar a tiempo para la clase de 8, más vale que esos sinvergüenzas me esperen sino les voy a poner un examen bien difícil jejeje”, me preguntó si quería ducharme, yo le dije que sí, me dijo que no me demorara para tener tiempo de llevarme a mi apartamento y alcanzar a presentar su clase, yo me metí a la ducha, mientras el agua caliente corría por mi cuerpo, no podía dejar de pensar en lo que había hecho la noche pasada pero sobre todo en lo que había dicho Diana. Salí del baño y me puse la ropa, Alejandra ya me estaba esperando en la puerta del ascensor para ir al parqueadero del edificio, me llevo en su auto hasta mi apartamento, cuando llegamos se despidió con un beso en la mejilla y me dijo -“Tienes algo que hacer esta noche? me gustaría que cenáramos con Diana en mi apartamento, ustedes dos se tienen que conocer mejor seguro que se llevan bien jeje, que dices Karen?”, yo dude en que responderle, es cierto que la había pasado muy bien la noche anterior, pero para mí había sido algo casual, una locura para experimentar cosas nuevas, yo no era lesbiana o tal vez si? Había tenido sexo con una mujer súper atractiva y me había gustado más que gustado me había encantado, pero toda la vida me habían gustado los hombres y solo me había enamorado de hombres, ya con la cabeza fría me sentía muy confundida en ese momento, al final me dio pena rechazar la invitación de mi maestra así que acepte, -“Genial, paso a recogerte a las 8 vale? Te llamo cuando este aquí”, cerró la puerta de su coche y se marchó.

Durante todo el día no me pude concentrar en nada, pensaba en la noche anterior, en mi maestra, en Diana, me preguntaba si ahora era lesbiana, si era posible que me enamorara de mi maestra, me imagine como sería tener una novia en vez de un novio, pensaba en lo que podría pasar esa noche, todo era un mar de emociones y dudas. Al final decidí que no debía preocuparme mucho, era muy joven y solo estaba teniendo un poco de sexo casual, estaba experimentando un lado nuevo de mi sexualidad ¿qué tenía de malo eso?, además nadie se iba enterar.

Mientras se acercaba la hora de la reunión me sentía muy nerviosa, a medida que iba cayendo la noche me comencé a sentir otra vez cachonda recordando toda la faena de la noche anterior, me imaginaba como sería hacerlo con Diana, entonces toda duda que tuviera desapareció, no le iba dar más vueltas al asunto, estaba decidida a follarme Diana esa noche, aunque por lo que paso esa noche sería más correcto decir que Diana me follo a mí, pero eso es otra historia.

Foto real de Alejandra (Derecha) y Diana:

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