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Me quedé pensando en lo que me dijo y, la verdad, me excité con solo pensarlo, pero primero decidimos irnos a la piscina para refrescarnos. Pasamos antes por la cocina y sacamos un par de cervezas bien frías que la dueña de la casa había dejado, junto a más cosas por orden de la empresa, y salimos desnudos al jardín.

El agua estaba fresquita, pero apetecía meterse, abrimos las cervezas y en bolas, nos metimos en la piscina, entre trago y trago de cerveza se escapaba un beso, una caricia, y así nos fuimos poniendo a tono, Jorge ya la tenía bastante morcillona, y yo ya estaba empalmado. Me apetecía hacerle una buena coida de polla, me bebí la media lata de cerveza que quedaba de un trago, y me sumergí delante de él, me agarré a sus piernas, le acaricié los huevos y me acerqué a la polla, salí a coger aire y volví a sumergirme, la polla ya apuntaba a mi boca, la abrí y mi lengua se puso a jugar con su capullo mientras un dedo se colaba en su culo. Él me agarró de los brazos y me sacó hacia fuera, me besó con mucha pasión y me dijo:

-Aquí no, vayamos a la habitación. Estaré más relajado pensando que nadie puede vernos.

Subimos, a la habitación, yo iba delante mientras él me acariciaba el culito y me decía:

-Sabes lo que va a pasar ahora, ¿verdad?

Le dije:

-Por un lado estoy asustado, pero tengo ganas de tenerte dentro.

-Tú tranquilo, haré todo lo posible para que no te duela.

Eso hizo que mi polla se pusiera más dura, pasamos por el baño para secarnos de la piscina y ya, en el mismo baño, me cogió de los hombros y me bajó a su polla, y me dijo:

-Ahora sí, aquí sí, ¡¡¡cómemela!!!

Saqué la lengua y le lamí el precum que ya salía de su nabo, abrí la boca y la metí en ella apretando mis labios contra su tronco, empezó a mover las caderas hacia delante y hacia atrás, despacio. Notaba mi polla cada vez más dura, saboreando su verga y viendo esos huevazos moviéndose, colgando. Saqué la polla de mi boca y le chupé los huevos, los lamí, los besé, su respiración se aceleró, volví a meterme su polla en la boca, no era grande, ya lo comenté en el primer relato, pero en ese momento era la única polla que había probado y me sabía a néctar de dioses, la ensalivé bastante, hasta que me la sacó de la boca y me dirigió a la cama.

Me puse como rezan los musulmanes, con el culo un poco elevado, se acercó despacio, mi respiración se aceleraba, comenzó a acariciarme los huevos, pasaba su dedo índice por mi raja del culo, acariciando el ojal con delicadeza. Lo hizo durante un par de minutos, para relajarme, y lo consiguió, después acercó su boca a mi ano y comenzó a lamerlo, eso me puso a mil, dios, cómo no había probado con mi mujer eso, él seguía lamiendo, besando, acerqué mi mano a mi polla para pajearme, pero no me dejó, me dijo que mi cuerpo, en ese momento, era suyo, así que lo dejé hacer, me estaba gustando lo que hacía y lo que me ordenaba.

Con su lengua dentro, me metió un dedo mientras con la otra mano me acariciaba los huevos, me metió otro dedo más, no me dolía pero sí que notaba algo de quemazón dentro de mi culo, me decía que lo relajara, que iba muy bien, que en breve iba a probar lo que se siente ser poseído por otro hombre, porque ahora mismo era su puta, y así me sentía, le dije:

-Métemela ya, vamos cabrón. ¡¡¡No te hagas de rogar!!!

-Esto lleva su tiempo, pero queda poco, verás lo que vas a disfrutar, ¡¡¡zorra!!!

Cuando me llamó zorra me excité más él lo notó y metió otro dedo, ya tenía tres y notaba el culo abierto, me gustaba tener aquello dentro, espero un par de minutos y me dijo:

-Ahora, mi putita, va a catar el nabo de su macho, voy a darte por el culo bien dado, corazón y quiero preñarte

-¡¡¡Sí cabrón, clávamela ya, joder!!! ¡¡¡Rómpeme el culo!!! ¡¡¡Empálame ya!!!

Sacó sus dedos del culo y noté como posó su capullo, me agarró de las caderas y apretó mientras me decía que me relajara, aquello no entraba, yo estaba acelerado y él excitado, se apretó contra mí y noté como su capullo entró, dolió un poquito pero quemaba, siguió metiéndola hasta que por debajo de mí pude tocar sus pelotas pegadas a mis nalgas, quemaba bastante, le dejó quieta un ratillo y cuando noté que la quemazón bajaba, empecé a moverme hacia delante y hacia atrás, joder como me gustaba estar ensartado por su polla, era un placer que no había experimentado nunca antes, notaba como su polla se abría paso dentro de mí, como llegaba al tope y salía para volver a entrar, mi polla empezó a soltar precum y yo no paraba de gemir, de jadear, era una auténtica puta que quería más, quería que me diera más fuerte, se lo rogaba, él gemía también y empecé a notar contracciones en su polla, le dije:

-Ni se te ocurra sacarla, cabrón, déjame la lache dentro, préñame como te he preñado yo antes.

Aceleró sus movimientos y gimiendo noté como se corría dentro de mi culo, notaba como entraba su leche con fuerza, el cabrón tenía una polla no muy grande pero con mucha potencia, me encantaba ser preñado de esa manera, cuando acabó la sacó y salió su leche coloreada de rojo, un poco de sangre pero que no me preocupó, me giró y se metió mi polla en la boca, yo notaba como se salí su leche de mí mientras me comía la polla con tantas ganas, me acariciaba las pelotas y seguía chupando, jugando su lengua con mi frenillo, mamando, hasta que empecé a sentir que me iba a correr, apretó su boca contra mi polla y su lengua la frotaba rápido con mi capullo, le dije que me corría, pero no se la sacaba, hasta que empecé a jadear diciéndole:

-¡¡¡que me cooorrooo, cabrón!!!

Y empecé a soltar los trallazos dentro de su boca, notaba como se excitaba, su polla estaba medio erguida, no podía dejar de mover mis caderas contra su boca, clavándole mi polla hasta el fondo, y poco a poco mi polla se fue relajando, se la sacó, se tragó lo que le quedaba de leche en la boca y se relamió la que tenía por fuera, me agarró la polla y me la limpió con la boca, se levantó hacia mí y nos comimos las bocas, notaba el sabor de mi semen en su boca, y nos quedamos tumbados un buen rato, sin hablar, solo pensando en lo que habíamos hecho, y en lo que quedaba por que hiciéramos y ya fui ideando unas cosillas que pensé que a él le gustarían, porque a mí me ponían mucho.

Pero eso lo dejo para el siguiente relato.

Vantheway.

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