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Haciendo realidad la ficción

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Leia tenía por delante un reto muy importante en su vida. Tanto así, que el nivel de ansiedad y nervios se le disparaba provocándole un "calentamiento" que no era normal.

No entendía cómo toda la tensión se le acumulaba en su zona más íntima, concretamente en su clítoris y toda la zona de alrededor junto con los pezones bien duros. Además, justo no estaba su Seal para ayudarle a calmarse. Así que, tendría que empezar a hacerlo ella sola y recordarle a él que es lo que se estaba perdiendo.

Para ello, empezó dándose una ducha relajada, con agua caliente, pasando la esponja por todo su cuerpo para estar aún más suave. Pero, parándose especialmente en los pechos, y con su mano en el coño, separando lentamente los labios para limpiar bien entre ellos mientras disfruta del placer de ese movimiento. Para terminar, apunta con el chorro de agua hacia esa zona.

En contra de lo esperado, la ducha no sólo no ha disminuido su excitación, sino que la ha aumentado.

Como todavía tiene tiempo, aprovecha y se tumba aún mojada (especialmente una zona) en la cama y empieza a ponerse crema. Pasando suavemente la mano por sus pechos, sus pezones, su barriga y bajando por las piernas hasta llegar a la punta de los dedos del pie. 

Llegaros a este punto, no sabe si esperar a Seal, o seguir jugando con uno de los juguetes que tiene.

Decidió que, definitivamente lo iba a esperar a él. No había punto de comparación. La complicidad que habían alcanzado no era comparable a nada ni nadie. Los dos querían probar cosas nuevas, mejorar las que ya sabían y hacer realidad fantasías esperadas por mucho tiempo. Juntos.

Para sorpresa de ella, él no llegó a casa. Le mandó un mensaje dónde ponía una sencilla orden "ponte el body, unos vaqueros y baja". Es decir, iban a poner en práctica una de sus fantasías: pasear a la vista del todo el mundo, sabiendo que "se ve todo pero no se ve nada". Eso, elevaba el nivel de excitación de los dos por las nubes. Durante el paseo y unos mojitos, no faltaron las miradas cruzadas, los labios mordidas, las manos indiscretas, la chaqueta abierta (ni que decir que el body era tipo encaje).

Cuando los dos no podían más, mientras volvían en el coche, él volvió a darle una orden: "quítate el pantalón". Leia obedeció sin rechistar. Y el llevó sus manos hasta el coño de ella, y empezó a tocar su clítoris, sus labios, y por qué no, introducir algo los dedos. Eso hizo que Leia se fuera retorciendo de placer cada vez mas.

Al ser ya de noche, y no aguantarse las ganas, buscaron dónde para el coche para seguir disfrutando de otra de sus fantasías. Ahora el turno de "la venganza". Ahora le tocaba a Leia darle placer a él, cosa que le encantaba. Pasaron al asiento de atrás, él se sentó y ella estaba a cuatro patas para tener su polla al alcance de su boca y de sus manos, dejando a su vez, que Seal tuviera acceso a sus pechos y a su coño con los dedos. Así, poco a poco, Leia fue pasando su boca y su lengua por su polla, por esa zona tan sensible que tiene en la punta, chupando, latiendo despacio con su lengua, succionando poco a poco, moviéndola de arriba a abajo, a veces más rápido, otras más lentas, todo dependía de los gemidos de placer de él.

Llegados a este punto, él la cogió por los pelos, la obligó a sacar la polla de su boca. Él deseaba fervientemente, otra cosa. Deseaba follarla, deseaba sentirla dentro, hasta lo más hondo. Deseaba notar esa excitación que se habían producido. Hizo que se sentara encima de él, y con su polla dentro de ella, dejó que ella tomara el control y se moviera como quisiera. Él aprovechaba y con su boca agarraba los pezones, les tiraba bocados, los chupaba. Con las manos se ayudaba para tenerlos bien apretados mientras con su boca no paraba de morder el cuello de Leia. Cosa que a ella le ponía los pelos de punta y mas hacía subir la temperatura.

Cuando los dos no podía más con la calentura, él le agarró a ella del culo, cosa que le volvía loco, y empezó a darle azotes, cada uno más fuerte del anterior. Esto hacía que Leia se excitara aún más, y, en uno de los azotes, y entre gemidos de ella, él consiguió que ella tuviera su orgasmo.

A la vez que ella gemía de placer, y él le daba azotes, él no quería que ella parase, le daba igual que se hubiera corrido, ahora le tocaba a él, estaba su clímax, y justo cuando ella le mordió en el cuello, él consiguió correrse dentro de ella.

Ambos se fundieron en un beso profundo. Pero, antes de que él se diera cuenta, Leia se había movido y volvía a tener su polla en la boca, lamiéndola poco a poco, los restos que quedaban en la zona, limpiándola con su lengua, dándole más placer a él.

Al rato, se vistieron y volvieron a casa, podría decirse que estaban agotados, pero ninguno de los dos podía controlar el fuego de su interior, fuego que cada uno aviva al otro, y que hacía que quisieran más.

¿Cuál será la próxima aventura/fantasía/morbo de los protagonistas? Hagan sus comentarios.

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