Nuevos relatos publicados: 18

Heber el hijo del encargado

  • 14
  • 18.589
  • 9,50 (2 Val.)
  • 6

Después de la asamblea de consorcio de mediados de junio, donde los propietarios tuvimos que elegir nueva administración, despedir al encargado anterior ya que sus cagadas lindas se había mandado y contratar uno nuevo, después de poner dinero en un fondo común para solventar gastos extraordinarios, finalmente se pudo elegir un encargado nuevo. A diferencia de los dos anteriores que había antes, éste es casado, oriundo de un pueblito del norte de nuestro país, hace 30 años viviendo en Buenos Aires, casado. Su mujer aparenta ser muy amable, educada y es la que suele ir detrás de él indicándole las cosas que faltan por hacer o se hicieron mal.

Tienen un hijo de 23 años, bajito de 1.60 m, tez oscura, delgadito, que según nos habían contado, era el primero de la familia en ir a la universidad. Estaba estudiando para Contador. Lo había visto de lejos ya que aparenta ser bastante tímido y no sociabiliza mucho con nadie.

Pasaron las semanas y los propietarios estábamos atentos a esta nueva familia. Es un edificio grande, con las cocheras sobre una calle, la entrada sobre el otro, la garita de seguridad, un pequeño parque con plantas y el encargado anterior desatendía la gran mayoría y las quejas eran recurrentes sobre la suciedad o la falta de limpieza de varios sectores comunes.

Una tarde de sábado, yo volvía del gimnasio, sudado, con una remera roja ajustada al cuerpo, mi short también bastante ajustado al cuerpo y el bolso. Vivo en un 6to piso y subiendo a mi departamento, en el piso 2 se detiene y sube el hijo del matrimonio encargado. Con una bolsa de consorcio en una mano, la escoba en la otra, remera blanca y pantalón azul oscuro con zapatillas, y cara de pocos amigos. Lo vi, le sonreí y le dije: Buenas tardes! Mientras me arreglaba el pelo mirándome en el espejo del ascensor.

Me mira de arriba a abajo, siendo que soy alto, mido más de 1.80 y me dice: Hola, Buenas tardes! Ud. Sube no?

Si, le respondo, voy al 6º.

Ah Ok, yo necesito ir a las cocheras.

Bueno, ya llegamos es rápido, tocá rápido subsuelo así vas. Nos vemos!

Entré al departamento y me quede visualizando aquel encuentro ya que este chico me hizo acordar al que limpiaba mi oficina hace un par de años atrás, Roger (los relatos con él están en mi perfil). Pero a diferencia de Roger, no parecía ni por asomo ser un pibe del bando.

Un par de semanas después, un domingo por la tarde, bajo con un chonguito con el que cada tanto me junto a garchar cuando anda por la zona y suele venir los sábados a la noche, y después de garche salvaje, cena, garche, dormir, garche, dormir, garchar de nuevo, desayunamos, como su cola le duele y la tiene irritada, me la chupa, me hace acabar, y se va; y a él las plumas se le notan. La cuestión que, bajo a abrirle y estaba sentado en la mesa de la recepción el hijo de los encargados, jugando juegos en el celular, lo saludo, sin despegar la mirada del celular me devuelve el saludo. Levanta la vista, me ve que este chico para saludarme medio que me da un pico, y se va. Vuelvo a entrar, lo miro a Heber, que se queda medio extrañado de haber visto lo que vio y subo al ascensor.

Al día siguiente, lunes, comienzo de la semana, voy a bajar con el ascensor, y al detenerse en el 6to, estaba Heber con la bolsa de consorcio en la mano y la escoba. Yo: Buen día! Él, mirándome de arriba a abajo, me dice: Buen día señor!

Yo: ehhh como señor? Todavía no tengo 40. Doctor en todo caso, o Juan!

Él: ah perdón, pensé que era Ud. Mas grande. (con un gesto de pena mirando hacia abajo).

Yo: jajaj ano pasa nada, como van los estudios? Me contaron tus papás que estas estudiando para contador! Que bueno que lo hagas. En que año estas?

Se abren las puertas del ascensor en el subsuelo ya que tenía que sacar el auto, y él me responde, voy a la recepción.

Yo: vení, acompáñame y me contas de la carrera.

El: estoy en tercer año, es que me cuesta bastante y voy medio atrasado. Me distraigo mucho y mis papás quieren que trabaje con ellos porque dicen que yo también tengo que colaborar para ganarme la plata que me dan y este edificio es muy grande y se pierde mucho tiempo.

Yo: en forma de consuelo, lo tomo del hombro y le digo: si me das permiso, voy a hablar con tus papás que tenés que concentrarte en el estudio y que antes una sola persona se hacía cargo del edificio, ahora son dos, no se necesitan 3 y menos si estas estudiando. Tenes que salir adelante. Cuando vuelvo, hablo con tus viejos.

Él: Ud. Me dijo que era doctor, no? Es médico?

Yo: no, soy abogado y ahora me estoy yendo a la oficina, y vos tenés que estudiar para lograr progresar. Después nos vemos.

Me subí al auto y me fui. Heber era un chico que parecía frágil, enojado con sus padres, pero que algo raro tenía en su actitud.

Regresando a la tarde al edificio, salgo del auto y subo a la planta principal y me encuentro a Don Aurelio, el padre de Heber, y les pregunté porque había visto trabajando a Heber si los que fueron contratados para hacer el trabajo eran él y su esposa, no el chico.

A lo que me responde, sabe doctor, en mi pueblo se acostumbra que cada quien tiene que ganarse el dinero con trabajo, con el sudor de la frente, y a este chico le gusta la tecnología, le gusta tener para sus estudios y salir de vez en cuando, así que si quiere dinero, nosotros le vamos a dar pero tiene que trabajar.

Yo: Señor Aurelio, no es el acuerdo que se hizo por contrato, el chico tiene que estar estudiando o trabajando por motus propio en otro lado que él haya elegido. Uds. Como padres sabrán cuanto dinero le dan por el simple hecho de estar en la universidad que, como nos dijeron, era el primero en varias generaciones que lo hacía, así que están en Capital Federal, en Buenos aires, acá las cosas son muy diferentes. Como abogado y siendo parte del consejo de propietarios, no quiero ver a ese chico realizando tareas que Ud. Y su mujer tienen que realizar. Espero haya quedado claro.

Por 3 o 4 días, no volví a ver a Heber. Un par de días después salía con el coche del edificio y lo veo cruzando la calle en diagonal a donde hay una parada de colectivos. Doble con el coche, le toque bocina, pero iba con auriculares. Seguí viaje.

Al día siguiente, saliendo para el gimnasio, lo veo a Heber en el subsuelo, hablando por celular. Le toco bocina, levanta la vista y me hace un gesto de saludo. Le hago señas para que se acerque. Camina hasta el auto mirando el celular, y le digo: Eyyy, como andas? Como anda todo?

Me responde que no muy bien, que como sus padres no lo dejan trabajar mas en el edificio, le dan el dinero justo y necesario para la facultad y que no tiene crédito en su celular. Y que quiere hablar con sus amigos y lo puede hacer desde el subsuelo donde llega el wifi público de la plaza de la otra cuadra.

Le dije: mira, concentrate en tus estudios, desde una aplicación muy conocida que se usa en argentina, llamada Mercado pago, le dije: pasame tu número de celular. Me lo dice y le cargo $2000 pesos para que tenga crédito para usar datos. Me dice: No doctor, no sé como devolvérselo.

Yo: no me tenés que devolver nada, quiero que aproveches esto y le metas pilas a los estudios y si necesitas ayuda o algo, me venís a ver. Yo estoy en el 6º B. O si necesitas hablar, igual. Tus papás pueden ser medio cerrados con el tema de como se vive en Buenos Aires, pero dale tiempo. Ok. Me tengo que ir.

Él: le super agradezco doctor Juan.

Pasaron un par de días, y no tuve noticias de él. Aproveche que me había quedado su celular registrado con la carga del crédito, lo agendé y le escribí por wasap. Como va todo?

Pasadas unas horas me responde: Quien es?

Y le digo: soy yo, el doctor Juan del 6º B.

Él: ah como le va doctor? Bien bien, todo bien, saliendo de lo de unos amigos.

Ok, volviste a tener problemas en tu casa?

Él: No, no, por ahora no.

Yo: me alegro, agenda mi número, cualquier cosa me escribes.

Semanas después, vuelvo a verme con el chico que es mi garche esporádico, y cuando está entrando, justo salía Heber. Yo: que tal estás?

Él: (mirando mucho al otro chico). Bien, bien, todo bien. Me voy.

Yo: suerte! Me avisas cualquier cosa.

El domingo a la mañana mientras me duchaba y el otro chico estaba aún en la cama, me tocan timbre. Yo, medio extrañado que un domingo a las 9,30 am me toquen timbre, me cubro con la toalla, me seco rápido y miro por la mirilla de la puerta, solo veía una cabeza y que suena nuevamente el timbre.

Abro despacio y digo: si? Ahhh Heber! Está todo bien? Que pasó?

Perdone doctor, que lo moleste, le mande mensaje de wasap pero como no me respondíó lo vine a ver.

Yo: pero pasó algo malo? (tratando de hablar bajo para que no se despierte mi garche)

Él: quería saber si tenía un amigo o contacto que dé clases particulares de matemáticas?

Abro un poco mas la puerta quedando solo cubierto por la toalla y le respondo: Heber, que susto, mira, estuve ocupado no miré el celular, dejame que piense y te diga. Heber atónito con su mirada en mi cuerpo.

Él: Doctor, que cuerpote que tiene! Perdón que lo mire así pero solo vi hombres como Ud. En la tele.

Yo: jajaja gracias. Bueno. Mira, después hablamos, me tengo que cambiar y mas tarde respondo tu mensaje.

Al cabo de unas horas Heber estaba sentado en la mesa de la recepción del hotel con el celular y nuevamente me ve despedir a este chico.

Yo: que tal Heber? Como va todo?

Él: Es su novio ese chico?

Yo: jajaja no, digamos que es un buen amigo.

Él: Ud. Es de esos hombres que salen con hombres no?

Yo: Si, soy gay y ese chico también lo es y digamos que es un amigo con derechos.

Él: ah ya ya, entiendo.

Yo: Si queres preguntarme algo, hacelo eh, no tengo problemas.

Él: No... Bueno, pasa que no le he contado a mis padres porque el algo dificil que lo entiendan. Pero, yo siento que después de conocerlo a Ud., yo me he sentido raro, como atraido hacía los hombres también. Ud. Me llamó mucho la atención.

Yo: gracias Heber, me siento halagado. Mira, vos tenes que hacer tu búsqueda y explorar con chicos de tu edad y después iras conociendo mas gente. Seguro en la facultad hay un montón.

Él: si, pasa que por momentos me da miedo, y por momentos como que me gustaría poder hacer algo con alguien. Sabe que? Allá en Tucumán en mi pueblo, yo tenía un chico con el que nos veíamos a escondidas, cuando ibamos con mis papás para las fiestas de fin de año a visitar a la familia. Eramos como Ud. Y ese otro chico. Y con él digamos que dejé de ser virgen. Él siempre era el, como se dice acá? El activo y yo el pasivo. Yo lo quería y disfrutaba mucho el sexo. Era como nuestro momento especial de la semana. Pero él después se puso a salir con una chica y no nos vimos más.

Yo: uuhh lamento escuchar eso. Y lo que me contas le ha pasado unos cuantos chicos que han venido del interior para acá. Igual tranqui, tenes que salir un poco más, conocer gente del ambiente y de tu edad, y hacerte amigos. Vas a ver que así vas a conocer a alguien que te guste mucho.

Él: y Ud. No tendrá así amigos como Ud.?

Yo: Como yo? Jajaja son todos de mi edad, bastante mas grande que vos, pero anda despacio con los de tu edad. Mis amigos están en otra.

Él: ahhh bueno, que pena. Ud. Es muy atractivo.

Yo: jajaja muchas gracias Heber. Bueno, me voy para el departamento hablamos.

Heber me tenía ganas. Que momento y que confesiones, sabía que algo se tenia guardado este chiquito. Y la verdad que me morseaba hacerle cositas que quizás jamas le hiceron. Pero por razones de mantener las distancias con sus padres, preferí abrirme y dejarlo pasar.

Luego de un par de semanas de no cruzarnos y yo haciendo la mía. Llegando al edificio, veo a varios vecinos reunidos hablando con los padres de Heber. Dejó el coche en la cochera y subo por las escaleras a la recepción.

Hola, que anda pasando?

La vecina del 2º: a vos te parece? Estoy sacando unas cajas acá al cuarto de reciclaje, y bajando con las cosas por las escaleras, me encuentro en el descanso de las escaleras al hijo de ellos, teniendo sexo con otro chico. Pero no se puede creer esto!

Yo: a ver, paren, son cosas de chicos, está mal lo que hizo, pero hablen con él, tranquilos, despacio. Él quizás les querrá contar algo que no se anima, y tienen que entenderlo.

La vecina: pero no escuchaste lo que dije?

Yo: si, escuché, de la misma forma que hace un año atrás todos escuchamos que el encargado anterior, tenía sus cosas con la señora del 8vo en el cuarto de maquinas y nadie dijo nada, tardaron meses en echarlo y lo echan por ser descuidado pero no por eso. Acá hablamos de un chico que está descubriendo su sexualidad.

El padre de Heber. Mi hijo no tiene que descubrir nada. Él es un hombre.

Yo: si, es un hombre que le gustan los hombres, que problema hay? Ud. sabe cuantos chicos del interior vienen a Bs As a escaparse de ambientes sofocantes familiares para dar rienda suelta a su sexualidad acá?

Otra vecina: Bueno, vamos a estar atentos. Pero que no se vuelva a repetir. Como dice acá el doctor, es un chico y está descubriendo cosas. Perdón, pero en esto no puedo estar ocupándome.

La vecina del 2º. Bueh, ahora acá no paso nada y los p...tos pueden hacer cualquier cosa.

Yo: vecina, regule sus palabras porque puede ligar una demanda por discriminación y maltrato. Así que cálmese. Sus padres van a hablar con él. Nosotros ya no nos podemos meter mas de lo que ya llamamos la atención.

La madre de Heber: Gracias doctor por entender.

Cada uno se fue a su casa.

Mas tarde a la noche le mandé un mensaje a Heber: Me enteré de lo que pasó! Está todo tranquilo en tu casa?

Pasaron las horas y no me respondía.

Al día siguiente, al mediodía, estando en la oficina, recibo un mensaje de él. Diciéndome que sus padres se sentían decepcionados de su único hijo, que se haya aprovechado del trabajo y de su estancia en ese edificio para hacer lo que hizo. Que además esperaban de su único hijo le diera nietos. Que estaba en la Facultad en ese momento y que sólo quería responderme los mensajes para agradecerme por mi buena onda y para que me quede tranquilo que estaba bien.

Le respondí: Ok, si necesitas algo, podes contar conmigo. No estás sólo.

Pasaron las horas, los martes a la noche sus padres aprovechaban para ir a la iglesia. A eso de las 20.30 h mientras preparaba la cena, me tocan timbre.

Abro la puerta y era Heber, se lo notaba que había estado llorando.

Lo hago pasar, y le digo que me espere que apagaba los fuegos para que no se me queme la comida. Y le digo: estuviste llorando! Que te pasó? Y me dice que se sentía triste porque su amigo, con quien se veía cuando él viajaba a su pueblo, le contó que en unos meses se convertiría en padre y al decirle eso, sintió que se había roto definitivamente el vínculo con él. Soltó un par de lágrimas, y me generó abrazarlo. Él parado me llegaba a la altura de mi pecho apenas mas abajo. Me apretó de la cintura y me agradecía por escucharlo. Me senté en el apoyabrazos del sillón para tenerlo mas a la altura. Vuelvo a abrazarlo, y corre su cara y me da un beso en la mejilla, lo miro, lo agarró de la cara, y le doy un beso en la boca. Él casi paralizado me mira, y lo vuelvo a besar y a abrazar. Con sus bracitos delgados me los pone alrededor de mi cuello, y nos comemos las bocas con pasión, como que había algo reprimido y lo pudimos soltar.

Baja sus brazos y comienza a acariciarme los pechos por encima de la chomba. Me saqué la chomba quedando en cuero y le saco su remerita. Veía un cuerpo delgadito, moreno, lampiño, sus costillitas se marcaban. Él apretaba y acariciaba mis pechos y le digo: chupalos. Sin mediar palabra, bajo su carita a mis tetas y las chupo como si fueran el último chupetin del mundo y necesitaba algo dulce. Le acariciaba la cabeza. Mi pija estaba engarrotada cual piedra dispuesta a destrozarle el culo y la boca. Con sus manos acariciaba mis brazos, mi torso. Vuelve a besarme y yo bajo mis brazos a su cola, empiezo a apretarle las nalgas, y el baja su mano a mi pija. Y me dice: Doctor, no, esto es enorme, no voy a poder con esto.

Yo: Shhh yo te ayudo. Le bajé el pantalon y tenía un slip medio desgastado. Se lo bajé, lo di vuelta, y me puse a observar su culito. Apenas pelo, chiquito, redondito, olia a recién bañado. Le mordí una nalga y se retorció de placer.

Yo: Si eso te da placer, sentí esto... Me puse a chuparle el orto y a pasarle la lengua desde la base de sus huevos hasta donde empieza su espalda, empezó a gemir y a retorcerse como si fuera lo mas excitante que había sentido en su vida. Con ambas manos abri sus nalgas y me puse a cogerlo con la lengua.

Él: si si si, doctor, soy suyo!!

Lo di vuelta, lo besé y lo empuje desde el hombro para que baje a chuparme la pija.

Me desató el nudo el cordon del pantalon, me lo bajó y tenía puesto un slip gris que explotaba, mi pija se salía por el costado. Él la miraba y me miraba, yo asentando con la cabeza que era para él. Se puso a amasarla y a sentirla, con su mano, con la lengua, con la nariz. Parecía algo exótico y nuevo para él y que lo deseaba mucho. Me baja el slip y con su manito me la masturba un par de veces y se la pone en la boca. Se la sacó y me dijo: que rico huele, pero es muy grande, no vi nunca una así.

Yo: dale, despacito. Yo te ayudo. Se la puso en la boca nuevamente y con su lengua trataba de acariciarla pero yo lo tomé del cuello y lo fui empujando. Se ahogaba y hacía arcadas. Seguimos intentando un rato pero con los dientes me raspaba un poco a pesar de que le ponía onda. Evidentemente será algo que tendré que enseñarle como se hace.

Lo levanté, le hice upa, y lo llevé abrazado hasta la habitación. Ahí lo puse boca abajo, sobre mi cama, le abrí las piernas y volví a jugar con mi lengua en su cola. El apretaba las sabanas y con un almohadón se tapaba la boca. Después de unos minutos así, me incorporé, me acerqué a la mesa de luz, y saqué lubricante. Él al ver que saqué el lubricante y que mi pija tenía sus 24 x 8 cm venosos en su plenitud, me pidió que sea cuidadoso y que sea suave. Le dije. No te preocupes! Como te gustaría empezar?

Él: encima suyo, lo cabalgo.

Yo: dale. Me puse lubricante en toda la pija y le puse bastante mas en su culito. Me acosté en la cama y él se subió encima mío, agarrándose fuerte de mis pectorales y pidiendome que no me mueva. Yo: tranquilo, manejala vos.

Con cierto gesto de dolor puso la cabeza mi pija en la entrada de su culo, y se quedó quietito. Yo: shhh, despacio, dejá que se adapte. Empezó a bajar un poco más y se quejaba, le dolía y me dijo que no podía. Le dije que se apoye en sus pies, como sentándose, y lo sostuve desde sus nalguitas, y comencé a moverme despacio. Él tenía cara de dolor, me sujetaba de los pectorales y pedía despacio.

Yo: Shhh, tranquilo, shhh.. Así, mi pija entró un poco mas, hasta la mitad, pero el resto del tronco quedaba afuera. Ya con eso empecé a moverme, a mi me encantaba este desafío, era como desvirgarlo. No quería lastimarlo, sólo que lo sienta. Él no se movía, casi llora de dolor. Me senté con él encima y empecé a besarlo. Eso lo relajó y cuando quiso dar cuenta, casi toda mi pija estaba adentro. Le digo: ves?, tenes que aflojarte. Me responde que es enorme y que yo soy bestial y que él se siente muy excitado pero dolorido. Le sonreí, lo tomé de la cintura y empecé a moverme, lo penetraba con cierto ritmo que lo haga sentir cómodo. Tomó una almohada, se la puso en la cara y gemía y gritaba. Mi cabeza apoyada en su pechito, y mi pelvis que se movía hacia arriba y hacia abajo. Mi pija estaba totalmente lubricada. Cuando ya lo sentí más cómodo, lo abracé y lo tiré hacía atrás yendome yo encima de él. Me pidió que vaya despacio.

Le levanté sus piernitas y las paoyé sobre mi torso y comencé a cogerlo así, tomó nuevamente la almohada y se la puso en la boca y ahi aceleré las embestidas. Con sus manos me sujetaba de la cintura para frenarme pero no tenía suficiente fuerza, por lo que seguí con mi ritmo. Le saqué la almohada de la cara y comencé a besarlo. Él me abrazó y me besaba con mucho cariño, pasión, como quieran llamarlo.

Lo levanté nuevamente, y le pedí que se pusiera en 4. Cuando saqué mi pija noté que había sangré. Le pedí que se lavé y me lavé yo también. Él se asustó y le dije que no se asuste, que era normal. Le pregunté si quería que siguiera. Y me responde que si. Estando en el baño y una vez limpios los dos, le puse una crema hidratante especial en el orto y yo me puse en la pija, lo puse sobre el vanitory quedando su culo a mi disposición y el tirado sobre la bacha. Comencé nuevamente a cogermelo. Se tapaba la boca, y aceleré las embestidas, a él se le caían las lagrimas y se notaba como aguantaba a pesar de todo. Yo me pusé a gemir y a acelerar mi respiración, le dije: voy a acabar, salgo? Me responde que no, que siga!! Aceleré las embestidas, y no pudiendo aguantar más, estallé adentro de él. Rebuznando y volviendome un toro que quería salir al rodeo... Casi que me desmayé sobre su espalda y él suplicaba que no salga, que le encantaba sentirme así. Nos quedamos así un rato, y cuando mi pija empezó a ponerse gomosa, salí. Volvió a aparecer algo de sangre. Apenas saqué la pija, salía leche de su orto como si fuesemos 5 personas los que lo hubiéramos cogido.

Me dice que es la primera vez que le pasa esto y que se sentía raro. Lo besé y le dije: duchate tranquilo.

Se duchó, se lavó, estuvo un rato, su cola estaba casi desflorada, y le dije que se ponga crema y que para mañana ya iba a estar bien. Que cualquier cosa tome un antiinflamatorio. Cuando salió a secarse, entré yo. Él me observaba y me dice: no puedo creer lo que me acaba de pasar. Ud. es un Dios griego. Si lo llego a contar no me lo creen.

Yo: mira, como están las cosas, por ahora no digas nada. A tus amigos si querés si, pero nada a tu familia.

Él: no no, a mi familia nada. Podremos repetir?

Yo. Obvio, pero tranquilo con esa colita que si no se va a lastimar seriamente y por un mes no vas a poder hacer nada con nadie.

Se vistió, aún nervioso, me abrazó, lo besé y se fue.

A la semana siguiente, volvimos a repetir.

Él: gracias doctor, siento que me saqué un peso de encima contándole esto.

(9,50)