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Isabela quería buen sexo

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Primero tienes que entender que el buen sexo es como el santo grial para los primerizos, los inseguros de sí mismos y los adolescentes, en especial para los adolescentes cachondos de preparatoria. En la preparatoria todos dicen tenerlo, la mayoría ni siquiera tiene sexo realmente, los pocos que si lo tienen, se tienen que conformar con mal sexo en algún aspecto, siempre es:

¿Tu novia tiene lindas nalgas? ¡Perfecto! Lástima que no le gusta dar mamadas, ni hablemos de que se trague tu corrida. ¿A tu novia le gusta dar mamadas? ¡Maravilloso! ¡¿Se traga tus corridas?! ¡Joder! Tú si que vives la vida! Eso si, buena suerte consiguiendo lugar para que ella lo haga más a menudo, no tienen dinero ni lugar. ¿Su coño se siente como la gloria? Bueno, eso crees, ese maldito condón nunca te deja averiguarlo realmente, aunque sean días seguros, aunque prometas comprarle una pastilla de emergencia, no sucederá, tu verga no entrara desnuda en el miedoso coño de tu linda novia.

Tú, chica, ¿tu novio tiene lindo cuerpo? ¡Genial! Lástima por su pequeña verga. ¿Él te podría lamer el coño y comerte el culo por horas? ¡Eres afortunada! Ojalá durara más de 4 minutos follandote. ¿Él tiene una verga de campeonato? ¡Dame esos cinco! Pero aprender algunas posiciones aparte de la de misionero le vendría bien.

El buen sexo es como el santo grial para los adolescentes de preparatoria, todos lo quieren desesperadamente, y he aquí un secreto, ellas lo quieren tanto como ellos…

Isabela estaba obsesionada con esto. Por las anécdotas escandalosas, exageradas y mayormente falsas de su mejor amiga Laura, por el porno, porque amaba tanto a su novio Matías, porque las malditas hormonas no le dejaban pensar en otra cosa y porque se sentía más que lista, ansiosa e incluso envidiosa de ese mítico buen sexo del que todos hablaban.

¿Lugar? Listo, ella tenía su casa sola después de clases, ¿lindas nalgas? Listo, ella tenía un culito jodidamente lindo, redondo y firme, algo pequeño tal vez, pero nadie se quejaría ni de broma, ¿buenas mamadas? Ella en serio se esforzaba, ahora con meses de práctica con su novio, ella podía hacerlo eyacular sólo con la boca, incluso tragaba, aunque lo odiaba, lo hacía sólo para darle gusto a él ¿esos aburridos condones? Bueno, ella era bastante regular, llevaba bien la cuenta y cuando eran días seguros lo dejaba sentir su delicioso coño apretado, húmedo y caliente al natural, ¿desnudez total? Ningún problema con eso ¿Matías tiene buena verga? Mmmm bueno, normal, tal vez algo pequeña, muy delgada sin duda alguna ¿él es un buen comedor de coños? No estaba mal, pero ella siempre tenía que pedirlo, no estaba muy feliz por eso y se preguntaba ¿que se sentiría que le comieran el culo, ¿duración? Desastrosa, ella está segura que el mejor tiempo de su amado novio fueron 4 minutos, ¿Fuerza y velocidad? Deplorable ¿él se limitaba o que carajos? Y ojalá se supiera otra posición que no fuera la del misionero o acostados de perfil, ella incluso estaba emocionada con la idea de empinar bien el culo en cuatro patas y darle una linda vista, sin embargo, él no era muy bueno captando señales.

Cada vez ella se sentía decepcionada ¡joder! ¿Cuando será el día que él durará unos buenos 10 minutos jodiendosela como ella se merece? ¡Cuando menos 10 minutos!

Ella sentía que no era justo que le diera mamadas asombrosas hasta 2 veces por sesión y siempre tuviera que pedirle que le comiera el coño para que él lo hiciera algunos segundos, después de 6 meses de eso, ella ya no era optimista sobre que él mejoraría como estaba tan segura al principio, lo peor es que para él no era un problema, no estaba enterado y eso le frustraba más a ella, él estaba bien, ¿cómo no iba estarlo con su linda novia tan complaciente y con ese culo tan precioso?

Pero con cada sesión la frustración en ella crecía y como está es una historia de jóvenes idiotas e inexpertos, por supuesto que ella no se atrevió a hablarlo de frente, eso hubiera solucionado muchas cosas, pero eso nunca sucedió.

Ella recuerda el día, nunca lo olvidaría, Matías dejó su celular en su casa, un evento cósmico inusitado ¿Que adolescente olvida el celular en la casa de su novia? Él vivía casi hasta el otro lado de la ciudad, cuando se dio cuenta solo rezó para que ella no lo revisara, él nunca le había sido infiel, ¿pero que adolescente cachondo no esconde algo en la privacidad de su celular? Los rezos de él la detuvieron a ella por casi 2 horas, Isabela veía atormentada el celular de su amado novio sobre su mesita de noche, el dilema moral de siempre, ¿revisar o no revisar? Después de 2 horas ella no resistió más, lo tomó intentando sentirse más culpable de lo que realmente se sentía, como si eso expiara sus acciones, lo desbloqueó, por supuesto que sabía su patrón, es esa información que siempre guardas en caso de ser necesaria, comenzó a revisar tímidamente su galería primero, algunas foto pollas que le había enviado a ella, reía nerviosa, una notificación, un mensaje de Natali, la mejor amiga de su amado, se resistió a presionarla hasta que casi desaparece de la pantalla.

Charla casual, se sentía casi molesta de no encontrar nada comprometedor, su pecado era peor por eso, pero… espera, espera ¿Él la llama nalgona? ¿Siempre la llama así? Eso parece, así la saluda y la despide como si fuera su nombre y no Natali, ¿ella no se molesta? ¡Ni siquiera le dice que deje de llamarla así! ¡Que perra! Puta mosquita muerta disfrutando los halagos guarros de su novio, seguía leyendo, cada vez más interesada…

Mmmm la charla se tornaba sexual, él le dice demasiado a su amiguita que le gusta “su traserote” vaya cabrón, aunque bueno, también habla mucho de su Isabela, incluso aquí dice que la ama más que a nada en la vida, sonríe involuntariamente, Natali habla de su novio, demasiado, largos párrafos dedicados al hombre en cuestión, parece que ella esta un poco obsesionada con él, lo ama mucho y supuestamente es un semental insaciable, si claro, como no, otra adolescente cachonda y mentirosa.

Isabela subía en la conversación sin saber si sentirte molesta o no, su novio le hacía demasiados comentarios a su amiguita sobre sus nalgotas, pero también hablaba de su Isabela, de esa que revisaba casi con culpa su celular.

No parecía que ellos 2 tuvieran nada realmente fuera de los guarros comentarios de su novio, pero ella revisaba su celular, eso equilibraba las cosas, ¿no?

Casi paraba, casi, ella en serio casi deja el celular de su novio sobre la mesita de nuevo dispuesta a no revisarlo más, casi, todo hubiera sido tan diferente…

Ahora Isabela se sentía más orgullosa y decepcionada de su novio al mismo tiempo, aunque no parecía que hubiera nada realmente interesante ahí, casi lo deja, casi.

Subió un poco más y vio un vídeo, se quedó congelada aclarando la vista, no podía ser cierto, ¿verdad? Lo era, Natali le envío un vídeo a Matías donde ella follaba con su ya mencionado novio semental insaciable, Isabela se quedó perpleja viendo la miniatura donde estaba Natali en cuatro patas y un hombre desnudo detrás de ella, tan surreal, tan imposible, a nadie le importa la gente que sale en el porno, son sólo gente o profesionales, hay algo jodidamente morboso en ver un vídeo porno de alguien que conoces, ves una parte de su vida que sabes no deberías estar viendo, en la preparatoria es como la última frontera de lo prohibido…

¡Carajo, carajo! ¡Matías a veces grababa cuando ellos follaban! Subió histérica por la conversación, subió y subió, cada vez más nerviosa, seguro que él también presumía con su amiguita la mosquita muerta, Isabela paraba cuando veía una imagen, sticker o meme, subió tanto que se tomó unos 20 minutos sólo escroleando rápidamente, y subió tanto que alcanzó el principio de la conversación, no encontró nada, respiró más aliviada que nunca en su vida, sentía que amaba tanto a su hombre, era maravilloso que él no hubiera compartido nada de eso, se había ganado unas buenas mamadas, que le llamara nalgona a su amiga era pecata minuta, pero…

Ahí estaba ese vídeo de Natali con su novio ¿debía verlo?

Dejó el celular de nuevo sobre la mesita y se largó a hacer sus cosas, Natali dejaba que su novio la llamara nalgona, pero Isabela dejaba que su amigo Luis le dijera esas guarradas sobre que debería sentarse en su cara, ella reía fingiendo asco, aceptaba el cumplido y seguía con su vida, no era la gran cosa, no debía invadir la privacidad de aquella chica aunque no le agradara.

Hizo la tarea, comió y veía Netflix, miró el celular de reojo y lo guardó decididamente en un cajón, era como si la cosa le gritara que revisara ¿por qué no estaban sus padres? Maldita sea, podría platicar con su madre para quemar tiempo y distraerse.

Salió de bañarse, sus padres llegaban y ella los saludaba desde la puerta, se acostó y hablaba con su amado Matías, él le hablaba desde su laptop y le recordaba que le llevara su celular mañana, ella vio a Natali conectada, abrió el cajón, sacó el celular de su novio y buscó rápidamente el vídeo.

Veía la miniatura sin dar clic, paseaba el dedo por encima sin presionar, seguro que él karma le cobraría tantos pecados en un solo día, dio clic y de inmediato lo pausó, ¡¿qué carajos con esos gritos histéricos de ella?! Que puta vergüenza, rio honestamente y alcanzó sus audífonos, dio clic de nuevo.

Natali estaba con la falda escolar de tablones levantada en cuatro patas en el piso y el hombre desnudo detrás de ella, la tomaba firmemente de los hombros y la castigaba con fuerza, ¡wow! ¿Eso fue un aplauso con el culo de ella y el pubis de él? ¡Si! ¡Y otro, y otro, y otro! Isabela veía perpleja la pantalla, aquel hombre si que sabía complacerla, la penetraba tan fuerte y firmemente, tan rápido que los húmedos aplausos penetratorios eran un escándalo, ok, los gritos histéricos de Natali ya no parecían tan ridículos. Sus ruidos sexuales eran asombrosos, gemidos, gritos, pujidos, aplausos penetratorios firmes, ruidosos y húmedos.

“¡Follame! ¡Soy tu puta!”

Gritaba Natali histérica en pantalla y ahora sonaba bien, tan auténtico, tan genuino, tan real… ¡Tan afortunada! Isabela alcanzaba su coño fresco y limpio y comenzaba a acariciarse, ya estaba húmeda, se había resistido a tocarse, se retorcía y resoplaba involuntariamente, no parpadeaba, en pantalla Natali hundía la cara en el piso y el hombre la tomaba del culo con ambas manos y la penetraba histéricamente sin descanso, sin piedad y más importante, sin correrse, puta afortunada de mierda.

El hombre le clavaba toda la verga y disfrutaba estar dentro de Natali, gemía viril y profundamente, eso le encantó a Isabela, le puso tan cachonda escuchar esos profundos y masculinos ruidos sexuales, nada comparado a los patéticos chillidos de su novio, el hombre en pantalla le sacaba la verga a Natali, Isabela pausaba viendo impresionada el tamaño de aquella obscena cosa envuelta en látex, el forro parecía que iba explotar por su enorme corrida, Isabela se metió un dedo con fuerza y se retorcía como gusano, dio clic de nuevo, por desgracia se acababa la diversión, el hombre se acercaba al celular y terminaba el vídeo mientras Natali respiraba como histérica con el culo levantado al aire sin moverse de esa posición.

Echó el celular a un lado y uso las 2 manos, terminó tan fuerte que sus piernas temblaron, miró sólo por curiosidad algo, el tiempo es abstracto cuando estás tan caliente ¡17 minutos! Soltó el celular sintiéndose furiosa, patética y envidiosa.

Al otro día le entregó el celular a su novio Matías, él obviamente no preguntó si ella lo revisó, jamás se pregunta, sólo te persignas y rezas porque ella no te abofeteé después de dártelo, no fue así. Cuando vio a Natali vagando por ahí alejó la mirada inmediatamente. Por la noche en su casa después de bañarse luchó con todas sus fuerzas, perdió, abrió su galería y vio de nuevo el vídeo, ¿creíste que no se lo enviaría a sí misma? Por favor.

Se sentía patética por tener orgasmos tan asombrosos sólo viendo aquello, uno anoche, 2 ahora, Natali era una puta afortunada de mierda. Gabriel, el susodicho, no estaba con ellos en la preparatoria, parecía unos 3 años mayor, no era nada feo, guapo de hecho, muy alto, parecía delgado en su perfil de Facebook, pero en el video definitivamente se le veían unos bien marcados músculos pegados al cuerpo, estilo fit… ¿Que preguntas? Ah eso, obviamente Isabela lo buscó en Facebook, ¿que esperabas? Busco a Natali, vio con quién tenía la relación marcada y ya había revisado el perfil de Gabriel varias veces, le obsesionaba que el vídeo durara 17 minutos, incluso sin mostrar el inicio real de la follada, le obsesionada más esa buena verga y que él casi no bajaba la velocidad en todo el vídeo, era asombroso que pudiera mantenerse sin correrse tanto tiempo y con esa intensidad.

Se odiaba a sí misma, caminaba por su cuarto con el celular en mano, las 11 pm y sus padres se iban a dormir, era buen momento, ¡carajo, carajo! ¡Se odiaba tanto! Pero lo había pensado durante esos días, primero como algo lejano e irreal, luego cómo algo posible, luego algo que TENIA que suceder, ella también merecía eso, ¿cierto? ¿Por qué no? Era guapa, tenía lindo cuerpo, era joven y curiosa ¿Qué carajos tenía de malo querer disfrutar? Presionó directamente el botón de llamada de voz en el perfil de Gabriel y se sentó con las manos temblando y esperando.

Un tono, dos tonos… Tres tonos, cuatro tonos… Ella casi cuelga, hubo muchas cosas que casi hace, pero no las hizo, su dedo a un centímetro del botón rojo de colgar y la llamada inició.

—¿Bueno? — respondía el hombre del otro lado.

—Ho-hola — respondió torpemente ella, sentía que se desmayaba.

—¿Que pasó? ¿Quién habla? — preguntó Gabriel con curiosidad, con ese tono amable, pero firme que todos hacemos ante una llamada desconocida

Isabela no lo sabe, pero él puso rápidamente la llamada en altavoz en la comodidad de su cuarto y viajaba enseguida al perfil de ella para ver quién era, fue una suerte que él no estuviera con Natali ese preciso momento.

—M-me llamo Isabela — decía ella torpemente, él confirmaba del otro lado en pantalla ¿Por qué carajos lo llamaba la novia del tarado de Matías? Él nunca le agradó obviamente.

—¿Eres la novia de Matías? El amigo de mi novia Natali — preguntaba con curiosidad, cada segundo comprendía aún menos que sucedía.

—Si — decía intentando ser firme esta vez.

—Ok?... ¿Que sucede? — preguntaba él sin esconder su suspicacia.

—Quería decirte algo — dijo ella con el corazón a tope, se sentía estúpida, él no decía nada — Bueno, proponerte algo — decía nerviosa.

—… Ok — dijo casi molesto.

—Yo… Es que… — decía nerviosa y odiándose, por Matías, porque esto era una estupidez, porque se sentía sucia y que no se valoraba a sí misma, también por no tener más valor.

—Oye, hablamos por mensaje si quieres, aparte ya me voy a dormir — decía él con tranquilidad y desinterés, estaba jugando con su consola, no sabía quién era aquella chica, no quería problemas con Natali y honestamente no le importaba que pudiera decirle, bueno, eso creía él jajaja.

—¡No! ¡Espera! — dijo histérica, sabía que él sólo quería colgar.

—¿Qué pasa? Estoy ocupado — decía molesto el hombre.

—Ok, sólo te lo diré, ¿ok? — decía nerviosa y respirando profundamente.

—Ok — decía él exigiendo premura.

—Yo… Yo quisiera que m-me folles — dijo débil, pero claramente, él se quedó en silencio, ella revisó que la llamada siguiera, seguía en curso — ¿Estás ahí? — preguntó tímidamente.

—Jajaja — reía incrédulo, más como una expresión que como risa real — Supongo que Matías está contigo, no sé qué clase de trampa o jueguito pendejo sea este, dile que

—¡Estoy sola! ¡Es en serio! — lo interrumpió desesperada.

—Si, si, claro, voy a colgar — dijo con desinterés y algo molesto.

—¿Qué quieres que haga para que me creas? — dijo desesperada, silencio — ¿Estás ahí? — se sintió idiota de preguntarlo de nuevo, silencio — ¿Gabriel?

—Mándame una foto desnuda ahorita al chat de texto, que se vea tu cara — dijo firmemente, ella se quedó congelada — Toda desnuda — agregó él, ella sentía que se desmayaba — ¿Sigues ahí? — preguntó en tono de exigencia.

—S-si — dijo nerviosa.

—¿Lo harás o cuelgo? — exigió él.

Créeme cuando te digo que él de verdad creía firmemente, por completo, sin dudar ni un solo segundo que ella no lo haría, que era alguna clase de estúpida trampa, que tal vez la chica lo estaba jodiendo, ¿alguna clase de reto en un estúpido juego de verdad o reto? ¿Estaba ebria? No sonaba así, ¿alguien más había tomado su celular? ¿Había alguna mínima posibilidad que estuviera con Natali? Nah, él la dejó hace 2 horas en su casa, bien follada y feliz, además sus padres no la dejarían salir ya a esa hora, se quedó de piedra cuando llegó al chat de texto una foto de Isabela completamente frente al espejo de cuerpo completo, tomada de perfil, unas lindas nalgas se asomaban, bonitas tetas colgaban con naturalidad, pero se mantenían redondas, su cara completamente visible, celular en mano apuntando al espejo.

—¿Y-Ya la viste? — preguntó Isabela avergonzada, su corazón nunca fue más rápido, se frotaba el coño delicadamente —¿Gabriel?

—Si — respondió él sencillamente.

—¿Me-me crees ahora? — decía tímidamente.

—¿Por qué quieres eso? — nunca preguntó en su vida nada queriendo saber más la respuesta, ¡ni siquiera la había visto en persona! Esto no pasaba en la vida real, ¿cierto? Isabela decidió que era mejor ser frontal y honesta.

—Natali le envío un vídeo de ustedes follando a Matías… — dijo débilmente.

Gabriel se sintió furioso de inmediato por las implicaciones que eso conllevaba, por ejemplo, que el pendejo patético y rogón de Matías hubiera visto el precioso culo enorme de su Natali.

—¡¿Que?! — dijo más como expresión exigiendo saber más que como una pregunta real.

—Yo quiero eso mismo… En serio — dijo ella.

—No estoy interesado, estás loca — dijo firmemente y colgó.

Isabela se quedó histérica viendo el celular, quiso llorar, obviamente le diría a Natali, obviamente Matías lo sabría, ¡¿como fue tan estúpida y pensó que eso saldría bien?!

Fueron los 2 días más largos de su vida, cada mensaje que Matías enviaba, cada vez que lo veía venir a ella en la preparatoria, ella se preparaba, él le gritaría histérico, ¿ella estaba dispuesta a mentir vilmente? ¿Negarlo con total desfachatez? ¿Y si las cosas escalaban? ¡¿Y si Matías pedía un careo de todas las partes presentes?! No se atrevería, ¿verdad? Ella lo chantajearía antes de llegar tan lejos, llorando y reprochándole que no confiara en ella, le dio un escalofrío cuando vio que Gabriel la había bloqueado en Facebook, los 2 días más largos de su vida, cada hora que pasaba era peor, nunca acabaría, en cualquier momento Gabriel le diría a Natali, en cualquier momento su Matías lo sabría.

Isabela veía las fotos de ellos juntos con nostalgia, como si vieras las fotos de un familiar tuyo que morirá de cáncer, es inevitable, no puedes hacer nada, pasará y estarás hecho una mierda y estás triste desde ahora, al tercer día cuando Gabriel llamó por la noche ella casi no contesta, uno, dos, tres tonos y ella veía nerviosa la llamada… como dije, muchas cosas que ella casi no hacía, pero hizo.

—¿Sigues dispuesta?

—Si — respondió firmemente ella, se masturbó como loca al colgar con él.

Estaba nerviosa como el carajo, veía el reloj, 2:58 pm, respiraba profundamente y sonreía involuntariamente como idiota, nervios, emoción, miedo, confusión, culpa, vergüenza. Le dijo a su Matías que su madre descansaba ese día y estaría en casa temprano, odió no poder inventarse algo mejor, si a él se le ocurría pasar siquiera por fuera de la casa vería que el auto de la señora no estaba fuera y haría preguntas, 2:59 pm, se levantó y se miraba en el espejo, ella hizo una promesa muy a la ligera de hacer lo que fuera y como él quisiera, así que llevaba esa morbosa lencería que él exigió, le dijo cómo era y donde la vendían, Isabela sintió más vergüenza que nunca esa tarde cuando la pidió en el mostrador de aquella sex-shop, se la dieron con desinterés y ella corrió a su casa para ponérselo y esperarlo.

Lo analizaba con curiosidad, una suerte que le quedó al dedo, el brasier con transparencias y ese exagerado encaje, la tanga tan diminuta por el frente que el pequeño triángulo apenas tapaba su lindo coño, por detrás un ridículo hilo que se metía entre sus lindas y redondas nalgas, se sentía avergonzada, nunca había usado lencería ni tangas de hilo dental, el cinturón del liguero y con encaje, se sujetaba firmemente a su cadera, bajaban las ligas y sostenían las largas medias translúcidas hasta la parte superior de sus muslos, todo el conjunto negro y con encaje por todos lados, ¿los tacones eran demasiado? Bueno, él los pidió.

Gabriel caminaba hacia allá intentando no darle importancia, encontró la calle rápidamente, caminó lentamente por cada casa viendo los números, se acercaba peligrosamente, reía y resoplaba, ¿cómo podía ser tan idiota? Una linda chica con sexi trasero estaría esperándolo en lencería para follar toda la tarde con él sólo porqué si, ¡claro! Cómo en las películas porno, ¿verdad? Jaja que estupidez.

Durante esos 2 días se había estado masturbando con la foto de Isabela desnuda y viendo su perfil de Facebook donde se apreciaran sus lindas nalgas ¿por qué la llamó? Que pendejada, ¿qué tanto más le habría mostrado su Natali al idiota de Matías? ¿Que no se daba cuenta de que ese tarado la deseaba? ¡Claro que se daba cuenta, era obvio! ¿Por qué mostrarle su enorme trasero entonces? ¿Su Natali quería algo más con ese idiota? Nah, él era patético ¿Pero tan patético como para tener una novia tan zorra que le ofreciera a él su lindo culo por nada? ¿En serio? ¡Nah!

Se quedó parado frente a la casa, vio el timbre de inmediato, pero no lo tocó, detrás de esa puerta estaría Natali, llorando, gritándole que era un idiota y yéndose furiosa, o Matías grabando con su celular y haciendo amenazas ¿Tal vez Isabela y sus amigas riendo?

“¡Si vino! Jajaja ¡que idiota! Jajaja”

Pero obviamente no le aguardaba una desconocida sexi en lencería dispuesta a darle el culo por nada, terminó su cigarro, resopló riendo.

“Soy un pendejo jajaja” pensó sonriendo con sorna.

Tiró el cigarro y lo apagó con su zapato, dio un paso lejos de ahí y volteó por última vez sonriendo con sorna, por fortuna o desgracia, permaneció lo suficiente delante de la casa para que ella lo viera por la ventana escondida detrás de una cortina, cuando vio que apenas se alejó un paso ella corrió a la puerta, él escuchó la puerta abrirse con el corazón hecho puño, se abrió la puerta y ahí estaba una sexi chica delgada en lencería escondiéndose un poco, lo miró y le indicaba con la mano que se acercara.

Él caminó nervioso hacia ahí, Isabela abrió la puerta por completo escondiéndose detrás, él entró dudando, ella cerraba la puerta detrás de él dándole la espalda, él no podía creer que ella en serio estuviera en lencería, miró sus preciosas nalgas redondas y firmes sin poder creerlo, ella cerró se dio la vuelta, él estaba detrás y la besó desesperado.

Isabela lo abrazó por el cuello con ambos brazos enseguida, electrizante, un beso de dos desconocidos tan apasionado y sucio, tan increíble, él tomó su lindo culo firmemente con ambas manos, pequeño, más pequeño que las enormes nalgotas de su Natali, pero sin duda más firme y redondo.

—Chúpamela — exigió él firmemente separándose del beso.

Ella bajó desesperada sobre sus rodillas mientras él abría rápidamente su bragueta, ella jalaba histérica sus pantalones hasta sus tobillos y enseguida los boxers, no había tiempo de ser cuidadosos con el juego previo, la enorme verga semi-erecta de él salió de un salto, aun así era bastante más grande que la de su Matías, ella hundió la cara de inmediato entre sus piernas para lamerle las bolas como él le pidió en aquella llamada que parecía no haber sido real, él se retorcía y gemía ante la cálida lengua de Isabela en sus bolas, Natali nunca lo lamía, se sentía mejor de lo que él esperaba.

Le tomó la cabeza con ambas manos, su verga crecía hasta ponerse firme y apuntando hacia enfrente, él alzaba la cara gimiendo y le restregaba su enorme falo en la cara y las bolas en la boca, Isabela se separaba, él le posaba morbosamente la verga a lo largo de la cara y ella veía atentamente el enorme pedazo de carne en su ojos, no podía creer que lo sintiera desde la barbilla hasta la frente, el grosor casi surreal, tan larga que abarcaba toda su cara, tan firme y derecha viendo al frente, esas venas asquerosas tan enormes y marcadas, ella estaba fascinada.

Él tomó su cabeza y la llevó a darle una mamada como tal, no estaba preparado para lo jodidamente abrumador que sería, tan húmedo, tan caliente y delicioso, se retorció involuntariamente y gimió de igual manera, ¡ella era jodidamente buena! Le abrazaba la verga con los labios y le hacia una deliciosa cama en forma de “U” con la lengua para la parte inferior de su verga y succionaba, ¡wow! ¡Jodidamente wow! ¡¿Por qué carajos Natali nunca hacía estás cosas?! ¡Él lo merecía! Le hacía temblar las piernas de cuan fuerte se la jodia, maldita Natali aburrida.

Isabela se esforzaba, tenía meses de práctica con Matías, era muy buena haciendo esto, le rodeaba la verga con su cálida lengua y cuidaba mucho de no morderlo ni chocar su verga con sus muelas, él se retorcía y gemía como loco, ella se sentía orgullosa y le daba un morboso pensamiento recordando que él le dijo que su Natali nunca hacía esto, lo tomaba firmemente con ambas manos de su redondo y firme trasero y se castigaba ella misma yendo tan profundo como podía en ese enorme pedazo de carne, él hacía lo propio empujándola con fuerza con ambas manos sobre su cabeza firmemente.

Él comenzó a follarle la cara con fuerza y velocidad, disfrutaba tanto la cálida y húmeda boca y garganta de aquella zorrita, gemía genuinamente y disfrutaba más que nunca, ella hacia arcadas escandalosas, la saliva escurría y estaba por todos lados, odiaba que él fuera tan agresivo, pero amaba sentir ese enorme pedazo de carne en la boca, amaba que prácticamente nunca hubiera hablado con él, que fuera tan sucio y prohibido, le daba un morboso pensamiento que él fuera el novio de la amiga de su novio.

Él disfrutaba como un cabrón, gemía y sentía su verga en el paraíso, la boca de Isabela era un lugar tan húmedo y caliente, tan delicioso, le follaba la cara agresivamente sin importarle las ridículas y casi cómicas caras de ella cuando él golpeaba violentamente su campanilla, incluso de pronto se dio cuenta de que lo disfrutaba, disfrutaba tanto verla fijamente haciendo esas patéticas caras de asco y desesperación, así que fue más y más rápido, no se daba cuenta de cuanto gemía y de que prácticamente no parpadeaba viendo a esa desconocida apretar los ojos y casi vomitar con su larga y gruesa verga castigando su campanilla.

Él comenzó a sentirlo, era imposible, ¿no? Su Natali nunca hizo más que lamer su falo a lo largo un par de veces para darle gusto, así que él no lo sabía, incluso en aquellos sucios videos porno que miró el actor siempre se masturbaba para el gran final en la boca o cara de la chica, ¿era posible solo eyacular a mamadas? Bueno, él descubrió gratamente en ese momento que sí.

Él comenzó a sentirlo, esa sensación más satisfactoria que nada en la vida que todo hombre conoce bien, aunque puede venir en intensidades diferentes, este en específico venía con intensidad notable. Lo sintió venir de dentro, él pensó histérico en las posibilidades en un segundo, ella dijo que tragaría en aquella surreal llamada donde ambos se masturbaban sin saberlo, pero no podía arriesgarse, necesitaba un gran final, nada sería peor que ella se quitara y él tuviera su orgasmo fuera de aquella deliciosa y caliente boca, sería tan decepcionante y anticlimático, por supuesto que no le avisaría ¿Que podía pasar? ¿Que ella se enfadara? Daba igual, se iría riéndose y la asombrosa mamada nadie se la quitaría, ella obviamente jamás diría nada, no podría hacer nada por más que ella odiara sentir su asquerosa corrida en la boca.

Se afianzó firmemente con ambas manos en la cabeza de ella sin hacer nada repentino para que no lo notara aquella zorra, era imposible que ella no intentara retirarse, ¿a qué chica le gustaría eso? Hasta las actrices porno tragaban con asco y son pagadas, huele mal y seguro sabe cómo el carajo, él definitivamente se aseguraría de que ella se tragara toda su asquerosa corrida.

Isabela no pudo respirar cuando él metió firmemente ese grueso pedazo de carne en su boca casi hasta el fondo y él le sostenía la cabeza más fuertemente ahora, ella se sorprendió al sentir como ese enorme falo se retorcía y palpitaba violentamente en su boca, sintió la asquerosa, espesa, tibia y amarga corrida en su lengua, apretó los ojos, dio una arcada involuntaria que se proyectó haciéndola dar una firme sacudida en todo su cuerpo, la firme vara de Gabriel respingaba violentamente de nuevo en su boca y él por fin gemía aliviado, había soportado sus gemidos para no levantar sospechas, no podía creer lo asombroso que se sentía tirar su lefa con total libertad en una boca, y sin duda disfrutaba verla sufriendo apretando los ojos y hacer caras de asco mientras él no paraba de descargarse en su boca.

Él no soltaba su cabeza, su verga se retorcía por última vez en boca de aquella loca y él gemía profundamente mientras le sacaba la verga lentamente.

—Trágatelo — dijo lujuriosamente sin dejar de mirarla, todos sabemos que la mitad de la experiencia es verlas esforzarse en tragar.

Ella no podía creer que fuera tanto, ¿sería por el tamaño? ¿Era proporcional? Puede ser, mantenía la boca semi-abierta y recuperaba la respiración, sabía cómo el diablo en su lengua y se sentía peor en toda su boca, pero le encantaba morbosamente que así fuera, a veces con Matías ella le daba una mamada de campeonato y apenas sentía un leve sabor amargo y luego él la retiraba amablemente haciéndole saber que había eyaculado, Isabela amó esas violentas palpitaciones en su boca y que definitivamente no pudiera pasar por alto tanta cantidad de lefa.

Ella tragó con esfuerzo, sentir esa abundante y espesa flema caliente bajándole por la garganta fue tan asqueroso como morboso y cachondo, él la veía lujuriosamente, no podía creer que fuera tan zorra, ¿qué sucedía aquí? ¿Matías le había sido infiel? ¿Ella en serio solo quería ser una puta? Dejó de hacerse preguntas que realmente no le importaban mientras la chica de rodillas frente a él abría la boca para mostrarle que había tragado.

—Gracias — le dijo Isabela lujuriosamente solo porque quería sentirse muy puta.

Él se sentó en el sillón y se quitaba los zapatos para sacarse bien los pantalones, ella se sentaba a lado de él sin dirigirle la mirada ¿Que se hace en la claridad post orgasmo con un desconocido?

—¿Así eres de puta siempre? — preguntó cruelmente él, le cogía gusto a ser un sádico.

—N-no — dijo Isabela avergonzada sin saber que más decir.

—¿Matías no te folla bien? — preguntó siendo cruel de nuevo.

—No — dijo firmemente, un segundo después se sintió mal, él reía un poco.

—¿La tiene chica? — en serio le gustaba ser un cabrón.

—Bu-bueno — balbuceaba nerviosamente ella, él reía ante lo obvio, ella se relajaba un poco también — Es que junto de ti… — decía ella sin querer maltratar más el honor de su hombre.

Él la besó lujuriosamente, ella disfrutaba, él se quitó la camisa y el coño de Isabela se ponía más húmedo al ver ese increíble cuerpo bien definido, músculos tan firmes por todos lados.

—Párate, date la vuelta y quítate la tanga, sólo la tanga — dijo él firmemente mientras ella veía como idiota su cuerpo, espabiló y se puso de pie.

Ella se levantó decidida y segura de sí misma, recordaba el enorme culo redondo de Natali en aquel video, Natali sin duda tenía las caderas más pronunciadas y bien rellenas de carne, pero ella tenía una cintura bastante más pequeña y delgada, sus delicadas caderas contrastaban bien por eso, además vio el vídeo a fondo, ¿el enorme culo de Natali tal vez parecía algo colgado y plano? definitivamente no tenía las nalgas tan redondas y lindas como ella, mejor calidad que cantidad, ¿no?

Le dio la espalda firmemente, él se ponía cómodo mirando la delicada espalda de su nueva y fácil amante, bajando a esa diminuta cintura y culminando en esa linda cadera delicada, pero con la medida perfecta para hacer una firme agarradera.

—Sin doblar las rodillas — dijo él claramente, ella rio nerviosa.

Con Natali él era dominante cuando tenía su verga dentro de ella, Natali se volvía loca, pero fuera de ella él era amable y cuidadoso de no imponerse demasiado para no ofenderla o molestarla, a final de cuentas era su linda y amada novia, no podía ser el hijo de puta dominante que le gustaría, le gustaba sentir ese poder de ser un cabrón libre de consecuencias. Isabela tomaba su tanga por los lados, la puso encima del liguero, supuso que así sería más fácil quitarla, tuvo razón, la deslizaba lentamente hacia abajo sin doblar las rodillas como su semental pidió, él disfrutaba ver esas preciosas nalgas tan jodidamente firmes y redondas empinarse apuntándole a la cara, ella llegaba hasta abajo, la sacaba por debajo de sus tacones y se daba la vuelta con el coño expuesto ante aquel interesante desconocido que miraba todo menos su cara.

—El brasier — exigió él con firmeza.

Ella se retiró decididamente el brasier animada por la lujuriosa mirada de él, sacó sus lindas tetas redondas a pasear a la vista de él y Gabriel disfrutaba la diferencia, Natali tenía un abundante par de buenas toronjas que le llenaban la mano, Isabela tenía un lindo par de tetas más pequeñas, pero sin duda más redondas y firmes, además a él nunca le encantaron los enormes pezones cafés de su novia, los lindos y pequeños pezones de Isabela eran más sexis, lo dicho, mejor calidad que cantidad.

—¿Dónde está tu cuarto? — preguntó a modo de exigencia, ella sólo le apuntó una puerta.

Él se levantó desnudo de aquel sillón, ella le lanzó la mirada por todo su macizo y enorme cuerpo viril, espabiló y comenzó a caminar a la puerta que le había señalado, él disfrutaba morbosamente verla con las medias, los tacones, el liguero y nada más, ese lindo culo redondo caminando frente a él y vestida como una prostituta, todo era tan lujurioso y morboso, Natali siempre usaba esas horribles bragas enormes y esos brasieres gruesos y blancos de abuela.

Ella abrió la puerta y se enfrentó a la imagen de su cama, le vinieron mil imágenes de ella teniendo ese patético y tan “adolescente” sexo con Matías, torpe, lento, siempre parecía que él tenía vergüenza o nervios, divagaba y su seguro amante la empujó delicada, pero firmemente por la cadera.

—Ponte en cuatro en la cama — dijo claramente.

Ella se subió lentamente a la cama, se sentía bien estar bajo las órdenes de un hombre tan firme, Matías nunca se hubiera atrevido a pedírselo así a su Sara.

Ella disfrutó ponerse en cuatro patas en la orilla de la cama, se había hecho fotos morbosamente así, sabía que lucía bien, que sus lindas nalgas redondas se veían deliciosas, que su lindo coño se asomaba y que su delicada espalda hacia una curva sexi, él disfrutaba esa vista, se acercó, ella lo veía volteando hacia atrás, él abría sus nalgas firmemente con ambas manos viendo morbosamente sus lindos agujeros, se ponía de rodillas detrás de ella y hundía morbosamente la cara en su lindo trasero, ella gimió al sentir la cálida lengua de su nuevo amante en su viscoso coño, él sostenía sus preciosas nalgas con ambas manos y ella le echó el culo atrás restregándoselo en la cara lujuriosamente, él soltó sus nalgas para sentirlas sobre la cara, Isabela se retorcía y gemía por su húmeda lengua paseando por su coño y su cálida respiración en su ano.

Él lamía cuan profundamente podía disfrutando el fresco coño de ella, estaba recién bañada como él había pedido, no es que Natali fuera una sucia guarra, pero un coño fresco siempre es de destacar, ella gemía disfrutando y él recuperaba poco a poco su erección.

Lo tenía ahí, tan cerca, él se resistió a hacerlo, Natali saltó confundida la primera vez que él lo intentó, preguntó casi molesta porque lo hizo y él sólo pudo balbucear como idiota y reírse nervioso mientras se disculpaba, la segunda vez que lo intentó sin decirle, su novia se retiró tan drásticamente que le golpeó la cara con su enorme culo y esa tarde no follaron… Él se resistió a hacerlo, pero quería hacerlo y lo haría, si Isabela se ponía rara la presionaría para que lo dejara hacerlo o se disculparía por compromiso y se la follaría como a una perra, subió la cara y le pasó profundamente la lengua entre sus lindas nalgas, sabía raro, pero se sintió bien, tan morboso, tan lujurioso, tan prohibido, Isabela se retorció y rio nerviosa, pero se sintió bien ese suave, húmedo y caliente pedazo de carne lamiendo a todo lo largo de su raya divisoria de las nalgas.

Él lamia profundamente entre sus preciosas nalgas, se sintió increíble de hacer eso tan morboso y guarro, no obtenía nada, él lo sabía, pero era tan fantástico y sucio tener el pensamiento de que luego sabría que había lamido en medio de tan lindo par de nalgas, ella disfrutaba, era definitivamente diferente, le daba algo de cosquillas, pero saber que tenía la cara de él contra su culo y la lengua metida de aquel hombre literalmente entre las nalgas le encantaba morbosamente.

Él le dio la vuelta desesperado, ella cayó sobre su espalda, él miraba detenidamente ese lindo y diminuto coño perfectamente depilado como él pidió, se veía tan bien, tan lindo y delicioso, le comió el coño como psicópata, ella le tomaba la cabeza y le restregaba su agujero del placer en la cara histéricamente, cerraba los ojos y disfrutaba, Gabriel disfrutaba la diferencia de sólo sentir esa suave carne en la boca y lengua sin esos asquerosos pelos de por medio de su novia, definitivamente tenía que presionar más a Natali para que se afeitara el puto coño de una maldita vez.

Gabriel le pasaba la lengua a todo lo largo del coño terminando en el clítoris y levantándose, ella se retorcía y su mirada se perdía aturdida por el enorme placer hacia el techo, si Matías iba seguir follandosela tan mal, al menos le exigiría innegociablemente que le comiera un buen rato la raja cada vez, espabiló, tenía a su nuevo amante casi sobre ella, se puso nerviosa como el carajo, por fin pasaría, intentó desesperadamente despertar de su lujurioso sopor, quería estar lúcida y no perder ningún detalle, lo abrazó nerviosa, temerosa, nunca antes tuvo miedo en el sexo, porque amaba a Matías y se sintió tan natural desde la primera vez y se sentía salvo con él, cuando descubrió que su verga era un poco pequeña pensó optimista que al menos no le haría pasar un mal rato por el dolor, desde la primer follada se convenció de que no era la gran cosa, incluso a veces platicaban un poco mientras su novio la penetraba lenta y torpemente, pero ahí estaba ahora, con las piernas abiertas ante su poderoso y musculoso amante, de pronto sus músculos parecían más firmes y exagerados, él la destrozaría, cerró los ojos un segundo y respiró intentando calmarse, abrió de nuevo y lo veía a él, que miraba debajo acomodando su enorme madero en la entrada de su coño, sintió su cabeza y cerró un poco las piernas, pero él estaba en medio, no había escapatoria, todo en 2 segundos, nunca había sentido esa emoción con Matías.

Él acomodaba desesperado su verga, no quiso darle un segundo para que ella reconsiderara su promesa de coño a pelo, ella lo pensó, se angustió por prometerlo, ni siquiera había hecho cuentas claramente, sabía que no era día seguro, pero estaría bien, tenía esa pastilla de emergencia que le dejó Matías por si un día ellos la necesitaban, tendría que reponerla para que no hiciera preguntas.

Por fin logró colocarla en la entrada, soltó su verga y la empujó con fuerza contra ella entrando de golpe por completo en ella, Isabela se retorció involuntariamente de todo el cuerpo y lanzó un histérico ruido con la garganta, él gimió genuinamente sintiendo ese apretado coño abrazando su verga firmemente a todo lo largo, ella estaba tan apretada, Matías debía tener una patética verga de niño.

Isabela no podía creer cuan abrumadora era la sensación, tanto dolor, tanto placer, ese enorme pedazo de carne entrando implacablemente en ella, le sorprendía que, aunque sabía que estaba demasiado apretada para él porque era obvio por el dolor, su verga igual entró hasta el fondo. Él bombeaba firmemente de nuevo su coño y a ella le era difícil concentrarse en el placer con todo ese dolor que venía en igualdad de cantidad.

—Espera, espera — dijo con la voz quebrada por esos ruidos involuntarios que le venían de la garganta.

Ella le puso las manos sobre el abdomen, Gabriel odiaba que Natali hiciera eso cada vez, tenía que limitarse siempre y calentarla por 15 minutos antes de poder ir a tope, la amaba y no quería perder su enorme culo, pero Isabela era sólo una puta, le tomó las manos firmemente y las puso sobre la cama por encima de la cabeza de ella sin soltárselas, se dejó caer sobre Isabela y comenzó a follársela a tope ¿Que haría? ¿Enojarse? Jajaja.

Él fue a tope segundo uno hundiendo la cara a lado de la de Isabela sin soltarle las manos, se dejaba caer sobre ella usando todo su peso y la follaba a toda velocidad, ella se retorcía como gusano y gritaba histérica, se sentía asombroso, tan apretada y caliente, ella recordaba a su Matías follandosela delicadamente y viéndola a los ojos, diciéndole que la amaba, ahora tenía a este hombre encima sometiéndola, su pecho firme sobre sus tetas, su enorme verga arruinándole el coño, sus viriles y profundos gemidos en su oído, sin verse a los ojos, la cara de uno a lado de la del otro, comenzó a disfrutarlo tanto que cerró los ojos y se olvidó de todo, por fin tenía ese sucio, morboso y asombroso sexo que tanto quería, sentía que su coño palpitaba y suaves ondas cálidas recorrerle el cuerpo, gimió histérica teniendo su primer orgasmo con aquel desconocido.

Ellos follaban tan suciamente, de una manera tan egoísta que aunque estuvieran follando pareciera que no follaban uno con el otro, tan lejanos, no hacían el amor, ni siquiera tenían sexo, era un lujurioso acto masturbatorio de ambos, de él masturbándose con ese apretado coño y al mismo tiempo la masturbaba a ella con su gruesa verga dura.

Se disfrutaban histéricos, cuándo él supo que ella no lo detendría le pasó las manos por debajo y le sostuvo su precioso culo con ambas manos para penetrarla aún más profundamente, ella lo tomaba del trasero también, y se retorcía y gemía histérica con la mirada al techo, pero sin ver nada realmente mientras él prolongaba su orgasmo a metidas.

Él se levantó histérico de ella, Isabela lo miró nerviosa, ¿se había corrido? No importa fue increíble, él la tomaba de la cadera y la acomodaba como si fuera una muñeca de trapo en cuatro patas, ella estaba aturdida, sólo levantó el culo dejándoselo a su merced y hundió la cara en la cama, el disfrutó 2 segundos la vista de ese precioso culo al aire apuntándole a la cara, lo tomó firmemente con ambas manos, una mano en cada nalga y entró en ella sin piedad hasta que sus bolas golpearon su coño, ella espabiló, era más abrumador aún de esa manera, despertó por completo de nuevo, se retorció por completo, gimió como perra e intentó reincorporarse, él tomó agresivamente su cabeza y le hundió la cara en la cama, ella lo permitió, lo quería, lo necesitaba, se sentía tan bien ser la puta de él.

Él comenzó a follarla como histérico sin control, los gritos y gemidos desesperados de Isabela se ahogaban en la cama, él la follaba tan fuerte y rápidamente que esos deliciosos aplausos penetratorios invadieron el cuarto, ella sonreía por dentro, no podía creer que por fin tuviera ese magnífico sexo, era una puta, una puta patética y buscona, ella lo buscó, le ofreció su lindo culo por nada, se vistió como prostituta para él, se había tragado su asquerosa lefa cuando ni su novia lo hacía, él le llamo puta en la cara, estaba engañando a su lindo novio que le constaba le era fiel… pero estaba valiéndolo cada maldito segundo.

Él veía morbosamente el precioso culo redondo y firme de Isabela, que se vaya al carajo Natali con su enorme culo aguado, le encantaba mirar como su enorme madero entraba por completo en ella y se llenaba de una asquerosa espuma blanca cada vez más, la penetraba con ritmo porque amaba escuchar como sus cuerpos aplaudían, ella amaba aún más eso y le venía otro orgasmo, más intenso, mucho más intenso, sentía perder el control de sus piernas y se le zangoloteaban involuntaria e incontrolablemente ¿Es ese cósmico evento llamado multi-orgasmo? Su mente se fue a negro, el placer era demasiado, se sentía sobre-estimulada y quería retirarlo histérica, pero sus piernas no respondían ante esas histéricas sacudidas que daban, la otra mitad de su cuerpo se sentía sedado y su coño jamás le había dado tanto placer en todo el cuerpo, sentía que se desintegraba mientras gemía como perra y mientras ella estaba en la dimensión del orgasmo definitivo, él le clavaba la verga entera y disfrutaba gimiendo histéricamente sin poder creer que ese lindo coño estuviera estrujando su verga sin control, nunca había sentido eso, casi podía verlo abriéndose y cerrándose firmemente alrededor de su verga, el placer era demasiado, se acostó sobre la espalda de ella y quedó acostado por completo encima de ella con su verga totalmente dentro de ese coño que lo estrujaba y obviamente no soportó demasiado, su verga comenzó a estremecerse dentro de ella y a echarle toda su abundante lefa, nunca tuvo un orgasmo tan largo y nunca había eyaculado tanto, pensó que había vaciado sus bolas por completo en la boca de ella, pero estaba equivocado, Isabela podía sentir como aquel enorme pedazo de carne se estremecía dentro de ella, era asombroso, con Matías a veces ni se daba cuenta de que él se corría.

Se quedaron uno encima del otro disfrutando su orgasmo, terminándolo al mismo tiempo, respirando como psicópatas, él se retiró lentamente de ella y le gustó ver cómo escurría su espesa corrida de ese lindo coño boquiabierto, le azotó el culo tan fuerte que ella gritó honestamente y espabiló un poco.

Se acostaron uno al lado del otro, sin tocarse, verse ni hablarse mientras recuperaban la respiración, ella estaba fascinada, después de todo el sexo épico no era un unicornio o cosa del porno, él por fin conocía una de esas putas tan calientes y desesperadas que todos quisiéramos tener en marcado rápido.

—Dijiste que podía irme hasta las 6:30 pm, ¿verdad? — preguntó él viendo su celular.

—Si — dijo emocionada — ¿Qué hora es? — preguntó, apenas y sabía dónde estaba, menos la hora.

—Las 4:20 pm — respondió levantándose al baño y azotando cruelmente el lindo trasero de la zorra.

Él regresó y apenas hablaron, quien sabe si siquiera tuvieran algo en común, bueno, él quería una buena zorra complaciente y con lindo culo como cualquier chico, ella quería un amante implacable como cualquier chica, supongo que eso tenían en común.

Él la folló 2 veces más esa tarde, la charla se diluyó al mismo tiempo que él recuperaba su erección, luego mamadas, comerle el culo, lamerle el coño, follar como histéricos psicópatas haciendo ruidos sexuales escandalosos entre los aplausos de sus cuerpos, sin decir una sola palabra, él la hizo montarlo de frente y de espaldas, follaron sentados, también de frente y de espaldas, él la ponía en cuatro patas cada que podía para ver esas preciosas nalgas, la penetró histéricamente de misionero, también follaron parados, ella ofreciéndole el culo sosteniéndose de la pared y él penetrándola sin piedad tomada de la cadera, él eyaculó dentro de ella una vez más porque se sentía asombroso no usar condón y la última vez antes de irse la follaba con sus piernas a los hombros, le sacó la verga y le eyaculó en la cara sin preguntarle sólo por diversión.

Él se fue de ahí sin aún creerlo, ella lo despidió desnuda por completo y con las piernas temblando agradeciéndole en la puerta, ambos se masturbaron pensando en el otro esa noche, 2 días después ella no soportó sus foto pollas y aceptó que fuera de nuevo, tuvieron ese tan ansiado y escaso buen sexo que tanto querían ambos y se les hizo costumbre, ella terminó con Matías 2 semanas después, no soportaba la culpa, pero tampoco quiso dejar de darle su precioso culo a Gabriel, él siguió con Natali, pero a Isabela no le molestaba, él ganó esa amante puta incondicional que todos queremos, ella ganó ese implacable amante que todas quieren, se divirtieron mucho un laaargo tiempo, jamás lo supieron Matías ni Natali, jamás siquiera lo sospecharon.

FIN.

Nota para los lectores: Este fue un "One shot", no habrá más sobre estos personajes, espero lo hayan disfrutado.

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