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Juguete de mi ama (1)

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Comenzaré diciendo que lo que les voy a contar comenzó desde muy chica. Mi nombre es Sandra y soy una mujer muy bonita de cabello largo piel muy blanca 1.73 de estatura y tengo 45 años.

Siempre supe que me atraían las mujeres, pero además de atraerme por su belleza me atraían aquellas que tenían un carácter dominante. Me gustaba obedecer y ya siendo pequeña cuando me daban una orden sentía un cosquilleo de placer y quería servir a aquella que lo hacía.

Luego se fue convirtiendo en algo plenamente sexual. Me excitaba que me ordenarán y yo servir con placer.

Conocí varias mujeres con las que tuve distinto tipo de relación, pero hace unos meses por fin conocí a quien amar y obedecer.

Vi un aviso social en Internet que decía “busco esclava y amante. Para servirme y ser humillada con amor”

Me impacto esa forma de decir lo que quería escuchar. Amar a mi ama.

Ser humillada. Servir. Conteste a su aviso

Su nombre era Pamela y cuando me mando las primeras fotos quede impactada. Era muy joven. Tendría unos 20 años. Yo más que la doblaba en edad.

Intercambiamos varios mensajes unos días contándonos de nuestras vidas y nuestros motivos para estar allí hasta qué finalmente me propuso que vaya a conocerla.

Lo dijo de esta manera imperativa que me encantó.

“Es momento que una esclava como tu conozca a su ama. Te quiero en mi departamento mañana a las 21 h. Vestida muy sexy “

-Allí estaré ama. Fue mi respuesta

Me paso la dirección y quedo todo concretado.

Al otro día con muchos nervios concurrí a donde me había indicado. Toque el timbre y me anuncie.

-Pasa

Entre. La vi de espaldas en un sillón. Su larga cabellera de atrás era hermosa. Pasé por detrás hasta situarme enfrente y lo que vi me maravilló.

Era la mujer más hermosa que había visto. Una jovencita de piel clara, ojos azules, nariz chiquita y respingada, tetas perfectas, le adivine un culito redondo y duro y me quede en esas piernas largas que remataban en los pies más hermosos que había visto en mi vida. Quería tirarme allí mismo a besarlos. Tenía como buena esclava un fetiche especial por la adoración de pies y esos eran perfectos.

-Veo que no puedes sacar la vista de mis pies esclava

-Así es mi ama. Son lo más perfecto que he visto. Además de ser suyos y usted es perfecta.

Ya estaba tratándola de ama y sometiéndome a sus deseos. Esa joven que podía ser mi hija me estremecía con su presencia.

-Arrodíllate y ruega para tener esos pies

Me tiré desesperadamente al piso y empecé a rogar.

-Por favor ama déjeme besar, lamer, chupar acariciar, esos hermosos pies de reina.

-Así me gusta esclava. Primero lame mis sandalias de taco por arriba y por abajo.

Comencé mi tarea con desesperación. Tomé su sandalia y empecé a besar sus pies, sus dedos sus empeines, las tiritas, la suela, el taco. Luego saque la lengua y lamí sus plantas suaves con pasión después de sacarle sus zapatos.

-Mi ama usted es lo más hermoso que he visto! ¡Quiero servirla! ¡Siempre!

-Bien esclava! Para servirme tendrás que humillarte y servirme de distintas maneras. Soy muy estricta y si firmas un contrato de esclavitud te deshumanizare! ¡Piénsalo!

Continuará…

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