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La convivencia

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Hacia unos meses que compartíamos el departamento con él, un amigo de toda la vida con el cual se nos dio por ir juntos a la gran ciudad y lo mejor era ahorrar lo más posible. Estábamos en un departamento medianamente grande, él dormía en una habitación y yo en otra, por suerte todo marchaba bien, era una convivencia amigable y ordenada, todo hablado y sin malos entendidos.

Simplemente un detalle nos distanciaba un poco, él dormía desnudo cada noche, todo su cuerpo afuera. Yo me di cuenta una noche que me levanté a tomar agua, generalmente yo me dormía temprano y no abría los ojos hasta el otro día.

El estudio y el trabajo nos tenían entretenidos a los dos, pero esa noche lo vi, sin ropa, al viento, su piel, su cuerpo sin nada más que la piel.

La primera vez que lo vi me asusté, pensé que estaba con un ataque o algo parecido, solamente entré y me di cuenta que estaba dormido, profundamente dormido.

Entré y me fui, no quería que se despertara, al otro día le comenté y me dijo que si, se sentía más cómodo sin ropa.

Al principio me pareció extraño, pero después al pasar y verlo me llego una casi erección, mi parte se despertó, algo que nunca me había pasado, lo vi desnudo y me sentí excitado.

Así varias noches, pasaba y lo veía, ahora mi sueño había cambiado, quería verlo dormir así, desnudo, me hacia el dormido y me levantaba a la hora justa, solo para verlo, para verle su miembro.

Un día no aguante más y entré a su habitación, me acerqué, lo vi de cerca, a él, su cuerpo, su pene, desnudo, lindo, carnoso, me acerque hasta que hizo un movimiento y me fui.

Mis pensamientos se fueron a cualquier lado, no lo volví a hacer por unos días, hasta que cruce su puerta nuevamente al llamado de su erección, estaba excitado, durmiendo, soñando con no sé qué, no pude no mirarlo, su pene parado, gigante, lleno de calor, quería verlo, sentirlo de lejos, olerlo.

Me acerqué, miré, miré, lo miré detenidamente, su erección era gigante, durmiendo boca arriba, desnudo, teniendo algún sueño atrevido, me acerque y me fui al menor movimiento.

Pero me quedaron ganas de acercarme más, de olerlo, de verlo con mis ojos al tacto de su piel, así fueron pasando unas semanas hasta que un día lo volví a ver excitado, su erección era enorme, no pude aguantar, despacio, sin titubear, lo olí, mi nariz rozó su piel, su pene estaba cerca de mi boca, nunca me había pasado, nunca estuve tan cerca de abrir la boca y saborearle el miembro a otro hombre, la tentación era gigante, no pude aguantar y me fui al baño a masturbarme, un dedo en la cola, algo me pedía eso, me tocaba, me metía un dedo y me manoseaba mi pene, quería estar en otro lugar, que me tocaran, que me no sé, quería el miembro de mi compañero.

A la noche siguiente, me desnudé, estaba excitado, me acosté sin ropa, pensando en todo lo que estaba viendo, me levante, salí de mi habitación sin ropa, entregado, fui a su puerta, no estaba, se había ido, estaba por ahí, en la noche y yo desnudo esperándolo.

No aguanté y me fui a dormir, quería que pasara esto, quería no excitarme más con mi compañero y amigo.

Me dormí hasta que sentí la puerta, con dificultad se abrió, entro y fue derecho a su habitación, pero no estaba solo, estaba acompañado por una señorita, me levante y los fui a ver, habían dejado la puerta abierta, estaba cogiendo con fuerza, los mire, me quede mirándolos desnudo sin que me pudieran ver, no aguante y me masturbe, al compás de su noche, yo tuve la mía, me masturbaba pensando que era esa chica, que a mí me estaban penetrando por atrás, que me estaban haciendo sentir la mujer más sensual del lugar, acabe en mis manos y al querer irme veo que ella me estaba mirando, me vio tocándome, una sonrisa y me fui a mi habitación, no quería que me escucharan, que me vieran, ella lo había visto, me había visto desnudo deseando ser ella.

Al otro día me levante y estaba desayunando, me la presentaron y nos reímos en la mesa, todo raro y extraño, pero salió bien.

Esta chica empezó a quedarse a dormir con frecuencia y las charlas con mi amigo eran sobre ella, de las mañanas, de las noches, de cómo la pasaban, yo solo pensaba en su pene, en el miembro de mi amigo, erecto y lleno de fuego.

Una mañana de domingo escucho que ella se va, raro, siempre se quedaba hasta el mediodía o más, mi amigo durmiendo desnudo, erecto, entro y mi tentación fue gigante, lo vi así, todo caliente y me acerque, estaba oscuro el cuarto, la luz no entraba por ningún lado, me acerco más y lo huelo, su pene estaba erecto esperando una boca, pongo mi mano con timidez, era ahora o nunca, mi amigo dice “si”, le empiezo a mover el miembro, arriba y abajo, me acerco y lo siento, estaba a centímetros de mi boca, le paso la lengua, siento el gemido de él, le gusto, mi lengua vuelve a pasar por su cabeza, bajando por su tronco, saboreando de a poco lo que había ahí, un pene enorme solo para mi, el me llama con el nombre de ella al pedido de que siga, nunca había desayunado así, seguí.

Abro mi boca y me meto su miembro, nunca había probado un sabor así, carne fresca, erecta, caliente, sabrosa, mi lengua se calentaba al tocarle cada parte, al saborear cada centímetro de tanto pene, ahora ya era una fiera devorando su cuerpo, su pene entero en mi boca, nunca lo había pensado, nunca me había pasado, estaba chupándosela a mi compañero, a oscuras y caliente, excitado por todo, quería seguir chupándosela hasta que fuera el último día del mundo. Tragaba, subía, bajaba, le pasaba la lengua, la escupía, jugaba con su hombría, mientras tanto me tocaba un poco mi pene, yo estaba desnudo, me tocaba mi agujero cuando mi mano me lo permitía, quería abrirlo, pero no podía, solo quería saborearle el pene.

Fue tanto mi movimiento y ganas que me acabo en la boca, le di su desayuno y me fui, desprevenido por tanto líquido, me metí en el baño y trague mirando al espejo.

No lo podía creer, había chupado todo su pene y su semen, nunca lo había probado, me encanto, quería más.

Ella se estaba quedando seguido, yo cada vez más caliente, me había depilado la cola y las piernas, quería sentirme mujer, quería que me hiciera el amor.

Una noche, siento que estaban con mucha energía, mucha fuerza, me pongo a espiar desde mi habitación y veo que se abre la puerta, sale ella directo al baño y me mira, se acerca y me dice “Vos querés estar ahí no”, a lo que le respondo que si, “Bueno anda” entra desnudo y agáchate, te va a hacer el orto.

Sin dudarlo entro a la habitación oscura, sin aire y con olor a sexo, me agacho y se la chupo un rato hasta que me dice “ahora agáchate que te quiero hacer el culo” sin dudarlo me agacho, siento sus manos pasar por mis nalgas, siento sus dedos que empiezan a entrar, de pronto un frio, una lengua, me estaba chupando la cola, tenía una tanga y la había corrido un poco, con mis manos me agarraba el pene, no quería que se diera cuenta, de pronto me pone vaselina y me mete dos dedos al compás de unas palabras sucias, me abre, me dilata, “ que cerrado esta todo hoy” me dice, yo solo muevo la cola, quiero su pene, me sigue metiendo un dedo, otro, me abre y sin dudarlo me mete su pene, me hace mover de la sensación, su enorme pene estaba siendo metido en mi cola, por primera vez, me estaban cogiendo, pero no fue problema, quería sentirlo, me fui moviendo al compás de su cintura, me abrí como una hembra caliente, me fui dilatando en cuatro patas, me abría más y más, su pene entraba y salía, sus gritos eran hermosos, me estaba cogiendo, mientras ella nos miraba por la puerta entre abierta y observadora, me estaban cabalgando la cola, me sentía homosexual en plenitud, mi compañero me estaba haciendo debutar, de pronto ella me empieza a chupar mi pene, adentro y afuera, moviendo su cabeza, tocándome los testículos con la mano, era una experta, me estaban penetrando y chupando a la vez, no aguante y le acabe todo en su boca, ella trago todo sin dudar, mientras seguía chupándomela, tragando lo que iba saliendo, mi cola se cerraba y le apretaba a mi compañero, provocándole más placer, gritándome que puta que era, en el punto justo me dice llego, estoy llegando, traga.

Me doy vuelta, se saca el preservativo y trago todo, su semen caliente, en cataratas de pasión entrando en mi boca, caliente, fuego, leche, todo adentro mío, ella mirándonos sin que él nos viera y se diera cuenta, mi cara de felicidad solo lo vio ella, trague todo al compás de una última chupada y me fui al baño, a mirarme, a disfrutarme, había sido penetrado por primera vez.

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