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La edecán que más me gustaba

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Ya había compartido un relato con ella. Heidy, la edecán que más me gustaba del grupo. No sé si era la más bella de todas, pero tenía algo que a mi me fascinaba, unos senos preciosos.

Habíamos quedado de volver a tener un encuentro, pero esta vez más privado, algo planeado. Ese sábado, después de llevar a todas las chicas a su casa, dejé a Heidy por último, para que nadie se enterara que la iba a llevar a un lugar especial. Pasamos a comprar una pizza, refrescos, palomitas, y de más cosas. Supuestamente íbamos a ver una película, y pues lo que se tuviera que dar.

La llevé a un motel que está a las afueras de la ciudad, uno que tiene todas las comodidades. Yo quería que tuviera hasta jacuzzi, por si era posible también usarlo. En fin, llegamos y nos pusimos cómodos, nos metimos a bañar. Primero yo entré, puse agua caliente y me senté en una banca que tiene ese baño, especial para relajarse mientras te duchas. Después escuché la puerta, era Heidy, entró con un traje de baño que traía en su mochila. Lo recuerdo bien, brasiere verde con flores rosas y una tanga preciosa, que combinaba perfecto con el brasier. Corrió la puerta y me dijo que si podía entrar. Yo estaba totalmente desnudo, pero pues sabía a lo que íbamos, así que no me importó, le dije obviamente que si. Pero al entrar ella, mi verga se me empezó a parar, me dio mucha pena, porque tal pareciera que yo ya quería comenzar la faena, cuando en realidad, si quería ver la película jaja.

Ella trataba de no tocar mi pene, pero era imposible, el baño tampoco era tan grande, así que ocasionalmente mi glande rosaba sus nalgas, su pierna, su pubis, era incómodamente delicioso. Estuvimos platicando muy casual, cada quien enjabonándose de lo más normal. Cuando acabamos de enjuagarnos, la tomé de la mano y le pedí un beso, ella accedió y me besó muy rico, la acerqué y tomé de la cintura, comencé a bajar mis manos a sus nalgas y le fui quitando la tanga, se la fui bajando, mientras yo también me agachaba, tuve su pubis en mi cara, así que me acerqué y comencé a darle pequeños besos. Ella tenía el área depilada, lo cual prefiero siempre. Comencé a lamer sus piernas, su ombligo, un poco sus labios vaginales, mientras ella sollozaba de gusto. Con mis manos agarraba sus nalgotas y se las abría, como con ganas de que le entrara el agua de la regadera por el culo. Comencé a excitarme tanto!

Me fui levantando poco a poco, hasta llegar a sus pechos, le desabroché el brasier y comencé a hacerlos míos, de un seno me pasaba al otro, estaba literalmente tomando agua de sus pechos. Ella se recargó en la pared y dejó que yo hiciera todo, después la giré, para que me diera la espalda y le acerqué mi verga a su trasero, ella comenzaba a girarlo y moverlo de atrás hacia adelante. Me eché un poco de shampoo en la verga, y la puse entre sus nalgas, solo la punta, sin intención de penetrarla, solo quería que sus grandes nalgas me apretaran el glande, era una sensación tremenda. Me dijo que me pusiera condón y nos fuéramos a la cama. Nos salimos y comencé a buscar el condón, pero no lo encontraba, me acordé que se me había quedado en la tienda. No puede ser, no estaba listo para la acción!!

Heidy me dijo que estaba muy excitada, que necesitaba que me la cogiera. Llamé a recepción y no atendían mi llamada, estaba perdido! y definitivamente, no lo haría sin condón.

Le ofrecí una disculpa y le dije, tendré que ser creativo y poder compensártelo, así que comencé a hacerle masaje en la espalda, la recosté boca abajo y le pasaba las manos por toda su parte trasera, le agarraba las nalgas, las pantorrillas, estaba deliciosa la maldita! Usando un poco de crema, le fui pasando los dedos entre sus nalgas, ella se estremecía pero me permitía hacerlo. En unos minutos, ya tenía mi dedo índice y medio dentro de su culo, ella con las nalgas levantadas recibiendo una masturbación anal que Heidy estaba gozando y yo también, después los dos dedos se convirtieron en tres. Heidy se tocaba los senos y se comenzaba a manosear su clítoris, estaba a punto de explotar. Yo le besaba el cuello, las orejas, la espalda, mientras seguía metiéndole los dedos, hasta que ella lanzó un gran grito. Yo sentía como su culo se abría y cerraba, eran la reacción de sus esfínteres al tener ese delicioso orgasmo.

Ella se levantó y me dijo que era mi turno, me dijo que eligiera. Le dije que regresáramos a la ducha, yo tenía que lavarme obviamente, pero quería terminar ahí. Fuimos al baño, nos lavamos nuevamente. Yo me senté otra vez en la banca y le dije “acércate. Quiero que me hagas una rusa y terminar en tus tetas”. Heidy agarró una toalla, la dobló y la puso para acomodar sus rodillas en ella. Empezó primero haciéndome una deliciosa mamada. Cabe mencionar que ella tiene los labios grandes, así que era una sensación perfecta. En seguida, puso mi verga entre sus hermosos melones, y comenzó a hacer su movimiento de arriba hacia abajo, turnaba la acción con unos besos en mi glande, pasaba su lengua por mi verga, después continuaba con su paja rusa.

Se apretaba las tetas para darme mayor placer. Sus manos apenas eran suficientes para agarrar esos pedazos de carne, que se iban de arriba hacia abajo y rebotaban al ritmo que ella se movía. Yo estaba casi listo para terminar, así que me levante y le dije que se pusiera lista para venirme en ella. Heidy con una risa malvada, se untó jabon en su culo, se volteó, me agarró la verga y la introdujo en su ano. Un movimiento de 10!! Así que la agarré de la cadera y comencé a cogérmela, si! así sin condón, olvidé toda regla de salud, pero entre mi calentura, lo pensé bien y me salí. Le dije que así se quedara, comencé a masturbarme fuertemente y después de unos momentos, le lancé toda mi leche en su culo, que se había quedado abierto después de haberla perpetrado con mis dedos y mi verga. Ella hacía movimientos circulares, mientras yo seguía arrojando toda la leche. Me agaché y le mordí una nalga, en señal de que había terminado.

Me volví a lavar detalladamente y nos salimos. Después de eso, cenamos y vimos un poco la película. Terminamos dormidos pero con una buena satisfacción. Sexo y Pizza!

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