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La fiscal (2 y Final)

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Silvia no sabía con exactitud el tiempo que llevaba cautiva. Los días pasaban con constantes torturas y dolor, al que ya se había acostumbrado, y las noches era sodomizada por todo aquel que le apeteciera, las veces que quisiera. Lo que más le extrañaba, es que su vagina, salvo algún consolador o algún dedo, jamás la habían tocado. Las drogas que le suministraban le hacían excitarse al límite, incluso con las torturas más extremas, conseguía tener orgasmos, y eso, que físicamente, estaba agotada. Apenas dormía, y solo le daban aquella viscosa y dulce papilla, 2 veces al día, y agua. Debía haber perdido más de 5 kg. Una de las sesiones de tortura, había sido anillada en pezones y clítoris, con unas argollas fijas de generoso diámetro, que ahora usaban para fijar las pinzas de las descargas eléctricas, o para colgarle pesos. A veces pasaban días sin lavarla, y acumulaba restos de semen, sudor y orina, de varias sesiones. Estaba rota completamente, incluso se había ofrecido en varias ocasiones a hacer lo posible por desencarcelar a don Mateo, el capo, pero nadie le hacía caso.

Este día, parecía especial. La llevaron a un cuarto de baño, donde la lavaron muy bien, incluso el agua no estaba fría, le repasaron la depilación, y desenredaron el pelo. Pudo verse en un espejo, se veía delgada, moratones y marcas de latigazos por todo el cuerpo, incluso alguna cicatriz en las tetas, de haberle apagado varias veces cigarrillos en ellas. Lo peor de todo, era que el roce continuo de los aros, en los pezones y el clítoris, la tenían excitada casi permanentemente. Este último se reflejaba rojo e hinchado, palpitante, como nunca jamás lo había sentido. Le pusieron la cadena al cuello, pasaron otra más fina uniendo los tres aros, sujeta al cuello también. Un dilatador anal, que fue introducido en su ano, terminaba en una fina cola, que le hacía parecer un animal. La mordaza, esta vez, tenía un dildo que le llenaba la boca, y la dosis que le inyectaban, parecía mayor que otras veces. Al momento, se sintió nublada, como en una nube, y la excitación fue en aumento. La condujeron tirando de la cadena, por primera vez, a un ascensor que los llevo a la tercera planta.

El solo hecho de caminar, la ponía a tope, con el bamboleo de sus tetas, y el roce del anillo en el clítoris. Por su cara resbalaba ya bastante saliva, y por el interior de las piernas caía abundante flujo.

En el cuarto, vio 5 siluetas al fondo, que no alcanzo a distinguir. Al a cercarse, vio con horror que era Don Mateo, el capo, Julián, el fiscal jefe, la hija de Don Mateo, El gordo y el Ruso

Hola zorra, te alegras de verme? Dijo Don Mateo

Silvia bajo la mirada, estaba atónita

Don Mateo sonrió mientras se acercaba.

Te han tratado bien, veo que si, jaja. Te sorprende verme? Tu jefe, Julián, ha hecho todo lo posible por sacarme, al saber que tu seria parte del premio. Has de saber, que tu carrera ha terminado. Circulan varios videos y cientos de fotos de lo puta que eres, se te van a rifar todos los que has encerrado, te auguro un futuro muy “ocupado”, jajaja. Pero primero, serás mía hasta que me canse. Prepararla! Ordenó.

La llevaron al fondo de la habitación, donde el conocido potro había sido colocado.

Una vez atada a él, Julián ya desnudo se acercó a su cara, le quito la mordaza tiro de su cabeza jalando por la coleta hacia atrás, y sin mediar palabra le introdujo su polla en la boca, hasta el fondo. Estaba bastante empalmado ya y tenía un miembro bastante considerable. Empezó a follarle la boca muy despacio y profundo. Silvia reprimía las arcadas, salivando muchísimo, lo que lubricaba mas la polla que cada vez llegaba más profundo en su garganta.

Don Mario, miraba la escena mientras se desnudaba, ayudado por su hija, que también desnuda, luciendo un escultural cuerpo, se arrodillo a los pies de su padre, para chupar su polla y ponerla completamente tiesa. Se situaron tras Silvia, que sintió como alguien se abría paso en su vagina de golpe, hasta el fondo. Don Mario comenzó a follarla con dureza y rabia, sacándola casi entera para volver a metérsela de un solo golpe, pero Silvia cada vez mas excitada, gemía y movía el culo, pidiendo mas, mientras se afanaba en chupar la polla de su jefe golosamente. A don Mario no le complacía que estuviese disfrutando, por lo que saco la polla de ella y se puso un condón que unto con una crema de un bote que le alcanzo su hija. Esta a su vez, conecto unas pinzas en los aretes de los pezones, para comenzar el suplicio eléctrico una vez mas. Estas descargas dolían de veras, además patricia, mojo los pechos de Silvia con aceite para que la corriente pasase con mas facilidad. Sentía de nuevo la follada en su coño, pero una sensación de ardor empezó a invadirla desde las entrañas. La crema que se había puesto Don Mario, escocía como el mismo infierno, y unas lágrimas brotaron de sus ojos. Patricia, saco el dildo de su culo, para untarlo también de la crema y volvérselo a meter. El ardor era insoportable. La crema a base de extracto de jengibre, era súper irritante. Por primera vez en tiempo, el dolor y el ardor podían con el deseo y lujuria que le provocaba la droga.

Pónselo en los pezones también, ordeno don Mario

Patricia obedeció inmediatamente. La mezcla de corriente, con el ardor provocado, era insufrible. Las descargas aumentaban por momentos de intensidad.

Julián, comenzó a jadear, y metió la polla en la boca hasta que los testículos le impedían casi respira, derramando una abundante carga de semen en el fondo de su garganta. Siguió allí un rato, que a Silvia se le antojo interminable. Pensaba que se iba a ahogar. Cuando por fin se retiró, tomo una gran bocanada de aire, pero el puesto de Julián lo ocupo Don Mateo, ya desprovisto del condón, que también se corrió abundantemente en la boca de Silvia.

El escozor empezaba a ser soportable y nuevas sensaciones de placer inundaron el cuerpo de Silvia. Patricia saco el dildo anal y se lo metió en la vagina. En dos o tres movimientos Silvia se corrió como una loca, resoplando y jadeando.

Veo que tenías razón, Patricia, la droga es mejor de lo que pensábamos, dijo Don Mario Ponme a tono otra vez hija, que me la voy a volver a follar

Patricia obedeció de inmediato, postrándose de rodillas ante su padre, y tomando suavemente su pene con las manos, lo introdujo golosamente en la boca, comenzando a chuparlo y lamerlo con dedicación. El falo del hombre, enseguida se puso duro y venoso de nuevo. Los dos meses de prisión sin follar y la buena dosis de Viagra y coca que se habia tomado, hacían su efecto. Patricia coloco una correa de cuero en la base del pene de su padre, cuando lo tubo totalmente erecto, impidiendo que la sangre acumulada en el, volviese para atrás. Esto conseguiría tenerlo totalmente tieso, incluso después de que se volviese a correr.

Se lo introdujo con fuerza a Silvia en la boca y se la estuvo follando un rato. Cuando se sintió satisfecho, la soltó bruscamente y se dirigió a su trasero diciendo:

Quien sabe, zorra, igual te preño hoy y me das un bastardo, jaja

La sola idea de quedarse embarazada de ese monstruo, la aterró

De un súbito golpe, la polla de Don Mario irrumpió en el culo de Silvia, arrancándole un pequeño grito de dolor. El viejo estaba bien armado, y sabia usar su aparato, pensó.

La enculó con violencia un rato, para luego alternar con su coño las embestidas. Esta vez estuvo follandole mas de 20 minutos sin parar. Silvia estaba completamente empapada y excitada, jadeante, lujuriosa.

Te esta gustando eh puta? Dijo Don Mario

Silvia presa de su estado exclamo:

SIII! Follame así, duro, haz que me corra!!

Las palabras que salieron de su boca, resonaron en su cerebro. Como podía estar tan entregada a su captor?

Entre gruñidos el viejo empezó a correrse dentro del coño de Silvia, que al sentir la caliente descarga en su interior se corrió también salvajemente. Don Mario saco la polla de su coño, y volvió a follarle el culo, un buen rato, para volver a correrse de nuevo en su boca y cara, dejándosela toda impregnada de semen. Se la restregó por ella y acabo de limpiársela en el pelo. Su hija hizo el resto con la boca para dejarla completamente lista para otro ataque, y aun bastante empalmado.

El Ruso, el gordo y Julián, volvieron a escena. La polla del ruso era aun mayor de lo que recordaba, la miro con los ojos abiertos como platos. Había crecido más de 8 cm de largo, y el diámetro era considerablemente mayor. Lo que Silvia no sabía, es que le estaban inyectando desde hacia tiempo unos esteroides de diseño, que hacían crecer absolutamente todos los músculos, y muy especialmente la polla.

Se acerco para metérsela en la boca, y no le cogía. Silvia temía que le desencajara la mandíbula, y si al final entraba, corría el riesgo de ahogarse con ella. Aun así, el gigante consiguió meterle un buen trozo dentro de la boca, y empezó a moverse en ella. Julián y el gordo alternaron coño y culo para follarsela por turnos. Habían acordado que el ruso fuera el último por motivos obvios

Don Mateo arrodillo a Patricia frente a la escena del potro, y comenzó a follarla a 4 patas, muy despacio, con ternura, disfrutando cada envite, y disfrutando viendo como era corrompida la zorra que le había metido entre rejas. Julián se corrió en el culo de Silvia y el gordo lo hizo en su coño, ya a disposición de todos desde el uso de Don Mateo.

Cuando terminaron, el Ruso se dirigió a la parte trasera del potro. Empezó a meter poco a poco la polla en el coño de Silvia, abriéndolo al límite. No era capaz de meterla entera, pero aun así siguió forzando con rudeza. Silvia se sentía desgarrar por dentro. Consiguió meter un buen pedazo de carne y empezó a bombear con ritmo creciente. Silvia intentaba excitarse para lubricarse pero no lo conseguía, el Ruso la estaba destrozando.

Basta, me duele, por favor gritó entre lágrimas para deleite de los espectadores.

El ruso, la saco, para dirigirla a su culo

NO; NO; NO! Me vas a romper!! Gritó

Pero las suplicas y lágrimas de Silvia solo conseguían excitar mas al ruso, que entre los ánimos de los demás, empezó a taladrarle el culo.

Acomodo los mas de 30 cm de polla dentro del recto de Silvia, que lloraba balbuceaba, medio rota del dolor. Cuando el ruso retiró mas de la mitad de su miembro, salió cubierto de restos de semen de los anteriores visitantes y bastante sangre de Silvia. La estaba desgarrando por dentro. Escupió sobre su polla y volvió a meterla hasta el fondo, con menos esfuerzo.

Vamos, rompela, grito Don Mateo mientras se corría de nuevo, esta vez dentro de su hija

El ruso comenzó un violento vaivén en el culo de Silvia, que prácticamente yacía sin conocimiento en el potro.

Que no se desmaye, ponerle otra dosis, grito el gordo. Julián tomo una jeringa de una mesa, y se la inyecto en un brazo. Al minuto, Silvia empezó a jadear, y gritar de dolor, pero se estaba humedeciendo y excitando, aunque el dolor no se iba. El ruso termino de follarla después de 15 interminables minutos, corriéndose como un animal en el culo de Silvia. Saco la polla llena de sangre y se la metió en la boca para que se la limpiase. Silvia yacía exhausta y se dejaba manipular sin ninguna voluntad. La llevaron a un camastro y la ataron en cruz en el. Don Mateo, se acercó con un hierro al rojo, que enfrió sobre uno de los pechos de Diana, arrancándole un sonoro grito de dolor que resonó en toda la habitación. Inmediatamente, Patricia, hizo lo mismo con otro hierro en su cadera derecha.

Acabas de ser marcada con mi sello, todo aquel que te vea, sabrá que me perteneces. Mientras Don Mario decía esto, Patricia sentó su depilado sexo en la cara de Silvia, que instintivamente, abrió la boca y saco la lengua para lamer el clítoris de la rubia. Esta aferro con fuerza su cabeza, hundiendo la cara de Silvia en su coño, que se afanaba en lamer y chupar. La joven tardo poco en correrse, dejando restos del semen de su padre y sus propios fluidos en el rostro de Silvia.

Bueno putilla, esta noche satisfarás de nuevo a todo aquel de mi banda que lo desee. Si mañana sigues viva, espero que si, te dejaran en la cárcel de hombres de Poggioreale, donde tu querido Julián ha conseguido reunir a casi todos aquellos que has encerrado. Les daré suficiente droga para que te inyecten, y seas tu misma la que les pidas mas, hasta que te maten, o quizá, si tienes suerte se aburran de ti. Llevárosla, sentenció Don Mateo.

La arrastraron hasta el cuarto de abajo, donde mas de 20 hombres, esperaban su trofeo. Antes de que la mitad ya se la hubieran follado por todos sus agujeros, perdió la consciencia.

No sabe el tiempo que pasó sin sentido. Despertó muerta de frio, completamente desnuda y maniatada a la espalda. Alcanzo a ver la quemadura de su pecho, con una MD, símbolo de la Familia Maldini. El culo y el coño le dolían a horrores, y no la habían lavado después de ser usada sexualmente todo el día anterior y toda la noche. Tenía restos de lefa reseca por todas partes y su olor era nauseabundo. Una voz la trajo de vuelta a la realidad.

Benvenutta a Napoli, Puttana

Silvia levanto la cabeza, y horrorizada vio varios rostros conocidos, de delincuentes encarcelados por ella, entre mas de 40 hombres, con uniforme presidiario, y 4 guardias, que la miraban con lascivia y deseo.

Cerró los ojos y se dejó llevar…

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